Los Siete Factores de la Iluminación
La Felicidad
Como mencionamos anteriormente, los Siete Factores de la Iluminación son siete cualidades budistas tradicionales que conducen a la iluminación y también describen la iluminación. El Buda se refirió a estos factores en varios de sus sermones registrados en el canon Tripitaka Pali. Los factores se denominan "bojjhanga satta" en Pali y "bodhyanga sapta" en sánscrito.
Si bien tocamos lo que era la Atención Plena, la Investigación y la Energía, ahora indagaremos sobre el cuarto factor: la Felicidad.
4. La Felicidad
Yodos queremos ser felices. Pero, ¿qué entendemos por felicidad? El camino espiritual comienza a menudo cuando estamos profundamente conscientes de que conseguir lo que queremos no nos hace feliz, o al menos, la felicidad no dura mucho tiempo. Vivimos toda la vida persiguiendo "Eso" que entendemos nos hará feliz: ese carro, esa cartera, esa chica, ese trabajo, etc., y cada vez que lo conseguimos, esa "felicidad" dura poco tiempo, y volvemos a la búsqueda de "aquello" que nos hará "felices".
Su Santidad, el decimocuarto Dalai Lama dijo: "La felicidad no es algo ya hecho. Viene de yus propias acciones." Es lo que hacemos, no lo que tenemos, lo que nos "da" la felicidad.
A diferencia de todo lo que creías saber sobre el Budismo, el Buda no dijo que "el sufrimiento es causado por el deseo". Lo que el Buda realmente dijo es que el sufrimiento es causado por nuestra percepción errónea de las cosas y nustra insatisfacción - el anhelo de las cosas que creemos que estan fuera de nosotros mismos es lo que nos trae el sufrimiento. Cuando somos capaces de ver esto por nosotros mismos, podemos empezar a dejar a un lado ese sentimiento de insatisfacción y encontramos la felicidad.
Una palabra para "felicidad" que se encuentra en los primeros textos pali es "piti", que es una tranquilidad profunda o un rapto. Con el fin de comprender las enseñanzas del Buda sobre la felicidad, es importante entender qué es "piti".
La verdadera felicidad es un estado de ánimo
Para el Buda, las sensaciones físicas y emocionales (vedana) corresponden o se adhieren a un objeto. Por ejemplo, se crea la sensación de "escuchar" cuando un órgano de los sentidos (oído) entra en contacto con un objeto de los sentidos (sonido). Del mismo modo, la felicidad ordinaria es un sentimiento que tiene un objeto - por ejemplo, un acontecimiento feliz, ganar un premio, o unos zapatos nuevos.
El problema de la felicidad común es que nunca dura, ya que los objetos de la felicidad no duran. Un acontecimiento feliz es seguido por uno triste, y los zapatos se desgastan. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros vamos por la vida buscando cosas que nos "hacen felices". Pero nuestra feliz "solución" nunca es permanente, por lo que seguimos buscando. Solo el Dharma es eterno.
La felicidad es un factor de la iluminación que no depende de los objetos, sino que es un estado mental cultivada a través de la disciplina mental. Debido a que no depende de un objeto impermanente, no va y vienen. Esto no significa que no debamos de sentirnos alegres cuando estamos felices, o que no debemos de busar esas situaciones, personas o circunstancias que nos hacen feliz, como si aspiraramos a ser zombies o vegetales, totalmente inútiles para nuestra sociedad, Una persona que ha cultivado "piti" todavía siente los efectos de las emociones transitorias - la felicidad o la tristeza - pero aprecia su impermanencia y su irrealidad esencial. Él o ella no está perpetuamente aferrada a las cosas que desea, evitando las cosas no deseadas.
La mayoría de nosotros se siente atraído por el Dharma porque queremos acabar con lo que creemos que está haciéndonos infelices. Podríamos pensar que si nos alcanzamos la iluminación, entonces vamos a ser felices todo el tiempo. Pero el Buda dijo que así no es exactamente cómo esto funciona. En cambio, él enseñó a sus discípulos a cultivar el estado mental de la felicidad con el fin de alcanzar la iluminación.
Cómo cultivar la felicidad
La disciplina mental y el cultivo de estados mentales sanos son fundamentales para la práctica budista. Esto por lo general se centra en una meditación diaria o la práctica de recitación, entre otras, y finalmente, se amplía para abarcar todo nuestro diario vivir en todas nuestras actividades cotidianas.
Es común que las personas piensen que la meditación es la única parte esencial del Budismo. Pero en realidad, elBbudismo es un conjunto de prácticas que trabajan juntas y se apoyan mutuamente. Una práctica de meditación diaria por sí misma puede ser muy beneficiosa, pero hay que llevar ese estado mental meditativo con nosotros todo el día.
Mientras usted este buscando la felicidad fuera de sí mismo, no podrá encontrar nada más que una felicidad temporal.
El Maestro Zen Eihei Dogen dijo: "Estudiar el Camino del Buda es estudiar el yo; estudiar el yo es olvidar el yo;. olvidar el yo es iluminarse a las diez mil cosas".
El Buda enseñó que el estrés y la decepción en la vida (dukkha) provienen del ansia y el aferramiento. Pero la raíz del ansia y el aferramiento es la ignorancia. Y esta ignorancia es la verdadera naturaleza de las cosas, incluidos nosotros mismos. Al practicar y crecer en sabiduría, nos volvemos cada vez menos centrados en nosotros mismos y nos preocupamos más por el bienestar de los demás.
No hay atajos para esto; no podemos obligarnos a nosotros mismos a ser menos egoísta. El resultado de ser menos egocéntricos es que también estamos menos ansiosos por encontrar una "solución" que nos brinde la felicidad. Su Santidad el Dalai Lama dijo: "Si quieres que los demás sean felices practica la compasión, y si quieres ser feliz practica la compasión." Esto suena simple, pero requiere práctica.
Si bien el Budismo fue en sus comienzos algo sombrío al promulgar el abandono del hogar y la terminación de los deseos, esto era un medio hábil (upaya) que el Buda, en su inmensa sabiduría, utilizó para guiar a los seres sintientes en su momento a entender sus enseñanzas gradualmente, hasta que pudo transmitirles toda la verdad. Una vez se ha practicado lo suficiente, el practicante puede tranformar los Cuatro Sellos del Dharma: la impermanencia, el sufrimiento, el no-ser y la impureza, en las Cuatro Virtudes de un Buda: la eternidad, la felicidad, el verdadero ser y la pureza. Este es el poder del Budismo Mahayana; esta es la meta del Budismo Tendai.