Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 16 de septiembre de 2014

Las Siete Parábolas del Sutra del Loto



El Sutra del loto contiene siete parábolas, que utiliza para aclarar sus enseñanzas. Estas parábolas son:

1. La Parábola de los Tres Carruajes y la Casa en Llamas, relatada en el capítulo "Parábolas y semejanzas", tercero;

2. La Parábola del Hombre Rico y su Hijo Pobre, en el capítulo "Creencia y comprensión", cuarto; 

3. La Parábola de las Tres Clases de Hierbas Medicinales y las Clases de Arboles, en el capítulo "La parábola de las hierbas medicinales" (quinto); 

4. La Parábola de la Ciudad Fantasma, en el capítulo "La parábola de la ciudad fantasma", séptimo; 

5. La Parábola de la Joya en la Túnica, en el capítulo "La profecía de iluminación a los quinientos discípulos", (octavo); 

6. La Parábola de la Joya Brillante en la Corona, en el capítulo "Prácticas pacíficas" (decimocuarto); y 

7. La Parábola del Médico y sus Hijos Enfermos, en el capítulo "Duración de la vida de El Que Así Llega" (decimosexto). 


La primera, tercera, cuarta, sexta y séptima parábolas son relatadas por el Buda Shakyamuni, y la segunda y quinta parábolas, por sus discípulos. La segunda parábola es narrada por los cuatro grandes discípulos que escuchan la voz (Maudgalyayana, Mahakashyapa, Katyayana y Subhuti), mientras que la quinta parábola es compartida por quinientos Arhats (buscadores del camino, dignos de respeto). Desde la primera hasta la sexta parábolas aparecen en la enseñanza teórica, o la primera mitad, del Sutra para explicar que el verdadero propósito de la prédica del Buda yace en exponer el único vehículo del Buda (Ekayana), mientras que sus otras diversas enseñanzas, es decir, las enseñanzas de los tres vehículos, son medios hábiles. La séptima parábola, que se expone en el capítulo "Duración de la vida" (decimosexto) de la enseñanza esencial del Sutra o su mitad final, explica la utilización de la muerte del Buda como un medio para salvar a las personas.

Reseña de las siete parábolas


La Parábola de los Tres Carruajes y la Casa en Llamas

Esta parábola aparece en el capítulo "Parábolas y semejanzas" (tercero). El Buda Shakyamuni lo relata para ilustrar su afirmación del capítulo "Medios hábiles" (segundo), respecto a que el único propósito del advenimiento de cualquier Buda es hacer posible que todas las personas alcancen la Budeidad, y que los tres vehículos de los que escuchan la voz, los despertados a la causa, y los bodhisattvas son simplemente medios para conducir a las personas hacia el único vehículo del Buda. 

Supóngase, dice él, que hay un hombre muy rico que tiene muchos hijos. Un día, súbitamente, estalla un incendio en su espaciosa pero deteriorada casa, y sus hijos, totalmente absortos en sus juegos, no saben que la casa está en llamas e ignoran sus gritos de advertencia. Por consiguiente, él recurre a un medio hábil para inducirlos a salir de la casa en llamas. Él les grita que afuera tiene tres carruajes que ellos han querido desde hace mucho tiempo: un carruaje tirado por un carnero, otro tirado por un ciervo, y un tercero tirado por un buey. Ellos salieron corriendo inmediatamente para recibir sus regalos. Habiéndolos persuadido de esta manera hacia la seguridad, el hombre rico les da a cada uno de sus hijos un carruaje, pero no uno de las tres clases que les había prometido. Más bien, le da a cada hijo un carruaje mucho más fino, adornado con numerosas joyas y tirado por un buey blanco. 

El Buda Shakyamuni compara la casa en llamas de la parábola con el mundo triple, y las llamas en sí con los sufrimientos del nacimiento y la muerte. El hombre rico es el Buda, los hijos son todos los seres vivientes, y los juegos en los cuales ellos están absortos son los placeres mundanos o la búsqueda de ellos. Las tres clases de carruajes prometidos originalmente representan a los tres vehículos, o las enseñanzas provisionales, y el carruaje del gran buey blanco simboliza al supremo vehículo de la Budeidad, es decir, al Sutra del Loto.


La Parábola del Hombre Rico y su Hijo Pobre:

Esta parábola aparece en el capítulo "Creencia y comprensión" (cuarto). Los cuatro grandes discípulos que escuchan la voz –Subhuti, Katyayana, Maudgalyayana y Mahakashyapa– relatan esta parábola para mostrar que han entendido la enseñanza del reemplazo de los tres vehículos con el único vehículo que Shakyamuni relató en el capítulo "Parábolas y semejanzas" (tercero), utilizando la parábola de los tres carruajes y la casa en llamas. 

En resumen, se refiere al hijo de un hombre rico que escapa de su padre en la infancia. Por unos cincuenta años, el hijo deambuló de un lugar a otro en abyecta pobreza, empleándose en labores serviles. Un día, en su deambular, encontró la mansión de su padre. El acaudalado anciano se regocija al ver nuevamente a su hijo, dado que él quiere legarle toda su riqueza y posesiones. El hijo, sin embargo, no reconoce a su padre y huye, abrumado por el esplendor de la propiedad del hombre rico. El hombre rico envía a un mensajero para traerlo de vuelta, pero el hijo piensa que el mensajero ha ido para arrestarlo y se desmaya por el terror. Oyendo esto, el padre le dice al mensajero que lo libere y, más bien, envía a dos de sus sirvientes vestidos en sucias ropas para ofrecerle al hijo un trabajo limpiando estiércol. El hijo pobre acepta feliz este empleo en la propiedad de su padre. Poco después, su padre se disfraza con sucias ropas para poder aproximarse a su hijo. Él le dice que puede trabajar allí siempre, y que lo tratará como a su propio hijo. Por veinte años el hijo trabaja limpiando estiércol y gradualmente va ganando confianza en sí mismo. El hombre rico, entonces, lo promueve, encargándole la administración de su propiedad, y gradualmente él llega a entender todos los asuntos del hombre rico. Eventualmente, el hombre rico siente que se le aproxima la muerte. Él invita a sus parientes, al rey del país, a altos ministros, y otros, y les declara que su sirviente en realidad es su verdadero hijo. Entonces, le transfiere a su hijo todas sus propiedades. 

El hombre rico de esta parábola representa al Buda, cuyo único deseo es permitir que todas las personas disfruten de su mismo y sublime estado de vida, tal como el hombre rico desea legarle toda su riqueza a su hijo. El hijo pobre representa a las personas comunes, que "deambulan" transmigrando en el mundo triple, sin encontrar el único vehículo del Buda. Para conducirlos hacia la iluminación, el Buda emplea primero medios hábiles y predica lo que es apropiado a sus capacidades, tal como el hombre rico entrena a su hijo gradualmente para construir su confianza y conciencia. Así, el Buda los conduce gradualmente hacia enseñanzas más elevadas y finalmente revela el único vehículo del Buda del Sutra del Loto.

La Parábola de las Tres Clases de Hierbas Medicinales y las Clases de Arboles:

El Buda Shakyamuni relata esta parábola a Mahakashyapa y otros en el capítulo "La parábola de las hierbas medicinales" (quinto), para reiterar su enseñanza de los tres capítulos anteriores ("Medios hábiles", "Parábolas y semejanzas" y "Creencia y comprensión") respecto a que el verdadero propósito del Buda es la revelación del único vehículo de la Budeidad, pero que, debido a las diferencias en la capacidad de las personas, él expone primero los tres vehículos y los cinco vehículos como enseñanzas provisionales. 

En la parábola, una gran nube envuelve el mundo y hace caer una lluvia que da vida por igual a todos los pastos, flores, árboles, y hierbas medicinales. No obstante, si bien la lluvia que cae sobre ellos es la misma, las plantas, árboles y las hierbas medicinales absorben la humedad de manera diferente y crecen hasta alturas variadas de acuerdo con su naturaleza individual. 

De manera similar, el Buda expone imparcialmente sólo el único vehículo de la Budeidad para todas las personas, pero estas lo entienden y se benefician de él de manera diferente, de acuerdo con sus respectivas capacidades. Las tres clases de hierbas medicinales que aparecen en la parábola son hierbas medicinales inferiores, hierbas medicinales intermedias, y hierbas medicinales superiores; las dos clases de árboles son árboles pequeños y árboles grandes. 

Sobre la base de la descripción del texto del sutra, T’ien-t’ai (538 – 597), en Palabras y frases del Sutra del Loto, interpreta las hierbas medicinales inferiores como a las personas comunes y los seres celestiales, las hierbas medicinales intermedias como a las personas de los dos vehículos (los que escuchan la voz y los despertados a la causa), y las hierbas medicinales superiores, los árboles pequeños y los árboles grandes como a los bodhisattvas. Entre estos, dice T’ien-t’ai, las hierbas medicinales superiores representan a los bodhisattvas de la enseñanza del Tripitaka (provisional), los árboles pequeños indican a los Bodhisattvas de la enseñanza de conexión (Mahayana introductorio), y los árboles grandes a los Bodhisattvas de la enseñanza específica (el Mahayana más elevado).

La Parábola de la Ciudad Fantasma:

Una de las siete parábolas del Sutra del Loto, relatada en el capítulo "La parábola de la ciudad fantasma" (séptimo) para ilustrar el principio del reemplazo de los tres vehículos con el único vehículo. 

Narra acerca de un grupo de personas que quiere viajar quinientos yojanas para llegar a un lugar remoto donde hay raros tesoros. Su líder es sabio, experimentado, y está muy familiarizado con la ruta, pero el camino por el que deben avanzar es escarpado y traicionero; a mitad del camino ellos se desaniman y quieren regresar. Viendo esto, su líder utiliza sus poderes de medios hábiles y, cuando han avanzado trescientos yojanas a lo largo del escarpado camino, él conjura una ciudad. Ellos van allá para descansar y recuperan su espíritu, convencidos de que pueden escapar del temible camino. Sabiendo que se han recuperado del cansancio, el líder desaparece la ciudad fantasma y les dice que la tierra de los tesoros, su verdadero destino, está cerca. 

En el capítulo "La parábola de la ciudad fantasma", la ciudad fantasma es comparada con los tres vehículos, o los medios hábiles por los cuales el Buda conduce a las personas hacia la Budeidad; y la tierra de los tesoros, el destino del grupo, es comparada con el único vehículo de la Budeidad. El significado de la parábola está en que, así como el guía conjura una ciudad para conducir a su grupo de viajeros hasta la tierra de los tesoros, el Buda emplea los medios hábiles de los tres vehículos para conducir a las personas hacia el único vehículo de la Budeidad.

La Parábola de la Joya en la Túnica:

Esta parábola es relatada por los quinientos arhats en el capítulo "La profecía de iluminación a los quinientos discípulos" (octavo) para demostrar su comprensión de la enseñanza del único vehículo. 

Esta parábola trata acerca de un hombre pobre que va a visitar a un íntimo y acaudalado amigo. Siendo invitado con vino, él se embriaga y se queda dormido. El amigo acaudalado debe salir por unos asuntos, pero antes de irse, cose una joya preciosa en el forro de la túnica de su amigo dormido. Cuando el hombre pobre despierta, no tiene ni idea de que se le ha entregado una joya. Luego él sale de viaje. Para aprovisionarse de comida y vestido, él busca con todas sus energías, encontrando grandes dificultades. Estando siempre necesitado, él se contenta con cualquier pequeñez que pudiera obtener. Posteriormente, ocurre que encuentra a su viejo amigo, quien queda conmovido por su pobreza y le muestra la joya en la túnica. El hombre comprende por primera vez que posee una joya inapreciable y se regocija. 

Los quinientos arhats explican que, así como el hombre ignoraba el tesoro que poseía, los discípulos del Buda estaban inconscientes de que el Buda les había hecho plantar las semillas de una aspiración insuperable y que, más bien, se sentían satisfechos con las enseñanzas provisionales y una pequeña porción del nirvana.

La Parábola de la Joya Brillante en la Corona:

Esta parábola aparece en el capítulo "Prácticas pacíficas" (decimocuarto). Después de una batalla, un rey que gira la rueda recompensa a quienes han luchado exitosamente obsequiándoles campos, casas, túnicas, oro, plata, y otros tesoros. Hay un objeto que él no da fácilmente, sin embargo –una brillante joya que tiene escondida en su corona. Sólo cuando el rey descubre un soldado que ha obtenido una distinción verdaderamente grande, finalmente quita la joya de su cabello y se lo entrega a él. Shakyamuni compara la joya en la corona con el Sutra del Loto, que el Buda oculta mientras expone enseñanzas preparatorias, y los tesoros previamente concedidos a las enseñanzas provisionales.

La Parábola del Médico y sus Hijos Enfermos:

El Buda Shakyamuni la relata en el capítulo "Duración de la vida" (decimosexto) para explicar que el Buda utiliza su propia muerte como un medio para despertar en las personas el deseo de buscar la enseñanza. 

La parábola describe a un médico excelente que tiene una gran cantidad de hijos. Un día, mientras está fuera de casa, por error, los hijos beben un veneno. Al retornar y encontrarlos retorciéndose en el suelo, sufriendo horriblemente, prepara rápidamente un antídoto para ellos, una medicina que posee excelente color, fragancia y sabor. Algunos de los hijos toman la medicina y se curan instantáneamente, pero, otros, con su razonamiento distorsionado por efectos del veneno, la rechazan a pesar de su gran dolor. El padre, en consecuencia, concibe un medio para inducirlos a tomar la medicina. Diciéndoles, "Dejaré esta medicina aquí", él se va a otras tierras. Desde allí él envía a un mensajero, quien informa a los niños que su padre ha muerto. Desconsolados, ellos vuelven a sus sentidos, toman la medicina que su padre les había dejado, y se curan inmediatamente. Con eso, su padre regresa. 

Shakyamuni explica que el Buda es como este médico: si siempre estuviese presente en el mundo, la gente comenzaría a dejar de apreciarlo y ya no buscarían más su enseñanza. Por consiguiente, si bien la vida del Buda es eterna, él utiliza su muerte como un medio para hacer surgir en las personas la aspiración por la iluminación.