Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 27 de febrero de 2022

El Buda es Vida Eterna: Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana - Capítulo 2 - Cunda

 Hoy, continuamos nuestro nuevo Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana, el último sermón dado por el Buda Shakyamuni en el mundo. El mismo es sumamente importante para el Budismo Mahayana, ya que fue parte de sus Enseñanzas Perfectas y Completas, donde reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar, confirma sus enseñanzas superiores dadas en el Sutra del Loto, y contiene tres enseñanzas importantes: (1) el Buda es vida eterna - lo que llamamos "Budas" son manifestaciones de la Realidad Ultima, el Dharmakaya, el cual se manifiesta en los mundos para revelar el Dharma y salvar a todos los seres sintientes del sufrimiento, y llevarlos al Nirvana: la Unidad; (2) dado a que todos somos una expresión de la Unidad, de la Realidad Ultima, cuando descubrimos y accesamos a la Unidad Fundamental, por medio de nuestra Naturaleza Búdica, accesamos a nuestro Verdadero Ser (Atman), y esa Naturaleza Búdica es uno con el Buda Eterno; y (3) la meta final del Budismo es alcanzar el Despertar para  continuar la labor salvífica del Bodhisattva en el mundo, no alcanzar el Nirvana, pues el Nirvana, lejos de ser una meta final, es un estado mental al cual todos los seres pueden accesar por medio de su Despertar. Por ello, no hay una "extinción final", sino que todos somos una manifestación de la Vida Eterna del Cosmos. Con todo esto, el Sutra del Nirvana explica la verdadera naturaleza del Buda y de la Realidad, nuestra unidad con la misma, y la verdadera naturaleza del Nirvana.

En este estudio, presentaremos semanalmente una traducción al español de extractos importantes de cada capítulo del Sutra, con un comentario (exégesis) que dilucida sus enseñanzas, sus implicaciones, y cómo podemos aplicarlas en nuestra vida diaria. Esta es la primera vez que se comenta el Sutra del Nirvana y se presenta el mismo en español en el mundo. Espero que el mismo sea del agrado de todos los budistas en el mundo hispano.

Capítulo 2 - Cunda

En el capítulo anterior, vimos cómo todos los seres de todos los rincones del mundo y de todas las direcciones del Cosmos, se congregaron en Kusinagara, en la India, para rendirle sus últimos respetos al Buda Shakyamuni, el Buda de este mundo. Con ello,s todos los seres trajeron consigo sus ofrendas, y se las presentaron uno a uno al Buda. Entre ellos, incluso el mismo Mara vino desde las profundidades del Infierno, junto con todas sus huestes, y le presentaron ofrendas al Buda. En ese instante, los sufrimientos en los Infiernos cesaron. Todos estaban congregados alrededor del Buda para poder recibir de él directamente, por última vez en vida, el maravilloso néctar del Dharma. El Buda los observaba a todos con compasión, y su luz los bañaba a todos por igual, pero el Buda no aceptó ninguna de sus ofrendas. Todos los seres, entonces, se encontraban desconsolados. Solo los Grandes Bodhisattvas mantenían su compostura, pues ellos habían penetrado en la Verdadera Naturaleza de la Realidad y conocían la verdaderan aturaleza del Buda. Pero nosotros, los seres de este mundo, aun no la comprendemos, y nos aferramos a la forma, la figura y la presencia física del Buda en el mundo.

Ahora, en el capítulo dos, vemos que entre la gran asamblea, se encontraba un discípulo laico del Buda llamado Cunda. Cunda, por el bienestar y el provenir de los seres en las diez direcciones del cosmos y las tres existencias, igualmente le ofrendó al Buda, no en su nombre, sino en el nombre de todos los seres sintientes. Entonces, el Buda sí acepta sus ofrendas.

"En ese momento había entre la congregación un upasaka (seguidor laico) que era hijo de un artesano de esta ciudad fortaleza de Kusinagara. Cunda era su nombre. Él estaba allí con sus camaradas, quince en número. Para que el mundo generara buenos frutos, abandonó todos los adornos corporales (para indicar su respeto y modestia), se puso de pie, desnudó su hombro derecho, colocó su rodilla derecha en el suelo y, cruzando las manos, miró al Buda. Con tristeza y lágrimas, tocó los pies de Buda con la cabeza (es decir, en señal de respeto) y dijo: "¡Oh, Honrado por el Mundo y bhiksus! Por favor, tengan piedad y acepten nuestras últimas ofrendas y ayuden a innumerables seres. ¡Oh, Honrado por el Mundo! De ahora en adelante, no tenemos un maestro, ningún padre, ninguna salvación, ningún tipo de protección, ningún lugar donde refugiarnos y ningún lugar para ir. Seremos pobres y con hambre. Siguiendo al Tathagata, deseamos obtener alimento para los días por venir. Por favor, ten piedad y acepta nuestras pequeñas ofrendas, y luego, ingresa al Nirvana. ¡Oh, Honrado por el Mundo! Esto es como en el caso de un Kshatriya, Brahmin, Vaishya o Sudra, quien, siendo pobre, va a un país lejano. Trabaja en la agricultura y, de hecho, gana una vaca entrenada. La tierra es buena, plana y cuadrada. No hay suelos pobres y arenosos, ni malas hierbas dañinas, ni esterilidad ni contaminaciones (allí). Lo que es necesario está esperando la lluvia del cielo. Nosotros decimos vaca entrenada. Esto puede compararse con las siete acciones del cuerpo y la boca, y un buen campo plano y cuadrado en la sabiduría. Eliminar la tierra pobre, las malas hierbas dañinas, la esterilidad y las contaminaciones se refiere a la Ilusión, que debemos eliminar. ¡Oh, Honrado por el Mundo! Ahora tengo conmigo la vaca adiestrada y la buena tierra, y he cultivado la tierra y he eliminado todas las malas hierbas. Ahora solo estoy esperando la dulce lluvia del Dharma del Tathagata. Las cuatro castas de la pobreza no son más que el cuerpo carnal que poseo. Soy pobre, ya que no poseo el magnífico tesoro del Dharma. Oro, tened piedad y eliminad nuestra pobreza y nuestras dificultades, y libéranos a innumerables seres de nuestra tristeza y preocupaciones. Las ofrendas que hago son miserables. Pero lo que puedo pensar es que satisfarán al Tathagata y a la Sangha. Ahora no tengo amo, ni padres, ni refugio. Por favor, ten piedad de nosotros, como lo has hecho con Rahula (el hijo del Buda)".

"Entonces el Honrado por el Mundo le dijo a Cunda: "¡Esto es bueno, verdaderamente bueno! Ahora cortaré las raíces de su pobreza y dejaré que caiga en su campo de la vida carnal la lluvia insuperable del Dharma. Ahora deseas obtener de mí la vida, el cuerpo, el poder, la paz y el habla sin trabas. Y te daré vida eterna, cuerpo, poder, paz y discurso sin obstáculos. ¿Por qué? ¡Oh Cunda! En las ofrendas de las comidas hay dos frutas que no tienen distinción. ¿Cuáles son las dos? En primer lugar, uno obtiene Anuttarasamyaksambodhi (Completa Iluminación) cuando uno recibe (una ofrenda de comida); en segundo lugar, uno entra al Nirvana después de recibirlo. Ahora recibiré su última ofrenda y le permitiré cumplir con Dana Paramita (Perfección de la Caridad)."

Anterior a Cunda, todos los seres habían ofrnedado al Buda en su nombre, y no necesariamente por el bien de todos los seres sintientes como lo hizo Cunda. Esto revela el verdadero significado del Dana Paramita, o la Perfección de la Caidad, el primero de los Seis Paramitas o Perfecciones - las prácticas del Bodhisattva en su camino al Despertar de la Budeidad.

Como vemos, si bien Cunda halba de pobreza, no es una pobreza física o mundana a la que se refiere, sino a una probreza espiritual. Esto es porque, en muchos sentidos, todos somos pobres espiritualmente. Todos vagamos ciegos por el mundo, cometiendo mal karma, inconscientes de los resultados de nuestras acciones ni de la Verdadera Naturaleza de la Realidad. Estamos ciegos porque no podemos ver más allá de nuestros deseos y pasiones, más allá de nuestro ego, este ser finito y falso, el cual es la raíz de muchos de nuestros males y de los males que aquejan al mundo. Así, todos vivimos como ciegos en un mundo oscuro, que se encuentra en llamas. Pero no estamos solos. Nuestro padre, el Buda, ha aparecido en este mundo, y como el Sol, ha iluminado nuestras existencias con la luz del Dharma, el agua que apaga las llamas wue devoran este mundo. Es gracias al Buda que hoy día tenemos esperanza en una mejor vida y un mejor futuro. Es por eso que el Buda es el Honrado por el Mundo. Y ahora, el Buda se irá físicamente de este mundo. ¿Cómo no podríamos sentirnos igual que los seres en la asamblea? Igual que ellos, también le pediríamos al Buda que permanezca en el mundo.

Aquí, Cunda, en nombre de todos los seres sintientes, rinde sus ofrendas al Buda, quien si bien no había aceptado las ofrendas de los seres celestiales, incluso la de otros Budas, ahora acepta las de Cunda. Esto es porque, además de Cunda ofrecer sus ofrendas en el nombre de todos los seres, el Buda, estando en este mundo, quiere enfatizar la importancia de nuestra vida y existencia. Si bien no somos seres iluminados, nuestra existencia, la Humanidad, es el estado ideal para alcanzar la Budeidad. A diferencia de los seres en el Infierno, no nos encontramos arropados y ahogados en la agonía y el sufrimiento. Diferente a los Pretas o Espíritus Hambrientos, podemos alimentarnos y no vagamos por el mundo en sufrimiento por no poder sacier nuestras necesidades y deseos. Diferente a los animales, poseemos inteligencia y consciencia propia, y podemos ir por encima de nuestros deseos y necesidades carnales, y por encima de los tribalismos. Diferente a los Asuras, no vagamos buscando derrotar a los dioses ni perseguimos únicamente estatus y recoocimiento, sino que podemos controlar nuestra ira. Y a diferencia de los Devas o dioses, no estamos tan colmado de lujos y placeres, en éxstasis, como para no sentir la necesidad de progresar espiritualmente. Solo en nuestro estado de Humanidad es que podemos vivir de acuerdo con el Camino Medio. 

Un detalle interesante de este extracto es que el Buda le dice a Cunda que ahora le dará vida eterna y paz. ¿A qué se refiere con esto? Esto es porque el Buda es una emanación de la Vida Infinita; es la personificación de la Energía de Vida Eterna del Cosmos, quien ha aparecido en este mundo para revelarnos que nosotros también somos una manifestación de esa Vida Infinita. Somos olas en el Océano Eterno de la Existencia, pero no lo recordamos ni lo reconocemos. Como Cunda, debemos de ver más allá de nosotros mismos, de estos seres finitos y falsos, y realizar nuestro Verdadero Ser, el cual es uno con todos los seres sintientes y con el Universo. Si bien nosotros no lo vemos, los Grandes Bodhisattvas lo ven, y es por ello que, a diferencia de todos nosotros y los otros seres en Kusinagara, no se ven llorando ni se encuentran desconsolados.

Al ver que el Buda acepta las ofrendas de Cunda, todos los presentes, en vez de sentir envidia, se regocijan y alaban a Cunda, y dicen:

"Es raro, O Cunda, nacer como hombre y alcanzar la ganancia insuperable que es la más difícil alcanzar. Es bueno, oh Cunda. Tú eres la udumbara (planta), que se dice que produce flores solo en muy raras ocasiones. Es muy raro que el Buda aparezca en el mundo. También es difícil encontrarse con el Buda, adquirir fe y escuchar (sus) sermones. Aún es más difícil poder hacer las ofrendas finales para él en el momento de su ingreso al Nirvana y así lograr todo esto. ¡Bien hecho, bien hecho, oh Cunda! Ahora eres perfecto en danaparamita. Esto es como el día 15 del mes otoñal, cuando la luna es pura y llena, cuando no hay una mota de nube en los cielos, y todos los seres miran hacia arriba y (a la vez) cantan alabanzas. Lo mismo ocurre con usted, a quien admiramos y alabamos. El Buda ahora toma tus últimas ofertas y te hace perfecto en Dana Paramita. ¡Oh, bien hecho, oh Cunda! Decimos que eres como la luna llena, que todas las personas admiran. ¡Bien hecho, oh Cunda! Aunque hombre, tu mente es del Buda. ¡Oh Cunda! Realmente eres como el hijo del Buda, Rahula. No hay diferencia."

Solo existe una forma de crear vida, pero existen infinitas formas de perderla. No podemos resaltar la importancia de esta vida humana. Y más allá de nuestra existencia humana, vivimos en un mundo donde ha aparecido un Buda, una manifectación compasiva del Cosmos, y donde ha predicado la sabiduría del Dharma, la cual tiene el poder de aliviar nuestro sufrimiento existencial, permitirnos vivir vidas realmente humanas e iluminadas, y alcanzar nuestro Despertar - realizar nuestra Unidad Fundamental, para que podamos actuar en base a ella y trascender nuestros seres finitos y falsos y actuar compasiva y sabiamente en el mundo, revelando su verdadera naturaleza: una Tierra Pura. Este mundo no puede ser otra cosa que una Tierra Pura. Esto es porque el Buda alcanzó su Iluminación en este mundo, y cuando un Buda alcanza su Despertar, la tierra que habita se purifica. Este es el significado de la purificación de la tierra y la unificación de los mundos en el Sutra del Loto y aquí, en el Sutra del Nirvana. Es por eso que, lejos de ser una enseñanza herética, la misma revela el verdadero mensaje del Buda para todos los seres y nuestra verdadera misión en vida. Cuando entendemos esto, no podemos dejar de sentirnos como Cunda, cuando dice:

"Con esto, Cunda se llenó de alegría! Fue como en el caso de un hombre cuyos padres fallecieron repentinamente y que de repente regresaron. Así se sentía Cunda. Se levantó de nuevo, se inclinó ante el Buda y dijo en un gatha:

"Me alegro de haber ganado mi Camino; es bueno que haya nacido como un ser humano.
He acabado con la codicia y la ira; 
Estoy separado para siempre
De los tres reinos desafortunados. 
Me alegro de haber ganado beneficio,
Y encontrar el oro del tesoro,
Que ahora me encuentro con el entrenador,
Y no temo, incluso si renazco en el reino animal.

"El Buda es un udumbara, por así decirlo, uno difícil de encontrar,
Y es difícil ganar la fe. Habiendo encontrado una vez
Y practicado el Camino, nos deshacemos,
De las penas de los hambrientos pretas.
Además, aplastamos a fondo los asuras y otros.

"Podríamos equilibrar antes una semilla de mostaza en la punta de una aguja.
Y sería más fácil que encontrar la aparición del Buda en el mundo.
El Buda no está manchado por los caminos mundanos.
Él es como un lirio de agua en el agua. Estoy completamente alejado
De todas las raíces del mundo
Y ha cruzado las aguas del nacimiento y la muerte.
Es difícil nacer como ser humano; más difícil aún es
Encontrar al Buda cuando aparece en el mundo.

"Es como en el caso de una tortuga ciega.
Quién, en medio del océano, puede tener la oportunidad de sacar la cabeza por un agujero
En un trozo de madera flotante. Ahora ofrezco comida
Y rezo para que yo obtenga la recompensa insuperable,
Destruiré el vínculo de la ilusión,
Y ya no será fuerte. No busco aqui
Ganar un cuerpo celestial. Aun habiendo ganado eso,
La mente de uno no es tan dulce. El Tathagata acepta
Esta ofrenda mía. Nada podría complacerme más.

"Esto es como el caso de una mala hierba que huele mal,
Que emite una fragancia de sándalo.
Yo soy esa mala hierba. El Tathagata acepta mis ofrendas.
Esto es como la fragancia que emana del sándalo.
Por eso me alegro. Ahora en esta vida
Estoy bendecido con la recompensa más alta.
Shakra, Brahma y todos los demás vienen
Y hacen ofrendas. Todos los mundos
Están preocupados ahora que saben
Que el Buda entrará en el Nirvana. Ellos dicen en voz alta:
'Ahora no habrá Entrenador en el mundo;
No deseches a todos los seres; ¡Véalos como uno ve a su único hijo!'
El Tathagata, en medio de los sacerdotes, habla del excelente Dharma.
Esto puede ser comparado con el Monte Sumeru,
Que se sienta sin ser molestado en medio de un gran océano.

"La sabiduría del Buda disipa completamente la oscuridad del mundo.
Es como cuando sale el sol, y todas las nubes se dispersan.
Y la luz brilla por todas partes.
El Tathagata elimina a fondo todas las ilusiones.
Esto es como el frescor que reina
Cuando las nubes aparecen en el cielo.
Todos los seres te aman y lamentan.
Todos se tambalean sobre las aguas amargas del nacimiento y la muerte.

"Por esto, oramos, ¡Oh, Honrado por el Mundo!
Permanece mucho tiempo en el mundo y aumenta la fe de todos los seres,
¡Corta el sufrimiento del nacimiento y la muerte!"

Todos nosotros somos Hijos del Buda, y como Hijos del Buda, debeos de en algún momento independizarnos y crecer, esto es, ser Budas, y realizar la labor del Buda en el mundo. No obstante, muchos seres se rehusan abandonar sus casas. Muchas personas se rehúsan crecer. No hay nada más comodo que continuar con lo que conocemos, por más que nos restrinja nuestro crecimiento; por más dolor y sufrimiento que nos produzca. Es por ello que en vez de asumir responsabilidad por nuestras acciones, culpamos las instituciones y al mundo externo. Este es un mal que nos aqueja de sobre manera hoy día. Nuestros seres finitos y falsos, como siempre, no pueden ver fuera de sus narices y sus propios defectos, y culpan a otros, ya sean grupos, instituciones o la sociedad por sus fallos y su inhabilidad de asumir repsonsabilidad por sí mismos y mejorar sus vidas. Como el Buda, debemos abandonar nuestro reino y nuestro hogar, nuestra comodidad, y buscar alcanzar el Nirvana por el bien de todos los seres sintientes. Es por ello que, al escuchar a Cunda, el Buda responde:

"No le pidas al Buda que permanezca mucho tiempo en el mundo. Ahora debes meditar en el mundo de todos los Budas. Todo es no eterno. Es lo mismo con todas las cosas creadas y su naturaleza y características". Entonces por el bien de Cunda, el Buda dijo en un gatha:

"En todo el mundo, todo lo que nace debe morir.
La vida parece larga, pero por naturaleza debe haber un final.
Todo lo que florece siempre se desvanece; todo lo que se encuentra debe partir.
El apogeo de la virilidad no es largo;
La lujuria se encuentra con la enfermedad.
La vida se traga la muerte; nada existe eternamente.
Los reyes no están molestos; ninguno puede competir.
Sin embargo, todos ellos deben perecer; así es con la vida.

"El sufrimiento no tiene fin; sin fin la rueda gira y gira.
Ninguno de los tres mundos (del deseo, forma y ausencia de forma) es eterno; todo lo que existe
No es feliz. Lo que existe tiene una naturaleza y características.
Y todo es vacío. Lo que es destructible viene y se va;
Las aprehensiones y las enfermedades siguen los pasos de uno.
Los temores de todos los males y males cometidos.
La edad, la enfermedad, la muerte y el deterioro causan preocupación.

"Todas estas cosas no existen para siempre.
Y se rompen fácilmente. El resentimiento ataca a uno;
Todos están llenos de ilusión, como en el caso del gusano de seda y el capullo.
Ninguno que tenga sabiduría encuentra gozo en un lugar como este.

"Este cuerpo carnal es donde el sufrimiento perdona.
Todo es impuro, como tensiones, carbuncos, forúnculos y otros similares.
Ninguna razón está en el fondo. Lo mismo aplica
Incluso a los celestiales que se sientan arriba.
Todos los deseos no duran. Así que no me aferro.
Uno desecha los deseos, medita bien,
Alcanza el maravilloso Dharma, y ​​uno que definitivamente
Los corta puede hoy ganar el Nirvana
Y cruzar a la Otra Orilla
Y estar por encima de todas las penas.
Así cosecho esta hermosa sabiduría".

El Buda predica con su propia vida. Si bien el Buda es una manifestación de la Vida Eterna, su cuerpo físico - su ser finito y temporal - tiene un fin. Las olas siempre se funden con el mar. Si bien le Buda posee todo el poder para permanecer en este mundo para siempre, por nuestro propio bien, decide no hacerlo. Es como si nuestros padres continuaran manteniéndonos para siempre. Nunca podríamos convertirnos nosotros mismos en padres; nunca nos convertiríamos en adultos, en seres completos. Esto lo vimos en el Sutra del Loto, con la Parábola del Padre Médico y sus Hijos Enfermos, donde el Buda revelaba que, si bien su vida es eterna, su cuerpo físico no lo era, pues como todo en el mundo, era un compuesto de causas y condiciones y estaba sujeto a la Ley de la Impermanencia. Aun cuando pudiera permanecer para siempre en este mundo, no era conveniente, pues siempre dependeríamos del Buda y no trabajaríamos por nuestro progreso espiritual. Por ello, como un medio hábil, el Buda da la apariencia de entrar en el Paranirvana, pero realmente, su presencia se encuentra siempre presente con nosotros, y aunque no lo veamos, se encuentra ayudándonos en nuestro camino al Despertar.

Continuando con el Sutra, el Bodhisattva Manjushri entonces prueba el conocimiento y el mérito de Cunda, al decirle que no le pida al Buda que parmanezca en este mundo, pues su cuerpo, como todas lcas cosas creadas, es impermanente. A esto, Cunda responde que, contrario a lo que dijo Manjushri y lo que cree todo el mundo, el cuerpo del Buda no es creado, sino que da a apariencia de haber nacido y ser creado para poder aparecer en este mundo y revelar el Dharma en la vida del hombre de Siddhartha Gautama, para inspirarnos a seguir sus pasos y alcanzar el mismo estado espiritual, pero que realmente, el cuerpo del Buda no es físico, sino que es el Dharma, y por ello, si deseara, podría permanecer en este mundo indefinidamente. 

Por supuesto, Cunda  haría todo lo que pudiera y usaría todos los argumentos posibles a su favor para hacer que el Buda permaneciera en el mundo, por más ciertos que fueran sus puntos.  Lo mismo haríamos con nuestro seres queridos, ya sean parientes, amigos o mascotas. Cuánto desearíamos que todos ellos - los seres que amamos - permanecieran con nosotros para siempre. Pero así no es la vida. Esto es, como dice Cunda en el Sutra del Nirvana, un punto de vista invertido, es decir, falso y erróneo que solo responde a nuestros deseos y anhelos y no con la Verdadera Naturaleza de la Realidad. 

Entonces, el Buda emana una luz de su entrecejo, y Manjushri le dice a Cunda que no demore en presentar su ofrendas al Buda, para que puedan ser repartidas entre toda la asamblea, pues el Buda entraría pronto al Paranirvana. Con esto, Manjushri solo quiso reafirmar lo que todos sabían: el cuerpo físico del Buda desaparecería del mundo, al igual que el nuestro y el de nuestros seres queridos, y no hay nada que podamos hacer para detenerlo. Esto me recuerda a la obra del famoso escritos Saramago, llamada "Las Intermitencias de la Muerte", donde el autor, como acostumbra, pedagójicamente nos transporta a un mundo y un lugar donde las personas dejan de morir, y todos los sobrevivientes tienen que lidiar con un nuevo problema, uno mucho más mayor: qué hacer con las personas cuando ya no hay espacio, cuando simplemente envejecen ad nauseam, volviéndose cada vez más ancianos, más arrugados, con menos funciones motoras, todo esto como una metáfora de la vida, donde, en el afan de satisfacer nuestros deseos y anehlos, buscamos satisfacer nuestro ser finito y falso y sustentar nuestras visiones erróneas del mundo, sin prever que todo sigue un diseño inteligente, que todo es así por algo superior, y que muchas veces, el forzar nuestros deseos al mundo solo traerá peores problemas que los que pretendemos solucionar. 

"Ante esto, Cunda le dijo nuevamente al Buda: "El Tathagata no desea quedarse mucho tiempo en la vida. ¿Cómo no podemos llorar? ¡Ay del mundo, el mundo es el mundo! El mundo está vacío. Solo rezo para que lo hagas. Nos lamentamos todos los seres. Por favor, permanece por mucho tiempo y no entres al Nirvana".

"El Buda le dijo a Cunda: "No digas algo así como 'Ámanos y quédate mucho tiempo en la vida'. Como me compadezco de ti y de todos los seres, hoy entro en Nirvana. ¿Por qué? Esto es lo que es verdad de todos los Budas. Esto es así con lo que se crea. Es por eso que todos los Budas dicen en un gatha:

"La ley de lo creado.
Es por naturaleza no eterna.
La vida termina, dejamos el mundo;
La extinción es la felicidad.

"¡Oh Cunda! Ahora, medita sobre todo lo que está hecho, eso es compuesto. Piensa que todas las cosas no son yo y no son eternas, y que nada dura. Este cuerpo carnal tiene innumerables males. Todo es como espuma acuosa. Así que, no lloren".

Es por nosotros ue el Buda entra en el Nirvana. Si bien hemos tocado varias razones, podemos ver muchas otras. Es difícil vivir con un Buda en el mundo. Sería como vivir con una figura paternal, quien nos manda y nos controla, toda nuestra vida. Es vivir con un ser que claramente es superior en todo aspecto. Esto nos podría desalentar y no nos permitiría crecer en nuestra vida. Es por eso que, giaul de importante que la digura del Buda Eterno, es la figura del Buda humano, de Siddhartha Gautama, el jóven príncipe que vivió hace más de 2,500 años en la India, quien abandonó su hogar y se encarriló en prácticas ascéticas por el bien de todos los seres sintientes hasta alcanzar su Despertar, y quien entonces se convirtió en el Buda Shakyamuni. Ambas versiones - ambas ciertas - son igualmente importantes. Ambas reflejan dos caras de una misma moneda. Esto nos trae a la doctrina de las Tres Verdades formulada por el Gran Maestro Chih-i, el fundador de la escuela Tendai (Tientai) en China. 

La dotrina de las Tres Verdades, la cual fue formulada en base a las enseñanzas del Gran Maestro indio Nagarjuna, nos dice que la Verdadera Naturaleza de la Realidad tiene tres modalidades complementarias: (1) la Verdad Absoluta o la Unidad, donde todo es uno (Talidad o Tathata) y todo emana y procede de ese monismo trascendental, que a veces es llamada la Vacuidad (Sunyata); (2) la Verdad Convencional o la dualidad, donde las cosas existen de forma aparentemente independiente y existe un amplio marco para el desarrollo, la evolución y la diversidad; y (3) el Camino Medio, donde ambas cosas son la Unidad y la dualidad, y la Unidad debe de informar la dualidad. 

El Buda, con su figura y su vida, encarna las Tres Verdades. Debemos de entender y aceptar con fe al Buda Eterno, quien emana de la Talidad o la Unidad (Tathata) y asume personalidad y forma (Tathagata) y aparece en el mundo compasivamente para revelar la sabiduría del Dharma, aliviar el sufrimiento, y salvar a todos los seres sintientes ayudándoles a reconocer la Unidad. Pero también debemos de reconocer al Buda Shakyamuni, quien fua una manifestación humana, encarnada, de esa Unidad, de esa Talidad, quien nació, creció, se preocupó por el sufrimiento del mundo y de todos los seres y se embarcó en una búsqueda por aliviar ese sufrimiento, y dio su vida en prácticas ascéticas hasta alcanzar su Despertar, y luego vivió el resto de sus años mostrándole al mundo cómo podían alcanzar el mismo estado espiritual y convertirse en Budas. Aferrarnos a cualquiera de esas dos modalidades o manifestaciones sería incompleto y falso. Solo al abrazar ambas formas del Buda es que podemos asumir nuestro verdadero rol y misión en el mundo y alcanzar nuestra Budeidad. Ese es el Camino Medio entre el trascendentalismo y el existencialismo, y solo así podemos realizar la labor del Bodhisattva en el mundo. 

Es por ello que, si bien no vemos el cuerpo del Buda en el mundo, debemos de comprender que el Buda, como Vida Eterna, sigue siendo una presencia y una fuerza positiva que nos ayuda constantemente en nuestra práctica, y trabaja incansablemente, a veces de maneras misteriosas, por la salvación del mundo. Es entonces que, como Cunda, debemos de meditar, profundizar, y últimamente, aceptar con fe esta enseñanza, para que esta verdad se desnude y sea verdaderamente realizada para que tenga un impacto real en nuestras vidas, y por ello, debemos de aceptarla como una verdad, pero mucho más que eso, ponerla en práctica en nuestros pensamientos, palabras y acciones, y ser un campo de beneficios para todos los seres.

"Luego, Cunda, por el bien de la emancipación de todos los seres, agachó la cabeza y reprimió sus lágrimas, y le dijo al Buda: "Muy bien, ¡Oh, Honrado por el Mundo! Cuando sea digno de convertirme en un campo de bienestar, lo haré."

Entonces, todos, inevitablemente - por más que entendieran todo - lloraron. Si bien lo entendían intelectualmente, aun les faltaba realizarlo y encarnarlo. Así, la tristeza, la condición natural no-iluminada de este mundo, permea el resto del Sutra.

domingo, 20 de febrero de 2022

El Buda es Vida Eterna: Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana - Capítulo 1- Introducción

 Hoy, comenzamos un nuevo Ciclo de Lecturas sobre el Sutra del Nirvana, el último sermón dado por el Buda Shakyamuni en el mundo. El mismo es sumamente importante para el Budismo Mahayana, ya que fue parte de sus Enseñanzas Perfectas y Completas, donde reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar, confirma sus enseñanzas superiores dadas en el Sutra del Loto, y contiene tres enseñanzas importantes: (1) el Buda es vida eterna - lo que llamamos "Budas" son manifestaciones de la Realidad Ultima, el Dharmakaya, el cual se manifiesta en los mundos para revelar el Dharma y salvar a todos los seres sintientes del sufrimiento, y llevarlos al Nirvana: la Unidad; (2) dado a que todos somos una expresión de la Unidad, de la Realidad Ultima, cuando descubrimos y accesamos a la Unidad Fundamental, por medio de nuestra Naturaleza Búdica, accesamos a nuestro Verdadero Ser (Atman), y esa Naturaleza Búdica es uno con el Buda Eterno; y (3) la meta final del Budismo es alcanzar el Despertar para  continuar la labor salvífica del Bodhisattva en el mundo, no alcanzar el Nirvana, pues el Nirvana, lejos de ser una meta final, es un estado mental al cual todos los seres pueden accesar por medio de su Despertar. Por ello, no hay una "extinción final", sino que todos somos una manifestación de la Vida Eterna del Cosmos. Con todo esto, el Sutra del Nirvana explica la verdadera naturaleza del Buda y de la Realidad, nuestra unidad con la misma, y la verdadera naturaleza del Nirvana.

En este estudio, presentaremos semanalmente una traducción al español de extractos importantes de cada capítulo del Sutra, con un comentario (exégesis) que dilucida sus enseñanzas, sus implicaciones, y cómo podemos aplicarlas en nuestra vida diaria. Esta es la primera vez que se comenta el Sutra del Nirvana y se presenta el mismo en español en el mundo. Espero que el mismo sea del agrado de todos los budistas en el mundo hispano.

Capítulo 1 - Introducción

El Sutra del Nirvana, al igual que todos los Sutras o textos canónicos budistas que contienen los sermones dados por el Buda Shakyamuni en el mundo, comienza con las palabras "Así he oído". ¿Quién ha oído? Esto se refiere a que lo que vamos a leer y estudiar fue predicado por el mismo Buda Shakyamuni, y escuchado y memorizado por su discípulo más cercano, Ananda, quien también era su primo biológico. Tras el Parinirvana o la muerte física del Buda, Ananda, junto con todos los discípulos más cercanos, se reunieron en Concilios para preservar oralmente las enseñanzas dadas por el Buda en vida. Este Sutra es lo que estos grandes Concilios acordaron. Posteriormente, con el pasar de los siglos, estos sermones orales fueron recopilados y escritos en hojas tadas por un hilo, en lo que hoy se conocen como Sutras. De todos los Sutras o sermones dados por el Buda en sus más de cuarenta años de predicación en el mundo, este, el Sutra del Nirvana, fue su último, antes de pasar de esta encarnación física, en lo que se llama su Parinirvana. El Sutra comienza:

"Así he oído. En un momento, el Buda se encontraba en Kusinagara, en la tierra de las Mallas, cerca del río Ajitavati, donde estaban los árboles gemelos. En ese momento, los grandes bhiksus (monjes) de hasta 80 miles de billones estaban con el Bendito. Lo rodearon por delante y por detrás. El día 15 del segundo mes, cuando el Buda estaba a punto de entrar en el Nirvana, él, con su poder divino, habló con una gran voz, que llenó todo el mundo y alcanzó lo más alto de los cielos. Dijo a todos los seres de una manera que cada uno podría entender: "Hoy, el Tathagata (es decir, el Buda), el Perfectamente Despierto, se compadece, protege y, con una mente indivisa, ve a los seres como sus hijos. Así que, él es el refugio y la casa del mundo. El Bendito está a punto de entrar al Nirvana. Los seres que tienen dudas pueden ahora hacerle preguntas"."

Esta escena es representada iconográficamente en todas las ceremonias budistas en los templos en Japón en la Conmemoración del Parinirvana del Buda, donde se coloca esta misma escena en un gran pergamino en el centro del altar. En el mismo, se ve al Buda Shakyamuni recostado de su lado derecho, entre dos árboles Sala, rodeado de una gran cantidad de discípulos, pero no solo se encuentran ellos, sino que alrededor del Buda, se encuentran también representados todos los seres de la cosmología budista, como grandes Bodhisattvas, dioses, divinidades, e incluso, todos los animales - todos se habían congregado para compartir los últimos momentos del Buda en este mundo. Todos los presentes, como veremos, se encontraban desconsolados, pues raro es alcanzar un renacimiento humano, y mucho más raro aún es nacer en el mundo en el momento en que se encuentra un Buda predicando el Dharma en el mismo. El Buda es el primero de los Tres Refugios. El Buda, como él mismo menciona en este párrafo, es el padre de todos los seres sintientes, y ve a todos como sus hijos, ya sean buenos o malos, hombres o mujeres o seres espirituales - todos son la razón para su aparición en este mundo: todos son el objeto de salvación.

Luego de decir esto, el Buda emitió una gran luz de su boca, la cual iluminó todos los mundos, desde los Infiernos más bajos, hasta los Cielos más altos, y todos los seres supieron lo que esto significaba: la encarnación física del Buda desaparecería de este mundo. Y junto con él, se iría nuestro primer Refugio.

"En ese momento, temprano en la mañana, el Honrado por el Mundo emitió de su boca rayos de luz de varios tonos, a saber: azul, amarillo, rojo, blanco, cristal y ágata. Los rayos de luz brillaron en las 3,000 mil tierras del Buda. Además, las diez direcciones eran igualmente iluminadas. Todos los pecados y preocupaciones de los seres de los seis reinos, tal como fueron iluminados, fueron expiados. La gente vio y escuchó esto, y la preocupación los acosó grandemente. Todos lloraron y lloraron tristemente: "¡Oh, el padre más amable! ¡Ay, qué día! ¡Qué pena!" Levantaron las manos, se golpearon la cabeza y los pechos, y gritaron en voz alta. De ellos, algunos temblaron, lloraron y lloraron. En ese momento, la gran tierra, las montañas y los grandes mares temblaron. Entonces, todos ellos se dijeron unos a otros: "¡Suprimamos por el presente nuestros sentimientos, no nos dejemos herir por el dolor! Aceleremos a Kusinagara, lleguemos a la tierra de los Mallas, toquemos los pies del Tathagata, rindamos homenaje y mendiguemos: '¡Oh Tathagata! Por favor, no entre en el Parinirvana, permanezca un kalpa más (aeon) o menos de un kalpa'". Juntaron sus palmas y dijeron nuevamente: "¡El mundo está vacío! La fortuna se ha apartado de nosotros, los seres; Las cosas malas aumentarán en el mundo. ¡O usted! ¡Dase prisa, venga rápido! Pronto, el Tathagata seguramente entrará en el Nirvana". También dijeron: "¡El mundo está vacío, vacío! De ahora en adelante, nadie nos protegerá y no tendremos a quién rendirle homenaje. ¡Pobres y solos! Si una vez nos separamos del Honrado por el Mundo, y si surgen dudas, ¿a quién debemos preguntar?"

Este párrafo contiene muchos significados. ¿Por qué el Buda emitió una luz de su boca, la cual iluminó todo el Cosmos? Esto es porque el Buda, por medio de su palabra, predicó el Dharma, nuestro segundo Refugio, y el Dharma es la luz que ilumina nuestro camino en este mundo lleno de oscuridad y sufrimiento. Pero a diferencia del cuerpo físico y encarnado del Buda, el Dharma continúa en el mundo, salvando a todos los seres sintientes del sufrimiento del océano de nacimientos y muertes del Samsara, para llevarlos a la Otra Orilla del Nirvana. Es por eso que el Sutra del Nirvana dice que esta luz expió todos los pecados y el mal karma de todos los seres del Cosmos, una vez fueron tocados por ella. Esto nos permite transformar el Sufrimiento, la Impermanencia, la Impureza y el No-Ser, y experiementar Felicidad, descubrir nuestra Eternidad, pues somos uno con la Vida, revelar nuestra Pureza Innata, y dejar atrás nuestro ser finito y falso basado en el ego y sus concepciones falsas de la vida y de nosotros mismos, y accesar a nuestro Verdadero Ser, el cual es uno con el Buda, todos los seres, y el Universo entero.

Pero aunque el Buda había ya revelado todo esto, muchas personas aún tenían dificultades en realmente comprenderlo y hacerlo una verdad viva en sus vidas. Estamos muy aferrados a nuestros patrones habituales de pensamientos, y aunque el Buda ya había revelado que era eterno, que todos somos uno con él, y que él continúa siendo una fuerza dinámica que trabaja incanzablemente por la salvación de todos los seres en el Cosmos, las personas se habían aferrado demasiado al cuerpo y la presencia del Buda en el mundo. Es por eso que todos los seres se encontraban desconsolados, y desde las diez direcciones, avanzaban para encontrarse con el Buda y verlo por una última vez, antes de que pasara de este mundo.

Poco a poco, todos los discípulos, tanto físicos como espirituales, fueron llegando a Kusinagara para rendirle sus últimos respetos al Buda. Entre ellos se encontraban millones de monjes y monjas, y todos loraban alrededor de la figura de su Refugio, su padre, su maestro. Desde el primcipio del Budismo, el Buda fue radical, reconociendo a todos los seres, sin importar sus diferencias de sexo o clase, y acogió a todos los seres a su Orden, la Sangha. Esto era contrario a lo que otras religiones o grupos permitían en su día, pues la India se encontraba dividida rígidamente en sus sistema de castas, donde las personas no podían salir o subir en la escala social. En el nivel más alto se encontraban los Brahmanes, o los líderes religiosos y espirituales, quienes mantenían la religión oficial en base a los Vedas. Por debajo de ellos, se encontraban los reyes, los gobernantes y la clase guerrera de los Kshatriyas, quienes mantenían el orden social. Por debajo de ellos, se encontraban los comerciantes, quienes movían la economía. Debajo de ello, se encontraba la clase baja, compuesta por trabajadores del campo. Pero por debajo de ellos, fuera de la escala social, se encontraban los Sudras, los "intocables", quienes realizaban toda clase de trabajo sucio o difícil, y quienes eran tratados como infrahumanos. Si bien esto suena difícil de creer, las mujeres muchas veces eran vistas como inferiores a todos ellos, y por esto, no podían asumir roles ni tomar votos espirituales dentro de las órdenes monásticas de la India.

Si bien el Buda nació dentro de la clase guerrera, él renunció a su título y su reino y se convirtió en un Sannyas, un mendicante y renunciante, y tras alcanzar su Despertar, le permitió la entrada a su nueva Orden o Sangha a todas las personas, sin distinción de sexo o clase, y trató a todos los seres por igual. Todo este es digno de mención pues, a pesar del total igualitarismo mostrado por el Buda en su tiempo, con el pasar de los siglos, el Budismo se volvió muy monástico y masculino, y en muchos países, esas nociones anticuadas y prohibidas por el mismo Buda de ver a las mujeres como inferiores se volvió a filtrar dentro del Budismo, al punto de que las ordenes monásicas femeninas en muchos países budistas desaparecieron. Sin embargo, el mismo Sutra del Nirvana, el cual, al ser el último sermón dado por el Buda en el mundo, debe ser la palabra final en todo asunto, dice: "[Las monjas] Habían alcanzado las diez etapas (del desarrollo del Bodhisattva), donde permanecieron impasibles. Nacieron como mujeres para enseñarles a los seres. Siempre practicaron las cuatro mentes ilimitadas (de bondad amorosa, compasión, alegría simpática y ecuanimidad), alcanzando así un poder ilimitado y actuaron bien en lugar del Buda." Aquí, vemos que el Sutra dice que estas monjas nacieron como mujeres para enseñarles a los seres sintientes que todos los seres poseen la Naturaleza Búdica, la capacidad de alcanzar el Despertar y convertirse en Budas. Esto lo vimos anteriormente en el Sutra del Loto con la Budeidad de la princesa dragón en el capítulo "Devadatta".

Pero entre la asamblea congregada alrededor del Buda también se encontraban muchos seguidores laicos, quienes, al ver la luz que el Buda emitió de su boca temprano en la mañana, salieron cargados de todo tipo de ofrendas para presentarlas ante el Buda. 

Uno a uno, todos los seres, tanto monjes como monjas, hombres y mujeres laicos, así como seres celestiales y divinos, presentaron sus ofrendas al Buda, pero el Buda no aceptó ninguna de sus ofrendas y permaneció en silencio, mirándolos a todos con infinita compasión. No obstante, todos estaban tristes al ver que sus ofrendas no fueron recibidas. Cada uno de ellos, simplemente, se sentaron alrededor del Buda en silencio. Lo mismo sucedió con grandes reyes celestiales, al igual que con grandes reyes demonios, espíritus, y toda clase de seres, incluidos los animales, todos quienes habían llegado a hacerle ofrendas y compartir sus últimos momentos en la presencia del Buda, antes de que partiera de este mundo. Incluso el mismo Mara, el archienemigo del Buda, la encarnación del deseo y del mal, apareció en Kusinagara junto con todas sus juestes de demonios a presentarle sus ofrendas al Buda. 

"En ese momento, Mara-papiyas (Mara) del mundo del deseo con todos sus demonios afines y hembras, y con sus innumerables personas, abrió las puertas del infierno, y dijo: "Ahora no tienemos nada que hacer. Solo pedimos que el Tathagata, el que merece ofrendas y el Iluminado, participe en la alegría y disfrute sus últimas ofrendas. Ahora tendrá una larga noche de paz". Entonces, Mara eliminó todas las espadas grandes y pequeñas y el veneno y el dolor del infierno. Hizo caer la lluvia y apagó el fuego ardiente. A través del poder del Buda, ganó este estado de ánimo. Hizo que todos sus familiares demonios tiraran sus grandes y pequeñas espadas, arcos, ballestas, armaduras, armas, alabardas, escudos, ganchos largos, martillos metálicos, hachas, carros de guerra y los lazos. Las ofrendas que tenían eran el doble que las de los hombres y celestiales. Incluso el más pequeño de los parasoles cubría el mundo. Llegaron a donde estaba el Buda, le tocaron los pies con la cabeza y le dijeron: "Ahora amamos y protegemos el Mahayana"." Pero el Buda no aceptó sus ofrendas tampoco, y permaneció en silencio. 

Este párrafo es interesante, pues muestra que al final, incluso el mismo Mara es convertido al Budismo. El Dharma tiene ese poder, el poder de transformar todo lo malo en bueno; el poder de hacer surgir dentro de nosotros ese reconocimiento por la dignidad y el valor de todos los seres; el poder de permitir a todos los seres a accesar su Naturaleza Búdica y ser agentes positivos en el mundo. 

Entonces, de cada rincón del Cosmos, de sus Tierras Puras, todos los Budas enviaron Bodhisattvas emisarios para rendirle honor y ofrendas al Buda Shakyamuni en este Mundo Saha. Cuando los diferentes Bodhisattvas llegaron de los rincones del Cosmos, todos los seres, incluyendo a los seres celestiales y Mara y sus huestes, se asustaron, al ver la magestuosidad, el tamaño y la luz que emanaba se estos Bodhisattvas. Pero el Bodhisattva Manjushri los calma a todos. De todas las Tierras Puras, llegan grandes Bodhisattvas y, con sus grandes comitivas, le presentan sus ofrendas al Buda Shakyamuni, quien permanece en silencio, mirando a todos con los ojos de su infinita compasión y bondad, sin aceptar las ofrendas de ninguno. 

En ese instante, el Buda rasga el velo de Maya, la ilusión y la dualidad, y unifica todos los mundos en todos los universos y los hace uno - una sola Tierra Pura, y en ese instanten Kusinagara deja de ser una región en la India, y se convierte en una sola Tierra Pura. Y del rostro del Buda, emanó una luz que cubrió y abrazó a todos los seres, y todos los seres dijeron: "La luz del Tathagata, habiendo aparecido, regresa y entra (a él nuevamente). Esto no es sin razón. Esto indica que el Buda ha hecho lo que pretendía hacer en las diez direcciones y ahora entrará en el Nirvana como su último acto. Esto debe ser lo que significa indicarnos. ¡Ay del mundo, ay del mundo! ¿Por qué es que el Honrado por el Mundo abandona a las cuatro mentes ilimitadas y no acepta las ofrendas del hombre y el cielo? La luz de la Sabiduría ahora se apaga eternamente. El insuperable barco del Dharma se está hundiendo. ¡Ah, el dolor! ¡Ay del mundo!"." 

Como menciona este párrafo, este es un momento irrepetible: el Buda ya ha hecho lo que iba a hacer en este mundo - revelar el Dharma - y no tiene necesidad de mantenerse físicamente en este mundo. Esto fue explicado por el Buda en el Sutra del Loto, en el capítulo "La Duración de la Vida del Tathagata", donde explica que, de quedarse en el mundo, los seres dependería enteramente de él y no trabajarían por revelar su Budeidad Innata y no trabajarían por la salvación de los demás seres sintientes. Como un buen padre, el Buda debe de dejarnos crecer y convertirnos nosotros mismos en adultos, en Budas. Sin embargo, el Buda siempre se encuentra con nosotros, y nos ilumina y baraza en todo momento con su Luz Infinita, nunca abandonándonos. Si bien esto es cierto, no lo vemos ni lo percibimos en nuestro día a día porque nuestras pasiones y nuestro mal karma oscurecen nuestra visión. Solo podemos percibir este mundo y nuestro propio sufrimiento. Es por ello que solo podemos ver que el barco se está hundiendo. 

Esto fue un presagio para lo que sucedería con el Budismo el poco tiempo tras el Parinirvana del Buda. Al pasar los siglos, la comunidad budista se volvió muy monástica y se enfocó solamente en el sufrimiento, la primera Noble Verdad, y en su origen, el deseo, la segunda, y se olvidó de las otras dos: que existe una salida de este sufrimiento, y que la misma se encontraba en la aplicación del Dharma en todas las áreas de nuestra vida diaria. Esto fue lo que condujo a la ruptura inicial y la creación de las dos vertientes del Budismo que existen en el mundo: la Hinayana (Theravada), la cual solo se enfoca en el sufrimiento y el escape de este mundo, y la Mahayana, la cual trata de regresar al mensaje y el propósito original de la aparición del Buda en este mundo y la revelación de su Dharma y salvar a todos los seres sintientes, pero que igualmente, con el tiempo se desvió de su propósito, enfocándose en los medios y no el fin: la salida del sufrimiento, no de este mundo, pues, como hemos visto, en los últimos años de su vida, el Buda reveló la totalidad de la Verdad de su Despertar en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, y nos mostró que el sufrimiento es irradicable, y que solo podemos aliviarlo por medio de nuestra realización de la Verdadera Naturaleza de la Realidad, y que no existe una real salida de este mundo, sino que todos somos manifestaciones de esa Vida Eterna, y que por medio del Dharma, podemos accesar a nuestra Naturaleza Búdica y revelar nuestro Verdadero Ser, ayudar a los demás, y hacer de este mundo una Tierra Pura. Así, el Sutra del Nirvana confirma y expande las revelaciones dadas por el Buda en el Sutra del Loto.

En este momento, todos nos podemos estar preguntando: ¿Por qué el Buda no aceptó las ofrendas de ningún ser, sin importar quiénes eran, ni sus intenciones? Esto será repsondido en el próximo capítulo.

Así, este capítulo sienta el tono de todo el Sutra, y nos muestra que si bien el Buda ya no se encuentra físicamente en el mundo, su Dharma - su legado - se encuentra vivo, y, al ser todos nosotros sus hijos, podemos ayudarlo en su trabajo dinámico de salvar a todos los seres en el Cosmos. 

* * *

Estas entradas son parte del futuro libro:  "El Dharma Eterno: El Ultimo Sermón del Buda en el Mundo - Las Enseñanzas del Sutra del Nirvana" (Hikari Publishing, 2022). Copyright - Todos los Derechos Reservados.

domingo, 13 de febrero de 2022

El Buda es Vida Eterna: La Revelación del Buda Eterno - Sermón en Conmemoración del Paranirvana del Buda Shakyamuni

 

Hoy, en el Templo Tendai de Puerto Rico, conmemoramos el Paranirvana del Buda Shakyamuni, el Buda de este mundo. Cuando reflexionamos sobre la vida y obra del Buda, no podemos para y preguntarnos: ¿Dónde se encuentra el Buda ahora mismo? La respuesta a esta pregunta varía de acuerdo con la tradición o la escuela budista. Para los budistas Theravada, el Buda ha pasado al Nirvana Final (Paranirvana), donde se ha agotado todo el karma, se ha reducido el cuerpo y la consciencia a cenizas, y ya no hay renacimiento en el Samsara. Este debe, siguiendo al Buda, ser el destino final de todos los seres. Para algunos budistas Mahayana, el Buda, si bien pasó al Nirvana, no espera que lleguemos prontamente, pues lejos de recudir el cuerpo y la consciencia a cenizas - lo cual es visto como algo egoísta -, debemos de continuar la labor salvífica del Bodhisattva y salvar a todos los seres sintientes antes de nosotros unirnos a nuestro destino final. Pero la escuela Tendai japonesa, siguiendo la Tradición del Loto establecida por el mismo Buda Shakyamuni en el mundo, tiene una postura muy diferente, y en muchos aspectos, radical.

Las Enseñanzas Perfectas y Completas de la Tradición del Loto nos revelan que el Buda, lejos de pasar al Paranirvana, sigue siendo una fuerza activa y diná,mica en la labor salvífica del Bodhisattva, salvando a los seres aun ahora mismo en los diferentes mundos. Esta revelación final se encuentra en dos Sutras, o sermones dados por el Buda, cerca del final de su vida, donde reveló la totalidad de su Dharma, su misión y su Despertar, en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Entonces, el Buda solo dio la impresión de morir - de pasar al Paranirvana - como un medio hábil (Upaya), para que los seres entendieran que, si bien su vida es eterna, todo lo que es compuesto por causas y condiciones, todo en este mundo, debe de pasar y morir. Junto con esto, el Buda nos estaba tratando de revelar algo aun más importante, y es que, así como su vida es eterna, nuestras vidas también son eternas, pues todos nosotros - toda la vida en el Cosmos - es parte de una sola vida, pues todos estamos fundamentalmente interconectados. Somos como olas que surgen, se mantienen y perecen en la superficie del mar.

Ahora, muchos de ustedes se pueden estar preguntando: ¿Por qué existe tanta discrepancia entre esta visión y la propuesta por las otras escuelas budistas, incluso, aquellas que son Mahayana? Esto se debe a tres elementos: primero, esto se debe al Plan Dhármico Salvífico ideado por el Buda para revelar su Dharma o enseñanza, sefgundo, al largo tiempo en que fue pasado el Budismo oralmente por la tradición; y tercero, a que los seres, aun hoy día, siguen poseyendo diferentes naturalezas, capacidades y poseen diversas necesidades, creando la necesidad de que existan diferentes mensajes - diferentes "Budismos" - para cada uno de ellos. Para entende esto, remontémonos al momento más crucial en la historia y el desarrollo de esta maravillosa religión: el momento en que el Buda alcanza el Despertar bajo el Arbol Bodhi en la India, hace más de 2,500 años. 

Comencemos desde el principio. El Buda Shakyamuni nació hace más de 2,500 años en la India, alrededor del 560 AEC, como hijo de un poderoso rey llamado Suddhodana, el gobernante del clan Shakya, y de su madre Maya, en Kapilavastu, en lo que hoy se conoce como Nepal. Su nombre de nacimiento fue Siddhartha, que significa "Aquel que Logra su Cometido". En el momento de su nacimiento, todos los animales del bosque se conglomeraron para ver el nacimiento de la luz del mundo. En ese instante, llovieron flores del cielo, y los dioses y seres presentes se regocijaron. Lamentablemente, su madre Maya murió a los siete días de dar a luz, por lo que el joven príncipe fue criado por su tía Mahapajapati.

Tras el nacimiento de su heredero, el rey Suddhodana hizo los arreglos para invitar a todo el pueblo a una celebración, incluyendo los líderes religiosos y políticos. Como era costumbre, el joven príncipe fue visitado por un monje llamado Asita, quien profetizó que el joven príncipe se convertiría en un Gran Monarca, reinando con justicia y orden, o en un Asceta, llevando luz al mundo. El rey, preocupado por la profecía, se aseguró de que el joven príncipe viviera rodeado de lujos, e invitó a los mejores maestros en educación física y mental, sabios, soldados y atletas de todos los confines del reino para darle la mejor educación posible y poder capacitar al joven príncipe para ser el mejor monarca, filósofo y guerrero del mundo. El joven Siddhartha logró sobresalir en todas las materias y en las artes de combate, y a los diecinueve años, Siddhartha se casó con la joven Yashodhara y tuvo un hijo llamado Rahula. La pareja real vivía rodeada de todos los lujos en los hermosos precintos del palacio.

No obstante, aunque parecía poseerlo todo, y estando rodeado de lujos y bellezas en todo momento en su palacio, Siddhartha se sentía desesperanzado, viendo que existía miseria y sufrimiento en el mundo. A medida que pasaba el tiempo, más crecía el llamado por ir a buscar la luz de la Verdad. El mismo siguió creciendo hasta que a los veintinueve años decidió abandonar su familia y su reino y embarcarse en una búsqueda espiritual para ponerle fin al sufrimiento del mundo. 

Siddhartha pasó los próximos seis años estudiando y practicando ascetismo bajo los mejores maestros ascetas de la India en su momento, poniendo su cuerpo bajo duras pruebas y llevándolo a sus límites para descubrir la Verdad. Al cabo de seis años, se dió cuenta de que había caído en otro extremo, y al igual que su vida anterior llena de lujos, su vida actual de mortificación y provación extrema no lo llevaría a ningún lugar. Con esto,m se dió cuenta de que el camino a la Verdad se encontraba entre los extremos, paciente y sistemáticamente investigando todos los aspectos de la vida, descubriendo una solución al sufrimiento. 

Mientras trataba de cruzar un rio, una joven vió al asceta desnutrido, lo confundió con un espíritu del bosque, y le llevó comida. Agradecido, Siddhartha vio cómo la comida restauraba sus energías. Abandonando sus prácticas ascéticas extremas, se sentó bajo un árbol y decidió meditar hasta descubrir la Verdad. Sentado, tranquilamente, Siddhartha desarrolló un comprensión profunda de la naturaleza de la existencia, descubriendo todas sus vidas pasadas junto con la de todos los seres, viendo el pasado, el presente y el futuro, y comprendiendo todas las leyes de la existencia. Allí, Siddhartha descubrió su misión real y alcanzó el Despertar, conviertiéndose en un Buda, un Despierto. Así, se llamó el Buda Shakyamuni, el Sabio del clan de los Shakyas. El Buda, en ese instante, recordó que nunca fue un hombre mortal, sino que desde el principio era una encarnación de la Energía de Vida, la Unidad, que crea y anima todo en el Cosmos, que bajó a este mundo de la dualidad para revelarnos el Dharma, las Leyes Universales, y hacernos conscientes de nuestra Unidad Fundamental, para que podamos aliviar nuestro sufrimiento y vivir vidas plenas y felices, y ayudar a otros a hacerlo.

Tras su Iluminación, el Buda vio que los seres no estaban preparados para aprender lo que había descubierto. En ese momento, un dios bajó y le suplicó que le enseñara a los seres el camino fuera del sufrimiento. Entonces, el Buda ideó un plan para poder ir preparando gradualmente a los seres hasta poder revelar la totalidad de la Verdad de su Iluminación. Así, el Buda predicó diferentes sermones, adaptando la Verdad a las capacidades, naturalezas y necesidades de los seres que lo escuchaban.

Por los siguientes 45 años de su vida, el Buda realizó su labor con infinita compasión, esparciendo la sabiduría de sus enseñanzas por toda la India. Cerca del final de su vida, el Buda reveló la totalidad de la Verdad en un sermón llamado el Sutra del Loto, donde le reveló a todos los seres que todos, sin distinción, alcanzarán el mismo Despertar. Allí, el Buda reveló que él era una manifestación de la Esencia de la Gran Sabiduría y Compasión del Universo, y que había aparecido en este mundo para llevar la luz del Dharma a los seres y salvarlos del sufrimiento, y que aunque pronto moriría, su Esencia era eterna, y que siempre estaría realizando su labor salvífica por todo el universo.

En el Sutra del Loto, el Buda dice: 

"Desde el tiempo en que alcancé la Budeidad,
Los eones que ha pasado
Son ilimitados cientos de miles de miríadas
De kotis de asamkhyeyas en número.
Yo siempre predico el Dharma para enseñar y transformar
Incontables millones de seres vivientes,
Para que entren al Camino del Buda.
Y a través de esos ilimitados eones
Para salvar a los seres vivientes,
Yo manifiesto apropiadamente el Nirvana.
Pero en realidad yo no paso a la tranquilidad inactiva o al Nirvana;
Sino que permanezco aquí, siempre predicando el Dharma."

Y en el Sutra del Nirvana, el Buda dice:

El Buda le dijo a Kasyapa: 'Es como cuando las personas ven que la luna no aparece y dicen '¡La luna ha desaparecido!' Y piensan que ha desaparecido. Sin embargo, la naturaleza de la luna realmente no ha desaparecido. Cíclicamente aparece en lugares en otras direcciones, y los seres sintientes allí dicen 'La luna ha aparecido'. Sin embargo, la naturaleza de la luna realmente no ha aparecido. ¿Y por qué? Es porque está bloqueada por el Mounte Sumeru que desaparece. La naturaleza lunar de constante surgimiento no ha aparecido o desaparecido. El Tathagata, el Arhat, el del conocimiento perfecto, también es así. Él aparece en el trichiliocosmo, o se manifiesta en Jambudvipa (la Tierra) teniendo un padre y una madre. Los seres sintientes dicen que él nació en Jambudvipa, o en Jambuvipa él muestra el Nirvana. Pero, la naturaleza del Tathagata realmente no tiene Nirvana. Sin embargo, todos los seres sintientes dicen que el Tathagata realmente entra en Parinirvana'."

Cuando el Buda alcanzó los ochenta años de edad, sintiendo que ya había logrado su cometido en este mundo, el Buda se acostó entre dos árboles en el bosque de Kusinagara y les dijo a sus discípulos: "Hijos míos, mi momento final en este mundo ha llegado, pero no olviden que mi muerte es solo el final de mi cuerpo físico...el verdadero Buda es el Despertar. El cuerpo muere, pero la luz de la Sabiduría de la Iluminación es eterno y mora en quienes practican el Dharma...Hágan de ustedes una luz". Así, calmadamente, rodeado de todo tipo de seres, bajo una lluvia de flores e incienso, el Buda pasó de este mundo. 

Con estas palabras, el Buda nos enseñó que existe algo más allá del cuerpo - el poder del Despertar, nuestra Naturaleza Búdica - y es una esencia que todos los seres poseen - el potencial de Despertar y ayudar a otros a Despertar. Esta es la verdadera energía eterna de vida, llena de Sabiduría y Compasión, que anima todo en el universo. Debemos de buscar dentro de nosotros esa luz, el Buda interno - nuestra Naturaleza Búdica - y ayudar a otros a descubrirla. Cuando descubrimos nuestra Naturaleza Búdica, a través de la meditación y la devoción, nos damos cuenta de que el Buda, el poder de la Gran Sabiduría y Compasión, ha sido lo que ha estado operando dinámicamente dentro de nosotros desde el tiempo inmemorial. 

Así, como vemos, la Verdad, en su esencia, a la que el Buda despertó fue la Unidad Fundamental, llamada tradicionalmente como la doctrina de la "Originación Dependiente", que postula que todo en el Cosmos, incluyendo todos los seres, están infinita y fundamentalmente interconectados. Por ello, si bien aparentamos ser diferentes personas y seres que poseen una existencia independiente y un alma eterna, existimos debido a una infinita red de causas y condiciones. Por ello, no poseemos un "Atman" o un "alma" que sea eterna e individual e independiente de todo lo demás. Pero debido a que somos ignorantes de nuestra Unidad Fundamental, nos dejamos llevar por nuestros deseos y pasiones ciegas y creamos mal karma, lo que hace que continuemos renaciendo en el ciclo interminable de nacimientos y muertes del Samsara, creando aun más karma negativo, y repitiendo el mismo patrón por la eternidad. 

Tras la muerte física del Buda, sus enseñanzas fueron pasadas oralmente por siglos hasta que se compusieron en lo que hoy se llaman "Sutras". Durante todo este tiempo, aunque surgieron diferencias en el entendimiento de la aparición del Buda y su verdadera enseñanza, la comunidad budista ordenada continuó viviendo junta y en armonía. Pero con el pasar de los siglos, la Sangha monástica se volvió muy cerrada y elitista, centrada exclusivamente en la salvación personal como un medio para escapar del Samsara. Esto hizo que surgiera dentro de la Sangha monástica un movimiento reformista, que buscaba rescatar el mensaje y el propósito original del Buda y su Dharma en el mundo, para hcer el mismo disponible a todos los seres sintientes. Este nuevo grupo se llamó "Mahayana", que significa "Gran Vehículo", pues buscaba salvar a todos los seres sintientes, y llamó al camino de los ancianos como "Hinayana", o "Pequeña Barca", pues solo buscaban salvarse individualmente. Los budistas Hinayana se adhirieron entonces a los primeros sermones del Buda (Agamas, hoy contenidos en el Canon Pali), los cuales sustentaban su posición de la salvación individual, e ignoraron sus sermones posteriores donde revela la totalidad de la Verdad, los cuales fueron adoptados por los budistas Mahayana (hoy contenidos en el Canon Sánscrito y Chino). Así, se creó la mayor división existente en el Budismo, la cual existe aun en nuestros días, entre las escuelas Theravadas (Hinayana) y las escuelas Mahayana. 

Con el pasar del tiempo, el Budismo Hinayana se concentró en el Sur de Asia, y el Budismo Mahayana se esparció por todo el Norte y el Este de Asia, y continuó desarrollándose. A medida que pasaba de un país a otro, ciertos grupos se formaron alrededor de cierto cúmulo de enseñanzas: unos se centraron sobre la doctrina de la Vacuidad (Sunyata) y enfatizaron el rol y la importancia de la práctica de la meditación para realizar la Verdadera Naturaleza de la Realidad, mientras que otros se centraron alrededor de mediso hábiles como la devoción y la fe a ciertos Budas y Bodhisattvas, como la recitación del Nembutsu y el culto al Buda Amida. No obstante, la meta de ambos grupos era la misma, presentada en palabras y en práctica de forma variada: alcanzar el Despertar (o el Renacimiento) del Nirvana (Tierra Pura) para el beneficio y la salvación de todos los seres sintientes. Poco a poco, así, el Budismo Completo y unificado - el legado del Buda en el mundo - continuó dividiéndose y fragmentándose por todo el mundo budista. 

Pero no todo estaba perdido. En China, llegaban muchos escritos budistas, tanto Hinayana como Mahayana, y los chinos, al no haber estado expuestos al Dharma como lo estuvieron los indios, no sabían qué Sutras habían sido dado primero y cuáles después, ni cual era más importante que otro. Fue un monje budista chino, llamado Chih-i, quien en el Siglo VI leyó todo el Canon Budista y organizó los Sutras cronológicamente y en orden de importacia, y redescubrió el Plan Dhármico Salvífico del Buda para el mundo, en lo que llamó los Cinco Periodos y las Ocho Enseñanzas, y redescubrió la supremacía del Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, y llamó a su escuela la Escuela Tientai (Tendai en chino), reestableciendo la Traidición del Loto: el legado fiel del Buda en el mundo. Posteriormente, un monje busista japonés llamado Saicho, fue a China y trajo las Enseñanzas Perfectas y Completas a Japón y fundó la escuela Tendai en el Siglo VIII, en el periodo Heian, añadiendo las enseñanzas y prácticas esotéricas (Vajrayana) que Chih-i no había incorporado (porque no habían llegado en aquel momento a China), perfeccionando y completando así la Tradición del Loto. Sin embargo, aun cuando se restableció el verdadero propósito y legado del Buda en el mundo, en el medioevo japonés, en respuesta a las circunstancas que vivía Japón en el periodo Kamakura, escogieron una sola práctica del amplio repertorio de enseñanzas y prácticas de Budismo Tendai y fundaron escuelas de práctica exclusiva, dedicadas únicamente a las mismas, como la práctica de la meditación (el Rinzai Zen de Eisai y el Soto Zen de Dogen), la práctica del Nembutsu (el Jodo Shu de Honen y el Jodo Shinshu de Shinran), o la devoción exclusiva al Sutra del Loto (Nichiren), y el Budismo volvió a ser Budismos. Pero no hay por qué desesperanzar, pues esto solo afirma la realidad de que existen diferentes variedades de seres en el mundo, cada uno con sus propias necesidades, y que todos nos encontramos en diferentes momentos en nuestro camino y desarrollo espiritual, y todos los caminos llevan a la misma cima: el Despertar. Y por encima de todo, la escuela Tendai sigue viva y continúa preservando y manteniendo viva la Tradición del Loto en el mundo.

Tras entender todo esto, no podemos sentir nada más que lo inexpresable al ver que el Buda, como Vida Eterna, continúa preservando su legado, su propósito y su mensaje en el mundo, y que lejos de ser una figura muerta, es una fuerza dinámica viva que continúa trabajando - brillando su Luz Eterna - en todos nosotros, y es gracias a ello que hoy su Dharma Eterno ha llegado a todos y cada uno de nosotros, y podemos descubrir nuestra Naturaleza Búdica - nuestra unión con el Buda, y alcanzar el Despertar.

Así, hoy, en honor al trabajo incansable del Buda de salvar a todos los seres sintientes, en la conmemoración de su Paranirvana, comenzamos un nuevo Ciclo de Lecturas - el primero - sobre el Sutra del Nirvana, donde presentaremos una traducción comentada sobre el mismo, viendo cómo podemos aplicar sus enseñanzas en el Siglo 21.

Que el mismo sea una luz en la oscuridad de nuestra ignorancia e ilumine nuestro Verdadero Ser, para que podamos encarnar la Vida Eterna del Buda en nuestras vidas y poder repagar esa inmensa deuda de gratitud que le debemos al Cosmos, y a todos los seres sintientes.