En el Budismo Tierra Pura, a veces existe la tendencia de ver la Tierra Pura de la Bienaventuranza (Sukhavati, o cualquier Tierra Pura) como un lugar físico o existente, como nos dicen los Sutras, en el "Oeste del Cosmos". Ciertamente, así es como es vista por la mayoría de los devotos budistas, y en cierta manera, esto es cierto: la Tierra Pura de la Bienaventuranza existe en un plano espirtual como un lugar, aunque fuera del espacio y el tiempo, y todos los que aspiran al Renacimiento pueden renacer allí si colocan toda su fe y confianza en la Gracia Salvífica del Buda Amida. No obstante, esta es solo una de sus formas de existencia, la Tierra Pura Convencional, pero la Tradición Budista nos dice que existe otra modalidad de la Tierra Pura: la Mente o la Tierra Pura de la Talidad. Veamos esto con más detalle.
En la Tradición del Loto custodiada por la escuela Tendai, existe la doctrina de las Tres Verdades, que estipula que la Verdadera Naturaleza de la Realidad es tripartita. La primera verdad es la Verdad Absoluta o de la Unidad Fundamental, la Esencia, llamada en la Tradición Budista y el Canon como la Vacuidad (Sunyata), o en su aspecto positivo, la Talidad (Tathata). Este es el Nirvana. Es decir, en la Realidad Ultima, todo es un; es Monista. La segunda verdad es la Verdad Convencional o de la Dualidad, la existencia en el espacio y el tiempo de fenómenos, todos manifestaciones de la Talidad. Esta es la existencia o el Samsara como lo conocemos. La tercera verdad es la Verdad del Camino Medio, que nos dice que ambos, tanto el Absoluto, la Talidad y el Nirvana, así como lo Convencional, la Dualidad y el Samsara, son dos modalidades o manifestaciones de la misma Esencia. Todo lo que vemos es una manifestación de la Talidad o el Nirvana. Como nos dice el Sutra del Loto: "Todo existe en su posición dhármica"; y como nos dice el Gran Maestro Chih-i: "No existe nada que no sea el Camino Medio". Esto es explicaco con detalle en el Oyojoshu del Gran Maestro Genshin.
Regresando a la Tierra Pura de la Bienaventuranza, la misma puede ser vista como un lugar espiritual fuera del espacio y el tiempo, creado por los votos, los méritos y la Gracia del Buda Amida; pero a su vez, puede ser vista como una metáfora o una manifestación de la Talidad, de la Mente Universal, para llamar a los seres al Despertar. El Santo Ippen nos dice:
"La Tierra Pura ha sido establecida para hacer surgir el anhelo por ella y fomentar la aspiración al nacimiento. Y el fomento de este anhelo es, al final, para que digamos el Nombre Sagrado (Nembutsu). Así, la explicación de 'Mente Profunda' [nombrada en los Sutras y explicada por los Maestros] dice: 'inducir a la gente a anhelar'. Cuando escuchamos hablar de las maravillas de la Tierra Pura, la aspiración de nacer no puede dejar de surgir dentro de nosotros. Cuando ha surgido esta aspiración, necesariamente se pronuncia el Nombre Sagrado. Así, la aspiración al nacimiento es la mente incipiente que conduce a refugiarse en el Nombre. Dado que las nuestras son mentes ilusorias de las seis formas de conciencia y discriminación, es imposible que se conviertan en la causa consumada del nacimiento en esa tierra. El deseo de pronunciar el Nombre Sagrado es en sí mismo nacimiento. Por eso hablamos de 'nacimiento a través del Otro Poder'. Normalmente, todo el mundo piensa que alcanzará el nacimiento porque lo desea fervientemente y su aspiración es muy intensa".
Como hemos visto, el Santo Ippen se mantuvo muy apegado a su formación original como monje Tendai, por lo que su visión de la fe y la práctica espiritual budista no está muy lejos de la ortodoxia; por el contrario, es ortodoxa. Aquí, Ippen nos dice que el Buda Amida, el Infinito, creó una Tierra Pura para que nosotros, apegados a la felicidad y una mejor existencia, aspiraramos a renacer en ella, pero esto fue un medio hábil para llevarnos al a verdadera meta, la cual es una con el Voto Primal del Buda Eterno: hacer que todos los seres alcancen el Despertar. Por ello, cuando leemos sobre las maravillas de la Tierra Pura de la Bienaventuranza, deseamos renacer en ella, y cuando aspiramos a esto, despierta nuestro Bodhicitta, nuestro Deseo de la Alcanzar la Budeidad por el Bien de Todos los Seres Sintientes, y comienza nuestro Camino Budista del Bodhisattva. En ese momento, si nos encomendamos con total fe y confianza a la Gracia Salvífica del Buda Amida, acetamos nuestro regalo de salvación, y desde entonces, el Buda obra a través de nosotros, lo que hace surgir espontáneamente el Nombre Sagrado, el Nembutsu: "Namu Amida Butsu". Nuestro Renacimiento es nuestro Despertar a la Unidad Fundamental, y el Nembutsu es el medio a través y por el cual lo alcanzamos. Toda obra buena que hagamos posteriormente no es para ganarnos el mismo, pues ya nos ha sido dado, sino para repagar la deudad inmensa de gratitud que le tenemos al Buda por su Regalo de Salvación. Desde entonces, la Tierra Pura, el Nirvana, es el eterno ahora. como nos dice el Buda Shakyamuni en el Sutra de Vimalakirti: "No existen dos tierras, una pura y una impura; la pureza e impureza de un muno depende de la mente de los seres". Cuando somos transformados por la Gracia del Buda, este mundo se vuelve una Tierra Pura, y dedicamos todos nuestros pensamientos, palabras y acciones para hacerlo una realidad.