El Sutra del Loto es el sermón del Buda más importante en todo el Canon Budista, pues el mismo revela la verdadera intención, enseñanza y legado del Buda en el mundo. Es por ello que el Sutra del Loto es el Sutra más venerado en todo el Este de Asia, inspirando el arte, la cultura y la religión asiática, despertando la fe y la devoción tanto en monjes como en creyentes, no solo en el Buda y sus Bodhisattvas, sino en el poder del Sutra del Loto mismo y sus milagros. Es por ello que desde la antiguedad, el Sutra del Loto ha sido leído, estudiado, recitado, predicado y trasncrito como una forma de avivar la piedad y acumular méritos, tanto para este vida como para las próximas, tanto para uno como para otras personas.
El Dainihonkoku Hokkekyokenki, que se puede traducir como "Historias Maravillosas del Sutra del Loto en el Antiguo Japón", fue una obra escrita por el monje Tendai Chingen entre los años 1040 y 1044 en el Monte Hiei en Kyoto. Esta obra, que fue escrita para el beneficio del público budista general, recopila muchas historias y anécdotas asociadas con personas piadosas devotas al Sutra del Loto y los eventos maravillosos que surgieron de esa piedad, con el fin de despertar la fe en los lectores. Entre ellas, se encuentran muchas anécdotas interesantes, donde la devoción al Sutra del Loto resulta en la salvación del karma de vidas pasadas, la protección contra desastres naturales y eventos paranormales, e incluso el logro de la Budeidad de los devotos y practicantes del Sutra del Loto.
Personalmente, esta obra se encuentra muy cerca de mi corazón, pues la misma relata historias conmovedoras sobre la piedad budista de muchos de nuestros Grandes Maestros como el Gran Maestro Saicho, el fundador de nuestra escuela japonesa, y sus discípulos, como Ennin y Soo, entre otros. Pero esta obra también muestra a otros monjes, monjas y creyentes, que gracias a su piedad budista, sus historias continúan inspirándonos a seguir en el Camino Budista.
8 - El Monje Myotatsu del Templo Ryugeji
Myotatsu era un monje residente del templo Fuyama-Ryugeji del Distrito de Takawa en la Provincia de Dewa. Siendo puro en mente y conducta, no se manchaba con las cosas vulgares y populares de la vida. Seguía firmemente los Preceptos, temía cometer pecados y crímenes, y recitaba el Sutra del Loto diariamente. No hacía nada en vano, estaba lleno de misericordia, y siempre se deleitaba en las bendiciones y los logros de otros.
En el noveno año de Tenryaku (955), Myotatsu, sin dolor o enfermedad, murió súbitamente sosteniendo un rollo del Sutra del Loto, llegando al Palacio del Rey Yama (Enma). El Rey Yama descendió de su trono y le rindió homenaje a Myotatsu, diciendo: "No has sido llamado aquí porque se acabara tu tiempo de vida, sino por tu devoción al Sutra del Loto y tu profundo conocimiento del Verdadero Dharma. Era un guardión del Dharma Correcto en esta degenerada Era Final del Dharma, por lo que te he invitado aquí para que le muestres los resultados del bien y el mal a las personas en Japón. Por favor, santo hombre, beneficia a las personas mostrándoles la correcta práctica, y que hagan el bien y eviten el mal. Los efectos de sus buenas y malas acciones serán siempre grabadas."
Siete días más tarde, Myotatsu revivió, y le contó a todos su experiencia en el Palacio del Rey Yama. Todos los que lo escucharon estaban atónitos, se abstuvieron de malas acciones y aspiraron al Despertar. Practicaron acciones buenas y virtuosas, hicieron imágenes budistas, copiaron Sutras, y donaron para la construcción de templos y pagodas. Todo esto gracias a escuchar y creer en Myotatsu y su experiencia cercana a la muerte.
Myotatsu respetó y predicó el Sutra del Loto por el resto de su vida y alcanzó el Camino. En sus momentos finales, con un quemador de incienso en sus manos, Myotatsu tomó refugio en los Tres Tesoros y en los Budas y Bodhisattvas en las diez direcciones. Rindiendo su homenaje final, tocó el sulo con su cabeza en postración, con sus manos unidas sobre su cabeza, y pasó al Nirvana.