Uno de los temas más debatidos dentro de la literatura canónica Tierra Pura es el estado mental necesario para el Renacimiento en la Tierra Pura. Cuando vamos directamente a la fuente en el Canon Budista, vemos que los requisitos mentales o espirituales para renacer en la Tierra Pura de la Bienaventuranza se establecen en el Sutra de la Meditación en el Buda Amida y su Tierra Pura (Sutra de la Meditación). Estos son llamados la Triple Mente: una mente sincera, una mente de fe profunda y una mente decidida a renacer en la Tierra Pura. En el Sutra, el Buda Shakyamuni dice: "Los seres que nacerán en el nivel más alto del nivel superior son aquellos, quienesquiera que sean, que desean nacer en esa Tierra y poseen las Tres Mentes mediante las cuales son inmediatamente destinados a nacer allí. ¿Cuáles son las Tres Mentes, te preguntarás? Primero está la Mente Sincera; la segunda es la Mente Profunda; y la tercera es la Mente de Aspiración-Renacimiento de Transferencia de Mérito. Aquellos que establezcan el Triple Estado Mental tendrán la seguridad de renacer en esa Tierra inmediatamente". La Tradición Budista ha dedicado mucha atención a estas Tres Mentes, y esto se evidencia en la tradición comentarial. No obstante, el Sutra del Buda de la Vida y la Luz Infinita (Sutra Largo), así como el Sutra del Buda Amida y su Tierra Pura (Sutra Corto) solo mencionan el entregarse completamente en cuerpo, mente y espíritu al Buda Amida, recitando su Sagrado Nombre. Esto hizo que la Tradición desarrollara muchas teorías para poder explicar la mente necesaria para el Renacimiento en la Tierra Pura, lo cual ha causado igualmente mucha confusión al respecto.
El Santo Ippen responde a esta interrogante siguiendo la Tradición del Loto, cuando nos dice en uno de sus escritos:
"Me has preguntado sobre la mente adecuada del practicante del Nembutsu. Aparte de decir Namu-Amida-Butsu, no existe ninguna mente adecuada. Hay una multitud de doctrinas que han sido establecidas y abandonadas por muchos maestros sabios, pero todas son meras declaraciones temporales hechas en respuesta a diferentes confusiones. El practicante del Nembutsu, entonces, debe abandonarlos también y solo recitar el Sagrado Nombre.
"Una vez alguien le preguntó a Kuya Shonin cómo se debía decir el Nembutsu, y él respondió solo: '¡Abandona!'. No añadió ninguna otra instrucción. Esto está registrado en la biografía de Saigyo y es verdaderamente un dicho de oro. El practicante del Nembutsu abandona tanto la sabiduría como la locura; abandona las posturas del bien y del mal; abandona los razonamientos sostenidos por nobles y humildes, altos y bajos; abandona el miedo al Infierno y abandona la aspiración a la Tierra Pura, y además abandona la Iluminación de todas las escuelas: abandonando así todas las cosas, pronuncia el Nembutsu. Es este Nembutsu el que concuerda perfectamente con el trascendental Voto Primal del Buda Amida.
"Cuando uno recita el Sagrado Nombre de esta manera, no hay ni Buda ni yo; mucho menos hay aquí algún razonamiento sobre esto o aquello. Los reinos del bien y del mal son todos la Tierra Pura. Fuera de esto, no aspires, no renuncies. Entre todos los seres vivos (montañas y ríos, pastos y árboles, incluso los sonidos de los vientos y las olas que se elevan) no hay nada que no sea el Nembutsu. No son sólo los hombres los que comparten el Voto que todo lo trasciende.
"Además, si las palabras de un anciano tonto que habla así son difíciles de entender, entonces déjalas en su oscuridad y abandónalas también; y sin deliberar ni diseñar mentalmente de ninguna manera, encomiéndate al Voto Primal y recita el Nembutsu. Ya sea que lo digas con una mente tranquila o sin ella, el Nembutsu no puede desviarse del Voto Primal que todo lo trasciende que es el Otro Poder. En el Voto Primal del Buda Amida no falta nada, ni hay nada superfluo. Aparte de esto, ¿qué se puede decir de una mente adecuada? Simplemente regresa al corazón de una persona tonta y recita el Nembutsu. Namu-Amida-Butsu."
Este escrito del Santo Ippen es en respuesta a una pregunta de un monje budista sobre la mente necesaria o adecuada para alcanzar el Renacimiento, haciendo clara referencia a las Tres Mentes mencionadas en el Sutra de la Meditación y comentadas por la Tradición. En respuesta, Ippen regresa a la simplicidad del Voto Primal del Buda Eterno, que es llevar a todos los seres al Despertar y la Salvación por todos los medios adecuados. Siendo el Camino Tierra Puro uno sencillo, no depende de elaboradas teorías ni complejas prácticas, sino solo a la total entrega en cuerpo, mente y espíritu a la Gracia Salvífica del Buda Amida. Todas las doctrinas y teorías, si bien son iluminadoras, muchas veces solo nos alejan de la Verdadera Fe. Satisfacen el intelecto pero no el corazón, el cual solo puede ser satsfecho con la Luz Infinita del Buda que, cuando nos entregamos, nos abraza y nunca nos abandona.
El Budismo puede ser tan sencillo o tan complejo (ambos son correctos) como uno desee; todo depende del practicante y cuánto desee profundizar en el Depósito Dhármico y la Tesorería del Dharma, pero para Comulgar con el Buda en la meditación o para recibir su Gracia Salvífica en el Nembutsu, solo se necesita abrir nuestras mentes y corazones y permitir que el Buda Eterno trabaje en nosotros.