Un error común asociado con el Budismo es la creencia de que el Buda (o todos los budistas) son vegetarianos y que el Budismo exige que sus adherentes sean vegetarianos. Si bien he tratado de no escribir sobre el tema para evitar polémicas, en esta entrada examinaremos los mitos y realidades con un breve análisis histórico y textual sobre el Buda y el vegetarianismo en el Budismo.
Muchas personas creen que deben ser vegetarianas para ser budistas. En el Budismo, sin embargo, las opiniones sobre el vegetarianismo varían entre las diferentes escuelas. Por ejemplo, según la escuela Theravada (que se sigue en el Sur de Asia), el Buda permitió que sus monjes comieran carne (ya sea de cerdo, pollo y pescado) si el monje era consciente de que el animal no fue asesinado en su nombre. Las escuelas Mahayana (que es el Budismo que se sigue en el Noreste de Asia como en China, Corea y Japón) generalmente recomiendan una dieta vegetariana pero no es un requisito. Como veremos, el vegetarianismo no es exigido en los Sutras Hinayana (Suttas-Nikaya) sino en los Sutras Mahayana. Esto no responde necesariamente a una realidad histórica sino a un desarrollo posterior de la doctrina budista al momento de la composición de los Sutras Mahayana en el continente asiático.
Es importante destacar que este artículo está escrito desde un lente histórico y textual y no necesariamente de fe. Es importante abordar el Budismo correctamente y siempre acudir a fuentes fidedignas, educadas y confiables y no permitirnos cegar por opiniones personales. Este análisis histórico y textual es seguido por reflexiones y recomendaciones personales que arrojan luz sobre la práctica diaria.
Antes de abordar este malentendido (del vegetarianismo y el Budismo), debemos de distinguir entre dos elementos que deben estar presentes al momento de analizar una enseñanza o doctrina dentro de una religión: Primero, toda religión cambia con el tiempo. Una cosa es cómo el fundador y sus seguidores inmediatos practicaron una religión y otra son las innovaciones o desarrollos posteriores. El Budismo originalmente no era vegetariano ni prescribía el vegetarianismo. Pero a medida que el Budismo siguió desarrollándose y los monjes y monjas (y el público laico quienes tuvieron una voz y voto decisiva en el desarrollo del Budismo Mahayana) entendieron que el vegetarianismo era una conclusión racional del precepto de no matar, y nuestros esfuerzos de aliviar el sufrimiento en el mundo. Segundo, estos desarrollos fueron adjudicados al Buda mismo posteriormente cuando se copilaron sus sermones en los Sutras para darles autoridad. Es importante destacar que no todos los Sutras fueron copilados por los mismos grupos de personas. De hecho, un mismo Sutra puede reflejar variaciones que sugieren que el mismo texto que tenemos hoy como un solo sermón o Sutra es el resultado de varios textos escritos por diferentes grupos en distintos momentos; por ello, los Sutras reflejan diferentes puntos de vista sobre diversos temas, reflejando las creencias y aspiraciones de los grupos que los copilaron. Esto es materia histórica y no necesariamente de fe.
Trasfondo Histórico
Ahora, volviendo a abordar el tema del vegetarianismo en el Budismo, primero comencemos con la historia. Los monjes y monjas en la tradición budista son llamados “bhikshus” y “bhikshunis”, que literalmente significan en sánscrito "mendigos" o "mendicantes". Los monjes y monjas budistas originalmente recibieron su única comida diaria realizando rondas de limosnas en pueblos y ciudades locales, una práctica que es todavía es practicada en algunas regiones Theravada en el Sur de Asia. Históricamente, se exigió a los monjes y monjas que aceptaran lo que los laicos les ofrecieran, incluida la carne, ya que la caridad (dana) era el principal medio para que los laicos generaran méritos y así mejorar sus perspectivas de un feliz renacimiento en el futuro. La única excepción a esta regla reconocida en el Vinaya (Código de Conducta Monástica) es si un monje sabe que un animal ha sido sacrificado específicamente para alimentarlo, en cuyo caso no se le permite aceptar esa carne. Debemos recordar que los budistas en el Sur de Asia casi no meditan, solo rinden culto devocional al Buda y a la Orden, a la vez que ayudan a la Orden (Sangha) budista de monjes y monjas para generar el mérito suficiente para renacer como monje o monja en una vida futura. Esto difiere enormemente del Budismo Mahayana donde tanto laicos como ordenados doctrinalmente pueden practicar activamente el Budismo y alcanzar la Budeidad.
Históricamente, sabemos que el Buda rechazó explícitamente el vegetarianismo como un imperativo de la vida monástica durante una disputa con su primo Devadatta, un monje ambicioso que había intentado sin éxito ser nombrado el sucesor del Buda. Devadatta en su intento de parecer más iluminado y estricto que el Buda (y por ello, digno de ser nombrado su sucesor), prescribió cinco tipos de austeridades severas (dhutanga), incluido el vegetarianismo, y le pidió específicamente al Buda que exigiera que todos los monjes fueran vegetarianos. El Buda rechazó esta solicitud, ya que tal requisito limitaría lo que los monjes podían aceptar de los laicos y, por lo tanto, restringiría la cantidad de mérito que la gente laica podría generar. Esto es reseñado en toda biografía existente del Buda, incluída los Sutras y el Buddhacarita de Asvaghosa.
Otro evento que evidencia el que los primeros budistas comían carne se encuentra en la historia que rodea a la muerte misma del Buda. De acuerdo con el Mahaparinibbana Sutta en Pali (Discurso sobre el Gran Fallecimiento), de la tradición Theravada que narra el último año de la vida del Buda, su comida final fue ofrecida por el herrero Cunda, quien invitó al Buda y sus monjes a su casa para alimentarlos. Cunda les ofreció un plato llamado “sukaramaddava”, que el Buda aceptó en nombre de los monjes, pero advirtió que nadie más debería probar el plato y ordenó que el resto del plato fuera enterrado. Después de comer este “sukaramaddava”, el Buda sufrió el grave caso de disentería que finalmente le causó su muerte. Cunda estaba angustiado por haber enfermado al Buda, pero el Buda envió a su asistente Ananda para consolarlo y decirle que recibiría un gran mérito por ofrecerle a un Buda su última comida. Ha habido mucho debate en los comentarios tradicionales y entre académicos contemporáneos sobre qué era exactamente el “sukaramaddava”. El término significa literalmente "jabalí tierno", que en los comentarios indios y cingaleses generalmente se presume que fue algún tipo de plato de carne de cerdo. En el Este de Asia, donde el vegetarianismo era más común, este término se traducía como “chantanshu’er”, que significa "hongo del árbol de sándalo", lo que sugiere que la comida podría haber sido consumida por cerdos, como trufas o setas. Sin embargo, es de conocimiento común que ni el Buda ni la Orden no eran vegetarianos. El Buda enfatizaba el estado mental. El Sutta Nipata subraya que lo importante es la mente cuando dice que es la inmoralidad lo que hace a uno impuro (moral y espiritualmente), no el comer carne.
La práctica del vegetarianismo, que ahora está muy extendida en la India, parece derivar de la tradición del Jainismo, una de las escuelas rivales de los ascetas errantes con los que también se alineaba el Budismo. Los Jainas eran fuertes defensores de no dañar (ahimsa) y promovían el vegetarianismo estricto como una de sus prácticas definitorias. Dado que la tradición brahmánica principal de los Vedas tampoco era originalmente vegetariana, podemos concluir que la práctica generalizada del vegetarianismo tanto en el Hinduismo como en el Budismo posterior es probablemente el resultado de la influencia del Jainismo.
Análisis Textual
Veamos ahora los textos. Si estudiamos las Escrituras Sagradas budistas (Sutras) y sus Comentarios (Shastras) en Pali (Canon Theravada) cuidadosamente, encontraremos que en ninguna parte hay ninguna prescripción ni para los laicos ni para los monjes con respecto al vegetarianismo. Si el Buda hubiera hecho del vegetarianismo un requisito previo, tendría que estar presente en algún lugar de las Escrituras. Muy por el contrario, uno encuentra una serie de casos en los que el Buda habla de la alimentación, especialmente en las reglas relativas a los monjes, que indica que, durante la época del Buda, los monjes a veces comían carne, como ya hemos establecido.
El Buda en la Anguttara Nikaya, en el Sukhamala Sutta, antes de su Iluminación, describe que su familia era lo suficientemente pudiente como para proporcionar comidas no vegetarianas incluso a sus sirvientes. Después de iluminarse, aceptó cualquier tipo de comida ofrecida con respeto como limosna, incluida la carne. En los Sutras Hinayana, se prohíbe explícitamente le consumo de carne solo si el animal es matado para el consumo de la persona:
“La carne no debe consumirse en tres circunstancias: cuando se ve, se escucha o se sospecha (que un ser vivo ha sido sacrificado a propósito para el consumidor); estas, Jivaka, son las tres circunstancias en las que no se debe comer carne, ¡Jivaka! Declaro que hay tres circunstancias en las que se puede comer carne: cuando no se ve, se oye o se sospecha (que un ser vivo ha sido sacrificado deliberadamente para el consumidor); Jivaka, digo que estas son las tres circunstancias en las que se puede comer carne.” (Jivaka Sutta)
Entonces, comprendemos que si el animal fue sacrificado por mando de otro para el consumo personal de otro, un budista si puede consumir de esta carne.
También en el Jivaka Sutta, el Buda le ordena a un monje o monja que acepte, sin discriminación alguna, cualquier alimento que se ofrezca al recibir limosnas ofrecidas con buena voluntad, incluida la carne, mientras que el Buda declara que el comercio de carne no es el medio de vida del practicante budista en el Vanijja Sutta:
“Monjes, un seguidor laico no debe participar en cinco tipos de negocios. Que cinco Negocios de armas, negocios de seres humanos, negocios de carne, negocios de intoxicantes y negocios de venenos. Estos son los cinco tipos de negocios en los que un seguidor laico no debería participar”. (Vanijja Sutta)
El Vinaya tampoco prohíbe el consumo de carne. El mismo solo provee pautas monásticas que prohíben el consumo de varios tipos de carne: la de humanos, elefantes, caballos, perros, serpientes, leones, tigres, leopardos, osos y hienas. Esto se debe a que estos animales pueden ser provocados por el olor de la carne de su propia especia, y porque comer tal carne generaría una mala reputación para la Sangha. El hecho de que el Buda estableciera que ciertos tipos de carne no debían ser comidos por los monjes demuestra que otros tipos de carne estaban permitidos.
Sin embargo, los budistas poco a poco se sintieron incómodos al consumir carne. Esto hizo que el tema y el requisito del vegetarianismo se infiltrara en el Canon Mahayana en sánscrito al momento de su composición a principios de la era común. [El Canon Pali Theravada se compuso aproximadamente en el año 30 AEC; y los primeros Sutras Mahayana datan del Siglo I EC.] Posteriormente, ya para el año 257 EC, el rey Ashoka, quien fue el responsable de la expansión del Budismo Mahayana fuera de la India y por todo Asia con la promoción de misioneros, hizo el vegetarianismo parte de su política pública durante su reinado y dijo que, a diferencia de antes, solo dos pavos reales y un venado fueron asesinados para proporcionar comida en las cocinas reales y que, con el tiempo, incluso esto se detendría. [Es importante mencionar que contrario al a creencia pasada de que el Mahayana surgió como una escuela separada de las antiguas escuelas Nikayas (Hinayana), no hay evidencia de que el Mahayana se haya referido alguna vez a una escuela formal o secta del Budismo, sino que existió como un conjunto de ideales y doctrinas posteriores para los Bodhisattvas dentro de las mismas comunidades budistas en todo Asia.]
Como vemos, en los siglos posteriores a la muerte del Buda, se comenzó a promover el vegetarianismo en algunos textos budistas, como la versión Mahayana del Mahaparinirvana Sutra, y finalmente se codificó como uno de los preceptos del Bodhisattva en escrituras budistas indígenas como el Fanwang jing (Sutra de la Red de Brahma) de China. En el Budismo de Asia oriental, el vegetarianismo se difundió con mayor fuerza, tal vez debido a restricciones dietéticas de los partidarios taoístas que constituían la primera audiencia para el Budismo en China. Incluso hoy, sin embargo, no todos los monjes y monjas budistas son vegetarianos. Algunos practicantes ordenados y laicos beben alcohol y comen carne, sobre todo en Japón.
De acuerdo con el Mahaparinirvana Sutra, un Sutra Mahayana que expone las enseñanzas finales del Buda, el Buda insistió en que sus seguidores no deben comer ningún tipo de carne o pescado, ni siquiera los que no están incluidos en los diez tipos, y que incluso la comida vegetariana que contiene, si esta mezclada con carne, debe ser lavada antes de ser consumida. Ciertos Sutras Mahayana presentan al Buda como muy enérgico y sin reservas, denunciando el consumo de carne, principalmente porque dicho acto está relacionado con la propagación del miedo entre los seres sensibles (que supuestamente pueden sentir el olor a muerte que persiste en la carne) y que, por consiguiente, temen por sus propias vidas y viola el cultivo fundamental de compasión del Bodhisattva. Los Sutras que se oponen al consumo de carne incluyen el Sutra del Nirvana, el Sutra Shurangama, el Sutra Brahmajala, el Sutra Angulimaliya, el Sutra Mahamegha y el Sutra Lankavatara. En una traducción del Sutra de Lankavatara de D. T. Suzuki, Suzuki hace una nota que dice:
"Este capítulo sobre el consumo de carne es otra adición posterior al texto, que probablemente se realizó antes que el capítulo de Ravana ... Es muy probable que el consumo de carne se practicara más o menos entre los budistas anteriores, lo que se convirtió en un sujeto de severas críticas por parte de sus oponentes. A los budistas en el momento del Lankavatara no les gustó, de ahí esta adición en la que se nota un tono apologético”. (Nota al Sutra de Lankavatara)
Por supuesto, se puede argumentar, y a menudo se argumenta, que las Escrituras fueron alteradas. Algunos defensores del vegetarianismo argumentan que el Buda sí enseñó el vegetarianismo, pero que tanto monjes como laicos que querían comer carne cambiaron cada referencia a ella en todos los textos. En materia de estudios históricos y culturales, esto es imposible. Los Sutras fueron transmitidos inicialmente oralmente, de boca en boca, y muchos monjes estuvieron involucrados. Habrían sido muy difíciles de cambiar y hubiera muchas inconsistencias, sobre todo cuando los Sutras fueron recopilados en diferentes lugares por diferentes grupos casi al mismo tiempo. Como monje perteneciente a una escuela tradicional ortodoxa Mahayana, creo en lo que dicen los Sutras y sigo sus enseñanzas y prácticas en espíritu. Pero también creo que toda religión debe de atemperar sus enseñanzas y practicas al tiempo en el que vivimos.
Tras este breve estudio y análisis histórico y textual vemos que la prescripción del vegetarianismo es un desarrollo posterior y refleja las creencias y actitudes de los escritores y compiladores de los Sutras Mahayana. Y, como todo, incluido el Budismo, uno debe de seguir lo que le dicta la razón y el corazón.
Debemos destacar que en los países Theravada el Vinaya le prohíbe a los monjes cultivar sus propios alimentos, almacenarlos y preparar sus propias comidas. En vez de eso, todas las mañanas harían su comida del día de lo que los partidarios laicos les dieran libremente.
Algunos sugieren que el auge de los monasterios en la tradición Mahayana es un factor que contribuyó al énfasis en el vegetarianismo. En el monasterio, diferente al Sur de Asia donde los monjes mendigan, la comida se cultivaba y preparaba específicamente para los monjes. En este contexto, no era factible encontrar grandes cantidades de carne para los monjes. Era mucho más fácil y costo efectivo el que los monasterios cultivaran sus propia comida; en este caso, consistiendo en granos y vegetales.
Hoy día, las actitudes hacia el vegetarianismo varían según la ubicación. En Sri Lanka y los países Theravada del sudeste asiático, el Vinaya obliga a los monjes a aceptar casi cualquier alimento que se les ofrezca, incluida la carne, a menos que sospechen que la carne fue sacrificada específicamente para ellos.
En China, Corea, Vietnam, Taiwán y sus respectivas comunidades de la diáspora, se espera que los monjes y las monjas se abstengan de comer carne y, tradicionalmente, de huevos y productos lácteos, además de los vegetales fétidos. La mayoría de los seguidores laicos budistas, sin embargo, no son vegetarianos. Japón recibió inicialmente el Budismo Chino en el Siglo VI. En el siglo noveno, el Emperador Saga hizo un decreto que prohibía el consumo de carne, excepto el de los peces y las aves. Este fue el hábito dietético de los japoneses hasta el Edicto de Meiji de Abril 1872. Este edicto le permitió a los monjes bajo ley estatal el comer carne, casarse, dejarse crecer el cabello, asumir un apellido, y no usar las ropas distintivas del monje excepto en los servicios.
En el Tíbet, donde las verduras han sido históricamente escasas y el Vinaya adoptado fue el Nikaya, el vegetarianismo es raro, aunque el Dalai Lama, el Karmapa y otros lamas estimados invitan a sus audiencias a adoptar el vegetarianismo siempre que puedan. El 14° Dalai Lama y otros lamas invitan a sus audiencias a adoptar el vegetarianismo cuando puedan. Cuando se le preguntó en los últimos años qué piensa del vegetarianismo, el Dalai Lama dijo: "Es maravilloso. Debemos promover absolutamente el vegetarianismo". El Dalai Lama intentó convertirse en vegetariano y promovió el vegetarianismo. En 1999, se publicó que el Dalai Lama solo sería vegetariano cada dos días y que comía carne regularmente. Cuando está en Dharamsala, es vegetariano, pero no necesariamente cuando está fuera de Dharamsala.
Reflexiones Personales y Recomendaciones Contemporáneas
Ahora, una nota personal: hay una gran diferencia entre comer carne y matar animales, aunque se puede argumentar que cuando comemos carne apoyamos indirectamente la matanza de animales. Sin embargo, existe una gran diferencia entre los dos, ya que matar animales se refiere a privar a un animal de su vida intencionalmente o decirle a alguien más que mate a un animal. De eso trata el primer precepto: la intención de matar. Ese es el propósito detrás de la acción. Hay intención, hay propósito, y existe la actualización de ese propósito en el asesinato. Esta regla es la base del entrenamiento budista en la inocuidad: te abstienes de matar intencionalmente a criaturas vivientes.
Cuando la gente come carne, ¿cuál es su intención? ¿Cuántas personas comen carne con la intención de matar? Si su intención de comer es matar más vacas, eso sería muy matar. Si considera por qué la gente realmente come carne, verá que es por razones muy diferentes. ¿Por qué las personas comen carne? Debido al impulso fundamental de sobrevivir. Comer carne no es lo mismo que matar animales, porque la intención es diferente. El Buda estableció esta regla para abstenerse de matar intencionalmente a cualquier criatura viviente, como el primer paso hacia el respeto de la vida, tanto humana como animal. Es solo un comienzo, no el final.
Hasta ahora hemos visto las razones históricas y textuales por las que el Budismo no hace obligatorio el vegetarianismo. Ahora debemos considerar si el vegetarianismo es compatible con las enseñanzas del Buda. Yo diría de todo corazón que es compatible. El vegetarianismo es una práctica muy beneficiosa para quien desarrolla dos cualidades que todo budista debería tratar de desarrollar: la compasión y la sabiduría. ¿Alienta entonces el Budismo a comer carne? En ninguna parte de las Escrituras leemos que el Buda dijo: "Come más carne, es bueno para ti". Las Escrituras ciertamente no alientan el comer carne. ¿Qué podemos a hacer con este conocimiento? Simplemente, cada individuo debe considerar este asunto con cuidado, llegar a sus propias conclusiones y responsabilizarse de ellas. Cuando comemos carne, eso tiene sus consecuencias. ¿Cuáles son las consecuencias? Apoyamos directamente una industria que se basa en la cría de animales, a menudo en condiciones terribles, con el único propósito de sacrificarlos. La carne puede estar disponible en pequeños paquetes cuidadosamente envueltos para que podamos comprarla y comerla. Nuestra intención cuando cocinamos y comemos carne no es matar animales; no creo que nadie tenga esa intención; sin embargo, el hecho es que, al comprar, cocinar y comer, apoyamos indirectamente la matanza del animal. No es matar, pero lo está apoyando. Ahora, con ese entendimiento, ciertos individuos pueden decidir no apoyar el asesinato. No querrán ser parte de ello; ellos querrán retirarse de ello. Si hay una razón por la cual un budista debe decidir ser vegetariano, debe basarse en esta perspectiva. Solo hay una buena razón válida, y es la compasión: no querer contribuir al sufrimiento más de lo que uno tiene que hacer.
No obstante, mientras estemos vivos en este planeta, mientras seamos miembro de este sistema, nuestras manos nunca estarán limpias. No importa lo que comamos, siempre estamos contribuyendo a la muerte y la destrucción, independientemente de lo que hagamos. Podemos ser vegetarianos, pero aún contribuimos a la matanza de insectos y otros animales para proteger esos vegetales y granos. No puedes escapar de eso. Estás sentado en sillas; ¿de dónde vienen? De la muerte de árboles. Los edificios, los coches, los trenes, los autobuses, ¿de dónde viene todo eso? Todo está interrelacionado. El vegetarianismo es una cuestión de elección y responsabilidad individual, no es algo que pueda ser forzado, pero ciertamente es loable y compatible con la enseñanza del Buda. Sobre una base individual, si realmente eres compasivo, si realmente eres sabio, puedes hacer todo lo posible para minimizar el daño.
El vegetarianismo es una cuestión personal. No sirve de nada apuntar con el dedo a las personas y exigir que san vegetarianas. El objetivo principal del Budismo es siempre fomentar la compasión y la sabiduría. A partir de ahí, todo lo demás sucederá de acuerdo con la respuesta del individuo y el sentido de responsabilidad personal. El vegetarianismo es una elección muy noble, pero esa elección debe hacerse desde el punto de vista correcto, por compasión y comprensión. Habiendo hecho tal elección, no la contamine con aversión para aquellos que no son vegetarianos. La bondad generada por tal elección entonces se corrompe, y de alguna manera usted será peor que los no vegetarianos. Hacemos nuestra elección por compasión. Si estamos en condiciones de explicarlo, se lo explicamos a los demás de acuerdo con la razón y la lógica, no criticándolos por no ser vegetarianos ni adjudicando el vegetarianismo al Buda, quien ya vimos no era vegetariano.
Finalmente, algumnas recomendaciones: Respeto profundamente a las personas que son vegetarianas y promuevo el vegetarianismo aunque no soy estrictamente vegetariano. Están actuando muy noblemente. Es una cosa pequeña, pero noble, y muy en consonancia con la enseñanza del Buda de compasión y comprensión. Pero no te detengas ahí. Incluso si no eres vegetariano, no crea que no haya nada más que pueda hacer. Hay mucho que hacer en cada área de la vida, en la forma en que hablamos, en la forma en que actuamos, en la forma en que pensamos y sobre todo (en consonancia con este artículo) en la forma en que consumimos. Sea alguien que promueva el consumo de animales consciente, comprando de compañías que alivien el sufrimiento; sea uno que no agregue innecesariamente al sufrimiento de la humanidad y de todos los demás seres sensibles en este planeta. Trate de minimizar el uso de materiales no reciclables y de reciclar los reciclables. No use materiales de un solo uso como sorbetos y cubiertos de plástico; proteja el ambiente y la vida y seguridad de todos los seres. Una vez que tengamos la intención de al menos intentarlo, de movernos en la dirección correcta, somos buenos discípulos del Buda. Cada persona tiene que caminar a su propio ritmo.
Todos los seres poseemos múltiples deudas de gratitud: gratitud hacia nuestros padres por traernos al mundo, gratitud a nuestros gobernantes por mantener (idealmente) el orden y la seguridad en nuestros países, gratitud a nuestros maestros y a los Tres Tesoros (del Buda, el Dharma y la Sangha) y gratitud a incontables vidas por apoyar nuestra vida. En el caso de la carne y el vegetarianismo, la deuda de gratitud ha pasado de un énfasis de no consumir carne a consumirla con gratitud, reemplazando así los argumentos en contra del consumo de la carne con una justificación sacrificial. De hecho, es tradición recitar versos de gratitud antes y luego de comer en los templos budistas y los hogares laicos. Esto se debe a que todos somos un eslabón en una cadena interconectada que es sostenida por vidas y culmina en las vidas humanas. A medida que los vegetales (que muchas personas olvidan que están vivos) y los cuerpos de los animales se consumen y se transforman en cuerpos humanos, los humanos tienen la obligación moral de enfrentar esta realidad y expresar su gratitud por los mismos y todos los que laboraron en su producción. Igualmente, es importante consumir solo lo necesario para abastecernos y no sobre comer, asi como no desperdiciar nada.
Es por eso que debemos de re-enfocar nuestros esfuerzos en promover el vegetarianismo a la vez que debemos de promover el consumo (mínimo) de carne con gratitud: gratitud por la vida que deja de existir para que nosotros podamos continuar con la nuestra. Esto debe de ir unido con un compromiso de honrar ese sacrificio al dedicar nuestras vidas a nobles causas.
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Esta entrada detalla las bases históricas y textuales del vegetarianismo en el Budismo en los países Theravada del Sur de Asia así como los países Mahayana del Noreste de Asia. Mi postura es Mahayana (Vajrayana es solo una sub-especialidad del Mahayana). La misma ha sido presentada con dos mentalidades: la de un ser humano que vive en el Siglo 21 y como monje budista. Como monje budista acepto con fe, sabiduría y compasión los Sutras como las palabras del Buda. Sin embargo, como ser humano y académico del Siglo 21 tengo que aceptar que la postura de una escuela no es necesariamente fácticamente correcta. Por ello, si bien promuevo y difundo el Dharma, no lo acepto ciegamente, cuando se ha probado que los textos no reflejan necesariamente las palabras del Buda sino la de sus posteriores autores. Esto refleja una tensión dinámica que se da todo el tiempo en las religiones, las cuales ponen a uno [como monje y persona] en situaciones difíciles. Al final del artículo explico que promuevo el vegetarianismo; que si bien no fue expuesto por el Buda, es un desarrollo lógico de sus enseñanzas; pero que hay que hacer una lectura histórica y revisar el canon para ver cómo podemos upayicamente traducirlo a nuestra vida diaria, sobre todo, para aquellas personas que se acercan por primera vez al Budismo y para un público no budista. Mi final recomendación adopta una postura exclusivamente Mahayana japonesa donde se ha redirigido los esfuerzos alimenticios del no consumo a un consumo moderado y con gratitud.