El Budismo es una religión que se basa en las Enseñanzas predicadas por el Buda Shakyamuni durante cuarenta y cinco años de su vida. Las
palabras pronunciadas por Él en sus sermones tienen absoluta autoridad en esta religión. A pesar de que existen 84,000 entradas al
Dharma y un gran número de sectas, ninguna de ellas se aleja de las
Enseñanzas de Sakyamuni. Los libros en que se transmitieron estas
Enseñanzas se conocen por el nombre de “Issaikyō” o “Daizōkyō” (en japonés),
o sea la colección completa de las Escrituras Sagradas.
El Buda puso gran énfasis en la igualdad de los seres humanos. Para predicar usó siempre palabras simples de uso diario, de
manera que todos los seres pudieran comprender plenamente.
Predicó para el beneficio de los seres hasta el momento de su
muerte a los ochenta años, sin perder ni un solo día durante este
largo período de tiempo.
Después de su muerte, sus discípulos predicaron sus Enseñanzas
de acuerdo a lo que cada uno había oído directamente. Sin embargo, las Enseñanzas, al ser transmitidas podían ir variando debido a
los errores inconcientes al escuchar y al aprenderlas de memoria.
Las palabras de Shakyamuni deben ser transmitidas siempre con
corrección y precisión, a todos los seres por igual. Se reunieron, pues, los principales sacerdotes para ordenar y consolidar las
Palabras y las Enseñanzas de Shakyamuni, y cada uno recitó lo que
había aprendido ycomprendido. A esta gran conferencia se la llama
“Ketsujū”. Se reunieron en ella los sacerdotes más ancianos y discutieron la autenticidad y la corrección de las Enseñanzas durante
varios meses. Ello demuestra el gran afán que tenían de transmitir
la doctrina de Shakyamuni con el mayor respeto y precisión. Estas
Palabras, recopiladas, llegaron luego a ponerse por escrito, que se llamaron Sutras.
Sacerdotes eruditos de épocas posteriores comenzaron a agregar
comentarios e interpretaciones a las Escrituras, que son conocidas
por el nombre de “Ron” (Shastras). Las Enseñanzas del Buda, los comentarios agregados en edades posteriores, y los preceptos Budistas llegaron
a llamarse “Sanzō”, el tríptico o Tripitaka en sánscrito.
El “Sanzō”, se compone de “Kyōzō”, “Ritsuzō” y “Ronzō”; la
palabra “zō” significa recipiente. “Kyō” es la Enseñanza, “Ritsu”
los Preceptos y “Ron” los comentarios escritos por los grandes sacerdotes.
Casi todas las escuelas mantuvieron su propio Canon (Tripitaka). Pero el único conjunto completo que ha
sobrevivido es el Pali, que pertenece a los “Theravadianos”.
Este canon Pali ha jugado un rol importante como la fuente escrita
común entre los países budistas del sur y sureste de Asia.
De acuerdo a la tradición, el Budismo fue transmitido e introducido en China en el décimo año de la Era de Yung-pint, durante
el reinado de Ming-ti de la dinastía Han Posterior del este (25-220
EC) Pero, en realidad fue noventa y cuarto años después, en el
primer año de la era Yuan-chia de Huan-ti de la dinastía Han Posterior del este. Debido a que el Budismo Mahayana ya había sido
establecido en India para este momento, tanto las escrituras del
Budismo temprano y el Mahayana fueron transmitidas a China
sin ninguna distinción. Desde entonces, durante 1,700 años se han
venido haciendo esfuerzos para la traducción de las escrituras al
chino. El número de libros y volúmenes traducidos llega a 1,440
y a 5,586 respectivamente. Los esfuerzos para la conservación de
estas escrituras traducidas, comenzaron ya en el período Wei, pero
no fueron impresas hasta el período Pei-sung. Sin embargo desde
esta época, fueron agregados a las Escrituras los trabajos de los
altos sacerdotes de China, por lo que ya no era apropiado llamarlas tríptico”. En el período Suei la colección completa de todas las
Sagradas Escrituras se llamó “Issaikyo”, y en el período Tang la
colección completa de los Sutras Budistas, leyes y tratados fue llamada “Daizōkyō”.
Por otro lado, el Budismo había sido introducido al Tibet alrededor del siglo septimo y durante 150 años, desde el siglo noveno al undécimo, continuaron los esfuerzos de traducción de las Escrituras Budistas, llegándose a traducirlas prácticamente casi en su
totalidad en ese entonces.
En vista del hecho de que las Escrituras fueron traducidas no
sólo al coreano, japonés, cingalés, camboyano, turco, y otras lenguas orientales, sino también al latín, francés, inglés, alemán e italiano, no es exagerado decir que la bendición de Buda ha llegado a
todos los rincones del mundo.
Sin embargo si observamos detenidamente la historia del desarrollo y de las vicisitudes del Budismo a lo largo de dos mil años, y
la enorme cantidad de traducciones que se han conservado, es muy
difícil llegar a saber el verdadero sentido de las Palabras pronunciadas por Shakyamuni aun con la ayuda del “Daizōkyō”. Por eso es
necesario escoger de la colección completa de los Sutras Budistas
algunos puntos esenciales para hacer de ellos el fundamento o el
criterio sobre el cual se basará nuesta fe en la religión.
Las palabras pronunciadas por Shakyamuni tienen la máxima
autoridad en el Budismo. Por lo tanto la predicación budista tiene
que estar íntimamente ligada a la realidad de nuestras vidas; de otra
forma, ni miles de Sagradas Escrituras lograrán conmover el alma
humana. En este sentido, las Escrituras, por lo menos las que siempre podamos llevar con nosotros, deben ser simples y cortas, imparciales en su contenido y representativas de su totalidad. Además
deben ser correctas y usar palabras tomadas de la vida cotidiana.
* Este extracto ha sido traducido y editado de "La Enseñanza del Buda", un libro publicado por la Bukkyo Dendo Kyokai, la Sociedad para la Propagación del Dharma del Buda en Japón. El mismo consiste de extractos de los Sutras Mahayana y Hinayana, ordenados por temática, para exponer de manera devocional y reverente la enseñanza del Buda.