Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


domingo, 28 de junio de 2020

El Gran Voto de Salvación: Ciclo de Lectura sobre el Sutra de Jizo (Ksitigarbha) - III

Hoy continuaremos nuestro ciclo de estudio y lectura sobre el Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha, quien es llamado Jizo en Japón. El Bodhisattva Ksitigarbha es uno de los Bodhisattvas más famosos del panteón Mahayana, y representa el gran voto compasivo de salvación universal, ya que el Bodhisattva Ksitigarbha hizo el Gran Voto de no alcanzar el Nirvana hasta que todos los seres que sufren en el infierno hayan sido salvados.

Como recordaremos, el Sutra del Ksitigarbha es un Texto Sagrado importantísimo en el Budismo, ya que explica las consecuencias kármicas de nuestras acciones, así como detalla el proceso de renacimiento en los diferentes mundos del Samsara. Es por ello que es un texto ideal para estudiar la doctrina del karma y el renacimiento en el Budismo Mahayana. Pero como veremos, el texto igualmente explica la importancia del deber filial a nuestros padres y ancestros, y exhalta la labor del Bodhisattva en el plan salvífico del universo. 

En nuestra primera entrada, vimos la importancia del Bodhisattva Ksitigarbha y estudiamos los primeros dos capítulos del Sutra. Luego, en la segunda entrada, vimos los capítulos 3 y 4, donde estudiamos las consecuencias kármicas de nuestros pesamientos, palabras y acciones. En esta tercera entrada, veremos los capítulos 5 y 6, donde se mencionan los diferentes infiernos en el Budismo y el poder del karma, así como los beneficios del Bodhisattva Ksitigarbha.


Como mencionamos anteriormente, desde los primeros textos budistas, el infierno se describe como un lugar segmentado donde los pecadores son castigados temporeramente por pecados específicos; diferente a los infiernos en muchas otras religiones, donde los pecadores son condenados por la eternidad. Aquí los pecadores se mueven del infierno al infierno antes del renacimiento. Claramente, muchas ideas budistas del infierno, como muchas otras en el Budismo, derivan del Hinduismo. 

En el capítulo 5, el  Bodhisattva Samantabhadra (Virtud Universal) le pide al Bodhisattva Ksitigarbha que por misercordia con todos los seres sintientes, mencione los diferentes infiernos y las retribuciones que llevan a los seres allí. En respuesta a la pregunta del Bodhisattva Samatabhadra, Ksitigarbha explica los diversos nombres de los infiernos y las retribuciones. Estos infiernos son creados por el karma de los mismos seres que renacen allí, en respuesta a sus transgresiones; igual sucede con todos los mundos del universo. Es el karma el que define los mundos en todo el cosmos, y es el karma el que decide dónde los seres renacen. El poder del karma es tan grande como para ser comparado con el Monte Sumeru, la montaña má alta del mundo y el centro del universo en la cosmología budista, y tan profundo como los inmensos océanos. El poder del karma también puede bloquear el camino del Buddhadharma. Por lo tanto, el Bodhisattva Ksitigarbha nos aconseja nunca ignorar ni siquiera un mal menor, y que nunca pensemos que somos inocentes. Hay una retribución después de que uno muere, incluso tan pequeño como un cabello o fibra, y esto debe tomarse seriamente.

Debemos recordar que Karma es una palabra sánscrita que significa "acción". A veces, es posible que vea la palabra en Pali, kamma, que significa lo mismo. En el Budismo, el karma tiene un significado más específico, que es la acción volitiva o intencional. Las cosas que pensamos, decimos y hacemos (o dejamos de hacer) ponen el karma en movimiento. La ley del karma es una ley de causa y efecto.  Muchos piensan que el karma significa el resultado del karma. Por ejemplo, alguien podría decir Pedro perdió su trabajo porque "ese es su karma." Sin embargo, cuando los budistas utilizan la palabra, el karma es la acción, no el resultado. Los efectos del karma son los "frutos" del karma. 

Las enseñanzas sobre las leyes del karma se originaron en el Hinduismo, pero los budistas entienden el karma de forma diferente a los hindúes. En los tiempos del Buda, la mayoría de las religiones de la India enseñaban que el karma operaba en una línea recta y sencilla - las acciones pasadas influyen en el presente; acciones presentes influyen en el futuro. Sin embargo, para los budistas, el karma no es lineal y es mucho complejo. De este modo, en el Budismo, aunque el pasado tiene alguna influencia sobre el presente, el presente también se forma por las acciones del presente. 

Cuando nos encontramos atrapados en nuestros viejos patrones destructivos, tal vez no sea el karma del pasado lo que está causando que estemos atrapados. Si estamos en problemas, lo más probable es que estamos recreando los mismos viejos patrones con nuestros pensamientos y actitudes en el presente. Para cambiar nuestro karma, y cambiar nuestras vidas, tenemos que cambiar nuestras mentes. 

El Budismo enseña que hay otras fuerzas además del karma que dan forma a nuestras vidas. Estas incluyen las fuerzas naturales como el cambio de las estaciones y la gravedad. Cuando un desastre natural - como un terremoto - golpea a una comunidad, esto no es una especie de castigo kármico colectivo. Es un hecho lamentable que requiere de una respuesta compasiva, no de un juicio. 

Algunas personas tienen dificultad para entender que el karma es creado por nuestras propias acciones. Quieren creer que hay algún tipo de fuerza cósmica misteriosa en algún lugar dirigiendo el karma, premiando a los buenos y castigando a los malos. Algunas religiones pueden enseñar eso, pero no el Budismo. 

El Budismo Tendai sostiene que causa y efecto son, en esencia, simultáneos. En el instante en que creamos una causa, ya está contenido el efecto, como si fuera una semilla plantada en la profundidad de nuestras vidas. Pero si bien este efecto es plantado en el mismo instante en que la causa es creada, puede que no aparezca instantáneamente. El efecto sólo se manifiesta cuando aparecen las circunstancias adecuadas. Supongamos que una bellota cae al suelo y queda sepultada en él. 

Puede tomar décadas para que un poderoso roble manifieste el efecto completo de esta causa. Entonces, a pesar de que el efecto sea simultáneo, a pesar de que ha sido la causa para que crezca el roble, éste no crecerá sino hasta varios años más tarde. Mientras que el efecto último del roble estaba contenido en la bellota, le llevó años de lluvia y sol para alcanzar las circunstancias adecuadas y que el árbol creciera. O, para tomar un ejemplo negativo, supongamos que uno come alimentos altos en contenido de colesterol durante un período de tiempo. Puede que tarde muchos años en aparecer los efectos destructivos, la arteriosclerosis y las enfermedades coronarias. Los seres humanos realizamos infinidad de causas cada día a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones y, por cada causa, recibimos un efecto. Pero puede que este efecto también demore un largo tiempo en manifestarse.

El karma puede ser dividido en buen karma y mal karma, tal como las causas pueden ser caracterizadas como buenas y malas. Estas categorías se aplican a las tres formas de acción kármica: pensamiento, palabra y acción. Por ejemplo, el ejercicio de la misericordia y de la benevolencia produce buen karma, mientras que actitudes negativas tales como la codicia o la ira -y las acciones que estas emociones generan- producirán mal karma.

Nuestro karma es como una cuenta bancaria de efectos latentes que experimentaremos cuando nuestras vidas encuentren las condiciones ambientales adecuadas. Las buenas causas producirán efectos agradables y benéficos; las malas causas producirán sufrimiento. Nuestras acciones en el pasado ejercen influencia en nuestra existencia presente, mientras que nuestras acciones presentes configuran nuestro futuro.

El principio del karma es absolutamente preciso. No hay manera de escapar a nuestras acciones pasadas. La ley de causa y efecto impregna nuestras vidas a través de las existencias pasadas, presentes y futuras. Nada es olvidado, borrado o perdido. Es un error el creer que podemos simplemente dejar nuestros problemas detrás e irnos a Hawai o algún otro paraíso tropical y vivir una vida libre de contratiempos. Llevamos nuestro karma a cuestas, como si fuera una mochila, dondequiera que vayamos.

Todo, en el ámbito de nuestra existencia, es eternamente registrado en los niveles más profundos de nuestra vida. Entonces, ¿no nos queda más opción que pasivamente aceptar y resignarnos a recibir los efectos de cual fuera el karma que forjamos en el pasado?

En el Budismo creamos el karma con nuestras propias acciones y, por tanto, también tenemos el poder de cambiarlo. Ésta es la promesa que ofrece la práctica del Budismo. Si bien, en teoría, todo lo que tendríamos que hacer para que nos vaya bien en la vida es realizar la mayor cantidad posible de buenas causas, en la mayoría de los casos tenemos muy poco control sobre las causas que hacemos. Tendemos a caer atrapados por la inquebrantable cadena de causas y efectos que es nuestro karma, y actuamos en consecuencia. 

El karma nos permite comprender que el destino depende de cada uno y que cada persona tiene el poder de transformar su vida para bien en cualquier momento. Karma –que significa acción— resume el principio de la causalidad del universo, similar a la de la ciencia moderna, en donde cada acción tiene su correspondiente resultado. Incluye, además, los aspectos espirituales, tales como la sensación de felicidad, miseria, gentileza y crueldad.

El karma, como cualquier otra cosa, está en constante cambio, por lo tanto, el ser humano puede crear su propio presente y futuro mediante las elecciones tomadas en cada instante. sin embargo, existen Bodhisattvas como el Bodhisattva Ksitigarbha que deciden interceder por nosotros y aliviar nuestro karma negativo; y existen Budas como el Buda Amida que nos aceptan tal y como somos, con todo nuestro karma negativo, y nos permiten renacer en la Tierra Pura de la Bienaventuranza para que alcancemos el Despertar. Por eso, en el Budismo siempre hay esperanza. 

En este capítulo, el Bodhisattva Ksitigarba nos muestra los nombres de los diferentes infiernos, como Samjiva (infierno de repetición constante, donde los seres sufren los mismos sufrimientos repetidamente), Kalasutra (infierno de alambre negro, donde los seres son desgarrados por alambres), Samghata (infierno de losas de piedra, donde los seres son tirados contra losas de piedra hasta que desfiguran), Raurava (infierno de lamentación, donde los seres se lamentan incesantemente), Maharaurava (infierno de gran lamentación), Tapana (infierno de calor abrasador), Pratapana (infierno de calor aún más abrasador), y el infierno Avici (infierno sin interrupción). Estos son llamados los infiernos calientes. 

Los infiernos fríos debajo del reino de los vivos, pero por encima de los infiernos calientes, llevan el nombre de la forma en que el cuerpo responde a los diversos grados de frío: Arbuda (infierno de hinchazón, donde los seres se congelan hasta que revientan), Nirarbuda (infierno de encogimiento, donde le frio encoge las extremidades hasta que las pierden), Atata (infierno de dientes castañeteando, deonde los seres pierden los dientes), Hahava (infierno de lengua temblorosa), Huhuva (infierno de boca azul), Utpala (un infierno de manchas de color loto azul en la piel), Padma (infierno de manchas de color loto carmesí en la piel), Mahapadma (infierno de grandes manchas de color loto carmesí en la piel), etc. 

En el Budismo, en todas sus diversas formas, el renacimiento es un principio esencial, y el infierno sirve como un lugar de purga, donde los individuos sufren por períodos de tiempo inimaginables, antes de renacer en una nueva identidad. En estos infiernos hay castigos que involucran todo lo imaginable: desde cuerdas hasta cuchillos, espadas, cadenas, bambú, tridentes, cepillos, agujas, pinzas de hierro, espinas y hachas; perros, pájaros, serpientes y gusanos. Hay granizo y aguanieve, nieve y hielo, fuego, petróleo ardiente, ríos ardientes y cosas podridas de todo tipo. Se emplean todo tipo de corte, pisoteo, alimentación forzada, desmembramiento, ahogamiento, quema y aplastamiento. Es un desfile de torturas aparentemente interminable. Como se mencionó anteriormente, los pecados y los castigos están emparejados, y ciertos infiernos son para el castigo de ciertos pecados. Sin embargo, hay ciertos castigos que han conservado su función específica, como los árboles de espada. 

En su obra titulada el Ojoyoshu, Genshin, un eminente monje Tendai, detalla los diferentes infiernos e insta a los devotos a aspirar al renacimiento en la Tierra Pura del Buda Amida. En su obra, Genshin describe un bosque de estos árboles y su castigo a aquellos gobernados por la pasión sexual: “A veces los guardias del infierno se apoderan de las víctimas y las ponen en un bosque de espadas. Mientras miran hacia las ramas superiores de los árboles en este bosque, ven mujeres hermosas y bien vestidas, de hecho, ostentando los rostros de aquellos que alguna vez amaron. Esto los llena de alegría y por eso intentan trepar a los árboles, pero cuando lo hacen, las ramas y las hojas se convierten en espadas, que laceran la carne y perforan y destruyen sus huesos. Aunque están aterrorizados por esto, su malvado karma todavía los impulsa en su deseo y, desafiando las espadas, trepan los árboles en vano. Pero cuando alcanzan la cima, encuentran el objeto de su deseo en el suelo, atrayéndolos a bajar, y cada uno le dice al amante en el árbol: 'Debido al karma creado por mis pasiones por ti, he llegado a esto sitio. ¿Por qué no te acercas a mí y me abrazas?' Así, cada uno desde debajo de los árboles seduce a su víctima hasta que este, en su enamoramiento, comienza a descender nuevamente del árbol. Pero a medida que descienden las hojas de los árboles, que están hechas de espadas, se vuelven hacia arriba y laceran sus cuerpos. Cuando están a punto de llegar al suelo, las mujeres aparecen en las copas de los árboles. Entonces las víctimas, abrumadas por la pasión, vuelven a subir. Este proceso continúa durante diez billones de años. La causa de ser así engañado en este infierno por el propio corazón y el consiguiente sufrimiento es la propia pasión malvada".

Luego de que el Bodhisattva Ksitigarbha termina de describir los infiernos, en el capítulo 6, el Buda Shakyamuni emana una luz de todo su cuerpo, la cual ilumina todos los mundos. Su voz es escuchada por todos los Bodhisattvas en todos los mundos, así como por todos los seres. Entonces el Buda dice: "Escuchen ahoa mis alabanzas al Bodhisattva Ksitigarbha, el cual manifiesta un gran inconcebible e impresionante espíritu y poder compasivo para rescatar y proteger a los seres vivientes en cualquier lugar donde ellos encuentren miseria y sufrimiento. Luego de mi extinción, todos ustedes Bodhisattvas, grandes seres y todos ustedes dioses, dragones, fantasmas, espíritus y otros deberán poner en práctica recursos adecuados en aras de proteger este Sutra y hacer que todos los seres vivientes contemplen la bendición del Nirvana".  

Luego, el Buda Shakyamuni elogió al Bodhisattva Ksitigarbha frente a una asamblea de todos los seres, explicando cómo el Bodhisattva Ksitigarbha beneficia a los seres humanos y celestiales con sus bendiciones y méritos. Cualquier buen hombre o mujer que adora y reza al Bodhisattva Ksitigarbha, incluyendo pintar, dibujar o moldear la imagen de Ksitigarbha, será exonerado de todos sus pecados y defectos kármicos. Una mujer fea que reza de todo corazón al Bodhisattva Ksitigarbha, en su próxima vida, renacerá como princesa, dama real o hija de un alto funcionario. Una persona que canta alabanzas y ofrece incienso y flores frente a la imagen del Bodhisattva Ksitigarbha, tendrá protección de miles de demonios y deidades.

Algunas personas pueden tener una enfermedad terminal crónica, no pueden vivir ni morir, y siempre tienen pesadillas soñando con fantasmas o familias muertas. Esto se debe al karma de sus malos juicios en vidas pasadas. Si alguien sufre este tipo de fenómeno, este Sutra debe ser recitado en voz alta. Además, uno puede llevar cualquier artículo favorito de la persona enferma, como joyas, objetos, etc., para dar a la caridad. Luego, recita el nombre del Bodhisattva Ksitigarbha frente a la persona enferma tres veces y asegúrate de que te escuche claramente. Esto espantará todos los malos espíritus y los malos sueños.

Si alguien sueña con demonios, deidades, fantasmas o incluso formas de duelo, llanto, angustia o terror, deben haber sido parientes de sus vidas pasadas que han caído en los caminos del mal, tratando de llamar la atención de uno para salvarlos Esta persona debe leer este Sutra frente a imágenes de Budas o Bodhisattvas tres o siete veces. Por medio de esto, estos parientes pueden ser liberados después de recitar este Sutra, y nunca más volverán a soñar con esos espíritus.

Las personas de posiciones más bajas, como sirvientas o esclavas, que recitan el nombre del Bodhisattva Ksitigarbha 10,000 veces durante un período de siete días al final de su vida actual, renacerán con rasgos finos en familias nobles.

Igualmente, uno recibirá muchos beneficios si guarda los días 1, 8, 14, 15, 18, 23, 24, 28, 29 y 30 de cada mes vegetarianamente, ya que estos días son los días en los que los seres son juzgados en el otro mundo. En todos los casos, una sola buena acción en nuestra vida hace que el Bodhisattva Ksitigarbha interceda por nosotros en el infierno. Esto se debe a su gran voto de salvación.  Las ofrendas al Bodhisattva Ksitigarbha pueden ser recitar su mantra (Skt. Om Ha Ha HA Vismaye Svaha - Jp. On Ka Ka Kabisanmayei Sowaka), mientras ofrecen incienso, lámparas (velas), flores, música, recitan el Sutra, etc. Los beneficios de recitar su mantra y/o el Sutra son innumerables, beneficiando a los seres vivos y espirituales alrededor de uno. Lo importante es tener fe en el Bodhisattva Ksitigarbha y realizar buenas acciones en nuestra vida. 

Todos estos son beneficios para los seres que han partido. La próxima semana, tocaremos los beneficios para los seres vivos, los muertos, y veremos las alabanzas del Rey Yama (Enma), el Rey del Infierno, para el Bodhisattva Ksitigarbha. 

jueves, 25 de junio de 2020

El Comportamiento del Bodhisattva: Ciclo de Lectura sobre los Preceptos Perfectos - II - No Robar

Esta semana continuamos con nuestro nuevo ciclo de lectura basado en los Preceptos Perfectos del Bodhisattva. Estas son las reglas éticas utilizadas en Japón, diferentes al Vinaya antiguo utilizado en el resto del Budismo en Asia. 

A diferencia del Vinaya Hinayana, las escuelas budistas en Japón utilizan un conjunto de Preceptos o reglas éticas budistas que fueron predicadas por el Buda exclusivamente para Bodhisattvas, y las mismas se ajustan mejor a nuestra práctica budista contemporánea. Si bien se componen de 52 Preceptos, la mayoría de las escuelas solo siguen los primeros 10 Preceptos Mayores. 

En este nuevo ciclo de lectura y estudio veremos cada uno de estos Preceptos, desde la óptica de las Enseñanzas Perfectas y Completas, y su aplicación moderna en nuestra vida diaria. En esta tercera entrada, tocaremos el segundo Precepto Mayor: No Robar.


El Segundo Precepto budista a menudo se traduce "No Robar", pero algunos maestros budistas prefieren traducirlo y presentarlo en su modo positivo con "practicar la generosidad" ya que el Segundo Precepto implica mucho más allá que el tomar algo que no nos pertenece. Una traducción más literal de los primeros textos Pali es: "Asumo el Precepto de abstenerme de tomar lo que no se me ha dado".

Como hemos podido ver en el primer (No Matar) y segundo Precepto (No Robar), al igual que como podremos ver en el tercero y cuarto, los Preceptos budistas se asemejan enormemente con los Diez Mandamientos del Judeo-Cristianismo, pero el Segundo Precepto no es necesariamente un mandamiento, y no se entiende de la misma manera que un mandamiento. Los Preceptos del Budismo están asociados con la parte de "Acción Correcta" del Noble Sendero Óctuple del Budismo Primitivo, y con el segundo Paramita (Sila) del Budismo Mahayana. Como recordaremos, el Noble Sendero Óctuple, el cual fue sucedido por los Seis Paramitas, es el camino de disciplina enseñado por el Buda para guiarnos hacia la Iluminación y la liberación del sufrimiento. Así, más que mandamientos, los Preceptos describen la actividad de la sabiduría y la compasión en el mundo.

Cuando trabajamos con los Preceptos, entendemos que el "yo" y el "otro" son ilusiones. Ambos somos seres que vivimos en total interconexión unos con otros (y con el resto del universo) y que sufrimos; y al practicar los Preceptos, no solo manifestamos nuestra Naturaleza Búdica en el mundo, sino que aliviamos nuestro sufrimiento y el de los demás, realizando la actividad del Buda en el mundo.

Si bien los Preceptos deben ser algo que surge espotáneamente dentro de nosotros como resultado de nuestra práctica, al principio, requiere trabajar con uno mismo en un nivel muy profundo e íntimo, evaluar honestamente sus propias motivaciones y pensar profundamente sobre cómo sus acciones afectarán a los demás. Esto, a su vez, ayuda a abrirnos a la sabiduría y compasión interna, la cual es una manifestación de nuestra Verdadera Naturaleza y del trabajo dinámico del Buda en el universo, y eventualmente, nos llevarán a la Iluminación.

El Sutra de la Red de Brahma, el cual estipula los Preceptos del Bodhisattva, dice:

"Un discípulo del Buda no debe robar ni alentar a otros a robar, robar por medios convenientes y robar por medio de encantamientos o mantras. No debe crear las causas, condiciones, métodos o karma del robo. No se pueden robar objetos de valor o posesiones, ni siquiera las pertenecientes a fantasmas y espíritus o ladrones, ya sean tan pequeños como una aguja o una brizna de hierba.

"Como discípulo del Buda, debe tener una mente de misericordia, compasión y piedad filial, siempre ayudando a las personas a ganar méritos y alcanzar la felicidad. Si, en cambio, roba las posesiones de los demás, comete una ofensa mayor".

Este precepto es mucho más blanco y negro que el Primer Precepto de No Matar, pero aún así, debemos preguntarnos: ¿qué es "no robar"? Veamos el robo específicamente. Las leyes generalmente definen el "robo" como tomar algo de valor sin el consentimiento del propietario. Pero hay tipos de robo que no están necesariamente cubiertos por los códigos penales.

El robar se puede manifestar de diferentes maneras en nuestro mundo contemporáneo, como no respetar los derechos de otros, tomar información o el trabajo de otros sin darles crédito, robar una idea (intangible), quitarle el puesto a otra persona injustamente, etc. 

Los comentarios dicen que para llevar a cabo el acto de robar, se necesitan cinco factores: (1) las pertenencias de otra persona, (2) la conciencia de que son de otra persona, (3) la idea del robo, (4) la acción de llevarlo a cabo, (5) el robarlo como resultado de ello. 

El Sutra de las Diez Acciones Virtuosas Recitado en el Palacio del Rey Dragón del Océano, el cual detalla las diez acciones meritorias y sus beneficios, así como el mal karma que genera el no practicarlas o el hacer lo contrario a lo estipulado, explica las acciones positivas que definen el comportamiento de un Bodhisattva en todo momento. En su sección de No Robar dice:

“También, ¡Oh Rey Dragón!, si uno abandona el robar, entonces obtendrá los diez tipos de elementos que pueden proteger su confianza. ¿Cuáles son los diez?

1)    La riqueza de uno se incrementará y acumulará, y no podrá se esparcida o destruida por los reyes, ladrones, inundaciones, fuegos, o hijos sin cuidado.
2)      Uno despierta pensamientos de afecto en mucha gente.
3)      La gente no busca aprovecharse de uno.
4)      Uno es alabado en todas partes.
5)      Uno está despreocupado de que pudiera ser injuriado.
6)      El buen nombre de uno se extiende.
7)      Uno no siente miedo en público.
8)   Uno está dotado con riqueza, una vida larga, fuerza, paz, felicidad, y es diestro en la conversación, sin tener deficiencias.
9)      Uno siempre piensa en dar.
10)    Cuando la vida de uno llegue a su fin, renacerá como un dios.

“Estos son los diez. Si uno es alguien que es capaz de volverse hacia la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación, finalmente llegará a ser un Buda, y obtendrá la realización de la purificada gran iluminación de la sabiduría”.

Como veremos, todas las prácticas budistas vuelven a las Cuatro Nobles Verdades. La vida es "dukkha" (estresante, impermanente, condicionada) porque vivimos en la oscuridad de la ignorancia sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Nuestras concepciones erróneas nos causan problemas para nosotros y para los demás. El camino hacia la claridad y para dejar de causar problemas es el Dharma, y la práctica de los Preceptos es parte del camino.

Practicar el Segundo Precepto es observar atentamente nuestras vidas. Prestando atención, nos damos cuenta de que no tomar lo que no se da es más que solo respetar la propiedad de otras personas. Este Segundo Precepto también podría considerarse como una expresión del Paramita de la Perfección de Dana o Dar, la Caridad. Practicar esta Perfección requiere un hábito de generosidad que no olvida las necesidades de los demás.

Existen muchas formas de observar este Precepto. Por ejemplo, podríamos esforzarnos más para no desperdiciar los recursos naturales. ¿Estás desperdiciando comida o agua? ¿Usas productos reciclados o ambientalmente conscientes? Al practicar el Segundo Precepto, uno se abstiene de ganarse la vida por medios ilícitos, como robando o engañando. Este Precepto también implica el cultivo de la generosidad, que a nivel personal ayuda a liberar a uno del apego y el egoísmo, y a nivel social contribuye a la cooperación amistosa en la comunidad. En lugar de pensar, ¿qué no puedo tomar?pensamos, ¿qué puedo dar? 

Piense en las formas en que tomar más de lo que necesita podría privar a alguien más. Por ejemplo, donde vivo, cada vez que se acerca un huracán (o en la actual pandemoa), la gente corre al supermercado y compra suficiente comida para un mes, a pesar de que probablemente permanecerán confinados en sus casas por una semana. Alguien que viene más tarde - y que realmente necesita algunos alimentos - descubre que los estantes de las tiendas están completamente vacíos. Tal acumulación es exactamente el tipo de problema que proviene de nuestras perspectivas equivocadas.

El monje Zen vietnamita Thich Nhat Hahn, en sus Cinco Entrenamientos de la Atención Plena, explica cómo podemos practicar el SEgundo Precepto hermosamente:

"Consciente del sufrimiento causado por la explotación, la injusticia social, el robo y la opresión, estoy comprometido a practicar la generosidad en mi pensamiento, hablar y actuar. Estoy decidido a no robar y no poseer nada que deba pertenecer a otros; y compartiré mi tiempo, energía y recursos materiales con aquellos que lo necesitan. Practicaré mirar profundamente para ver que la felicidad y el sufrimiento de los demás no están separados de mi propia felicidad y sufrimiento; que la verdadera felicidad no es posible sin comprensión y compasión; y que correr tras la riqueza, la fama, el poder y los placeres sensuales puede traer mucho sufrimiento y desesperación. Soy consciente de que la felicidad depende de mi actitud mental y no de las condiciones externas, y que puedo vivir feliz en el momento presente simplemente recordando que ya tengo condiciones más que suficientes para ser feliz. Estoy comprometido a practicar un modo de vivir correcto para poder ayudar a reducir el sufrimiento de los seres vivos en la Tierra y dejar de contribuir al cambio climático".

Como vemos, practicar los Preceptos va más allá de pensar en lo que las reglas nos permiten hacer. Esta práctica es más desafiante que solo seguir las reglas. Cuando prestamos mucha atención, nos damos cuenta de que fallamos mucho. Pero así es como aprendemos y cómo cultivamos nuestra Naturaleza Búdica, nos damos cuenta de que somos asistidos y apoyados por la Vida y la Luz Ilimitada que trabaja activamente desde el principio de los tiempos, y podemos revelar nuestro Despertar.

A modo de tarea práctica, la próxima vez que te encuentres en el Templo o en tu altar, reflexiona sobre cómo has tomado lo que no te pertenece, o cómo impactas tu cada, tu comunidad y al mundo en el que vivimos a través de tus pensamientos, palabras y acciones, y cómo puedes mejorarlo, al igual que cómo puedes ayudar a otros. 

La próxima semana estudiaremos el Tercer Precepto de No Mentir. 

lunes, 22 de junio de 2020

Ciclo de Lecturas sobre El Despertar de la Fe en el Mahayana - El Tratado Clásico de Asvaghosa

Todos los años, el Templo Tendai de Puerto Rico realiza un Ciclo de Lecturas Anual, donde se estudia semanalmente varios textos importantes budistas durante todo el año. Este año estudiamos por primera vez "El Despertar de la Fe en el Mahayana" de Asvaghosa, el cual presenta las enseñanzas ontológicas monistas del Budismo, con la percepción de la Verdadera Naturaleza de la Realidad, así como su visión soteriológica, con énfasis en la meditación tradicional budista. 

En esta entrada podrás encontrar reunidas todas las charlas en orden cronológico para fácil acceso.





4. Hojas del Árbol: Ciclo de Lecturas sobre el Despertar de la Fe en el Mahayana IV - Fe y Práctica 

* * *

Copyright 2019-2020 Myoren. Todos los Derechos Reservados.

El Gran Voto de Salvación: Ciclo de Lectura sobre el Sutra de Jizo (Ksitigarbha) - II

Hoy continuaremos nuestro ciclo de estudio y lectura sobre el Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha, quien es llamado Jizo en Japón. El Bodhisattva Ksitigarbha es uno de los Bodhisattvas más famosos del panteón Mahayana, y representa el gran voto compasivo de salvación universal, ya que el Bodhisattva Ksitigarbha hizo el Gran Voto de no alcanzar el Nirvana hasta que todos los seres que sufren en el infierno hayan sido salvados.

Como recordaremos, el Sutra del Ksitigarbha es un Texto Sagrado importantísimo en el Budismo, ya que explica las consecuencias kármicas de nuestras acciones, así como detalla el proceso de renacimiento en los diferentes mundos del Samsara. Es por ello que es un texto ideal para estudiar la doctrina del karma y el renacimiento en el Budismo Mahayana. Pero como veremos, el texto igualmente explica la importancia del deber filial a nuestros padres y ancestros, y exhalta la labor del Bodhisattva en el plan salvífico del universo. 

En nuestra primera entrada, vimos la importancia del Bodhisattva Ksitigarbha y estudiamos los primeros dos capítulos del Sutra. En esta segunda entrada, veremos los capítulos 3 y 4, donde estudiaremos las consecuencias kármicas de nuestros pesamientos, palabras y acciones.


Como recordaremos, en nuestra entrada pasada, el Buda Shakyamuni había ascendido al Cielo para predicarle el Dharma a su difunta madre, Maya, y a una gran cantidas de seres espirituales. En ese momento, vimos quién era el Bodhisattva Ksitigarbha, y su gran voto de salvar a todos los seres que se encuentran en los Infiernos, y en los Seis Caminos de la Existencia del Samsara. 

En el capítulo 3, Maya, la madre del Bendito, colocó sus manos en oración y le preguntó al Bodhisattva Ksitigarbha sobre los diferentes seres en los diferentes mundos del universo. El Bodhisattva explica que existe una infinidad de mundos, de acuerdo al karma de los seres, incluyendo mundos donde no se ha escuchado el Dharma. Por ello, así como los mundos difieren, igualmente difieren los infiernos y las retribuciones kármicas de los seres en ellos. 

Luego, Maya le pidió que por misericordia por los seres en el mundo, que explique sobre las retribuciones kármicas de los seres en los Destinos Malvados (infiernos, espíritus hambrientos y animales). El Bodhisattva contesta: "Venerable Madre, por favor, escucha atentamente, pues describiré las retribuciones brevemente".

Entonces, el Bodhisattva Ksitigarbha explica que todo pensamiento, palabra y acción genera karma, lo que determina el resultado de los mismos. Los seres que no son filiales, y que llegan a lastimar o matar a sus padres, caen en el Infierno Avici por miles de millones de eones. Los seres que derraman la sangre de un Buda, que difaman los Sutras y que blasfemian contra los Tres Tesoros (del Buda, el Dharma y la Sangha) tienen el mismo destino. Igualmente sucede con los seres que roban a la Sangha (comunidad budista), y que matan budistas; así como los monjes que enseñan cosas falsas, los que rompen los Preceptos sin arrepentimiento, y que cometen muchos males. En el Infierno Avici, o el "Infierno Incesante", sufren constantemente sin descanzo.

Luego, el Bodhisattva describe los Reinos Infernales. Todos los infiernos se encuentran cercados por la Gran Montaña del Círculo de Hierro. Los dieciocho grandes infiernos y los quinientos infiernos menores tienen cada uno su nombre. Incluso, existen cientos de miles de otros infiernos, cada uno con su nombre. El Infierno Avici se encuentra en una ciudad de infiernos que cubre más de ochentamil millas cuadradas. Una cúpula de fuego cubre por diezmil millas toda la ciudad.

El Bodhisattva dice:

"Solo hay un Infierno Avici. Su circunferencia es de dieciocho mil millas y sus paredes de hierro de mil millas de alto, sobrepasada por un fuego que cae de arriba hacia abajo y otro que va de abajo hacia arriba. Perros y serpientes de acero que escupen fuego galopan hacia un sentido y el otro por encima de la pared.

“En el medio de ese infierno hay una cama que se extiende por diez mil millas. Cuando una persona sufre el castigo, ve su propio cuerpo extendido y cubriendo por completo esta cama; una persona de entre miles de decenas de miles de personas ve a su vez, su propio cuerpo haciendo lo mismo. Estas son las retribuciones por una gran variedad de actos malvados.

“Los infractores soportan aún muchos más sufrimientos. Cien mil yakshas, como así también malvados fantasmas con dientes en forma de dagas y ojos cual relámpagos, los arrastran y estiran con sus garras de bronce. Más aún, hay yakshas, que esgrimen grandes pinches de metal, atravesando con ellos los cuerpos de los infractores, bien a través de las narices y bocas o bien a través de sus barrigas y espaldas. Los lanzan al espacio, los hacen girar y los atraen nuevamente o bien los ponen en la cama. También hay águilas de metal que picotean los ojos de los infractores y serpientes de acero que rodean sus cuellos. Largas uñas son clavadas entre sus articulaciones y sus lenguas son extraídas y rastrilladas, sus entrañas sacadas, serruchadas y partidas en dos. Bronce fundido es vertido en sus bocas y sus cuerpos atados con acero caliente. Tales son las retribuciones kármicas a través de diez mil muertes y cantidades iguales de nacimientos. Ellos pasan por millones de eones, en busca de alivio, desesperanzadamente.

“Cuando este mundo se desintegra, el infractor renace en otro mundo y cuando este mundo es aniquilado, pasa a través de otros. Cuando esos mundos también caen y se desintegran, él retorna nuevamente. Tal es el fenómeno de permanentes retribuciones por las infracciones.

“Más aún, este infierno es llamado sin interrupción por cinco razones. ¿Cuáles son? (1) El castigo es soportado día y noche a través de los kalpas y no hay tiempo ni para un respiro, llamándose entonces sin interrupción. (2) Una persona lo recibe, como así muchas personas también, llamándose entonces sin interrupción. (3) Los implementos de castigo son tenedores, garrotes, águilas, serpientes, lobos y perros, que pegan, muelen, sierran, perforan, cincelan, cortan y pican; líquidos hirvientes, redes de acero, cuerdas de acero, asnos de acero y caballos de acero que desuellan a la persona viva, atan las cabezas con tientos y vierten acero caliente sobre el cuerpo; comidas de perdigones de acero y brebajes de acero fundido. A través de muchos nayutas de kalpas, el sufrimiento continúa sin pausa, llamándose así ininterrumpido. (4) Sea un hombre, una mujer, un bárbaro, joven o viejo, honorable u ordinario, un dragón o un espíritu, un dios o un fantasma, todos deben soportar las retribuciones de las infracciones que hayan cometido. Llamándose así sin interrupción. (5) Desde el momento de la entrada, uno sufre diez mil muertes y la misma cantidad de nacimientos cada día y cada noche durante cien mil kalpas. Él puede buscar alivio por el espacio de un pensamiento, pero ni siquiera es posible tan pequeña pausa. Se puede lograr el renacimiento, solamente cuando el karma de cada uno esté agotado. Por esta misma continuidad es que se llama sin interrupción”.

El Bodhisattva Ksitigarbha le dijo a la Venerable Madre: “Ésta es una descripción generalizada del infierno Avici. Si yo fuera a hablar en profundidad de los nombres de los implementos de castigo de los infiernos y de todos aquellos que allí sufren, no terminaría de hablar en un kalpa entero”.

Luego de escuchar esto, Maya no pudo escuchar más, adolorida por los tormentos de los seres en los infiernos, juntó sus palmas tristemente, hizo una reverencia y se retiró.

Como vemos, el Infierno Avici es el lugar o el destino malvado más temido en el Budismo, ya que los sufrimientos allí superan todos los otros destinos. El Budismo es bien descriptivo en su explicación de los infiernos, los sufrimientos recibidos allí y los actos que nos llevan a ellos. Esto es un medio hábil altamente usado por muchas religiones para inspirar una conducta correcta en sus seguidores. ¿Existen estos infiernos? Esto lo contestaremos brevemente.

En el capítulo 4, el Bodhisattva Ksitigarbha le dice al Buda que es gracias al poder espiritual del Buda que el Bodhisattva puede dividir su cuerpo emanado y salvar a los seres en los Destinos Malvados. Así, el continuará salvando a los seres en los Seis Destinos, y llevándolos a la Tierra Pura del Buda Amida, hasta que el Buda Maitreya aparezca en el mundo. Como recordaremos, todos los Budas y Bodhisattvas son emanaciones compasivas del Universo (Dharmakaya), quienes a través de la sabiduría de los medios hábiles, llevan a los seres por el sendero del bien, aliviando así sus sufrimeintos y revelando las leyes espirituales de la existencia. 

El Buda le dice al Bodhisattva Ksitigarbha que los seres cometen mal karma dado a su ignorancia, lo que los lleva a Destinos Malvados, ignorantes de cómo salir. "Sus malos hábitos crean mal karma, y sus buenos hábitos buen karma; así, obstruídos y afligidos por las dificultades, como peces nadando río abajo atravesando redes por un largo tiempo, pueden salir dado a su buen karma, para luego ser atrapados nuevamente. Estoy preocupado por esta clase de seres, pero ya que has hecho Votos tan extensos y has jurado cruzar a tales seres a través de muchos kalpas, ya no tengo motivo de preocupación”. Es por esto, entre una infinidad de razones que veremos a través del Sutra, que millones de personas le rezan al Bodhisattva Ksitigarbha diariamente.  

En ese momento, un Bodhisattva llamado Rey del Auto-Dominio le preguntó al Buda por los votos realizados por el Bodhisattva Ksitigarbha. El Buda le contó que:

“Una vez, hace ilimitados asamkhyeyas de nayutas de kalpas, había un Buda llamado Así Venido Realizado Completamente en Toda Sabiduría ... Antes de dejar su hogar había sido el rey de un pequeño país y había mantenido amistad con el rey de un país vecino, junto con este practicaban las diez buenas acciones y beneficiaban a los seres sintientes. Debido a que los ciudadanos de estos países cometían muchos actos perversos, los reyes decidieron preparar recursos convenientes para beneficiarlos. 

"Uno de ellos hizo el Voto: 'Practicaré el Camino del Buda presurosamente y luego cruzaré a todos los otros sin excepción'. El otro rey hizo los Votos siguientes: ‘Si primero no cruzo a todos aquellos que sufren por sus ofensas y los ayudo a lograr la paz y el Despertar, no alcanzaré la Budidad’”.

El Buda le dijo al Bodhisattva Rey del Auto-Dominio: “El rey que hizo los Votos de no ser un Buda hasta no ver a todos los demás en el otro lado sin incidentes es el Bodhisattva Ksitigarbha”.

El Buda continuó: “Más aún, infinitos asamkhyeyas de nayutas de kalpas atrás, un Buda llamado Así
Venido Ojos Puros de Loto apareció en el mundo ... un Arhat que tenía muchos méritos y había cruzado a muchos seres vivientes, enseñándoles mientras los iba encontrando, conoció a una mujer llamada Ojos Brillantes que le ofreció alimentos.

“¿Cuál es tu deseo?”, preguntó el Arhat. “Ojos Brillantes replicó: “El día de la muerte de mi madre realicé hechos meritorios para su rescate, pero todavía no puedo saber en cual sendero ella ha renacido’. Sintiendo lástima por ella, el Arhat entró en Samadhi y vio que la madre de Ojos Brillantes había caído en un mal destino y estaba soportando grandes sufrimientos. El Arhat le preguntó: “¿Cuáles fueron los hechos, en la vida de tu madre, por los que debe soportar ahora tales castigos en un mal destino?”. “Ojos Brillantes contestó: “Mi madre disfrutaba comiendo pescado, tortugas y animales similares. A ella le gustaban preferentemente fritos o hervidos y fue por su gran gusto por la comida que quitó miles de vidas. Oh tú, Venerable Compasivo, ¿cómo puede ser ella salvada?”.

“El Arhat, sintiendo lástima por ella estableció un plan conveniente y le dijo: ‘Con un deseo sincero, piensa en el Así Venido Ojos Puros de Loto, y también haz pinturas y tallados de su imagen para el beneficio de vivos y muertos’. 

“Habiendo escuchado esto, Ojos Brillantes renunció a todo lo que ella quería, sacó una imagen de aquél Buda e hizo ofrendas ante Él. Aún más, ella lloró penosamente y contempló con respeto y adoró a aquel Buda. De repente en horas de la noche, como si fuera un sueño, ella vio el cuerpo de aquél Buda, brillando de color dorado y tan grande como el Monte Sumeru, emitiendo grandes luces.

“Este Buda le dijo a Ojos Brillantes: ‘En poco tiempo tu madre renacerá dentro de tu casa y ni bien conozca el frío y el hambre ella hablará’.

“Poco después una sirvienta tuvo un hijo que habló a los tres días de nacido. Bajando su cabeza y llorando con pena dijo: ‘En la vida y la muerte uno tiene que soportar las retribuciones de sus propios actos. Yo soy tu propia madre y estuve en la oscuridad por mucho tiempo. Desde que te he dejado he estado constantemente renaciendo en los grandes infiernos. Como resultado de haber recibido el poder de tus actos meritorios fui capaz de renacer, pero solamente como el hijo pobre de clase baja. Más aún, mi tiempo de vida, va a ser corto y después de trece años nuevamente yo voy a caer en un mal destino. ¿No tienes acaso una forma de lograr mi salvación?’. 

“Cuando Ojos Brillantes escuchó las palabras del hijo de la sirvienta, supo sin ninguna duda que éste era su madre y entre sollozos le dijo al niño: ‘Ya que eres mi madre deberás saber cuales han sido tus ofensas. ¿Qué actos has cometido que causaron tu caída en los destinos malvados?’.

“El hijo de la sirvienta dijo: ‘He soportado esta retribución como el resultado de matar y de calumniar. Si no hubiera recibido los méritos que has ganado para rescatarme de esta dificultad, mi karma sería tal que todavía no habría sido liberado’.

“Al escuchar esto, Ojos Brillantes le preguntó: ‘¿Qué pasa durante la retribución en los infiernos?’
“El hijo de la sirvienta le contestó: ‘Solamente el hablar de esos sufrimientos es insoportable y ni siquiera cien mil años serían suficientes para describirlos a todos’.

“Ojos Brillantes escuchó esto y lloró amargamente, y dirigiéndose al espacio, dijo: ‘Pueda mi madre estar libre de los infiernos eternamente y después de estos trece años pueda ella ser liberada de sus graves ofensas y dejar los malos destinos. Oh, Budas de las diez direcciones, tengan compasión y lástima de mi. Escuchen los profundos Votos que estoy haciendo por el bien de mi madre. Si ella pudiese dejar los Tres Senderos para siempre, dejar las clases bajas, dejar el cuerpo de mujer y nunca más tener que tolerarlos, entonces, delante de la imagen del Así Venido Ojos Puros de Loto, hago Votos que desde este día en adelante, a través de cientos de miles de decenas de miles de millones de kalpas, rescataré a los seres vivientes que estén sufriendo en los infiernos por sus ofensas y en otros de los Tres Senderos. Rescataré a todos ellos, haciendo que dejen los reinos de los infiernos, espíritus hambrientos, animalidad y similares. Solamente, cuando todos los seres que están soportando la retribución de sus ofensas se hayan convertido en Budas, sólo entonces, realizaré la Correcta Iluminación para mí mismo’.

“Luego de haber hecho este Voto, escuchó claramente al Así Venido Ojos Puros de Loto que le dijo: ‘Ojos Brillantes, tienes una gran compasión que hace posible que hagas estos grandes Votos en beneficio de tu madre, veo que tu madre dejará este cuerpo después de trece años y renacerá como un brahmán con un tiempo de vida de cien años. Luego de esta vida ella renacerá con un tiempo de vida de kalpas en la Tierra de la No Preocupación, después de lo cual ella se realizará como Buda y cruzará a tantos hombres y dioses como granos de arena hay en el Ganges’.

“El Buda Shakyamuni le dijo al Rey del Auto-Dominio: “... Ojos Brillantes es ahora el Bodhisattva Ksitigarbha. A través de muchos eones, debido a su compasiva piedad, ha hecho tantos Votos como granos de arena hay en el Ganges para rescatar seres vivientes.
“Hombres y mujeres que en el futuro no practiquen el bien y hagan el mal, que no crean en la ley de causa y efecto, que se permitan caer en conductas sexuales impropias y falso predicamento, quienes hablen con doble mensaje y utilicen palabras crueles y quienes calumnien al Gran Vehículo, caerán con seguridad en los malos destinos".

Luego el Buda procede a explicar que si bien los seres pueden caer en los malos destinos por sus malas acciones, si escucharon el nombre del Bodhisattva Ksitigarbha, o si hicieron al menos algo bueno en la vida, si llaman su nombre, el Bodhisattva Ksitigarbha intercederá por ellos ante los jueces del infierno y abogará por su salvación. 

Esta es una de mis historias favoritas en todo el Sutra, ya que ejemplifica cómo las personas laicas pueden practicar el Budismo, obetenr y regalar incontables méritos, y continuar el Camino del Bodhisattva hasta que alcancen el Despertar. 

En ese momento, los Cuatro Grandes Reyes Celestiales, los guerdianes de las cuatro dierecciones del universo, se levantaron, presentaron sus respetos al Buda y al Bodhisattva Ksitigarbha, y le preguntaron al Buda sobre la compasión del Bodhisattva Ksitigarbha. El Buda les dijo a los Cuatro Reyes Celestiales: 

“Desde kalpas atrás hasta el presente, el Bodhisattva Ksitigarbha ha cruzado y liberado a seres sintientes, y por piedad y compasión hacia aquellos seres que aún sufren en el mundo, no ha terminado de completar sus Votos...

“Reyes, el Bodhisattva Ksitigarbha; para los asesinos habla de una retribución de una corta vida; para los ladrones habla de una retribución de agudos sufrimientos y pobreza; para los que practican conductas sexuales impropias habla de una retribución de seres nacidos como palomas, patos y patas mandarines; para los malhablados Él habla de una retribución de una familia con disputas.

“A los calumniadores les habla de una retribución de una boca ulcerosa y sin lengua; a los que odian les habla de seres feos e inválidos; a los tacaños les habla de deseos frustrados; a los glotones les habla de una retribución de enfermedad, hambre y sed; a aquellos que disfrutan cazando, les habla de una retribución de una espantosa locura y desastrosa perdición.

“A los que desobedezcan y maltraten a sus padres, les habla de una retribución de calamidades y destrucción. A los que quemen y destruyan florestas les habla de una retribución de muerte o insanidad. Para los padrastros crueles Él les habla de una retribución de ser tratados de la misma forma en vidas futuras; a aquellos que atrapan y acorralan a animales jóvenes, les habla de una retribución de que sus carnes se separen de sus huesos; a quienes calumnien a la Triple Joya les habla de una retribución de ser ciegos, sordos o mudos; a aquellos que menosprecien el Dharma y miren a sus enseñanzas con arrogancia, Él les habla de estar en los destinos malvados para siempre; a los que utilizan de una manera imprudente las cosas, de los que ‘residen permanentemente’, les habla de una retribución de revolverse en los infiernos por miríadas de kalpas; a aquellos que ensucian la conducta pura de otros y a propósito calumnian al Sangha, les habla de una eternidad en el reino animal; a aquellos que hiervan, quemen, decapiten, corten o de otra manera dañen animales, Él les habla de repago en moneda similar.

“A aquellos que violen preceptos y regulaciones del puro comer, Él les habla de las retribuciones de renacer como pájaros y bestias sufriendo de hambre y sed; a aquellos que utilicen inescrupulosamente y destruyan las cosas, les habla de la retribución de nunca obtener lo que persiguen. A aquellos que sean arrogantes y altivos, les habla de una retribución de ser sirvientes y de clase baja; a aquellos que
se comportan falsamente causando pelea y malestar Él les habla de una retribución de mutismo y defectos al hablar; a aquellos que tienen opiniones incorrectas, les habla de renacimientos en las regiones fronterizas.

“Esta es una descripción general de los cientos de miles de diferentes retribuciones resultantes de los malos hechos habituales del cuerpo, habla y mente cometidos por los seres vivientes de Jambudvipa. Ya que ellos tienen semejantes respuestas diferentes, el Bodhisattva Ksitigarbha usa cientos de miles de métodos convenientes para enseñarles. Los seres vivientes que cometen ofensas, deben primero experimentar retribuciones tales como éstas y entonces caer en los infiernos en donde pasen a través de kalpas sin ningún momento de escape. Entonces, ustedes deben proteger a la gente y a sus países. No permitan que los seres vivientes estén confundidos por tan variados hechos”.

Habiendo escuchado esto, los Cuatro Reyes Celestiales lloraron con pena, juntaron sus palmas y se retiraron. 

Estos extractos nos muestran las retribuciones kármicas de una amplia variedad de transgresiones, las cuales estan todas contenidas en los Preceptos del Bodhisattva. Pero igualmente, todos los seres que se refugian en el Bodhisattva Ksitigarbha podrán ser liberados y liberados de la retribución en los Tres Caminos Malvadosde la existencia (infiernos, fantasmas hambrientos y animales).

Si bien este capítulo también habló sobre la retribución de varias fechorías, por ejemplo, aquellos que se entregaban a la lujuria pervertida renacerían como pavos reales, palomas y patos mandarines; aquellos que pelean o pelean en la familia, serían tontos o tendrían úlceras en la boca; aquellos que se dedican a la caza morirían por el susto o por un trastorno mental; aquellos que desobedecen a los padres se encontrarían con calamidades; aquellos que gastan dinero sin razón serían deficientes o tendrían una extinción completa de las necesidades que buscan; y muchos otros....el mensaje que el Sutra trata de comunicar es que cosechas lo que siembras. Si se da cuenta de que ha cometido fechorías, todavía hay tiempo para arrepentirse y refugiarse en el Bodhisattva Ksitigarbha. Si sus seres queridos fallecieron, será bueno recitar el Sutra Ksitigarbha para que ayude a erradicar sus malos karmas.

Luego de leer esto, muchos se seiguen preguntando: ¿existen los infiernos? La realidad es que no tenemos que morir para poder confirmar la existencia de los infiernos, ya que los experimentamos en este mismo mundo. 

Hace unos meses vi una película coreana llamada "Parasite", donde se ve la relación de poder y de clases en la sociedad moderna, sobre todo, en esos países del primer mundo altamente desarrollados. Igualmente, las diferencias socielas, educativas, económicas y de clases en la película ejemplifican las diferencias entre los distintos mundos de la cosmología budista. Como hemos mencionado, en la cosmología budista existen 10 Mundos: (1) Infiernos, donde los seres se caracterizan por el dolor, la desesperanza y el tormento. (2) Pretas o Espíritus Hambrientos, el cual es otro tipo de infierno, donde los seres padecen de un hambre insaciable. (3) Animalidad, donde los seres se ven movidos por tres cosas: comida, deseo de reproducción y sobrevivencia.  (4) Asuras o Ira, caracterizado por la envidia, el deseo y la ira. (5) Humanidad, el cual es nuestro estado base (nuestro mundo, el cual bien piuede contener los otros a nivel físico, mental y espiritual), y si bien está plagado de sufrimiento, es el más conductivo al cultivo espiritual, ya que no estamos tan agobiados por el sufrimiento como en los infiernos, ni tan satisfechos y complacientes como en los cielos. (6) Cielos, donde los seres gozan de todo tipo de placeres y viven vidas sumamente largas. 

¿No puedes ver cómo cada uno de estos Seis Reinos existen en nuestro mundo? Los ricos y privilegiados viven vidas de opulencia, con pocas preocupaciones sobre su salud, economía o sobrevivencia, mientras que los pobres viven en condiciones infernales, precarias, llenas de incertidumbre y plagadas de preocupaciones y sufrimientos. Entre estos, la clase media vive en un estado de hambruna y animalidad, donde solo viven para dormir, comer, reproducirse y gastar, buscando comprar algo que llene ese estado interno de insaciabilidad. Esto es lo que existe externamente, pues internamente, cada uno de los Seis Estados puede experimentar mental, emocional y espiritualmente cualquiera de los otros. Por eso, sin importar cuánto dinero algunos ricos tienen, viven en estados mentales y emocionales infernales, lo que los lleva al suicidio; y sin importar cuántas necesidades padezcan, algunos pobres viven vidas llenas de felicidad y plenitud. 

El Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha lleba un mensaje de cautela (cuida tus pensamientos, palabras y acciones; sigue los Preceptos,; estudia y practica el Dharma; aspira a alcanzar el Despertar y realiza el Camino del Bodhisattva en el mundo por el bien de todos los seres), pero también uno de esperanza: no todo está perdido, pues existe un Camino. Hay una salida de la oscuridad. No todo está perdido. Hay un camino, justo delante de nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es avanzar en el camino que tenemos ante nosotros. Una vez que avancemos en el camino, nuestro viaje desde la oscuridad ha comenzado, y la luz comenzará a brillar. La Luz de la Sabiduría del Buda siempre nos esta guiando, aunque nuestras ilusiones no nos la permitan ver; y la Compasión del Buda siempre nos abraza, para nunca abandonarnos.

Espero poder seguir compartiendo las enseñanzas de este Sutra la próxima semana. 

jueves, 18 de junio de 2020

El Comportamiento del Bodhisattva: Ciclo de Lectura sobre los Preceptos Perfectos - I - No Matar

Esta semana continuamos con nuestro nuevo ciclo de lectura basado en los Preceptos Perfectos del Bodhisattva. Estas son las reglas éticas utilizadas en Japón, diferentes al Vinaya antiguo utilizado en el resto del Budismo en Asia. 

A diferencia del Vinaya Hinayana, las escuelas budistas en Japón utilizan un conjunto de Preceptos o reglas éticas budistas que fueron predicadas por el Buda exclusivamente para Bodhisattvas, y las mismas se ajustan mejor a nuestra práctica budista contemporánea. Si bien se componen de 52 Preceptos, la mayoría de las escuelas solo siguen los primeros 10 Preceptos Mayores. 

En este nuevo ciclo de lectura y estudio veremos cada uno de estos Preceptos, desde la óptica de las Enseñanzas Perfectas y Completas, y su aplicación moderna en nuestra vida diaria. En esta segunda entrada, tocaremos el primero Precepto Mayor: No Matar.


Todas las religiones en el mundo contienen una serie de "Mandamientos" o algún código de conducta esperado de sus adherentes. Los Preceptos en el Budismo no son una serie de "mandamientos"; más bien, son una serie de guías a seguir para atemperar nuestras acciones a la armonía inherente en el Universo. Son el código moral a seguir en nuestro camino al Despertar; y en el Budismo Mahayana, son uno de los requisitos para caminar el Camino del Bodhisattva y poder realizar el trabajo del Buda en el mundo.

La palabra Pali más a menudo traducida como "moral" es "Sila", pero "Sila" tiene muchas connotaciones que van más allá de la palabra "moralidad". Sila puede referirse a una virtud interior, tal como la bondad y la veracidad, así como la actividad de las virtudes más importantes del mundo. También puede referirse a la disciplina de actuar de forma moral. Sin embargo, Sila se entiende mejor como una especie de armonía. Esto es porque los Preceptos son la forma de actuar de un Iluminado en el mundo, y al comenzar a actuar como un Buda, despertamos nuestra Naturaleza Búdica y nos armonizamos con el Buda Eterno - el Universo.

Al comenzar a trabajar con los Preceptos, nos encontramos que los vamos a "romper" o profanar una y otra vez. Podemos pensar en esto como cuando comenzamos a aprender a correr una bicicleta: podemos caernos de la bicicleta y sentirnos vencidos, o podemos volver a la bicicleta y comenzar a pedalear de nuevo hasta que la dominemos. Igual sucede con los Preceptos. Los Maestros dicen que es mejor tomar los Preceptos y romperlos a nunca tomarlos. Esto es porque la Toma de Refugio, la ceremonia que confiere los Preceptos, es como una semilla que es depositada en nuestra consciencia, semilla que luego cultivaremos poco a poco con el estudio, la fe y la práctica y que eventualmetne germinará en nuestro Despertar.

En los períodos iniciales de la tradición budista, se establecieron una serie de lineamientos con el objetivo de prevenir conductas que obstaculizaban la búsqueda de la Iluminación o el mantenimiento de una vida espiritual rica y reflexiva. Tal es así que los integrantes de las congregaciones budistas debían acatar minuciosas normas de disciplina propias del voto monástico. Algunos códigos reflejaban los prejuicios sociales arraigados en la época. Por ejemplo, las doscientas cincuenta reglas aplicadas a los monjes y las quinientas reglas aplicadas a las monjas marcaban pautas en la conducta cotidiana, tales como la dieta alimenticia o las horas de despertarse y dormir. Cabe destacar que el Vinaya antiguo solo podía ser seguido por los monásrticos, y que la población laica estaba excluida de los mismos. 

El Budismo Mahayana - que incluye las enseñanzas del Sutra del Loto - adopta una postura más flexible ante los Preceptos, en la que se da una mayor importancia a la práctica compasiva del Bodhisattva como medio de la Iluminación, tanto de uno mismo como de los demás, en lugar del acatamiento de restricciones severas para la salvación personal. Es por ello que es aplicable tanto a la Sangha monástica como al público laico en general. Asimismo, exhorta a mantener una conducta que sea acorde con el tiempo y el lugar, y a respetar la diversidad cultural. Es por eso que Saicho, fundador del Budismo Tendai japonés, abogó incansablemente por el derrogamiento de los viejos preceptos Hinayana y por el establecimiento de los Preceptos del Bodhisattva que las escuelas japonesas hoy día siguen. Es maravilloso ver que estos Preceptos siguen siendo aplicables a nuestra vida contemporánea en el Siglo XXI.

Por ello, los Preceptos en el Budismo constituyen el código ético básico budista, acogidos por los seguidores del Buda. Estas son las reglas básicas del Budismo - instrucciones para conseguir el objetivo de comportarse bien consigo mismo y con los demás. Se podría decir que son indicaciones para convivir en paz. No se formulan como imperativos, sino como las reglas de formación para que se practiquen voluntariamente.

Originalmente, las personas laicas seguían los Cinco Preceptos Laicos, que son los Preceptos que desde el tiempo en que vivía el Buda Shakyamuni se han conferido a todos los interesados en ingresar a la Sangha (comunidad budista). Estos Preceptos son los primeros de una serie de Preceptos que son conferidos a los interesados en formar parte de la orden budista. Estos son:
  1. No matar o alentar a otros a matar.
  2. No robar o alentar a otros a robar.
  3. No participar en actos sexuales licenciosos o alentar a otros a hacerlo. 
  4. No mentir, ni alentar a otros a hacerlo.
  5. No comerciar ni vender bebidas alcohólicas ni alentar a otros a hacerlo.
Posteriormente, el Sutra de la Red de Brahma, un Sutra Mahayana dado por el Buda para derrogar el antiguo Vianaya pero que no fue utilizado por la Orden, amplió los Preceptos principales a 10, añadiendo estos otros Preceptos:
  1. No para difundir las fechorías o faltas de la asamblea budista, ni alentar a otros a hacerlo.
  2. No para alabarse a sí mismo y hablar mal de los demás, o alentar a otros a hacerlo.
  3. No ser tacaño, o alentar a otros a hacerlo.
  4. No abrigar enojo o alentar a otros a enojarse.
  5. No hablar mal del Buda, el Dharma o la Sangha (literalmente, los Tres Tesoros) o alentar a otros a hacerlo.
El tema de hoy es el Precepto de No Matar. En Pali, el primer Precepto es "Panatipata veramani sikkhapadam samadiyami" - "Asumo la regla de entrenamiento de abstenerme de tomar la vida." 

Es importante entender que la violación del Primer Precepto surge primero en la mente, con el reconocimiento de un ser vivo y la idea deliberada de matar a ese ser. También, pedirle a otra persona que sea el que mate no mitiga la responsabilidad por ello. Además, una muerte premeditada es un delito más grave que un asesinato en defensa propia. 

El Sutra de la Red de Brahma explica el Primer Precepto de esta manera: 

"Un discípulo del Buda no podrá matar a un ser vivo, animar a otros a matar, matar por los medios pertinentes, alabar el matar, ser testigo de una matanza, o matar a través de encantamiento o  mantras. Él no debe crear las causas, condiciones, métodos, o karma de matar, y no debe de matar intencionalmente cualquier criatura viviente. 

"Como discípulo del Buda, debe de nutrir la mente de la compasión y la piedad filial, siempre ideando medios hábiles para rescatar y proteger a todos los seres. Si por el contrario, no logra contenerse y mata a los seres sintientes sin piedad, comete una ofensa mayor."

El Sutra de las Diez Acciones Virtuosas Recitado en el Palacio del Rey Dragón del Océano, el cual detalla las diez acciones meritorias y sus beneficios, así como el mal karma que genera el no practicarlas o el hacer lo contrario a lo estipulado, explica las acciones positivas que definen el comportamiento de un Bodhisattva en todo momento. En su sección de No Matar dice:

“¡Oh, Rey Dragón! Si uno abandona el quitar la vida, entonces conseguirá las diez formas de liberarse de las contrariedades. ¿Cuáles son las diez?

1)      Uno da con ecuanimidad a todos los seres, sin miedo.
2)      Uno siempre tiene un corazón con gran compasión hacia todos los seres.
3)      Todas las tendencias de odio habituales en uno mismo, serán cortadas para siempre.
4)      El cuerpo de uno siempre está libre de enfermedades.
5)      La vida de uno es larga.
6)      Uno está constantemente protegido por los seres no humanos.
7)      Uno siempre está libre de pesadillas, y duerme y se despierta feliz.
8)      La maraña de la enemistad es erradicada, y uno está libre de todo odio.
9)      Uno está libre del pavor a los malos destinos.
10)    Cuando la vida de uno llegue a su fin, renacerá como un dios.

“Estas son las diez. Si uno es alguien que es capaz de volverse hacia la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación, finalmente llegará a ser un Buda, y tendrá la habilidad propia de  un Buda de vivir tanto tiempo como desee”.

La gente suele asociar el Budismo con el vegetarianismo. Aunque la mayoría de las escuelas del Budismo fomentan el vegetarianismo, por lo general se considera una opción personal, no un requisito. Esto es así en el Budismo en todo Japón. Igualmente, el Budismo Tibetano en Tibet no es vegetariano, ya que en el Tibet, siendo una región árida, no crece mucha vegetación, y los animales son la única forma de sustento. 

Puede que te sorprenda saber que el Buda histórico no era un vegetariano estricto. Los primeros monjes obtenían toda su comida de la mendicidad, y el Buda le enseñó a sus monjes a aceptar la comida que se les diera, incluyendo la carne. Sin embargo, si un monje sabía que un animal había sido sacrificado específicamente para alimentar a los monjes, la carne debía ser rechazada. Debemos recordar que originalmente el Budismo no era vegetariano ni exhortaba el vegetarianismo, aunque estaba muchas veces implícito en los Sutras en Pali. La Sangha monástica vivía de la comida que era recibida de la población en general, y no se podía discriminar en la comida recibida. Los monjes se tenían que comer todo y cualquier cosa que era recibida. Esta era la única forma en la cual los laicos podían acumular mérito para un mejor renacimiento. Posteriormente, los copiladores de los Sutras Mahayana hicieron el vegetarianismo obligatorio. 

El Budismo Indio vivía de la mendicidad, y no era vegetariano. Luego, el Budismo llegó a China, un país con una desarrollada cultura que valoraba el esfuerzo. Los chinos no vieron con buenos ojos el aspecto de mendicar del Budismo, ni el abandono del hogar, y fue fuertemente atacado. Para poder atemperarse al país, el Budismo tuvo que transformarse: ya los monjes no vivirían de mendicidad, sino que cultivarían sus propios alimentos, trabajando la tierra. Esto fomentó y cimentó aún más la visión budista del vegetarianismo. 

Dado a que he escrito a la saciedad sobre el tema del Budismo y el vegetarianismo, no escribiré más aquí, pero los interesados pueden leer mi artículo largo aquí: El Budismo y el Vegetarianismo.

Otro tema relacionado con el Primer Precepto Mayor de No Matar es el tema del aborto. Casi siempre, el aborto es considerado como una violación del Primer Precepto. Sin embargo, el Budismo también evita los absolutos morales rígidos. Una posición a favor del aborto que permita a las mujeres tomar sus propias decisiones morales no es incompatible con el Budismo. 

El problema principal para el Budismo es el tema del sufrimiento. Por eso, cuando vamos a investigar sobre la posición budista en torno a un punto, debemos de preguntarnos: ¿Cómo podemos aliviar el sufrimiento en X tema? Muchos maestros budistas se han expresado en torno al aborto, con opiniones en pro y en contra. Dado a que el Budismo no cree en absolutos, sino que postula el Camino Medio (el punto medio entre dos extremos, en este casi, el abortar y el no abortar), nadie puede decir que el Budismo dice X o Y cosa en torno al tema de forma absoulta - todo depende de las circunstancias. Si el nacimiento de la criatura (1) conllevará sufrimiento inevitable para la madre, (2) conllevará sufrimiento inevitable para la criatura - debería facilitar el aborto. Debemos recordar que el nacimiento en el Budismo es considerado uno de los ocho sufrimientos. Nacer es sufrir. Es por eso que en muchos casos, como en los casos de víctimas de violación, embarazos no deseados resultados de causas incontrolables, en circunstancias donde la madre ni la criatura podrán recibir el apoyo, el cuidado, la salud, la educación ni el sustento económico para vivir una vida plena, el aborto es condonado por el Budismo. Sin embargo, si el aborto es el resultado de un descuido voluntario, si la madre tiene los medios económicos, de salud y demás para permitirse una vida plena para sí y su criatura, el aborto debería estar vedado. La realidad es que no existe evidencia canónica en los Sutras al respecto. Así, el criterio rector en estos casos depende de las circunstancias. 

Otro tema delicado relacionado el Primer Precepto de No Matar es la Eutanasia. La "muerte misericordiosa" reduce el nivel de la miseria de un ser, pero podría interferir con su evolución espiritual hacia la Iluminación. En ciertos casos, estas acciones no son realmente compasivas, sino que es una compasión sentimental. ¿Quién de nosotros tiene la capacidad de ver si una acción de ese tipo, de hecho, ayuda al mejor bienestar de una persona? Nuevamente, todo depende de las circunctancias. Si la persona está en un estado terminal, fuera de sus facultados cognoscitivas (estado vegetativo o en coma irremediable), o si la perona está en un estado terminal de salud, próxima a la muerte, y está sufriendo, la Eutanasia sería condonada. 

¿Y si el ser que sufre es un animal? Muchos de nosotros hemos sido asesorados a practicar la Eutanasia a una mascota o hemos encontrado un animal sufriendo gravemente. ¿Ayuda esto al animal "a salir de su miseria"?  Es egoísta el no practicar la Eutanasia a un animal que sufre por setimientos personales. No estoy seguro de que todos los maestros estarían de acuerdo con eso. Muchos maestros consideran la Eutanasia de un animal sólo si el animal está muy angustiado, y no hay manera de salvarlo o calmar su angustia.

Hasta ahora hemos discutido circunstancias que envuelven decisiones sobre la vida, pero, ¿cómo podemos aplicar el Primer Precepto de No Matar en la defensa propia? No debemos de olvidar que las artes marciales surgieron y se vieron ampliamente influenciadas por el Budismo. Bodhidharma, el "patriarca del Zen", fue el fundador del Shaolin Kung Fu en China, el cual es el arte marcial del cual salen todos los artes marciales de Asia. Igualmente, históricamente, el Budismo (y la espiritualidad en general) ha estado ligada a la casta guerrera. El mismo Buda provino de la casta guerrera de los Kshatriyas en la India. Los monjes budistas en China practican artes marciales para poder defender los templos, al pueblo, y como medio de condicionar sus cuerpos para la meditación. ¿Qué dice el Budismo sobre las artes marciales y la defensa personal? 

Las artes marciales desde antaño han sido vistas como un medio para el cultivo y el desarrollo perosnal, tanto físico, como mental y espiritual. De hecho, muchos maestros equiparan el camino del guerrero con el del monje, siendo la meta la misma: la Iluminación. No obstante, el Budismo prohibe el uso de la violencia injustificada. Uno puede utilizar la violencia solo si es para defenderse a uno mismo o a otros indefensos. Hemos visto grandes ejemplos en la historia de monasterios completos defendiendo al pueblo contra el gobierno o invasiones foráneas en China, Corea y Japón. Sin embargo, no recurrieron a la violencia como defensa por gusto, sino por necesidad, y siempre mesuradamente. Este es un tema que amerita un tratamiento independiente posteriormente.  

Como hemos visto, el Primer Precepto igualemente prohibe alentar a otros a matar. Esto se aplica en todas las situaciones descritas. Es por ello que el Precepto prohíbe comer la carne de un animal que ha sido matado exclusivamente para alimentarte. Tampoco podemos exhortar a otros a matar a otro ser vivo. 

Otro tema relacionado con el Primer Precepto de No Matar, si bien parece desconectado, es la muerte de una idea, un proyecto, una esperanza o un sueño de otra persona, a lo que es aplicable todos los cuestionamientos anteriores.

Otros temas incluyen el uso de pesticidas, antibióticos, desinfectantes, y demás. Las posibilidades son innumerables. El criterio rector debe ser el mismo: todo depende de las circunstancias. Lo importante es tratar de aliviar el sufrimiento. Por ello: ¿el hacer X o Y cosa alivia el sufrimiento tuyo y de los demás, es necesario y es el caso menos oneroso en base a las circunstancias? Lamentablemente, por razones de espacio, no podemos cubrir todas las posibles situaciones, pero esto debe servir de base para desarrollar una idea de cómo podemos aplicar el Primer Precepto de No Matar a nuestra vida. 

A manera de conclusión, debemos recordar que todos estos son temas complicados, que requieren una profunda introspección, y el Budismo no ofrece contestaciones en blanco y negro, todo depende de las condiciones y circunstancias de cada caso.

A modo de tarea práctica, la próxima vez que te encuentres en el Templo o en tu altar, reflexiona sobre cómo has quitado la vida, y cómo puedes prevenirlo la próxima vez, al igual que cómo puedes ayudar a otros a no tomar la vida.

La próxima semana estudiaremos el Segundo Precepto de No Robar. 

martes, 16 de junio de 2020

El Gran Voto de Salvación: Ciclo de Lectura sobre el Sutra de Jizo (Ksitigarbha) - I

Hoy comenzaremos un nuevo ciclo de estudio y lectura sobre uno de mis Sutras favoritos: el Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha, quien es llamado Jizo en Japón. El Bodhisattva Ksitigarbha es uno de los Bodhisattvas más famosos del panteón Mahayana, y representa el gran voto compasivo de salvación universal, ya que el Bodhisattva Ksitigarbha hizo el Gran Voto de no alcanzar el Nirvana hasta que todos los seres que sufren en el infierno hayan sido salvados.

El Sutra del Ksitigarbha es un Texto Sagrado importantísimo en el Budismo, ya que explica las consecuencias kármicas de nuestras acciones, así como detalla el proceso de renacimiento en los diferentes mundos del Samsara. Es por ello que es un texto ideal para estudiar la doctrina del karma y el renacimiento en el Budismo Mahayana. Pero como veremos, el texto igualmente explica la importancia del deber filial a nuestros padres y ancestros, y exhalta la labor del Bodhisattva en el plan salvífico del universo. 

En esta primera entrada, veremos la importancia del Bodhisattva Ksitigarbha y estudiaremos los primeros dos capítulos del Sutra. Existen muy pocos comentarios en Occidente sobre este Sutra, por lo que todo lo que seguirá es una exégesis personal (uno de los pocos comentarios existentes es el de Hsuan Hua, un monje chino que fue famoso en Occidente, pero era homofóbixo y misógeno, y su comentario no es muy bueno). La traducción usada es mía, y se puede encontrar en su totalidad en Amazon. Todo error es enteramente mío. 


El Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha (Jizo Hongan Kyo en japonés) es un Sutra budista Mahayana. El Sutra fue dado por el Buda Shakyamuni en el Cielo Trāyastriṃśa, ubicado en la cima del Monte Meru, frente a una gran multitud de seres sintientes, para el beneficio de su difunta madre, la reina Maya, quien murió a los siete días de haber dado a luz a Siddhartha Gautama. Incluye historias de la habilidad de Kṣitigarbha para liberar a los seres de los infiernos, las implicaciones de nuestras acciones y sus retribuciones kármicas, e instrucciones sobre cómo tratar con los moribundos y los muertos.

Este Sutra contiene múltiples enseñanzas principales: (1) Renacimiento y el Nirvana - dejar el mar del sufrimiento y darse cuenta de la felicidad del Nirvana, y finalmente, el logro final de la Budeidad. (2) Retribución Kármica - describe gráficamente las consecuencias que uno crea para uno mismo al cometer acciones indeseables. (3) Piedad Filial - no solo eso entre uno mismo y los padres, sino también en el sentido último de un código universal del deber o responsabilidad para con todos los seres vivos. 

El Sutra de Ksitigarbha es uno de los Sutras más venerados en el Budismo del Este de Asia, y todo se debe en gran parte a su protagonista principal, el Bodhisattva Ksitigarbha, que en Japón es llamado Jizo. Jizo es uno de los Bodhisattvas más populares en Japón, y se pueden ver estatuas de Jizo en todos lados: en los caminos, en las entradas a las casas, en las montañas, en los hoaspitales, etc. Esto es porque Jizo es el Bodhisattva de los niños, los viajeros y las madres, y es un Bodhisattva asociado con los reinos del infierno.

Si bien este Sutra es uno relativamente corto, y sus enseñanzas son sencillas, para poderlo entender bien, es importante que conozcas ciertas enseñanzas budistas.

En la cosmología budista, los seres sintientes, al morir, pueden renacer en Seis Mundos o Reinos del Samsara. Si bien los hemos tocado a cabalidad en este blog, veámoslos brevemente:

1. Infiernos - este es el más bajo de los Reinos del Samsara, y se compone de múltiples infiernos de fuego y de hielo. En este mundo, los seres renacen por un periodo determinado de tiempo, consistente con el karma, y sufren incontables tormentos. En un aspecto mental, los seres en este mundo se caracterizan por el dolor, la desesperanza y el tormento. Es importante destacar que si bien ecisten los infiernos en el Budismo, uno no está condenado eternamente a ellos, sino que cuando el karma que te hizo renacer allí acaba, puedes renacer en algún otro mundo. 

2. Pretas o Espíritus Hambrientos - este es otro tipo de infierno, donde los seres padecen de un hambre insaciable. Tradicionalmente, los seres en este mundo son representados con cuellos pequeños por los cuales no pasa ningún tipo de alimento, y si llega a pasar algo, se convierte en fuego, lo que causa una gran agonía. Mentalmente, este estado es uno de insaciabilidad.

3. Animalidad - si bien muchos de nosotros amamos los animales, los seres que renacen en este estado se ven movidos por tres cosas: comida, deseo de reproducción y sobrevivencia. 

4. Asuras o Ira - este es el estado de los semi-dioses, los cuales estan constantemente planeando en derribar a los dioses en los cielos, a los cuales envidian. Es un estado caracterizado por la envidia, el deseo y la ira.

5. Humanidad- este es nuestro estado, y si bien está plagado de sufrimiento, es el más conductivo al cultivo espiritual, ya que no estamos tan agobiados por el sufrimiento como en los infiernos, ni tan satisfechos y complacientes como en los cielos. 

6. Cielos - si bien esta es la meta de muchas religiones (y el Budismo exhorta a los creyentes a renacer en los cielos, sobre todo, en el Budismo Hinayana), al igual que todos los otros mundos, los seres renacen en los cielos dado al karma, y cuando el buen karma que los hizo renacer se agota, renacen en otro de los Seis Mundos. Los seres en los cielos gozan de todo tipo de placeres y viven vidas sumamente largas, y esto es procesamente lo que no les permite cultivar la espirtualidad.

El Budismo, si bien contiene prácticas que nos pueden hacer renacer en los cielos, nos exhorta a trascender los Seis Reinos del Samsara y aspirar al Despertar por el bien de todos los seres. Esto nos permite trascender la mentalidad de los Seis Reinos y nos permite alcanzar los Cuatro Reinos o Estados Nobles, que junto con los Seis Mundos del Samsara, componen los Diez Mundos. Los primeros tres estados se encuentran en el reino de la Humanidad. Los Cuatro Estados Nobles son:

7. Shravakas o los que Escuchan las Enseñanzas - si tomamos nuestro tiempo para escuchar el Dharma (aprendiendo las enseñanzas básicas como las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Octuple), podemos cultivar la espiritualidad y superar los seis estados anteriores,  desarrollando el Bodhicitta, aspirando a alcanzar la Budeidad.

8. Pratyekabuddhas o los que Practican las Enseñanzas - si no solo estudiamos las enseñanzas, sino que las ponemos efectivamente en práctica (cultivando la meditación), podemos cultivar la espiritualidad y superar los seis estados anteriores,  desarrollando el Bodhicitta, aspirando a alcanzar la Budeidad.

9. Bodhisattva - cuendo escuchamos y ponemos el Dharma en práctica, a medida que cultivamos la fe y profundizamos en las enseñanzas, vemos que no podemos alcanzar la salvación sin ayudar a los demás seres sintientes. En ese momento ponemos en práctica los Seis Paramitas y estudiamos las enseñanzas Mahayana. Esto despierta nuestro altruismo y nos motiva a querer ayudar a los demás. Este es el camino del Bodhisattva - aquel que pospone su Despertar hasta que todos los seres lo alcancen. Bodhisattvas como Jizo hacen votos especiales de salvar a los seres en ciertas circunstancias. En el cado de Jizo, su especialidad es salvar a los seres en los infiernos. 

10. Budeidad - este es el estado supremo - el logro del Nirvana y la total trascendencia de los Seis Reinos de la Existencia. 

Los que deseen una explicación más detallada de los Seis Reinos de la Existencia la pueden conseguir aquí: Samsara - La Rueda de Renacimientos y la Salvación.

Hasta ahora hemos hablado de renacimiento, pero si el Budismo expone la doctrina de "Anatman" o de la inexistencia del alma. De acuerdo con esta doctrina, no hay un "yo" o un "alma" en el sentido de un ser permanente, integral y autónomo dentro de una existencia individual. Lo que nosotros consideramos como nuestro yo, nuestra personalidad y el ego, son creaciones temporales que no sobreviven a la muerte.  ¿qué es lo que renace?

Como hemos mencionado anteriormente en el blog, el Budismo explica que el ser humano es un compuesto de Cinco Skandhas o Agregados: (1) Cuerpo o Forma, (2) Sentimientos, (3) Pensamientos, (4) Voliciones, y (5) Conciencia, la cual se subdivide en nueve.

Generalmente, el primera skandha es nuestra forma física. La segunda está formada por nuestros sentimientos, emocionales y físicos, y nuestros sentidos - vista, oído, gusto, tacto, olfato. El tercer skandha, la percepción, forma la mayor parte de lo que llamamos pensamientos - la conceptualización, la cognición, el razonamiento. Esto también incluye el encuentro que se produce cuando un órgano sensorial entra en contacto con un objeto. La percepción puede ser coceptualizada como "aquello que identifica." El objeto percibido puede ser un objeto físico o uno mental, como una idea. El cuarto skandha, las voliciones, incluyen los hábitos, prejuicios y predisposiciones. Nuestra voluntad, u obstinación, también es parte del cuarto skandha, como son la atención, la fe, la conciencia, el orgullo, el deseo, la venganza, y muchos otros estados mentales buenos y malos. Las causas y los efectos del karma son especialmente importantes para el cuarto skandha.  El quinto skandha, la conciencia, es la conciencia o sensibilidad a un objeto, pero sin la conceptualización. Una vez que existe la conciencia, el tercera skandha puede reconocer el objeto y asignarle un concepto-valor al mismo, y el cuarto skandha puede reaccionar con deseo o repulsión o alguna otra formación mental. El quinto skandha se explica en algunas escuelas como la base que une la experiencia y la vida. 

El quinto Skandha, la conciencia, se subdivide en nueve. (1-5) Las primeras cinco conciencias corresponden a los cinco sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. (6) La sexta conciencia integra las percepciones de los cinco sentidos en imágenes coherentes y hace juicios sobre el mundo externo; abarca la mente como procesador y su memoria. En contraste con las primeras seis conciencias, que se ocupan del mundo externo, (7) la séptima conciencia, corresponde al mundo espiritual interno. Se dice que la conciencia y el apego al yo provienen de la séptima conciencia, al igual que la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. (8) La octava, o conciencia Alaya, existe en lo que la psicología moderna llama el inconsciente; todas las experiencias de vidas presentes y anteriores, colectivamente llamadas karma, se almacenan allí. La conciencia Alaya recibe los resultados de las acciones buenas y malas de uno y los almacena como potenciales kármicos o "semillas", que luego producen los beneficios de la felicidad o el sufrimiento en consecuencia en esta vida o en la próxima. Por lo tanto, se tradujo como "conciencia de almacén" en chino. La conciencia Alaya forma así el marco de la existencia individual. La escuela Yogacara considera la octava conciencia como la fuente de todos los fenómenos físicos y espirituales. (9) La novena conciencia, llamada conciencia Amala, se encuentra debajo del conciencia Alaya y permanece libre de toda impureza kármica. Esta novena conciencia se define como la base de todas las funciones de la vida. Por lo tanto, se tradujo como "conciencia pura fundamental" en chino.

Por ende, lo que llamamos un "yo" (ser - ego), es un compuesto. Cuando las causas y condiciones para que ese "yo" aparezca estan maduras, ese "yo" aparece; cuando las causas y condiciones para que ese "yo aparezca ya no esten presentes, ese "yo" se funde en el todo, como una gota en un océano. Por ende, eso que llamamos "yo" está vacío -no posee una existnecia independiente y permanente. Esta doctrina del "no-ser" o "no-yo" se llama "Anatman". En resumen, el Buda enseñó que el "ser/yo" no es una entidad integral, autónoma. El yo individual, o lo que podríamos llamar el ego, es un subproducto de los skandhas. En resumidas, lo que renace es el karma. 

Ahora, vamos al Sutra. 

El Sutra comienza, como todos los Sutras, con las palabras "Así he oído". Esto hace referencia a que el Sutra fue un sermón dado por el Buda Shakyamuni, y que fue escuchado y memorizado por Ananda, su discípulo y primo, y que es un fiel recuerdo que fue pasado oralmente hasta que fue escrito en hojas de palma y finalmente papel, en lo que hoy conocemos como un Sutra.  

Luego, el Sutra detalla dónde fue dado. El Sutra de Ksitigarbha fue dado en el Cielo Trāyastriṃśa, ubicado en la cima del Monte Meru, frente a una gran multitud de seres sintientes, para el beneficio de su difunta madre, la reina Maya, quien si bien recordamos, murió a los siete días de haber dado a luz a Siddhartha Gautama. Si bien el Buda ya llevaba décadas predicando el Dharma, beneficiando a incontables seres, debía pagar su deuda filial con su madre y llevarle el Dharma personalmente. 

En ese momento, la asamblea estaba compuesta de una asombrosa variedad de seres, representativos de todos los estados de la existencia, pero predominantemente, la asamblea estaba compuesta mayoritariamente por seres espirituales. Esto nos muestra que este Sutra, a diferencia de muchos otros sermones, es uno que beneficia enormemente los seres espirituales y a los fallecidos.

En ese momento, el Buda emana una luz de su entrecejo, iluminando todos los mundos, y todos los presentes alaban las virtudes del Buda Shakyamuni, quien alcanzó la Iluminación en el mundo de las Cinco Turbiedades. Según el Budismo, nuestro Mundo Saha se caracteriza por los cinco tipos de degeneración que comienzan, en una kalpa decreciente, cuando la esperanza de vida humana ha disminuido. Esto son: (1) la turbidez de un kalpa en descomposición, que se caracteriza por las siguientes cuatro turbideces; (2) la turbidez de las creencias, como las creencias incorrectas; (3) la turbidez de las aflicciones, incluidas la codicia, la ira, el engaño, la arrogancia y la duda; (4) la turbidez de los seres sintientes que viven una vida perversa y sufren cada vez más sufrimiento; (5) la turbidez de la vida humana a medida que disminuye constantemente. Las opiniones equivocadas en el punto (2) y las aflicciones en el punto (3) son turbideces en sí, lo que lleva a los resultados en el punto (4) y (5). Luego, cada uno de los seres le rinde homenaje al Buda.

La luz que emanó del entrecejo del Buda hizo que mucho otros seres se congregaran en el palacio. Luego, el Buda le dice al Bodhisattva Manjushri que así como la cantidad de seres reunidos allí es incontable, igualmente son innumerables los seres que han sido llevados allí (a un buen renacimiento) por el Bodhisattva Ksitigarbha. Luego, el Buda dice que todos los que lo veneres y le hagan ofrendas renacerán en destinos favorables y nunca caerán en los malos destinos de los infiernos, espíritus hambrientos y animales. Luego, el Buda nos cuenta sobre las vidas pasadas del Bodhisattva Ksitigarbha.

Hace mucho tiempo atrás, él era el hijo de un anciano, que al ir a visitar al Buda, se dio cuenta de su magestuosidad y del beneficio que brindaba al mundo. El jóven le preguntó al Buda cómo podía beneficiar a todos los seres sintientes, y el Buda le dijo que tenía que estudiar y practicar el Dharma y alcanzar el Despertar. En ese instante, el joven hizo el voto de utilizar todos los medios hábiles existentes para salvar a todos los seres sintientes.

Posteriormente, el Bodhisattva Ksitigarbha nació una vez como una niña brahman, cuya madre murió y fue al infierno Avici, el más temible de los infiernos, debido a sus malas acciones - especialmente, la de cocinar seres vivos. Sabiendo el mal karma  que su madre había acumulado,  la niña brahman rezó incontables noches ante una imagen del Buda de esa época para saber el destino kármico de su madre. El Buda se le apareció en una visión y le dijo que recitara y meditara sobre él todas las noches, y que eventalmente obtendría una visión de su madre. Al cabo de siete noches,  la niña brahman vio a su madre nadando en un océano de seres en agua hirviendo, los cuales eran atormentados por demonios en el fondo del agua. Para salvarla, la niña brahman vendió su casa y compró una gran cantidad de incienso y flores y otras ofrendas para ser generosamente donadas a las estupas y al templo del Buda de esa época. Ella dedicó el mérito de sus buenas obras a su madre. Al cabo de varios días, la niña brahman volvió a meditar, y esta vez, cuando descendió a los infiernos, fue recibida por un demnio que le preguntó qué hacía allí siendo un Bodhisattva. Cuando la niña brahman  preguntó por su madre, el demonio le dijo que gracias al mérito acumulado por su hija, su madre y todos los seres que estaban con ella habían sido salvados del infierno y ascendió al cielo. Al ver esto, la niña brahman hizo el voto de no alcanzar el Despertar hasta haber salvado a todos los seres sintientes del infierno. 

Este capítulo tiene grandes enseñanzas para todos los que seguimos el Budismo. Cuando alguien de nuestra familia muera, debemos rezar al Bodhisattva Ksitigarbha, recitando su nombre, mantra o incluso mejor, el Sutra, donar generosamente a los templos o personas que lo necesiten y dedicar los méritos a la persona muerta. Esto hará que el setenta porciento de los méritos vayan al familiar fallecido y el otro treinta porciento vaya a nosotros. Esto es expliado posteriormente en el Sutra.

Luego, en el segundo capítulo, todos los cuerpos emanados del Bodhisattva Ksitigarbha se congregaron y se unieron en el palacio del Cielo Trayatrimsha, viniendo de un infinito número de mundos. El Bodhisattva Ksitigarbha tiene la capacidad de transformarse en innumerables formas para cumplir su voto. Es capaz de dividirse a sí mismo en cientos, miles y millones de cuerpos transformadores y empleó amplios medios hábiles para la liberación y liberación de los seres sintientes. También puede manifestarse, no solo en forma de Buda, sino también en forma de hombre, mujer, dios, fantasma, río, arroyo, estanque, rey, ministro, oficial, bhiksu, bhiksuni, upasaka, upasika, etc. Cada uno, antes de unirse, le presentó ofrendas y rindió homenaje al Buda. En ese momento, el Buda extendió su mano y le tocó la cabeza a todas las emanaciones del Bodhisattva, y le dijo que el enseñaba y salvaba a incontables seres en todos los mundos, pero que aún habían muchos seres onstinados que sostienen creencias erróneas y siguen cometidendo mal karma, pero que el Bodhisattva Ksitigarbha los ha ayudado a salir de los malos destinos y llevarlos al Dharma. En ese instante, el Bodhisattva Ksitigarbha aseguró una y otra vez al Buda Sakyamuni que salvaría a todos los seres de las generaciones futuras que tienen un karma perverso, llevando a muchos de ellos a la Tierra Pura de la Bienaventuranza del Buda Amida, hasta el momento en el que Maitreya, el futuro Buda, aparezca en el mundo.

En ese mismo instante todos los cuerpos emanados se habían unido, y el Bodhisattva Ksitigarbha se tira a los pies del Buda llorando, y le asegura que si bien ha pasado incontables eones salvando al os seres en los peores estados de la existencia, él continuará salvándolos. Luego, el Bodhisattva le rogó al Buda que no se preocupara por los seres con karma negativo pesado, ya que el los salvará. En ese instante el Buda le dice que él mismo lo ayudará en su trabajo salvífico, y que cuando todos los seres hayan sido salvados, él lo certificará en el Bodhi.

El Bodhisattva Ksitigarbha es un ser de una infinita compasión, quien usa la infinidad de los medios hábiles para salvar a los seres en los peores destinos y llevarlos a un mejor renacimiento, para que finalmente puedan alcanzar el Despertar. Esto nos muestra que nunca es demasiado tarde para cambiar y arrepentirse. Con sus innumerables cuerpos transformadores, el Bodhisattva Ksitigarbha siempre estará allí para salvarte si recitas sinceramente su nombre, le rindes homenaje, o recitas el Sutra. Esto beneficia a uno y benefica a todos los seres, vivos y espirituales, que lo escuchen.

Como vemos, este es un Sutra hermoso que exhalta las virtudes del Bodhisattva. Espero poder seguir compartiendo las enseñanzas de este Sutra la próxima semana.