Hoy comenzaremos un nuevo ciclo de estudio y lectura sobre uno de mis Sutras favoritos: el Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha, quien es llamado Jizo en Japón. El Bodhisattva Ksitigarbha es uno de los Bodhisattvas más famosos del panteón Mahayana, y representa el gran voto compasivo de salvación universal, ya que el Bodhisattva Ksitigarbha hizo el Gran Voto de no alcanzar el Nirvana hasta que todos los seres que sufren en el infierno hayan sido salvados.
El Sutra del Ksitigarbha es un Texto Sagrado importantísimo en el Budismo, ya que explica las consecuencias kármicas de nuestras acciones, así como detalla el proceso de renacimiento en los diferentes mundos del Samsara. Es por ello que es un texto ideal para estudiar la doctrina del karma y el renacimiento en el Budismo Mahayana. Pero como veremos, el texto igualmente explica la importancia del deber filial a nuestros padres y ancestros, y exhalta la labor del Bodhisattva en el plan salvífico del universo.
En esta primera entrada, veremos la importancia del Bodhisattva Ksitigarbha y estudiaremos los primeros dos capítulos del Sutra. Existen muy pocos comentarios en Occidente sobre este Sutra, por lo que todo lo que seguirá es una exégesis personal (uno de los pocos comentarios existentes es el de Hsuan Hua, un monje chino que fue famoso en Occidente, pero era homofóbixo y misógeno, y su comentario no es muy bueno). La traducción usada es mía, y se puede encontrar en su totalidad en Amazon. Todo error es enteramente mío.
El Sutra de los Votos Pasados del Bodhisattva Ksitigarbha (Jizo Hongan Kyo en japonés) es un Sutra budista Mahayana. El Sutra fue dado por el Buda Shakyamuni en el Cielo Trāyastriṃśa, ubicado en la cima del Monte Meru, frente a una gran multitud de seres sintientes, para el beneficio de su difunta madre, la reina Maya, quien murió a los siete días de haber dado a luz a Siddhartha Gautama. Incluye historias de la habilidad de Kṣitigarbha para liberar a los seres de los infiernos, las implicaciones de nuestras acciones y sus retribuciones kármicas, e instrucciones sobre cómo tratar con los moribundos y los muertos.
Este Sutra contiene múltiples enseñanzas principales: (1) Renacimiento y el Nirvana - dejar el mar del sufrimiento y darse cuenta de la felicidad del Nirvana, y finalmente, el logro final de la Budeidad. (2) Retribución Kármica - describe gráficamente las consecuencias que uno crea para uno mismo al cometer acciones indeseables. (3) Piedad Filial - no solo eso entre uno mismo y los padres, sino también en el sentido último de un código universal del deber o responsabilidad para con todos los seres vivos.
El Sutra de Ksitigarbha es uno de los Sutras más venerados en el Budismo del Este de Asia, y todo se debe en gran parte a su protagonista principal, el Bodhisattva Ksitigarbha, que en Japón es llamado Jizo. Jizo es uno de los Bodhisattvas más populares en Japón, y se pueden ver estatuas de Jizo en todos lados: en los caminos, en las entradas a las casas, en las montañas, en los hoaspitales, etc. Esto es porque Jizo es el Bodhisattva de los niños, los viajeros y las madres, y es un Bodhisattva asociado con los reinos del infierno.
Si bien este Sutra es uno relativamente corto, y sus enseñanzas son sencillas, para poderlo entender bien, es importante que conozcas ciertas enseñanzas budistas.
Si bien este Sutra es uno relativamente corto, y sus enseñanzas son sencillas, para poderlo entender bien, es importante que conozcas ciertas enseñanzas budistas.
En la cosmología budista, los seres sintientes, al morir, pueden renacer en Seis Mundos o Reinos del Samsara. Si bien los hemos tocado a cabalidad en este blog, veámoslos brevemente:
1. Infiernos - este es el más bajo de los Reinos del Samsara, y se compone de múltiples infiernos de fuego y de hielo. En este mundo, los seres renacen por un periodo determinado de tiempo, consistente con el karma, y sufren incontables tormentos. En un aspecto mental, los seres en este mundo se caracterizan por el dolor, la desesperanza y el tormento. Es importante destacar que si bien ecisten los infiernos en el Budismo, uno no está condenado eternamente a ellos, sino que cuando el karma que te hizo renacer allí acaba, puedes renacer en algún otro mundo.
2. Pretas o Espíritus Hambrientos - este es otro tipo de infierno, donde los seres padecen de un hambre insaciable. Tradicionalmente, los seres en este mundo son representados con cuellos pequeños por los cuales no pasa ningún tipo de alimento, y si llega a pasar algo, se convierte en fuego, lo que causa una gran agonía. Mentalmente, este estado es uno de insaciabilidad.
3. Animalidad - si bien muchos de nosotros amamos los animales, los seres que renacen en este estado se ven movidos por tres cosas: comida, deseo de reproducción y sobrevivencia.
4. Asuras o Ira - este es el estado de los semi-dioses, los cuales estan constantemente planeando en derribar a los dioses en los cielos, a los cuales envidian. Es un estado caracterizado por la envidia, el deseo y la ira.
5. Humanidad- este es nuestro estado, y si bien está plagado de sufrimiento, es el más conductivo al cultivo espiritual, ya que no estamos tan agobiados por el sufrimiento como en los infiernos, ni tan satisfechos y complacientes como en los cielos.
6. Cielos - si bien esta es la meta de muchas religiones (y el Budismo exhorta a los creyentes a renacer en los cielos, sobre todo, en el Budismo Hinayana), al igual que todos los otros mundos, los seres renacen en los cielos dado al karma, y cuando el buen karma que los hizo renacer se agota, renacen en otro de los Seis Mundos. Los seres en los cielos gozan de todo tipo de placeres y viven vidas sumamente largas, y esto es procesamente lo que no les permite cultivar la espirtualidad.
El Budismo, si bien contiene prácticas que nos pueden hacer renacer en los cielos, nos exhorta a trascender los Seis Reinos del Samsara y aspirar al Despertar por el bien de todos los seres. Esto nos permite trascender la mentalidad de los Seis Reinos y nos permite alcanzar los Cuatro Reinos o Estados Nobles, que junto con los Seis Mundos del Samsara, componen los Diez Mundos. Los primeros tres estados se encuentran en el reino de la Humanidad. Los Cuatro Estados Nobles son:
7. Shravakas o los que Escuchan las Enseñanzas - si tomamos nuestro tiempo para escuchar el Dharma (aprendiendo las enseñanzas básicas como las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Octuple), podemos cultivar la espiritualidad y superar los seis estados anteriores, desarrollando el Bodhicitta, aspirando a alcanzar la Budeidad.
8. Pratyekabuddhas o los que Practican las Enseñanzas - si no solo estudiamos las enseñanzas, sino que las ponemos efectivamente en práctica (cultivando la meditación), podemos cultivar la espiritualidad y superar los seis estados anteriores, desarrollando el Bodhicitta, aspirando a alcanzar la Budeidad.
9. Bodhisattva - cuendo escuchamos y ponemos el Dharma en práctica, a medida que cultivamos la fe y profundizamos en las enseñanzas, vemos que no podemos alcanzar la salvación sin ayudar a los demás seres sintientes. En ese momento ponemos en práctica los Seis Paramitas y estudiamos las enseñanzas Mahayana. Esto despierta nuestro altruismo y nos motiva a querer ayudar a los demás. Este es el camino del Bodhisattva - aquel que pospone su Despertar hasta que todos los seres lo alcancen. Bodhisattvas como Jizo hacen votos especiales de salvar a los seres en ciertas circunstancias. En el cado de Jizo, su especialidad es salvar a los seres en los infiernos.
10. Budeidad - este es el estado supremo - el logro del Nirvana y la total trascendencia de los Seis Reinos de la Existencia.
Los que deseen una explicación más detallada de los Seis Reinos de la Existencia la pueden conseguir aquí: Samsara - La Rueda de Renacimientos y la Salvación.
Hasta ahora hemos hablado de renacimiento, pero si el Budismo expone la doctrina de "Anatman" o de la inexistencia del alma. De acuerdo con esta doctrina, no hay un "yo" o un "alma" en el sentido de un ser permanente, integral y autónomo dentro de una existencia individual. Lo que nosotros consideramos como nuestro yo, nuestra personalidad y el ego, son creaciones temporales que no sobreviven a la muerte. ¿qué es lo que renace?
Como hemos mencionado anteriormente en el blog, el Budismo explica que el ser humano es un compuesto de Cinco Skandhas o Agregados: (1) Cuerpo o Forma, (2) Sentimientos, (3) Pensamientos, (4) Voliciones, y (5) Conciencia, la cual se subdivide en nueve.
Generalmente, el primera skandha es nuestra forma física. La segunda está formada por nuestros sentimientos, emocionales y físicos, y nuestros sentidos - vista, oído, gusto, tacto, olfato. El tercer skandha, la percepción, forma la mayor parte de lo que llamamos pensamientos - la conceptualización, la cognición, el razonamiento. Esto también incluye el encuentro que se produce cuando un órgano sensorial entra en contacto con un objeto. La percepción puede ser coceptualizada como "aquello que identifica." El objeto percibido puede ser un objeto físico o uno mental, como una idea. El cuarto skandha, las voliciones, incluyen los hábitos, prejuicios y predisposiciones. Nuestra voluntad, u obstinación, también es parte del cuarto skandha, como son la atención, la fe, la conciencia, el orgullo, el deseo, la venganza, y muchos otros estados mentales buenos y malos. Las causas y los efectos del karma son especialmente importantes para el cuarto skandha. El quinto skandha, la conciencia, es la conciencia o sensibilidad a un objeto, pero sin la conceptualización. Una vez que existe la conciencia, el tercera skandha puede reconocer el objeto y asignarle un concepto-valor al mismo, y el cuarto skandha puede reaccionar con deseo o repulsión o alguna otra formación mental. El quinto skandha se explica en algunas escuelas como la base que une la experiencia y la vida.
El quinto Skandha, la conciencia, se subdivide en nueve. (1-5) Las primeras cinco conciencias corresponden a los cinco sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. (6) La sexta conciencia integra las percepciones de los cinco sentidos en imágenes coherentes y hace juicios sobre el mundo externo; abarca la mente como procesador y su memoria. En contraste con las primeras seis conciencias, que se ocupan del mundo externo, (7) la séptima conciencia, corresponde al mundo espiritual interno. Se dice que la conciencia y el apego al yo provienen de la séptima conciencia, al igual que la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. (8) La octava, o conciencia Alaya, existe en lo que la psicología moderna llama el inconsciente; todas las experiencias de vidas presentes y anteriores, colectivamente llamadas karma, se almacenan allí. La conciencia Alaya recibe los resultados de las acciones buenas y malas de uno y los almacena como potenciales kármicos o "semillas", que luego producen los beneficios de la felicidad o el sufrimiento en consecuencia en esta vida o en la próxima. Por lo tanto, se tradujo como "conciencia de almacén" en chino. La conciencia Alaya forma así el marco de la existencia individual. La escuela Yogacara considera la octava conciencia como la fuente de todos los fenómenos físicos y espirituales. (9) La novena conciencia, llamada conciencia Amala, se encuentra debajo del conciencia Alaya y permanece libre de toda impureza kármica. Esta novena conciencia se define como la base de todas las funciones de la vida. Por lo tanto, se tradujo como "conciencia pura fundamental" en chino.
Por ende, lo que llamamos un "yo" (ser - ego), es un compuesto. Cuando las causas y condiciones para que ese "yo" aparezca estan maduras, ese "yo" aparece; cuando las causas y condiciones para que ese "yo aparezca ya no esten presentes, ese "yo" se funde en el todo, como una gota en un océano. Por ende, eso que llamamos "yo" está vacío -no posee una existnecia independiente y permanente. Esta doctrina del "no-ser" o "no-yo" se llama "Anatman". En resumen, el Buda enseñó que el "ser/yo" no es una entidad integral, autónoma. El yo individual, o lo que podríamos llamar el ego, es un subproducto de los skandhas. En resumidas, lo que renace es el karma.
Ahora, vamos al Sutra.
El Sutra comienza, como todos los Sutras, con las palabras "Así he oído". Esto hace referencia a que el Sutra fue un sermón dado por el Buda Shakyamuni, y que fue escuchado y memorizado por Ananda, su discípulo y primo, y que es un fiel recuerdo que fue pasado oralmente hasta que fue escrito en hojas de palma y finalmente papel, en lo que hoy conocemos como un Sutra.
Luego, el Sutra detalla dónde fue dado. El Sutra de Ksitigarbha fue dado en el Cielo Trāyastriṃśa, ubicado en la cima del Monte Meru, frente a una gran multitud de seres sintientes, para el beneficio de su difunta madre, la reina Maya, quien si bien recordamos, murió a los siete días de haber dado a luz a Siddhartha Gautama. Si bien el Buda ya llevaba décadas predicando el Dharma, beneficiando a incontables seres, debía pagar su deuda filial con su madre y llevarle el Dharma personalmente.
En ese momento, la asamblea estaba compuesta de una asombrosa variedad de seres, representativos de todos los estados de la existencia, pero predominantemente, la asamblea estaba compuesta mayoritariamente por seres espirituales. Esto nos muestra que este Sutra, a diferencia de muchos otros sermones, es uno que beneficia enormemente los seres espirituales y a los fallecidos.
En ese momento, el Buda emana una luz de su entrecejo, iluminando todos los mundos, y todos los presentes alaban las virtudes del Buda Shakyamuni, quien alcanzó la Iluminación en el mundo de las Cinco Turbiedades. Según el Budismo, nuestro Mundo Saha se caracteriza por los cinco tipos de degeneración que comienzan, en una kalpa decreciente, cuando la esperanza de vida humana ha disminuido. Esto son: (1) la turbidez de un kalpa en descomposición, que se caracteriza por las siguientes cuatro turbideces; (2) la turbidez de las creencias, como las creencias incorrectas; (3) la turbidez de las aflicciones, incluidas la codicia, la ira, el engaño, la arrogancia y la duda; (4) la turbidez de los seres sintientes que viven una vida perversa y sufren cada vez más sufrimiento; (5) la turbidez de la vida humana a medida que disminuye constantemente. Las opiniones equivocadas en el punto (2) y las aflicciones en el punto (3) son turbideces en sí, lo que lleva a los resultados en el punto (4) y (5). Luego, cada uno de los seres le rinde homenaje al Buda.
La luz que emanó del entrecejo del Buda hizo que mucho otros seres se congregaran en el palacio. Luego, el Buda le dice al Bodhisattva Manjushri que así como la cantidad de seres reunidos allí es incontable, igualmente son innumerables los seres que han sido llevados allí (a un buen renacimiento) por el Bodhisattva Ksitigarbha. Luego, el Buda dice que todos los que lo veneres y le hagan ofrendas renacerán en destinos favorables y nunca caerán en los malos destinos de los infiernos, espíritus hambrientos y animales. Luego, el Buda nos cuenta sobre las vidas pasadas del Bodhisattva Ksitigarbha.
Hace mucho tiempo atrás, él era el hijo de un anciano, que al ir a visitar al Buda, se dio cuenta de su magestuosidad y del beneficio que brindaba al mundo. El jóven le preguntó al Buda cómo podía beneficiar a todos los seres sintientes, y el Buda le dijo que tenía que estudiar y practicar el Dharma y alcanzar el Despertar. En ese instante, el joven hizo el voto de utilizar todos los medios hábiles existentes para salvar a todos los seres sintientes.
Posteriormente, el Bodhisattva Ksitigarbha nació una vez como una niña brahman, cuya madre murió y fue al infierno Avici, el más temible de los infiernos, debido a sus malas acciones - especialmente, la de cocinar seres vivos. Sabiendo el mal karma que su madre había acumulado, la niña brahman rezó incontables noches ante una imagen del Buda de esa época para saber el destino kármico de su madre. El Buda se le apareció en una visión y le dijo que recitara y meditara sobre él todas las noches, y que eventalmente obtendría una visión de su madre. Al cabo de siete noches, la niña brahman vio a su madre nadando en un océano de seres en agua hirviendo, los cuales eran atormentados por demonios en el fondo del agua. Para salvarla, la niña brahman vendió su casa y compró una gran cantidad de incienso y flores y otras ofrendas para ser generosamente donadas a las estupas y al templo del Buda de esa época. Ella dedicó el mérito de sus buenas obras a su madre. Al cabo de varios días, la niña brahman volvió a meditar, y esta vez, cuando descendió a los infiernos, fue recibida por un demnio que le preguntó qué hacía allí siendo un Bodhisattva. Cuando la niña brahman preguntó por su madre, el demonio le dijo que gracias al mérito acumulado por su hija, su madre y todos los seres que estaban con ella habían sido salvados del infierno y ascendió al cielo. Al ver esto, la niña brahman hizo el voto de no alcanzar el Despertar hasta haber salvado a todos los seres sintientes del infierno.
En ese momento, el Buda emana una luz de su entrecejo, iluminando todos los mundos, y todos los presentes alaban las virtudes del Buda Shakyamuni, quien alcanzó la Iluminación en el mundo de las Cinco Turbiedades. Según el Budismo, nuestro Mundo Saha se caracteriza por los cinco tipos de degeneración que comienzan, en una kalpa decreciente, cuando la esperanza de vida humana ha disminuido. Esto son: (1) la turbidez de un kalpa en descomposición, que se caracteriza por las siguientes cuatro turbideces; (2) la turbidez de las creencias, como las creencias incorrectas; (3) la turbidez de las aflicciones, incluidas la codicia, la ira, el engaño, la arrogancia y la duda; (4) la turbidez de los seres sintientes que viven una vida perversa y sufren cada vez más sufrimiento; (5) la turbidez de la vida humana a medida que disminuye constantemente. Las opiniones equivocadas en el punto (2) y las aflicciones en el punto (3) son turbideces en sí, lo que lleva a los resultados en el punto (4) y (5). Luego, cada uno de los seres le rinde homenaje al Buda.
La luz que emanó del entrecejo del Buda hizo que mucho otros seres se congregaran en el palacio. Luego, el Buda le dice al Bodhisattva Manjushri que así como la cantidad de seres reunidos allí es incontable, igualmente son innumerables los seres que han sido llevados allí (a un buen renacimiento) por el Bodhisattva Ksitigarbha. Luego, el Buda dice que todos los que lo veneres y le hagan ofrendas renacerán en destinos favorables y nunca caerán en los malos destinos de los infiernos, espíritus hambrientos y animales. Luego, el Buda nos cuenta sobre las vidas pasadas del Bodhisattva Ksitigarbha.
Hace mucho tiempo atrás, él era el hijo de un anciano, que al ir a visitar al Buda, se dio cuenta de su magestuosidad y del beneficio que brindaba al mundo. El jóven le preguntó al Buda cómo podía beneficiar a todos los seres sintientes, y el Buda le dijo que tenía que estudiar y practicar el Dharma y alcanzar el Despertar. En ese instante, el joven hizo el voto de utilizar todos los medios hábiles existentes para salvar a todos los seres sintientes.
Posteriormente, el Bodhisattva Ksitigarbha nació una vez como una niña brahman, cuya madre murió y fue al infierno Avici, el más temible de los infiernos, debido a sus malas acciones - especialmente, la de cocinar seres vivos. Sabiendo el mal karma que su madre había acumulado, la niña brahman rezó incontables noches ante una imagen del Buda de esa época para saber el destino kármico de su madre. El Buda se le apareció en una visión y le dijo que recitara y meditara sobre él todas las noches, y que eventalmente obtendría una visión de su madre. Al cabo de siete noches, la niña brahman vio a su madre nadando en un océano de seres en agua hirviendo, los cuales eran atormentados por demonios en el fondo del agua. Para salvarla, la niña brahman vendió su casa y compró una gran cantidad de incienso y flores y otras ofrendas para ser generosamente donadas a las estupas y al templo del Buda de esa época. Ella dedicó el mérito de sus buenas obras a su madre. Al cabo de varios días, la niña brahman volvió a meditar, y esta vez, cuando descendió a los infiernos, fue recibida por un demnio que le preguntó qué hacía allí siendo un Bodhisattva. Cuando la niña brahman preguntó por su madre, el demonio le dijo que gracias al mérito acumulado por su hija, su madre y todos los seres que estaban con ella habían sido salvados del infierno y ascendió al cielo. Al ver esto, la niña brahman hizo el voto de no alcanzar el Despertar hasta haber salvado a todos los seres sintientes del infierno.
Este capítulo tiene grandes enseñanzas para todos los que seguimos el Budismo. Cuando alguien de nuestra familia muera, debemos rezar al Bodhisattva Ksitigarbha, recitando su nombre, mantra o incluso mejor, el Sutra, donar generosamente a los templos o personas que lo necesiten y dedicar los méritos a la persona muerta. Esto hará que el setenta porciento de los méritos vayan al familiar fallecido y el otro treinta porciento vaya a nosotros. Esto es expliado posteriormente en el Sutra.
Luego, en el segundo capítulo, todos los cuerpos emanados del Bodhisattva Ksitigarbha se congregaron y se unieron en el palacio del Cielo Trayatrimsha, viniendo de un infinito número de mundos. El Bodhisattva Ksitigarbha tiene la capacidad de transformarse en innumerables formas para cumplir su voto. Es capaz de dividirse a sí mismo en cientos, miles y millones de cuerpos transformadores y empleó amplios medios hábiles para la liberación y liberación de los seres sintientes. También puede manifestarse, no solo en forma de Buda, sino también en forma de hombre, mujer, dios, fantasma, río, arroyo, estanque, rey, ministro, oficial, bhiksu, bhiksuni, upasaka, upasika, etc. Cada uno, antes de unirse, le presentó ofrendas y rindió homenaje al Buda. En ese momento, el Buda extendió su mano y le tocó la cabeza a todas las emanaciones del Bodhisattva, y le dijo que el enseñaba y salvaba a incontables seres en todos los mundos, pero que aún habían muchos seres onstinados que sostienen creencias erróneas y siguen cometidendo mal karma, pero que el Bodhisattva Ksitigarbha los ha ayudado a salir de los malos destinos y llevarlos al Dharma. En ese instante, el Bodhisattva Ksitigarbha aseguró una y otra vez al Buda Sakyamuni que salvaría a todos los seres de las generaciones futuras que tienen un karma perverso, llevando a muchos de ellos a la Tierra Pura de la Bienaventuranza del Buda Amida, hasta el momento en el que Maitreya, el futuro Buda, aparezca en el mundo.
En ese mismo instante todos los cuerpos emanados se habían unido, y el Bodhisattva Ksitigarbha se tira a los pies del Buda llorando, y le asegura que si bien ha pasado incontables eones salvando al os seres en los peores estados de la existencia, él continuará salvándolos. Luego, el Bodhisattva le rogó al Buda que no se preocupara por los seres con karma negativo pesado, ya que el los salvará. En ese instante el Buda le dice que él mismo lo ayudará en su trabajo salvífico, y que cuando todos los seres hayan sido salvados, él lo certificará en el Bodhi.
En ese mismo instante todos los cuerpos emanados se habían unido, y el Bodhisattva Ksitigarbha se tira a los pies del Buda llorando, y le asegura que si bien ha pasado incontables eones salvando al os seres en los peores estados de la existencia, él continuará salvándolos. Luego, el Bodhisattva le rogó al Buda que no se preocupara por los seres con karma negativo pesado, ya que el los salvará. En ese instante el Buda le dice que él mismo lo ayudará en su trabajo salvífico, y que cuando todos los seres hayan sido salvados, él lo certificará en el Bodhi.
El Bodhisattva Ksitigarbha es un ser de una infinita compasión, quien usa la infinidad de los medios hábiles para salvar a los seres en los peores destinos y llevarlos a un mejor renacimiento, para que finalmente puedan alcanzar el Despertar. Esto nos muestra que nunca es demasiado tarde para cambiar y arrepentirse. Con sus innumerables cuerpos transformadores, el Bodhisattva Ksitigarbha siempre estará allí para salvarte si recitas sinceramente su nombre, le rindes homenaje, o recitas el Sutra. Esto beneficia a uno y benefica a todos los seres, vivos y espirituales, que lo escuchen.
Como vemos, este es un Sutra hermoso que exhalta las virtudes del Bodhisattva. Espero poder seguir compartiendo las enseñanzas de este Sutra la próxima semana.
Como vemos, este es un Sutra hermoso que exhalta las virtudes del Bodhisattva. Espero poder seguir compartiendo las enseñanzas de este Sutra la próxima semana.