Esta semana continuamos con nuestro nuevo ciclo de lectura basado en los Preceptos Perfectos del Bodhisattva. Estas son las reglas éticas utilizadas en Japón, diferentes al Vinaya antiguo utilizado en el resto del Budismo en Asia.
A diferencia del Vinaya Hinayana, las escuelas budistas en Japón utilizan un conjunto de Preceptos o reglas éticas budistas que fueron predicadas por el Buda exclusivamente para Bodhisattvas, y las mismas se ajustan mejor a nuestra práctica budista contemporánea. Si bien se componen de 52 Preceptos, la mayoría de las escuelas solo siguen los primeros 10 Preceptos Mayores.
En este nuevo ciclo de lectura y estudio veremos cada uno de estos Preceptos, desde la óptica de las Enseñanzas Perfectas y Completas, y su aplicación moderna en nuestra vida diaria. En esta tercera entrada, tocaremos el segundo Precepto Mayor: No Robar.
El Segundo Precepto budista a menudo se traduce "No Robar", pero algunos maestros budistas prefieren traducirlo y presentarlo en su modo positivo con "practicar la generosidad" ya que el Segundo Precepto implica mucho más allá que el tomar algo que no nos pertenece. Una traducción más literal de los primeros textos Pali es: "Asumo el Precepto de abstenerme de tomar lo que no se me ha dado".
Como hemos podido ver en el primer (No Matar) y segundo Precepto (No Robar), al igual que como podremos ver en el tercero y cuarto, los Preceptos budistas se asemejan enormemente con los Diez Mandamientos del Judeo-Cristianismo, pero el Segundo Precepto no es necesariamente un mandamiento, y no se entiende de la misma manera que un mandamiento. Los Preceptos del Budismo están asociados con la parte de "Acción Correcta" del Noble Sendero Óctuple del Budismo Primitivo, y con el segundo Paramita (Sila) del Budismo Mahayana. Como recordaremos, el Noble Sendero Óctuple, el cual fue sucedido por los Seis Paramitas, es el camino de disciplina enseñado por el Buda para guiarnos hacia la Iluminación y la liberación del sufrimiento. Así, más que mandamientos, los Preceptos describen la actividad de la sabiduría y la compasión en el mundo.
Cuando trabajamos con los Preceptos, entendemos que el "yo" y el "otro" son ilusiones. Ambos somos seres que vivimos en total interconexión unos con otros (y con el resto del universo) y que sufrimos; y al practicar los Preceptos, no solo manifestamos nuestra Naturaleza Búdica en el mundo, sino que aliviamos nuestro sufrimiento y el de los demás, realizando la actividad del Buda en el mundo.
Si bien los Preceptos deben ser algo que surge espotáneamente dentro de nosotros como resultado de nuestra práctica, al principio, requiere trabajar con uno mismo en un nivel muy profundo e íntimo, evaluar honestamente sus propias motivaciones y pensar profundamente sobre cómo sus acciones afectarán a los demás. Esto, a su vez, ayuda a abrirnos a la sabiduría y compasión interna, la cual es una manifestación de nuestra Verdadera Naturaleza y del trabajo dinámico del Buda en el universo, y eventualmente, nos llevarán a la Iluminación.
El Sutra de la Red de Brahma, el cual estipula los Preceptos del Bodhisattva, dice:
"Un discípulo del Buda no debe robar ni alentar a otros a robar, robar por medios convenientes y robar por medio de encantamientos o mantras. No debe crear las causas, condiciones, métodos o karma del robo. No se pueden robar objetos de valor o posesiones, ni siquiera las pertenecientes a fantasmas y espíritus o ladrones, ya sean tan pequeños como una aguja o una brizna de hierba.
"Como discípulo del Buda, debe tener una mente de misericordia, compasión y piedad filial, siempre ayudando a las personas a ganar méritos y alcanzar la felicidad. Si, en cambio, roba las posesiones de los demás, comete una ofensa mayor".
Este precepto es mucho más blanco y negro que el Primer Precepto de No Matar, pero aún así, debemos preguntarnos: ¿qué es "no robar"? Veamos el robo específicamente. Las leyes generalmente definen el "robo" como tomar algo de valor sin el consentimiento del propietario. Pero hay tipos de robo que no están necesariamente cubiertos por los códigos penales.
El robar se puede manifestar de diferentes maneras en nuestro mundo contemporáneo, como no respetar los derechos de otros, tomar información o el trabajo de otros sin darles crédito, robar una idea (intangible), quitarle el puesto a otra persona injustamente, etc.
Los comentarios dicen que para llevar a cabo el acto de robar, se necesitan cinco factores: (1) las pertenencias de otra persona, (2) la conciencia de que son de otra persona, (3) la idea del robo, (4) la acción de llevarlo a cabo, (5) el robarlo como resultado de ello.
El Sutra de las Diez Acciones Virtuosas Recitado en el Palacio del Rey Dragón del Océano, el cual detalla las diez acciones meritorias y sus beneficios, así como el mal karma que genera el no practicarlas o el hacer lo contrario a lo estipulado, explica las acciones positivas que definen el comportamiento de un Bodhisattva en todo momento. En su sección de No Robar dice:
“También, ¡Oh Rey Dragón!, si uno abandona el robar, entonces obtendrá los diez tipos de elementos que pueden proteger su confianza. ¿Cuáles son los diez?
1) La riqueza de uno se incrementará y acumulará, y no podrá se esparcida o destruida por los reyes, ladrones, inundaciones, fuegos, o hijos sin cuidado.
2) Uno despierta pensamientos de afecto en mucha gente.
3) La gente no busca aprovecharse de uno.
4) Uno es alabado en todas partes.
5) Uno está despreocupado de que pudiera ser injuriado.
6) El buen nombre de uno se extiende.
7) Uno no siente miedo en público.
8) Uno está dotado con riqueza, una vida larga, fuerza, paz, felicidad, y es diestro en la conversación, sin tener deficiencias.
9) Uno siempre piensa en dar.
10) Cuando la vida de uno llegue a su fin, renacerá como un dios.
“Estos son los diez. Si uno es alguien que es capaz de volverse hacia la Insuperable, Completa, y Perfecta Iluminación, finalmente llegará a ser un Buda, y obtendrá la realización de la purificada gran iluminación de la sabiduría”.
Como veremos, todas las prácticas budistas vuelven a las Cuatro Nobles Verdades. La vida es "dukkha" (estresante, impermanente, condicionada) porque vivimos en la oscuridad de la ignorancia sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Nuestras concepciones erróneas nos causan problemas para nosotros y para los demás. El camino hacia la claridad y para dejar de causar problemas es el Dharma, y la práctica de los Preceptos es parte del camino.
Practicar el Segundo Precepto es observar atentamente nuestras vidas. Prestando atención, nos damos cuenta de que no tomar lo que no se da es más que solo respetar la propiedad de otras personas. Este Segundo Precepto también podría considerarse como una expresión del Paramita de la Perfección de Dana o Dar, la Caridad. Practicar esta Perfección requiere un hábito de generosidad que no olvida las necesidades de los demás.
Existen muchas formas de observar este Precepto. Por ejemplo, podríamos esforzarnos más para no desperdiciar los recursos naturales. ¿Estás desperdiciando comida o agua? ¿Usas productos reciclados o ambientalmente conscientes? Al practicar el Segundo Precepto, uno se abstiene de ganarse la vida por medios ilícitos, como robando o engañando. Este Precepto también implica el cultivo de la generosidad, que a nivel personal ayuda a liberar a uno del apego y el egoísmo, y a nivel social contribuye a la cooperación amistosa en la comunidad. En lugar de pensar, ¿qué no puedo tomar?pensamos, ¿qué puedo dar?
Piense en las formas en que tomar más de lo que necesita podría privar a alguien más. Por ejemplo, donde vivo, cada vez que se acerca un huracán (o en la actual pandemoa), la gente corre al supermercado y compra suficiente comida para un mes, a pesar de que probablemente permanecerán confinados en sus casas por una semana. Alguien que viene más tarde - y que realmente necesita algunos alimentos - descubre que los estantes de las tiendas están completamente vacíos. Tal acumulación es exactamente el tipo de problema que proviene de nuestras perspectivas equivocadas.
El monje Zen vietnamita Thich Nhat Hahn, en sus Cinco Entrenamientos de la Atención Plena, explica cómo podemos practicar el SEgundo Precepto hermosamente:
"Consciente del sufrimiento causado por la explotación, la injusticia social, el robo y la opresión, estoy comprometido a practicar la generosidad en mi pensamiento, hablar y actuar. Estoy decidido a no robar y no poseer nada que deba pertenecer a otros; y compartiré mi tiempo, energía y recursos materiales con aquellos que lo necesitan. Practicaré mirar profundamente para ver que la felicidad y el sufrimiento de los demás no están separados de mi propia felicidad y sufrimiento; que la verdadera felicidad no es posible sin comprensión y compasión; y que correr tras la riqueza, la fama, el poder y los placeres sensuales puede traer mucho sufrimiento y desesperación. Soy consciente de que la felicidad depende de mi actitud mental y no de las condiciones externas, y que puedo vivir feliz en el momento presente simplemente recordando que ya tengo condiciones más que suficientes para ser feliz. Estoy comprometido a practicar un modo de vivir correcto para poder ayudar a reducir el sufrimiento de los seres vivos en la Tierra y dejar de contribuir al cambio climático".
Como vemos, practicar los Preceptos va más allá de pensar en lo que las reglas nos permiten hacer. Esta práctica es más desafiante que solo seguir las reglas. Cuando prestamos mucha atención, nos damos cuenta de que fallamos mucho. Pero así es como aprendemos y cómo cultivamos nuestra Naturaleza Búdica, nos damos cuenta de que somos asistidos y apoyados por la Vida y la Luz Ilimitada que trabaja activamente desde el principio de los tiempos, y podemos revelar nuestro Despertar.
A modo de tarea práctica, la próxima vez que te encuentres en el Templo o en tu altar, reflexiona sobre cómo has tomado lo que no te pertenece, o cómo impactas tu cada, tu comunidad y al mundo en el que vivimos a través de tus pensamientos, palabras y acciones, y cómo puedes mejorarlo, al igual que cómo puedes ayudar a otros.
La próxima semana estudiaremos el Tercer Precepto de No Mentir.