El Sutra de las Ocho Realizaciones de los Grandes Seres
Todo discípulo del Buda debería leer día y noche piadosa y fervientemente los siguientes ocho preceptos que llevan a los seguidores del Budismo Mahayana a alcanzar el estado de la Iluminación:
Todo en el universo se caracteriza por la impermanencia. Tanto lo peligroso como lo frágil es toda la tierra está sujeto a la desintegración. El cuerpo humano se compone de cuatro elementos principales(tierra o cuerpo, agua o líquido, fuego o calor, viento o aire), inherentes al dolor y al vacío. La combinación de los cinco elementos (cuerpo, sentimiento, percepción, tendencias y conciencia) del impulso de la vida no posee un ego real. Es una ley el que todas las cosas condicionadas surgen y desaparecen. Todo se encuentra en un estado de cambio y decadencia. No hay control en lo absoluto sobre el cuerpo y los objetos mundanos. En consecuencia, la mente es la raíz de todo sufrimiento y malentendido, mientras que el apego a los objetos mundanos, es la raíz de todas las transgresiones. Observando todos los fenómenos desde este ángulo, nos liberaremos poco a poco del sufrimiento del nacimiento y la muerte.
El deseo excesivo genera sufrimiento. El sufrimiento del nacimiento y la muerte, así como el de llevar una vida cansada, son todos causados por la avaricia. El tener pocos deseos hacen que nuestra mente y nuestro cuerpo se sientan cómodos.
Las ambiciones insaciables buscan solo la adquisición, aumentando así las transgresiones. Aquellos que practican el camino del Bodhisattva nunca harán tales cosas. Deben ser contentos en mente y soportar la pobreza al seguir la doctrina del Buda. Nuestra meta es la sabiduría.
La pereza degrada a un ser. Uno siempre debe seguir adelante con energía para adquirir sabiduría. Solo por este medio, uno destruirá todo mal de las preocupaciones y vencerá a los cuatro demonios y los pondrá bajo el control de uno, para salir de la prisión de los cinco agregados de los impulsos de la vida y del sufrimento del mundo.
La ignorancia constituye el sufrimiento del nacimiento y la muerte. Los seguidores del camino del Bodhisattva deben recordar acumular conocimiento aprendiendo o escuchando, a fin de desarrollar su sabiduría y preparar su elocuencia para la difusión de las escrituras budistas a todos los seres, confiriéndoles la gran felicidad.
Los pobres a menudo fomentan el odio en todas partes, esparciendo aún más la negatividad. Al practicar la caridad, los seguidores del camino del Bodhisattva deben tratar a amigos y enemigos por igual, con el mismo grado de amor, sin malicia ni negatividad hacia las personas malvadas.
Las cinco pasiones nos hacen transgredir y nos llevan por el camino del dolor, y aunque los laicos nos pueden tentar con los placeres mundanos, sin embargo, siempre deben de pensar en los tres tipos de túnicas y cuencos, así como otros instrumentos utilizados por los monjes o bhikkus. En el de que los laicos deseen ser bhikkhus, deben observar escrupulosamente las escrituras budistas y mantenerse puros, lejos de todo mal. Por lo tanto, su vida perfecta puede ser conocida durante mucho tiempo y en todas partes. Además, impartirán una profunda compasión con cada criatura que sufre.
La rueda del nacimiento y la muerte del Samsara es como una casa en llamas. Hay innumerables sufrimientos. Primero debemos dedicarnos al servicio de la humanidad, luego sufrir por ellos y finalmente permitirles alcanzar el Nirvana, el estado supremo de dicha suprema.
Estos ocho preceptos son el camino que conduce a la iluminación de los Budas, Bodhisattvas y son promulgados para los seguidores de la escuela Mahayana. Cuando uno sigue las escrituras budistas con energía y perseverancia, uno puede crecer, por su propio bien, en compasión y sabiduría al mismo tiempo. Por lo tanto, uno puede llegar a la Otra Orilla (Nirvana) tomando el gran barco del Buda. Luego, por compasión, uno puede volver a descender y renacer en la rueda del nacimiento y la muerte con un único objetivo: la liberación de todos los seres.
Estos ocho preceptos nos dan la idea general de comprender el sufrimiento del nacimiento y la muerte y abandonar las cinco pasiones para cultivar nuestra mente y alcanzar la santidad budista.
Si el discípulo del Buda lee ininterrumpidamente los ocho preceptos mencionados anteriormente, puede deshacerse de innumerables pecados para adquirir la sabiduría trascendental y alcanzar la Iluminación. En consecuencia, estarían exentos del sufrimiento del renacimiento y podrían permanecer siempre en un estado de felicidad.