Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


lunes, 29 de septiembre de 2014

Los Seis Paramitas - Sila


Los Seis Paramitas

La Moralidad



En el Budismo, los Pāramitās se refieren a la perfección o la culminación de ciertas virtudes. Estas virtudes son cultivadas como una forma de purificación, para purificar el karma, ayudar al aspirante a vivir una vida sin obstáculos y alcanzar la iluminación. Estas son las prácticas Mahayana que distinguen el camino del Bodhisattva a la iluminación y que desplazaron parcialmente el Noble Sendero Octuple del Budismo Theravada.

Los Seis Paramitas (seis perfecciones) describen la verdadera naturaleza de un ser iluminado, lo que quiere decir que nos ayudan a aflorar nuestra verdadera naturaleza. Si estas seis perfecciones no parecen ser nuestra verdadera naturaleza, es porque están oscurecidas por nuestra ilusión (ignorancia fundamental), que ha surgido por nuestras malas acciones: la ira, la codicia y el miedo. Mediante el cultivo de estas perfecciones, podemos reflejar nuestra verdadera naturaleza.

Cada una de las seis perfecciones apoya a las otras cinco, pero el orden de las perfecciones es importante también. Por ejemplo, las tres primeras perfecciones - la generosidad, la moralidad, y la paciencia - son prácticas virtuosas para todo el mundo. Los tres restantes - la energía o el celo, la meditación y la sabiduría - tratan más específicamente sobre la práctica espiritual. 

Ya vimos la perfección de la Generosidad (Dana), ahora veamos la perfección de la Moralidad (Sila).

2. Sila Paramita: La Perfección de la Moralidad 


En el Budismo, la moral no se trata de obededecer ciegamente a una lista de reglas. Existen una serie de reglas morales llamadas los Preceptos, pero los preceptos son algo así como una ruedas de entrenamiento. Ellos nos guían hasta que encontremos nuestro propio equilibrio. Un ser iluminado responde correctamente a todas las situaciones sin tener que consultar una lista de reglas. 

Sila Paramita significa la "Perfección de la Moralidad." Es el segundo paramita, o perfección, tanto en el Budismo Mahayana como en el Theravada. Sila, es también a veces traducido como virtud o la conducta ética y la moral. También connota el equilibrio y la armonía. 

El Budismo esta repleto de nseñanzas sobre la moralidad, las cuales impregnan todas sus prácticas. La moralidad es el núcleo del Discurso Correcto, la Acción Correcta, y el Vivir Correcto del Noble Sendero Óctuple. La Recta Acción se centra en los preceptos budistas. 

Es importante entender que la base de la moral budista no se encuentra en una autoridad externa. En otras palabras, y como hemos dicho anteriormente, la práctica de la moral no se encuentra en la obediencia incondicional a una lista de reglas. En cambio, la perfección de la moralidad es la expresión natural de la sabiduría y la compasión que son generadas por la práctica budista.

Usted podría preguntarse, ¿no son los Preceptos una lista de reglas? Piense en los preceptos como algo parecido a las ruedas de entrenamiento de una bicicleta. Dicho de otra manera, proporcionan orientación para permitir que las actividades iluminadas de la sabiduría y la compasión se manifiesten en el mundo a través de nosotros.

Los estudiosos Mahayana identificaron tres categorías de sila: La moralidad como la moderación, la moralidad como virtud y la moralidad como la actividad desinteresada de la compasión. Estas categorías nos muestran una progresión en el entrenamiento. 

La moral como moderación se refleja en la "renuncia". La renuncia se entiende como la liberación de todo aquello que nos une a la ignorancia y el sufrimiento. La palabra Pali traducida generalmente como "renuncia", es "nekkhamma", que significa "ir adelante". Así, comenzamos nuestro camino al renunciar a los comportamientos que nos atan, como la mentira, el robo, y el apego al placer sensual. 

La práctica de la moral como virtud significa fundamentar nuestra práctica de la moralidad con la atención plena y la meditación. En esta fase, la práctica de la moralidad "se da la vuelta." Deja de sentirse como un freno a la conducta de uno, y en su lugar, surge de una preocupación genuina por los demás. 

En la fase final, la moralidad es la actividad desinteresada de la compasión, una expresión de nuestra sabiduría. Esta es el sila paramita, la perfección de la moralidad. 

El Karma 

En el Budismo, la enseñanza del karma es inseparable de la enseñanza de la moral. Para entender por qué esto es así, es importante entender lo que es el karma, y lo que no es. 

El karma no es es un sistema de justicia penal cósmica que imparte premios y castigos. No hay un "director" del karma con inteligencia sobrenatural, que envía bendiciones a los buenos o calamidades a los malos. Karma significa "acción", y en el Budismo, esto significa acción volitiva, específicamente. Y su enseñanza más básica es que las acciones causan efectos. 

Lo que somos, y lo que son nuestras vidas, en un momento dado es el resultado acumulado de nuestros pensamientos y de nuestras acciones. Esto es el karma. Llevar una vida virtuosa no te protegerá de los terremotos, o de contraer la gripe, pero sí te permite experimentar un profundo sentimiento de alegría y una vida más satisfactoria. 

El karma tampoco es el destino. En el Budismo, no estamos condenados a sufrir X cantidad de desgracias a causa de X cantidad de irregularidades. El Budismo Tendai nos enseña que podemos cambiar nuestros actos y nuestros pensamientos; podemos limpiar nuestro mal karma, aprendiendo sobre el Budismo y a través de la realización de cosas buenas por otros. Esto tal vez no limpie todo tu mal karma, pero sí aminora el efecto del mismo en tu vida. Una vez aprendes la lección que un suceso kármico tenía que enseñarte, su efecto será menor.

Otro aspecto del karma es que una vez se pone en movimiento, tiende a seguir hacia adelante. Un efecto causa otros efectos, lo cual provoca otros efectos, y estos efectos pueden suceder fuera de nuestra vista, e incluso más allá de nuestras vidas. Cuando prestamos más atención al karma, nos damos cuenta de que todos y todo en nuestro planeta están unidos entre sí en un gran nexo de causa y efecto. A medida que nuestra preocupación por los demás crece, también crece la preocupación por el karma. 

Mantener un balance 

En la práctica budista, a menudo escuchamos acerca del Camino Medio, manteniéndonos entre los extremos. Esto se remonta a la vida del Buda histórico. En su búsqueda de la iluminación, el joven príncipe Siddhartha renunció a una vida de indulgencia y placer y tomó una vida de ascetismo extremo -en un momento ayunó casi al punto de su muerte. Pero con el tiempo se dio cuenta de que su camino estaba entre los extremos de la indulgencia y la negación. 

Por esta misma razón, se debe tener cuidado de no ser demasiado rígidos con los preceptos. El apego a las reglas puede oscurecer el propósito mayor de la moralidad, que es el cuidado benevolente hacia los demás. 

En general, el Budismo desalienta la creencia en absolutos morales, y en su lugar, nos anima a responder simplemente con la compasión ante el sufrimiento. El Budismo nos enseña que si nuestras acciones están guiadas por la sabiduría y la compasión - sin rastro de egoísmo, ni siquiera el debemos de setir el deseo de hacer el bien para "sentirnos bien con nosotros mismos" - sólo así nuestras acciones estarán basadas en la Perfección de la Moralidad budista.