Mikkyo
Las enseñanzas del Budismo Esotérico (Jp. Mikkyo), el cual es llamado Budismo Tántrico o Vajrayana, florecieron en India del siglo sexto al siglo diez, esparciéndose por otras países de Asia. El Tendai Mikkyo, la escuela de Budismo Esotérico traída de China a Japón por el monje Saicho -Dengyo Daishi- fundada en el siglo nueve.
A través de sus 1.200 años de historia en Japón, el Tendai Mikkyo ha sido transmitido de maestro a estudiante en una línea contínua hasta nuestros días. Existen una amplia gama de prácticas meditativas, de naturaleza mística, dedicadas a alcanzar la iluminación (Jp.Sokushin jobutsu), o convertirse en un Buda en este mismo cuerpo, en esta misma existencia, para el beneficio de todos los seres sintientes.
Las enseñanzas no son vistas como mera teoría, sino como una experiencia religiosa. Todas se enfocan en alcanzar la unión con la energía universal del macrocosmos, el Dharmakaya, que es personificado en el Budismo Tendai como el Buda Mahavairocana - el dharmakaya del Buda Shakyamuni - que es el Buda Universal y sus múltiples manifestaciones de Budas, Bodhisattvas y otras deidades, las cuales incorporan aspectos importantes de las enseñanzas.
El Tendai Mikkyo propone una visión radical de la no-dualidad del Buda y todos los fenómenos en el Universo, los cuales estan hechos -en términos tradicionales- de los seis elementos: tierra, agua, fuego, aire, espacio y conciencia. Los fenómenos condicionados que se manifiestan en forma, color, movimiento y sonido son utilizados ritualísticamente para encarnar y develar las enseñanzas sobre la unidad escencial del Buda y todos los fenómenos.
Los escritos principales del Tendai Mikkyo son el Sutra de Mahavairocana (Dainichi Kyo), y el Sutra Vajrasekhara (Kongocho Kyo). El Ryokai Mandala, un sistema dual de mandalas basados en estos Sutras incorporan tanto las deidades budistas como hindúes, tipificando la naturaleza abarcadora de la mente iluminada del Buda.
Las enseñanzas de Sabiduría del Kongocho Kyo, representadas gráficamente por el Mandala del Diamante (Kongokai), son inseparables de las enseñanzas Compasivas del Sutra de Mahavairocana, representadas por el Mandala de la Matríz (Taizokai). La iluminación es la realización de la inseparabilidad de la sabiduría y la compasión.
Nuestra naturaleza iluminada es oscurecida por la ignorancia fundamental producida por la ilusión generada por el ego y las aflixiones kármicas, que son el resultado de nuestras acciones pasadas y de vidas anteriores. A través del cultivo de los Tres Misterios del Cuerpo, la Palabra y la Mente, podemos descubrir nuestra naturaleza iluminada, al conectar con estos tres aspectos así como existen en el nivel cósmico del Buda Mahavairocana.
Las prácticas del cuerpo: las posiciones meditativas y los mudras; las acciones de la palabra: la repetición de mantras y dharanis; y las prácticas de la mente: la concentración meditativa, las visualizaciones y el cultivo de la fe, proveen los medios para entrar en un estado de no-dualidad con el Universo, alcanzando la Budeidad en esta vida y en este cuerpo.
De acuerdo a las enseñanzas del Tendai Mikkyo, la mente y el cuerpo son una unidad inseparable. A través de la práctica de los Tres Misterios, el alcanzar la iluminación en el Budismo Tendai no es visto como algo generado por nuestros propios esfuerzos, o poder propio (Jp. Jiriki), o como algo otorgado por otro poder (Jp. Tariki), sino como el empoderamiento mutuo basado en los tres poderes. El mérito producido por la práctica individual de los Tres Misterios, junto con la "gracia" o la respuesta del poder del Buda, se unen con el poder ineherente del Universo Dhármico -el Dharmakaya, para lograr nuestro progreso espiritual. Al unirlos, dedicamos todo el mérito generado por la práctica a todos los seres sintientes.