Aplicando las Enseñanzas en Nuestras Vidas
Desde el tiempo de Dengyo Daishi en el siglo noveno, ha habido una relación entre las prácticas de los monjes Tendai y el bienestar del emperador y de la nación. En su conjunto original de reglamentos para los monjes, el fundador del Budismo Tendai escribió, "¿Cuál es el tesoro de la nación? El tesoro de la nación es nuestra naturaleza religiosa".
En el Japón medieval, se recitaban constantemente las liturgias y las escrituras sagradas en nombre del emperador y de la nación. Pero también se enviaban monjes por todo el país para llevar a cabo servicios públicos vitales como la reparación de embalses y canales de riego, recuperación de tierras no cultivadas y la perforación de pozos. Saicho reconoció que el cultivo espiritual debe de incluir actos públicos virtuosos para que las enseñanzas sean reales en las vidas de las personas. De esta manera, él escribe, "las naciones seguirán siendo fuertes, y el camino del Bodhisattva no cesará."
Muchos de nosotros buscamos desesperadamente depender de nuestros líderes políticos, y nos enojamos cuando no demuestran virtud en su vida profesional. Sin embargo, el Bodhisattva no tiene la comodidad de poder señalar culpa por los delitos de los demás. Los que eligen este camino se han comprometido a conducir a todos los seres sensibles a la Iluminación. Ellos han tomado la responsabilidad de llevar todo lo que es sano en el mundo y eliminar todo lo que es malsano y se han dedicado a dominar toda la sabiduría en esta búsqueda con el fin de llevar una vida de perfección y rectitud.
Este tipo de sacrificio se encuentra en el corazón de lo que Dengyo Daishi esperaba de los monjes hace más de 1.200 años, y es lo que se requiere de los ciudadanos en las democracias modernas. Las 6 perfecciones del Bodhisattva -la generosidad, la disciplina ética, la paciencia, la diligencia, la meditación y la sabiduría-encapsulan la actitud que se necesita para crear familias fuertes, barrios unidos, comunidades seguras y naciones exitosas. Hoy en día, el servicio público puede parecer como un montón de cosas. Para algunos, es su trabajo voluntario en las fuerzas armadas, mientras que para otros es el unirse a grupos de protesta que exigen un fin a la guerra. Algunas personas contribuyen al bien común, proporcionando empleo con responsabilidad humana y otros lo al optar por un trabajo en condiciones difíciles y poco deseosas por poco dinero con el fin de beneficiar a otros. Cualquiera que sea la forma que se adopte, esta práctica tiene un propósito compasivo y basado en el reconocimiento de las necesidades del mundo que nos rodea.
El Budismo no niega el mundo, ni pregona el abandono de esta tierra por un lugar mejor. El Budismo Tendai afirma este mundo, con sus cosas buenas, con sus cosas malas, y todo el interín. Este Mundo Saha es la Tierra Pura del Buda, sólo debemos de trabajar con nosotros mismos para cambiar nuestro modo de ver las cosas, y descubrir las maravillas que yacen a todo nuestro alrededor.
No podemos dejar que otros hagan lo que nosotros podemos hacer hoy. No podemos depender de los demás cuando nosotros mismos no somos de depender. Debemos de ser faros de luz que iluminen las mentes y los corazones de aquellos que andan en las tinieblas de la ira, la codicia y la ignorancia. El cambio que queremos en el mundo comienza en nuestro interior.
Eirenji, el Templo Tendai de Puerto Rico, dedica todas sus prácticas al bienestar de Puerto Rico. Todos los méritos generados por nuestras oraciones son dedicados a iluminar la mente de nuestros gobernantes y a los que más lo necesitan. Es por eso que la Chinsei Hikari Bukkyo Kai, en apoyo a Dharma y al Templo Inter-faith de Puerto Rico, está en la creación de una agenda de cambio social, "Ilumina una Esquina de tu Mundo", enfocándose en el ambiente, la vida y la coexistencia.
Los Bodhisattvas reconocen que independientemente de las condiciones o el tiempo, el aquí y ahora es el lugar y el momento perfecto para practicar la compasión. Si puedes experimentar y encarnar cada momento como este, usted sin duda, es considerado un tesoro de nuestra nación.