Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Shingi Hokke Shu - Escuela del Loto Reformada 新義法華宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 7 de febrero de 2024

Buddhavacana: Constitución Dogmática sobre la Revelación Dhármica y el Canon Budista del Budismo del Loto Reformado

 


El Budismo, como toda religión, posee sus dogmas, doctrinas, enseñanzas y prácticas, aunque las mismas no hayan sido promulgadas al estilo occidental como el resto de las religiones. El Buda mismo dejó claro cuáles son los dogmas y las doctrinas budistas en sus últimos dos sermones, el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Esta Tesorería del Dharma fue pasada por transmisión discipular por Siglos en la Tradición Budista, aunque fue solo preservada por un grupo selecto de Grandes Maestros, siendo restaurada en China en el Siglo VI, por el Gran Maestro Chih-i, y perfeccionada en Japón en el Siglo IX, por el Gran Maestro Saicho. Sin embargo, la misma cayó en la oscuridad y el desconocimiento, dando como resultado una plétora de tradiciones y denominaciones budistas a través del tiempo, pero solo existe un Verdadero Budismo. Es por eso que es tan importante, en esta era de la información el dar a conocer el Verdadero Dharma a todas las personas.

Siguiendo la larga tradición de sistematización en el esfuerzo de aculturación de la Tradición del Loto, el Budismo del Loto Reformado hace público sus Constituciones Dogmáticas sobre los Tres Tesoros. Una Constitución Dogmática es el pronunciamiento oficial y definitivo de una denominación o un grupo religioso sobre un tema en particular, estipulando los fundamentos religiosos, en este caso Budológicos (Teología Budista), sobre su comunidad. Las mismas se basan principalmente en los dos canales de transmisión: Las Escrituras Sagradas (Canon Budista), predominantemente en la Palabra del Buda contenida en los Sutras, y la Tradición Budista.

La segunda, Buddhavacana: Constitución Dogmática sobre la Revelación Dhármica y el Canon Budista  de la Escuela del Loto Reformada, detalla los fundamentos Budológicos sobre la autoría, trasmisión y el contenido de la Revelación del Buda contenida en el Canon Budista. 

BUDDHAVACANA

Constitución Dogmática sobre la Revelación Dhármica y el Canon Budista 

de la Escuela del Loto Reformada (Shingi Hokke Shu)


INTRODUCCIÓN

1. El Buda Eterno apareció en nuestro mundo para revelarnos su Persona y su Dharma Eterno de Salvación, aliviar nuestro sufrimiento, eliminar la escuridad de la Ignorancia, revelarnos las Leyes Dhármicas Universales, y permitirnos vivir vidas llenas de paz, felicidad y prosperidad, haciendo de este mundo una Tierra Pura, el Reino del Buda. Su Dharma Eterno fue legado a sus Discípulos, quienes lo pasaron oralmente por siglos siguiendo la Tradición hasta componerlo en los Sutras, los cuales, siendo interpretados por los Grandes Maestros, hoy componen lo que se conoce como el Canon Budista. Sin embargo, con el pasar del tiempo, la oscuridad de la Ignorancia arropó a su Santa Orden e hizo que su Verdadero Dharma se fragmentara a medida que se esparcía por toda la Tierra, creando múltiples tradiciones, perdiendo su unidad y armonía orgánica. Sin embargo, la Tradición del Loto siempre mantuvo viva la Llama del Dharma, manteniendo su Depósito Dhármico intacto, preservándolo para que sea un faro de luz para la humanidad para la posteridad. Por ello, siendo fieles a nuestro Voto del Bodhisattva, como Hijos del Buda en la Tradición del Loto, presentamos la auténtica doctrina budista dada a nosotros por sucesión discipular, para que el Mensaje, el Legado y el Testamento del Buda Eterno llegue a todos los seres sintientes.

 

CAPÍTULO 1

La Revelación del Buda 

                2. El Buda Eterno, en un designio de su infinita bondad y compasión, si bien predica su Dharma Eterno por medio de la Naturaleza y todo el Universo, nos legó su infinita sabiduría por medio de su Palabra, la cual fue revelada por su manifestación encarnada en la India hace más de 2,500 años, el Buda Shakyamuni, para que podamos reconocer nuestro origen, podamos aliviar nuestro sufrimiento, disipar la oscuridad de la Ignorancia, y compartir su Vida Eterna, pero sobre todo, para que podamos conocer nuestro destino, siendo coparticipes en el Despertar del Cosmos, y revelar la Verdadera Naturaleza de todos los seres, su Naturaleza Búdica, y la de este mundo, una Tierra Pura. Pues, si bien todos somos parte del Buda Eterno, existiendo una continuidad entre el Buda Eterno y todas las criaturas, siendo participes en el Despertar del Buda y del Cosmos, no podemos ver ni percibir esto por la Ignorancia Fundamental, por lo que es necesaria la Revelación. Es por eso que la aparición del Buda en la Tierra fue un evento sin igual, tanto salvífico como revelatorio, en nuestro universo. Durante los más de cuarenta años de su ministerio público, el Buda reveló su Verdadero Dharma, su Enseñanza, por medio de sermones, los cuales adaptaba hábilmente a las necesidades, capacidades y naturalezas de los seres que lo escuchaban. Estos sermones, la Palabra del Buda (Buddhavacana), fueron pasados oralmente por los Discípulos por siglos, hasta que fueron recopilados en lo que hoy llamamos Sutras, las Escrituras Sagradas Budistas. Así, toda la Palabra del Buda es realmente la historia sobre la actividad dinámica salvífica del Buda Eterno por todo el Cosmos.

                3. El Buda reveló su Dharma Eterno gradualmente, en su Plan Dhármico de Salvación, revelando la Verdad a los seres de acuerdo con sus naturalezas y capacidades, madurándolos poco a poco, permitiendo que abrieran sus mentes y corazones hasta que pudieran estar listos para recibir la Totalidad de la Verdad. El Buda Eterno, siendo Infinito, el Alma del Cosmos, para poder aparecer en este mundo, tuvo que limitarse y encarnar en la Tierra, y nacer, crecer y vivir como un hombre, como uno de nosotros. Tras su Despertar bajo el Árbol Bodhi, el Buda, desde su Cuerpo del Dharma (Dharmakaya), predicó su primer sermón en este sistema mundial, que hoy conocemos como el Sutra de la Guirnalda de Flores (Sutra Avatamsaka), su Dharma Cósmico, el cual fue predicado para el beneficio de los Bodhisattvas y seres celestiales, pero como ningún ser humano estaba listo para el mismo, no pudieron oírlo. Entonces, el Buda aparentó nuevamente ser un hombre común y corriente, un maestro sabio, y reuniendo poco a poco sus discípulos, predicó los Sutras Agama (Hinayana), luego, cuando sus discípulos y fieles estaban listos, reveló los Sutras Vaipulya y los Sutras Prajnaparamita (Mahayana), hasta que los seres sintientes estaban listos para hacer su Gran Revelación y recibir la totalidad de la Verdad, su Verdadero Dharma Eterno, el cual reveló cerca del final de su vida en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, su Legado y su Testamento, revelando públicamente y para todos los fieles su Verdadera Persona, el Buda Eterno. Como nos dice el Buda: “Debido a que sus naturalezas y deseos de los seres no son iguales, prediqué el Dharma de varias maneras diferentes. Predicando el Dharma de varias maneras diferentes, hice uso del poder de los medios hábiles. Pero en estos más de cuarenta años, aún no he revelado la Verdad.” (Sutra de los Significados Innumerables). Solo entendiendo la totalidad del Mensaje del Buda podemos entender la unidad y armonía de su Palabra.

                4. Durante el Primer Periodo, llamado el Periodo Avatamsaka, el Buda predicó el Sutra de la Guirnalda de Flores, desde su esencia transfigurada como el Cuerpo del Dharma (Dharmakaya), en el momento de su Despertar bajo el Árbol Bodhi, revelando la Totalidad de la Verdad, su Dharma Cósmico, por 49 días humanos, para el beneficio de los Bodhisattvas y Seres Celestiales, pero los seres humanos no pudieron oírlo, por lo que el Buda regresó a su figura humana (Nirmanakaya) e ideó su Plan Dhármico de Salvación. El Gran Maestro Chih-i compara esto con el Sol saliendo, tocando con sus rayos de luz los picos de los árboles, y con el sabor de la Leche Cruda. Este periodo es definido como Súbito, porque revela la Verdad Ultima, y es solo para los Bodhisattvas avanzados. Si hubiera habido otros seres presentes, no hubiesen podido ver al Buda Eterno (solo al Buda Shakyamuni), ni hubiesen podido escuchar su predicación (que de todas formas no hubiesen podido entender).

5. Luego de idear su Plan Dhármico, el Buda Shakyamuni partió al Parque de los Ciervos, donde se encontró con sus primeros discípulos, y dio su primer sermón público, predicando las enseñanzas básicas e imparciales que sentarían las bases para el resto de su ministerio, y ayudarían a los seres a descartar sus visiones preconcebidas del mundo y de sí mismos. Así, permitió que sus discípulos de desapegaran de sus visiones erróneas y buscaran alcanzar el Nirvana - la salida de la Rueda del Samsara - aunque el Nirvana como tal no existía. Estas enseñanzas, conocidas como el Periodo Agama (Hinayana) duró 12 años. Estos sermones hoy se conocen como el Canon Pali, y presentan las enseñanzas incompletas y preparatorias del Budismo Primitivo. El Gran Maestro Chih-i compara este periodo con el Sol que brilla sobre el valle, y con el sabor de la Crema. Este periodo es definido como Gradual, ya que revela el Dharma de forma imperfecta e incompleta, de forma gradual, para las capacidades limitadas iniciales de los seres, como los Shravakas (Los Que Escuchan las Enseñanzas), ascendiendo poco a poco a revelar enseñanzas más profundas y sublimes hasta llegar a la Verdad Ultima. Los seres humanos son ignorantes y tontos, y poseen muchas ideas falsas e incorrectas sobre el mundo y sobre sí mismos. Hundidos en su ignorancia y nadando entre deseos y pasiones, deben purificarse para poder recibir y entender el Verdadero Dharma.

Las verdades contenidas en el Canon Pali, aunque parciales, siguen siendo ciertas. Aunque no presenten el Verdadero Dharma del Buda, y fueran desplazadas por enseñanzas más completas posteriormente, estas enseñanzas siguen siendo fundamentales para ciertas denominaciones budistas Hinayana, que hoy se conglomeran bajo la sombrilla del Budismo Theravada. El ideal más alto del Budismo Hinayana es el Arhat, un “Santo”, quien se cree ha eliminado todo su mal karma y tras su muerte, no volverá a renacer más en el Samsara, logrando alcanzar el Nirvana; la salvación individual. El Buda posteriormente descartó este ideal y reveló que fue un medio hábil para permitirle a los seres descartar todas sus nociones erróneas del mundo y de sí mismos, así como sus deseos y pasiones desenfrenadas y sus apegos. Por lo tanto, estos seres no alcanzan el Nirvana ni la Budeidad, solo paz mental. No obstante, eventualmente estos budistas encontrarán, en esta vida o en la próxima, las Enseñanzas Perfectas y Completas, el Verdadero Dharma, y podrán alcanzar la Budeidad. Por ello, el Canon Pali es predominantemente una fuente confiable de enseñanzas morales y de cómo aplicar el Dharma en todos los aspectos de nuestras vidas.

6. Luego de predicar los Sutras Agama o Hinayana, el Buda predicó los Sutras Mahayana Preparatorios, en lo que se conoce como el Periodo Vaipulya, donde reveló las leyes del universo y la existencia de otros Budas, cada uno representando un aspecto de la Budeidad en respuesta a las necesidades de los seres sintientes; y los Bodhisattvas: seres que posponen su Iluminación hasta que todos los seres sintientes hayan sido salvados. Este periodo, junto con el periodo posterior, duraron 22 años. El Gran Maestro Chih-i compara este periodo con el Sol que ilumina el suelo, y con el sabor de la Leche Cuajada. Este periodo es definido como Gradual (dado a que las enseñanzas de este periodo contienen verdades parciales), y su propósito es cortar a través de la ignorancia, dejar atrás las enseñanzas provisionales del Hinayana, y revelar el camino Mahayana que lleva a todos los seres al Despertar.

Aquí comienza la Revelación del Dharma Eterno del Buda, con el movimiento del ideal del Arhat y de la salvación (Nirvana) personal y el establecimiento del ideal del Bodhisattva: el ser que pospone su Budeidad y regreso al Nirvana (Unidad) por el bien y la salvación de todos los seres sintientes. Y veremos que, si bien este es un trabajo arduo y eterno, no estamos solos, pues existen una infinidad de Budas y Bodhisattvas trascendentes que nos ayudan en nuestro camino, y no solo eso, sino que incluso aquellos que pensaban que se podían salvar o alcanzar la Iluminación por si solos, los Arhants, son solo Bodhisattvas en entrenamiento. El periodo anterior fue solo un peldaño para poderle abrir sus mentes y corazones y poder abrazar a los demás, y al mundo, pues este mundo no es un lugar que abandonar, ni un lugar temporero, sino que es una manifestación del Reino del Buda – el Nirvana.

7. El Buda, revelando gradualmente la Verdad, predicó luego los Sutras Prajnaparamita o de la Perfección de la Sabiduría, por lo que es llamado el Periodo Prajnaparamita, donde explica la Vacuidad o la Total Interconexión de Todos los Fenómenos. Fue en este periodo, luego de que el Buda predicara los famosos Sutras Mahayana como el Sutra de Vimalakirti y el Sutra del Buda Amida, entre otros, que el Buda predicó los Sutras de la Perfección de la Sabiduría, donde enfatiza la Vacuidad o total interconexión e interdependencia de todos los fenómenos. Aquí encontramos Sutras como el Sutra del Diamante y el Sutra del Corazón, y el mismo, junto con el periodo anterior, duraron por 22 años. El Gran Maestro Chih-i compara este periodo con el Sol al medio día, cuando ilumina fuertemente, y con el sabor de la Mantequilla. Este periodo es definido como Gradual (dado a que el Buda aún no revela la totalidad de la Verdad), y sienta las bases para la Revelación Final.

8. Finalmente, el Buda, viendo la profundidad de las mentes y corazones de sus discípulos, ve que están listos para la Revelación Final, el Periodo del Loto y del Nirvana, donde el Buda vuelve a revelar la totalidad de su Despertar, su Dharma Cósmico, en el lenguaje de las personas, legando su Dharma Terrenal para el establecimiento de la Verdadera Religión basada en el Dharma Eterno en la Tierra. Cerca del final de su vida terrenal, cuando los seres ya estaban listos, el Buda reveló nuevamente la totalidad de su Iluminación en el Sutra del Loto, y el Sutra del Nirvana, el cual lo afirma, expande y complementa. Este fue el objetivo final de su advenimiento al mundo. Hasta este momento, el Buda aún se mostraba como un hombre, como un maestro sabio, aunque ya había dado vislumbres de su divinidad iluminada. Pero con su Gran Revelación, el Buda Shakyamuni se revela como el Buda Eterno, quien ha trabajado incansablemente por todo el Cosmos para llevar a los seres su Dharma Eterno de Salvación. Aquí, el Buda revela (1) su Plan Dhármico Salvífico: todas estas enseñanzas fueron dadas para preparar a los seres para recibir la totalidad de la Verdad del Dharma; (2) el Buda, al igual que todos los Budas, es una manifestación carnal de la Energía del Universo, el cual desciende a los mundos para llevar un mensaje de unidad y revelar las leyes del Cosmos; (3) todos los seres poseen la Naturaleza Búdica (Tathagatagarbha), el Espíritu del Buda (Buddhata) - la capacidad de convertirse en Budas y realizar el trabajo salvífico dhármico a través de los universos. Estas fueron las enseñanzas que el Buda dio durante los últimos 8 años de su vida hasta su Parinirvana. En otras palabras, el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana logran traducir, en el lenguaje de este mundo, las verdades iluminadas reveladas en el Sutra de la Guirnalda de Flores, y redefinen y recontextualizan todas las enseñanzas dadas anteriormente por el Buda en el mundo. El Gran Maestro Chih-i compara este periodo con el Sol en la tarde, que ilumina todo completamente, y con el sabor del Ghee (Manteca), la expresión máxima purificada de la leche. Este periodo es definido como Gradual y Perfecto, pues revela el Verdadero Dharma y el Vehículo Único, que desplaza los Tres Vehículos provisionales, integrando el Hinayana con el Mahayana en el Vehículo Único trascendental del Ekayana (Verdadero Budismo), revelando la Totalidad de su Palabra Iluminada como una sinfonía con varios movimientos que componen una sola pieza, un solo Mensaje, un solo Dharma.

La Palabra del Buda, entonces, comienza con el Sutra Avatamsaka, el primer sermón del Buda en la Tierra, y culmina con el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Todos los demás sermones se sitúan entre ellos, y todos los Tratados de los Grandes Maestros luego del mismo, pues los mismos no crean nada nuevo, sino que muestran el progreso del entendimiento del hombre sobre la Palabra Sagrada del Buda Eterno.

9. Si bien el Buda predicó “84,000 Enseñanzas”, todas partieron de un mismo Dharma, por lo que todos llevan a un mismo fin: el Despertar. Este Plan Dhármico fue sistematizado por la escuela Tendai en el esquema de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas. A través del mismo, podemos ver la armonía y la unidad orgánica de todos los sermones predicados por el Buda en sus más de cuarenta años de ministerio en la India. Los Sutras fueron posteriormente comentados por los Grandes Maestros, y juntos, componen lo que hoy se conoce como el Canon Budista. Este es el Verdadero Dharma, antes de sus divisiones, el cual fue pasado discipularmente por la Tradición del Loto desde la India a China, que fue restaurado por el Gran Maestro Chih-i en el Siglo VI, y perfeccionado por el Gran Maestro Saicho en el Siglo IX en Japón, en la escuela Tendai.

                10. La Revelación Dhármica tiene como su fundamento el hecho de que el Buda Eterno decidió revelarse, y al hacerlo, hacerse conocido, removiendo el velo de la Ignorancia Fundamental y revelándose a los seres como su Padre Espiritual y su Verdadero Ser. La forma de poder revelarse en nuestro mundo hoy día es por medio de su Gracia, de las Palabras del Buda contenidas en su Canon, y por medio de la Sangha. Cuando estudiamos el Plan Dhármico de Salvación junto con los Cinco Periodos, podemos ver que solo existe un único Dharma, un Solo Budismo, el cual fue revelado gradual y progresivamente, el Verdadero Budismo del Vehículo Único de la Budeidad. Este es el Verdadero Mensaje o Dharma contenido en la Palabra del Buda Eterno en el mundo.

No obstante, desde los tiempos del Buda en la Tierra, el Verdadero Dharma ha sido expuesto a las limitaciones e imperfecciones humanas, por lo que sufrió divisiones, fragmentando la Tradición Budista y el Mensaje del Buda, dando como resultado una amplia diversidad de tradiciones históricas, las cuales se enfocan en solo una parte del Mensaje, perdiendo de vista la armonía y unidad orgánica de la Palabra del Buda.

 

CAPÍTULO 2

La Transmisión del Dharma 

                11. Tras la aparente desaparición física del Buda (Parinirvana) del mundo, sus enseñanzas fueron pasadas oralmente por siglos hasta que se compusieron en lo que hoy se llaman “Sutras”. En la India, en los cuatro siglos que siguieron el Parinirvana del Buda, sus diálogos y enseñanzas solo se conservaron en la memoria de los seguidores. Ningún registro escrito o representación artística (a excepción de las huellas del Buda) sobrevive hasta la época actual. Al igual que los brahmanes hindúes, los primeros budistas creían que el conocimiento religioso era demasiado sagrado para escribirlo, demasiado divino para grabarlo en piedra o madera. Durante todo este tiempo, aunque surgieron diferencias en el entendimiento de la aparición del Buda y su verdadera enseñanza, la comunidad budista ordenada continuó viviendo junta y en armonía. Pero con el pasar de los siglos, la Sangha monástica se volvió muy cerrada y elitista, centrada exclusivamente en la salvación personal como un medio para escapar del Samsara.

                12. - Esto hizo que surgiera dentro de la Sangha monástica un movimiento reformista, que buscaba rescatar el mensaje y el propósito original del Buda y su Dharma en el mundo, para hacer el mismo disponible a todos los seres sintientes. Este nuevo grupo se llamó Mahayana, que significa “Gran Vehículo”, pues buscaba salvar a todos los seres sintientes, y llamó al camino de los ancianos como Hinayana, o “Pequeña Barca”, pues solo buscaban salvarse individualmente. Los budistas Hinayana se adhirieron entonces a los primeros sermones del Buda (Agamas, hoy contenidos en el Canon Pali), los cuales sustentaban su posición de la salvación individual, e ignoraron sus sermones posteriores donde revela la totalidad de la Verdad, los cuales fueron adoptados por los budistas Mahayana (hoy contenidos en el Canon Sánscrito y Chino). Así, se creó la mayor división existente en el Budismo, la cual existe aún en nuestros días, entre las escuelas Theravadas (Hinayana) y las escuelas Mahayana.

                13. Con el pasar del tiempo, el Budismo Hinayana se concentró en el Sur de Asia, y el Budismo Mahayana se esparció por todo el Norte y el Este de Asia, y continuó desarrollándose. A medida que pasaba de un país a otro, ciertos grupos se formaron alrededor de cierto cúmulo de enseñanzas: unos se centraron sobre la doctrina de la Vacuidad (Sunyata) y enfatizaron el rol y la importancia de la práctica de la meditación para realizar la Verdadera Naturaleza de la Realidad, mientras que otros se centraron alrededor de medios hábiles como la devoción y la fe a ciertos Budas y Bodhisattvas, como la recitación del Nembutsu y el culto al Buda Amida. No obstante, la meta de ambos grupos era la misma, presentada en palabras y en práctica de forma variada: alcanzar el Despertar (o el Renacimiento) del Nirvana (Tierra Pura) para el beneficio y la salvación de todos los seres sintientes. Poco a poco, así, el Budismo Completo y unificado - el legado del Buda en el mundo - continuó dividiéndose y fragmentándose por todo el mundo budista. También, surgió una rama dentro del Mahayana dedicada a las enseñanzas esotéricas del Buda, llamada Vajrayana, el “Camino del Diamante”. 

                14. Pero no todo estaba perdido. La Tradición del Loto fundada por el Buda Shakyamuni con su Plan Dhármico se mantuvo preservada entre maestros selectos iluminados, los Patriarcas de la Tradición del Loto, quienes la perpetuaron hasta su restauración, desde la India con Ashvaghosha, Nagarjuna, Suryasoma, Vasubandhu, Kumarajiva, hasta China con Daosheng, Huiwen y Huisi. En China, llegaban muchos escritos budistas, tanto Hinayana como Mahayana, y los chinos, al no haber estado expuestos al Dharma como lo estuvieron los indios, no sabían qué Sutras habían sido dado primero y cuáles después, ni cual era más importante que otro. Fue un monje budista chino, llamado el Gran Maestro Chih-i, estudiante de Huisi, quien en el Siglo VI leyó todo el Canon Budista y organizó los Sutras cronológicamente y en orden de importancia, y redescubrió el Plan Dhármico Salvífico del Buda para el mundo, en lo que llamó los Cinco Periodos y las Ocho Enseñanzas, y redescubrió la supremacía del Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, y llamó a su escuela la Escuela Tientai (Tendai en chino), reestableciendo la Tradición del Loto: el legado fiel del Buda en el mundo.

                15. Posteriormente, el Gran Maestro Saicho viajó a China y trajo las enseñanzas Tendai a Japón. Luego del Gran Maestro Chih-i, su discípulo Guanding recopiló todos sus escritos y mantuvo la llama del Loto viva; Chihwei la preservó durante la persecución budista en China, pasándola a Huiwei, Hsuanlang y Chanjan, quien la pasó a Taosui, permitiendo que llegara gracias al Gran Maestro Saicho a Japón en el Siglo IX, quien incorporó los elementos restantes que aún no habían llegado a China en el tiempo del Gran Maestro Chih-i, como el Budismo Esotérico (Vajrayana), perfeccionando así y completando la Tradición del Loto. Desde entonces, el Verdadero Dharma brilla desde Japón a Occidente y al mundo. La escuela Tendai restauró el Verdadero Budismo, rescatando el Dharma de su fragmentación y malinterpretación y continuando la misión unificadora y armonizadora del Buda en el mundo.

 

CAPÍTULO 3

La Autoría e Interpretación del Canon Budista

                16. El Buda, siendo una encarnación del Dharma, comunica el mismo a sus criaturas. Este Dharma es el autor y mediador de su Revelación, traduciendo el Dharma a las palabras humanas, las cuales fueron puestas es palabras y pasadas por la Tradición, y compuestas en lo que hoy conocemos como el Canon Budista. Por ello, aceptar al Buda Eterno como nuestro Verdadero Refugio exige que también aceptemos la Verdad revelada por su manifestación en la Tierra y preservadas por la Tradición Budista.

El Canon Budista se refiere a la colección de textos aprobados por el Buda y la patrística para su inclusión en el Buddhavachana, o los Textos Sagrados del Budismo. El mismo fue copilado luego de un proceso gradual y revisado, donde fueron pasados fielmente de forma oral hasta que fueron escritos en lo que hoy llamamos Sutras, pues son organizados de acuerdo con su mensaje fundamental como hojas por un hilo. El Buda Eterno, guiando a sus verdaderos discípulos, mantuvo el Verdadero Dharma vivo en el mundo, inspirando desde su aparente desaparición de la Tierra la composición de su Palabra, el Buddhavacana, hasta su forma final en el Canon Budista. El Buda, antes de partir, encargó a sus discípulos que predicaran a todos los seres el Verdadero Dharma que es la fuente de toda Verdad. Esta comisión fue fielmente cumplida por los discípulos quienes, con su predicación oral, con el ejemplo y con las observancias, transmitieron lo que habían recibido de labios del Buda, de vivir con él, y de lo que Él hizo, o de lo que habían aprendido a través de él. la inspiración del Espíritu del Buda (Sambhogakaya). La comisión fue cumplida también por aquellos discípulos que bajo la inspiración del mismo Espíritu del Buda pusieron por escrito el mensaje de salvación en los Sutras. El Buda Eterno, por medio de su Espíritu, es así el verdadero autor del Canon Budista, haciendo uso de las mentes, bocas y manos de sus discípulos para preservarlo, transmitirlo y componerlo, asegurándose así de que su Palabra y Mensaje de Salvación sea perpetuado por generaciones y llegue en algún momento a los corazones de todos los seres sintientes.

17. Esta Tradición, perpetuada en la Tradición del Loto y contenida hoy día en la escuela Tendai, que proviene de los Discípulos, quienes vivieron con el Buda y pasaron oralmente estas enseñanzas hasta su composición en los Sutras, y que posteriormente se desarrolla con los Grandes Maestros, se mantiene en la Orden Budista con la ayuda del Espíritu del Buda, porque hay un crecimiento en la comprensión de las realidades y las palabras que se han transmitido. Esto sucede mediante la contemplación y el estudio que hacen los Grandes Maestros y Sacerdotes, que atesoran esta Verdad en sus mentes y corazones, mediante una comprensión penetrante de las realidades iluminadas que experimentan, y mediante la experiencia de quienes las han recibido a través de la sucesión discipular. Por esto, el Canon Budista no solo contiene la Palabra del Buda (Buddhavacana) contenida en los Sutras, sino que también contiene los Tratados (Shastras) de los Grandes Maestros a través de los siglos. Las palabras de los Grandes Maestros y Santos dan testimonio de la presencia de esta Tradición viva, cuya riqueza se preservó en su totalidad solo en la Tradición del Loto. Por la misma Tradición se conoce el canon completo de los Escritos Sagrados de la Sangha, y los mismos Escritos Sagrados se comprenden más profundamente y se activan incesantemente en ella; y así el Buda Eterno, que habló antiguamente, conversa ininterrumpidamente con su Orden, la Sangha Monástica.

                18. Existe, pues, una estrecha conexión y comunicación entre la Tradición y la Sagrada Escritura (Canon Budista). Porque ambos, brotando de la misma fuente iluminada, en cierto modo se funden en una unidad y tienden al mismo fin. Porque la Sagrada Escritura es Palabra del Buda Eterno en la medida en que se pone por escrito bajo la inspiración del Espíritu del Buda, mientras que la Tradición toma la Palabra del Buda Eterno confiada por el Buda Shakyamuni a los Discípulos y la transmite a sus sucesores, los Grandes Maestros y los Sacerdotes, en toda su pureza, para que, guiados por la luz del Espíritu de la Verdad, al proclamarla, conserven fielmente esta Palabra del Buda, la expliquen y la hagan más conocida. Por consiguiente, no es sólo del Canon Budista de donde la Sangha extrae su certeza sobre todo lo revelado. Por tanto, tanto la Tradición como el Canon Budista deben ser aceptados y venerados con el mismo sentido de lealtad y reverencia.

                19. La Tradición, y el Canon Budista, forman una sola Tesorería del Dharma de la Palabra del Buda, confiada a la Sangha. Aferrándose a esta Tesorería del Dharma, todos los seres, unido a sus Sacerdotes, permanecen fieles a la Revelación, el Legado y el Testamento del Buda Eterno en el mundo. Pero la tarea de interpretar auténticamente la Palabra del Buda, ya sea escrita o transmitida, ha sido confiada exclusivamente al Sacerdocio Budista, cuya autoridad se ejerce en el nombre del Buda. Este Sacerdocio no está por encima de la Palabra del Buda, sino que la sirve, enseñando sólo lo que ha sido transmitido, escuchándola devotamente, guardándola escrupulosamente y explicándola fielmente según un encargo iluminado y con la ayuda del Espíritu del Buda. extrae de este único depósito de fe todo lo que presenta para creer como divinamente revelado. Es claro, por tanto, que la Tradición, el Canon Budista y el Sacerdocio Budista, según el sabidísimo designio del Buda, están tan ligados y unidos que uno no puede existir sin el otro, y que todos juntos y cada uno en su a nuestro modo, bajo la acción del único Espíritu del Buda Eterno, contribuyen eficazmente a la salvación de todos los seres sintientes.

                20. Las Palabras del Buda Eterno reveladas que están contenidas y presentadas en el Canon Budista han sido puestas por escrito bajo la inspiración del Espíritu del Buda Eterno. Porque la Tradición del Loto sostiene que tanto los sermones antiguos (Hinayana) como los posteriores (Mahayana) en su totalidad, con todas sus partes, son sagrados y canónicos porque escritos bajo la inspiración del Espíritu del Buda, tienen al Buda Eterno como autor y han sido transmitidos como tales por el mismo Buda Eterno en su Vehículo Único (Ekayana), su único Dharma Eterno. Al componer el Canon Budista, el Buda escogió a los hombres, y siendo empleados por él, hicieron uso de sus poderes y habilidades, de modo que actuando él en ellos y a través de ellos, ellos, como verdaderos autores, consignaron por escrito todo y sólo aquellas cosas que Él quería.

21. Sin embargo, dado que el Buda Eterno habla en el Canon Budista a través de los hombres a la manera humana, el Canon contiene una mezcla entre el Mensaje del Buda y el mensaje del hombre, los pensamientos, costumbres y formas literarias e históricas de los compositores humanos. Dado a la participación del Buda Eterno en su autoría, y el cuidado sublime de sus Discípulos en su transmisión, debemos entender que los textos del Canon Budista representan las Palabras Sagradas del Buda, por lo que es inerrante. Por inerrante entendemos que, si bien el Buda Eterno se aseguró de su veracidad, los textos fueron pasados por mentes y manos humanas, por lo que no abarca el proceso de los que lo transmitieron, copiaron y tradujeron. La inerrancia del Canon Budista radica en que los Sutras están libres de errores en lo que trata de comunicar. En muchas instancias, los transmisores, copiadores y traductores malinterpretaron algunos puntos de las enseñanzas e hicieron que el texto erre, mas no el mensaje, plasmando elementos históricos, culturales y sociales, tanto externos como internos (ideales y prejuicios) dentro del Canon Budista, haciendo que el Dharma Eterno del Buda se manchara en el lodo del Samsara, creando imprecisión. Debemos entender que, aunque el Canon Budista sea divino e iluminado, fue pasado a través de mentes y manos humanas, y por ello, debe ser interpretado correctamente con una Hermenéutica Canónica, fiel a la Tradición del Loto del Vehículo Único, y por sacerdotes budistas legítimamente ordenados y formados en esta tradición.

22. Por ello, el intérprete, para ver claramente lo que el Buda Eterno quería comunicarnos, debe investigar cuidadosamente cuál es el significado que realmente quisieron los escritores, y lo que el Buda Eterno quería manifestar a través de su Palabra. El intérprete debe investigar qué significado pretendía expresar el escritor y qué significado realmente expresó en circunstancias particulares utilizando formas literarias contemporáneas de acuerdo con la situación de su propia época y cultura. Pero, dado que el Canon Budista debe ser leído e interpretado con el espíritu iluminado con el que fue escrito, se debe prestar una atención no menos seria al contenido y a la unidad de todo el Canon si se quiere entender el significado de la Palabra del Buda. Debe tenerse en cuenta la Tradición Budista y la armonía que existe entre los elementos de la fe. También, se debe mantener en mente la totalidad de la Revelación del Buda, el Plan Dhármico de Salvación, siguiendo el esquema de los Cinco Periodos, para poder entender así el lugar cronológico y el orden de importancia de todos los sermones dados por el Buda en el mundo. Finalmente, no podemos olvidar que la Palabra del Buda fue desarrollada por los Grandes Maestros, quienes la atemperaron a los tiempos, manteniendo viva la Llama del Dharma y adaptándola a las necesidades de los seres y los tiempos.

La Palabra del Buda y la Tradición Budista son entonces las fuentes principales de la Revelación Dhármica, pues es a través de las mismas que se preservó en su totalidad la Tesorería del Dharma y de la Fe Budista, siendo el Canon Budista la Palabra escrita del Buda Eterno, y la Tradición su Palabra oral, cónsono con el Camino Medio. Esto hace del Budismo una tradición y fe viva aun en nuestros días.

El no conocer el Plan Dhármico de Salvación del Buda, ni comprender la unidad y armonía del Canon Budista es lo que ha dado paso a divisiones y errores a través del tiempo. Es por eso que es tan importante sostener estos principios en nuestras mentes y corazones en todo momento cuando abordemos la Palabra del Buda. Solo así podemos ver qué el Buda quiere comunicarnos a todos y cada uno de nosotros.

 

CAPÍTULO 4

El Verdadero Dharma Eterno

            23. El Verdadero Budismo siempre ha venerado las Palabras del Buda, contenidas en su Canon, como venera al Buda, ya que el mismo Buda nos dijo que sostenerlas es sostener su Cuerpo. El Verdadero Budismo siempre los ha mantenido y continúa haciéndolo, junto con la Tradición, como regla suprema de la fe, ya que, inspirados por el Buda y puestos por escrito de una vez por todas, imparten la Palabra del Buda mismo sin cambio, y hacer resonar la voz del Buda Eterno en las palabras de los Grandes Maestros y sus sucesores, para hacerla llegar a todos los seres sintientes. Por tanto, todas las enseñanzas budistas deben nutrirse y regularse de la Palabra del Buda contenida en el Canon Budista, y no en las desviaciones posteriores de muchos discípulos, maestros y creyentes.

                24. Es por eso que es importante y debe ser prioridad el hacer disponible la Palabra del Buda y el Canon Budista a todos los fieles y devotos en todas las lenguas del mundo. Es menester que los Sacerdotes trabajen arduamente en proveer traducciones fieles al Espíritu de la Palabra del Buda en sus lenguajes, junto con las enseñanzas de los Grandes Maestros de la Tradición del Loto, siempre guiados de la mano de un Sacerdote ordenado. Esto permitirá que el alimento del Dharma nutra la Naturaleza Búdica dentro de todos los seres y continuemos nuestro trabajo dhármico de hacer de este mundo una Tierra Pura. Esto muestra la importancia de la necesidad de la Gracia del Buda para poder leer su Palabra, así como de la Tradición para poder interpretarla correctamente.

                25. Mas, no obstante, aunque el estudio serio del Canon Budista es importante, no es suficiente. En última instancia, debemos permitir que el Espíritu del Buda Eterno penetra nuestros corazones y abra nuestras mentes para recibir su Palabra y haga su trabajo en nosotros. como budistas, podemos memorizar todas sus doctrinas y realizar todas sus prácticas, pero si no estamos en comunión con el Buda Eterno y nuestra Naturaleza Búdica, no estamos avanzando en nuestro Camino Budista. Debemos de interiorizar el Dharma y permitir que moldee nuestras vidas. Es por eso que, como Hijos del Buda, el estudio del Dharma debe estar acompañado de la oración y la meditación, y debemos siempre reflexionar y aplicar el Dharma en cada situación de nuestra vida diaria.

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* Este documento titulado Buddhavacana: Constitución Dogmática sobre la Revelación Dhármica y el Canon Budista, no refleja necesariamente las doctrinas y enseñanzas de la escuela Tendai en Japón, sino que son los fundamentos budológicos y dogmáticos encontrados en el Canon y la Tradición, por lo que son los profesados por el Templo Tendai de Puerto Rico y su Sangha Hispana. 

Este material fue publicado para uso exclusivo en Catecismos del Templo Tendai de Puerto Rico y Sanghas afiliadas.

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