Otra de las características sobresalientes del pensamiento religioso del Santo Ippen es la no-dualidad o unidad entre el Buda y los seres sintientes, siguiendo la Tradición del Loto de la escuela Tendai. En sus escritos, leemos:
"Perfecta Iluminación hace diez kalpas atrás - abarcando el reino de los seres sintientes;Renaciendo en el espacio de un pensamiento - en la Tierra Pura del Buda Amida.
Cuando los diez y el uno son no-duales, alcanzamos el no-nacimiento;
Cuando la Tierra y el reino son uno, estamos sentados en la gran asamblea del Buda Amida".
En estas líneas, "diez" se refiere a los diez kalpas que las Sagradas Escrituras en el Canon Budista nos dicen que el Bodhisattva Dharmakhara practicó en el principio del tiempo para alcanzar su Budeidad como el Buda Amida, y "um" [de "un pensamiento"] se refiere al Renacimiento de todos los seres cuando recitan con fe el Nombre Sagrado del Buda Amida (Nembutsu). Este "un" no se refiere a una recitación del Nembutsu, sino al momento en el que el devoto (ser sintiente finito) se une al Buda Amida (Infinito) y acepta su salvación en el momento presente, en esta vida y en este cuerpo; donde su salvación y la Budeidad del Buda Amida se cumplen simultáneamente. Esto es porque ya Dharmakhara cumplió su Voto de Salvar a Todos los Seres que Reciten el Nembutsu, la condición para su Budeidad, por lo que nuestra salvación ya ha sido asegurada. Así, ese Nembutsu se convierte en el eterno momento presente de la Budeidad del Buda, el cual trasciende el espacio y el tiempo.
Dado a que la Budeidad del Buda Amida estaba condicionada por la salvación de todos los seres que recitaran el Nembutsu, el Renacimiento de cada ser que se entregue con total fe y confianza ya ha sido cumplido cuando el Buda Amida alcanzó su Budeidad hace diez kalpas. Cuando una persona abandona su Poder Propio (Jiriki) y se entrega completamente a la Gracia Salvadora del Buda Amida, el Buda, quien es la personificación de su Voto Primal de Salvar a Todos los Seres, entra y se vuelve uno con el devoto, y esta unidad se manifiesta en el Verdadero Nembutsu; en ese momento se da su Renacimiento. Este Verdadero Nembutsu no es recitado por nosotros, sino que es la manifestación de la actividad dinámica del Buda en el Cosmos trabajando a través de nosotros. Este Nembutsu transformador se manifiesta luego en nuestras acciones, palabras y pensamientos, así como en nuestra devoción; ya no recitamos el Nembutsu para ser salvos, sino en agradecimiento por el regalo de salvación que nos ha sido dado por Gracia, sin merecerlo.
El Nembutsu en la escuela Tendai es esotérico, pues sigue el mismo principio del Sanmitsu o de los Tres Misterios de Cuerpo (Mudra - Gassho), Palabra (Nembutsu) y Pensamiento (Buda Amida y su Tierra Pura - ver una imágen o visualizar al Buda). Esto lo hace un verdadero Sacramento, pues es una comunión entre el ser sintiente (finito) y el Buda Amida (Infinito); el hombre (Diez Mundos) y el Buda se vuelven uno. De esta forma, las actividades que realizamos son las del Buda. Esto lo vimos en el poema anterior de Ippen donde dice: "Cuando recibimos esta enseñanza con fe gozosa - El Buda y nosotros, los seres sintientes, ya no estamos separados; - Debido a que sus tres modalidades de actos y las nuestras se corresponden entre sí, - también se le llama el Buda de la Luz Sin Obstáculos." Así, la primera línea de los versos arriba nos muestra la total interpenetración o unidad entre el Buda Amida y el devoto, mientras que la segunda línea nos muestra la unidad del ser sintiente con el Buda. La convergencia de estos dos movimientos se muestra en la tercera línea. Esto se encapsula en el mismo Nombre Sagrado: "Namu" somos nosotros y todos los seres sintientes, y "Amida Butsu" es el Buda Eterno, Amida. Así, el Nembutsu nos muestra la total unidad entre los seres y el Buda; entre el Samsara y el Nirvana (Tierra Pura).
Todo esto nos muestra que el número de recitaciones es irrelevante para nuestra salvación, ya que somos uno con el Buda; ya hemos sido salvos, solo debemos aceptarlo. El Nembutsu como práctica meditativa es, como toda otra práctica budista, una forma de devoción y de disciplina, pero el Verdadero Nembutsu es salvífico y solo viene del Buda Amida. No tenemos que esperar a la muerte para alcanzar nuestro Renacimiento pues, cuando nos encomendamos completamente al Voto del Buda Eterno, Amida, en ese instante, muere nuestro ser finito y falso, nuestro pasado ser, y renacemos nuevamente en esta vida como verdaderos budistas, como Hijos del Buda. Es por eso que Ippen nos dice que cuando realizamos que los diez y el uno son no-duales (que se puede interpretar como los Diez Mundos y la Budeidad o el Buda Amida), alcanzamos el no-nacimiento. Comos nos dice Ippen en una de sus Cartas:
"Luego de un instante de pensamiento en el cual, realizando la transitoriedad del nacimiento y la muerte en nuestra propia carne, nos encomendamos completamente al Nembutsu, el ser ya no es el ser. Entonces, como nuestro corazón es el Corazón del Buda Amida, nuestras acciones son las Acciones del Buda, y nuestras palabras son las Palabras del Buda. Nuestras vidas son la Vida del Buda Amida".
Es por eso que el Verdadero Nembutsu es transformador; es un nuevo renacimiento, un nacimiento a una nueva vida en esta misma vida - un renacimiento como verdaderos budistas. Desde ese entonces, todo bien que hagamos no es nuestro, sino que es el resutado de la experiencia transformadora del Renacimiento; son los actos del Buda Amida a través de nosotros en el cumplimiento de su Voto Primal. Esto requiere que, como nos dice la Tradición Budista y los Patriarcas Tierra Pura, "abandonemos este mundo impuro", el Samsara, y aspiremos a la Tierra Pura, el Nirvana. "Abandonar este mundo impuro" se refiere a abandonar nuestro viejo ser y renacer a nuestro Verdadero Ser (Amida), por medio del Nembutsu. Así, aunque nuestros cuerpos vivan en este Mundo Saha, nuestras mentes y corazones se encuentran siempre en la Tierra Pura, la Verdadera Naturaleza de este mundo. Esto es lo que nos quiere comunicar Ippen en la última línea, cuando dice: Cuando la Tierra y el reino son uno, estamos sentados en la gran asamblea del Buda Amida".
Aquí vemos la doctrina Tendai de la Iluminación Original, que postula que todos los seres están iluminados innatamente (todo es una manifestación de la Budeidad o Talidad - Unidad), pues poseen el Espíritu del Buda, su Naturaleza Búdica, pero lo desconocen por la Oscuridad de la Ignorancia Fundamental - han caído en el reino de la ilusión y la dualidad, el Samsara, dado a sus ilusiones, perdiendo su Unidad Fundamental, su Verdadera Naturaleza, aferrándose a su ser finito y falso. Vivimos nuestras vidas en el Samsara aferrándonos a nuestro ser finito y falso, nuestro ego, discriminando entre objetos en el reino de la dualidad. Este no es nuestro Verdadero Ser. Debemos despertar a nuestra Verdadera Naturaleza, nuestro Verdadero Ser, el Buda Amida. El Nembutsu, gracias a la Gracia del Buda Eterno Amida, nos permite trascender estas barreras ilusorias y ver la Verdadera Naturaleza de la Realidad y de nosotros mismos. Esto es solo posible por medio de la Fe. Como nos dice Ippen: "Debenos renacer por medio del Nombre". Al ser uno con el Nembutsu, somos abrazados por la Luz Infinita del Buda Eterno, para nunca ser abandonados, trascendiendo el reino de la dualidad y viendo nuestra total unidad con el Buda. Cada recitación posterior, en nuestra práctica, es entonces un acto de agradecimiento y una renovación de nuestro Voto del Bodhisattva en el momento presente.
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Para conocer más sobre estas enseñanzas, leer: Budismo de Sabiduría y Compasión: El Sutra del Loto a la Luz de las Enseñanzas Tierra Pura (Hikari Publishing, 2022) y Descubriendo Nuestro Verdadero Ser: Reflexiones sobre la Fe, la Práctica y la Espiritualidad Budista (Hikari Publishing, 2022).