Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 27 de febrero de 2024

Joyas de la Tesorería del Dharma: La Sabiduría del Maestro Ippen - La Vida del Buda es el Aire que Respiramos

 


Una de las ideas más interesantes del Santo Ippen fue la unidad de la Vida Infinita del Buda Amida y el aire que respiramos. Esta no es una idea única de Ippen, pues ya varios predecesores como el Gran Maestro Annen de la escuela Tendai y el monje Dohan de la escuela Shingon habían comparado la Vida del Buda con el aire. Ippen escribe:

"Amida es originalmente aire. El aire es el cuerpo del espacio sin límites (éter). El espacio sin límites es el cuerpo original, el verdadero cuerpo, del Dharmakaya...En el momento en que el Buda entra en los seres (son salvos), nuestra vida es la respiración. La respiración es aire; es el espacio sin límites. Por ello, las mentes de los seres son el cuerpo del Buda Amida".

Para Ippen, como para otros maestros, el aire simboliza la actividad salvífica del Buda Amida, su propia respiración, recitando su Nombre Sagrado (Nembutsu). Podemos entender este concepto cuando lo atamos a la meditación o al Nembutsu. Cuando inhalamos, inhalamos vida; cuando exhalamos, exhalamos muerte. La inhalación y la exhalación simbolizann uestro nacimiento y nuestra muerte constante en cada instante. Este [la respiración] ha sido un tema constante en la literatura meditativa de muchos maestros budistas a través de los siglos. La respiración es una forma de conectarnos con el eterno presente, y así como necesitamos del aire para mantenernos con vida, necesitamos de la Vida del Buda para realizar nuestra Vida Eterna; nuestra salvación y nuestro Despertar. Así como el aire se encuentra omnipresente en tod onuestro alrededor, de igual forma, la actividad salvífica del Buda se encuentra en todo nuestro alrededor y dentro de nosotros; nadamos en el Océano de la Gran Compasión del Buda, su Verdadero Cuerpo, que es el Universo. Nosotros somos como inhalaciones que son traídas a la vida por la actividad dinámica del Cosmos, y regresamos al mismo al momento de nuestra muerte. Como nos dice Ippen en otro escrito: a través del Sagrado Nombre, "regresamos a nuestra naturaleza original y a nuestro verdadero hogar".

Debemos recordar que el aire igualmente contiene vida, prana (chi o ki), la energía vital que mueve y mentiene todo en funcionamiento. Cuando inhalamos, respiramos vida; nos movemos con la vida, y la vida se mueve con nosotros. El Buda Amida es nuestro origen, nuestro centro y nuestro fin. Amida es la Vida Eterna que fluye a través del Cosmos y se manifiesta de infinitas formas, transformándose, y a su vez, es el proceso a través y por el cual alcanzamos nuestro Despertar. Así como necesitamos el aire para sobrevivir, necesitamos de la Gracia del Buda, su Vida Eterna, para alcanzar nuestro Despertar y poder vivir en este mundo. Como nos dice Ippen en un poema: "Mientras la respiración - de los seres vivos entre y salga - el viento de las enseñanzas de Amida - nunca cesará". El Nembutsu es el medio que nos permite trascender toda dualidad y accesar a la Unidad Fundamental, el Verdadero Cuerpo del Buda (Dharmakaya). Cada recitación es un momento de trascendencia. Solo debemos de abrir nuestros corazones y mentes y abrirnos a la experiencia trasnformadora del Buda y su Nombre Sagrado. Como nos dice el Maestro Kuya, otro hijiri que influenció a Ippen:

"Mi práctica meditativa es recitar el Santo Nombre del Buda Amida; por ello, incluso el mercado es mi salón de práctica. Mi contemplación del Buda es seguir mi voz con cada repetición del Nombre; por ello, mi respiración es un rosario (Juzu)...Dejo a la naturaleza mis pensamientos ,palabras y acciones, y el trabajo de la Iluminación dirige todos mis actos".