El Budismo, como toda religión, posee sus dogmas, doctrinas, enseñanzas y prácticas, aunque las mismas no hayan sido promulgadas al estilo occidental como el resto de las religiones. El Buda mismo dejó claro cuáles son los dogmas y las doctrinas budistas en sus últimos dos sermones, el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Esta Tesorería del Dharma fue pasada por transmisión discipular por Siglos en la Tradición Budista, aunque fue solo preservada por un grupo selecto de Grandes Maestros, siendo restaurada en China en el Siglo VI, por el Gran Maestro Chih-i, y perfeccionada en Japón en el Siglo IX, por el Gran Maestro Saicho. Sin embargo, la misma cayó en la oscuridad y el desconocimiento, dando como resultado una plétora de tradiciones y denominaciones budistas a través del tiempo, pero solo existe un Verdadero Budismo. Es por eso que es tan importante, en esta era de la información el dar a conocer el Verdadero Dharma a todas las personas.
Siguiendo la larga tradición de sistematización en el esfuerzo de aculturación de la Tradición del Loto, el Budismo del Loto Reformado hacen público sus Constituciones Dogmáticas sobre los Tres Tesoros. Una Constitución Dogmática es el pronunciamiento oficial y definitivo de una denominación o un grupo religioso sobre un tema en particular, estipulando los fundamentos religiosos, en este caso Budológicos (Teología Budista), sobre su comunidad. Las mismas se basan principalmente en los dos canales de transmisión: Las Escrituras Sagradas (Canon Budista), predominantemente en la Palabra del Buda contenida en los Sutras, y la Tradición Budista.
La primera, Buddhakaya: Constitución Dogmática sobre el Buda y la Naturaleza Búdica de la Escuela del Loto Reformada, detalla los fundamentos Budológicos sobre la figura central del Budismo y su objeto de devoción, el Buda, así como el Espíritu del Buda en todos los seres, su Naturaleza Búdica. En la misma, se presentan los dogmas y doctrinas sobrel a figura del Buda, su Triple Cuerpo (Trikaya). La misma nos muestra la Verdadera Naturaleza del Buda, del mundo, y de todos los seres, así como su Verdadera Misión, Legado y Testamento, detallando igualmente nuestro origen, propósito y meta final.
BUDDHAKAYA
Constitución Dogmática sobre el Buda y la Naturaleza Búdica
de la Escuela del Loto Reformada (Shingi Hokke Shu)
INTRODUCCIÓN
1. El Buda Eterno, habiéndose revelado y encarnado en
el mundo en la figura histórica del Buda Shakyamuni, y habiendo predicado su
Dharma Eterno para la salvación de todos los seres sintientes, estableció su
Orden o Sangha para preservar su Tesorería Dhármica y continuar su misión en
esta Tierra. Por ello, siendo fieles a nuestro Voto del Bodhisattva, como Hijos
del Buda en la Tradición del Loto, presentamos la auténtica doctrina budista
dada a nosotros por sucesión discipular, para que los Hijos del Buda esparcidos
por la Tierra y todos los seres sintientes, agobiados por el veneno de la Ignorancia
Fundamental y el sufrimiento, puedan escuchar el mensaje de salvación, y puedan
reconocer a su Padre Espiritual y recibir su Legado – el Verdadero Dharma.
CAPÍTULO 1
El Verdadero Buda
2. El Verdadero Budismo, preservado por la Tradición
del Loto y contenido hoy día en la escuela Tendai, cree y reconoce que solo hay
un Buda, el Buda Eterno, Quien ha Venido del Mundo de la Verdad (Tathagata),
Dios de Dioses (Devatideva, ver el Sutra Lalitavistara: 1), Digno
de Ofrendas (Arhat), de Conocimiento Correcto y Universal (Samyak-Sambuddha),
de Perfecta Claridad y Conducta (Vidyā-Charana-Sampanna), Bien Logrado (Sugata),
Quien Comprende el Mundo (Lokavid), Digno e Insuperable (Anuttara),
Entrenador de Personas (Purusha-Damya-Sārathi), Maestro de los Seres
Celestiales y Humanos (Shāstā-Deva-Manushyānām), el Honrado por el Mundo (Buddha-Bhagavat),
quien es Eterno (Nitya), Santo (Sadhu), Perfecto (Purna),
Único (Anuttama), Indivisible, Incomprensible, Omnipresente, Omnibenevolente,
Omnisciente, Omnipotente, Inmutable, Veraz, Providente, y Salvador, uno sin
segundo y la Totalidad de todas las Existencias y Actividades en el Universo, del
cual emanan todos los Budas y Bodhisattvas Celestiales y todo en el Cosmos (ver
Sutra de Mahavairocana: 1; y Sutra Vajrasekhara: 1), el cual es
su Samadhi Eterno. Es por eso que el Budismo es realmente Monobudista: cree y sigue
a un solo Buda, Fuente de Todos los Budas, la Esencia (Tathata) de la
cual toda la Existencia emana, el Buda Eterno. Todos estos Budas son,
consecuentemente, la misma Persona (Buda Eterno), personalmente distintos, y a
su vez, la misma Realidad manifestándose de múltiples formas. Es uno en Esencia
y propósito, pero múltiple en personalidades, todos manifestando diferentes
aspectos de la Mente Iluminada.
3. El Buda Eterno es coextensivo e idéntico al
Universo, por lo que todo existe dentro y es parte del Buda Eterno. Por ello,
el Buda Eterno no es una entidad espiritual que permea el Universo, sino que es
consustancial con el Universo mismo. Dado a que todas las cosas y seres son
parte del Buda Eterno, todas están indivisiblemente interrelacionadas e
interconectadas, siendo una sin perder su individualidad y especificidad,
siguiendo el Camino Medio. Es por ello que el Budismo es en última instancia Monista,
No-Dualista y Panenbudista.
4. El Buda Eterno se encuentra continuamente
revelándose y predicando su Dharma Eterno de Salvación, siendo cada elemento
dentro del Cosmos parte de su Predicación Eterna, a la vez que aparece y se
manifiesta en todos los rincones del Cosmos, realizando su misión dhármica de
salvación en respuesta al sufrimiento de los seres sintientes. El Buda Eterno,
así, predica su Dharma por medio de la Naturaleza y el Cosmos, así como asume
la forma de deidades, seres celestiales, hombres de fe, grandes maestros y una infinidad
de formas y nombres, asistido por sus Bodhisattvas, para guiar a los seres en
su plan de salvación.
5. En su infinita compasión y sabiduría, luego de
guiar por medio de múltiples formas y nombres a los seres de este mundo a
través de diferentes medios hábiles en el tiempo, cumpliendo su Voto Primal de
Salvar a Todos los Seres Sintientes, el Buda Eterno decidió revelarse
completamente y hacerse conocido, manifestándose en la Tierra y encarnando (Nirmanakaya)
hace más de 2,500 años en la India como el Buda Shakyamuni, de acuerdo con su
Plan Dhármico de Salvación, para salvar a todos los seres del Ciclo del
Samsara, aliviar sus sufrimientos, compartir su Gracia con todas sus criaturas
y encaminar a todos los seres a cumplir con su Summum Bonus, el
propósito más grande de la vida, que es alcanzar el Despertar Espiritual y ser
uno con el Buda Eterno – la Budeidad. El Buda fue perfecto hombre y la Verdad
misma, perfecto Buda. Por esto, era de este mundo, y a su vez, trascendente;
era la Verdad y la encarnación de la Verdad. El Buda fue la materialización de
la Verdad misma que apareció entre nosotros para hacerse conocida y revelarnos
que somos uno con ella. Es por eso que el Buda es el Tathagata, el Revelador de
la Verdad, y es el Camino, la Luz y la Vida. Dado a que todos participamos de
su Vida, como manifestaciones de la misma, la Verdad es inherente a nosotros,
por lo que debemos de seguir su Camino para descubrirla en nuestro interior.
La Fe en el Budismo no es nada más que esta
realización, dada como regalo, para que podamos traerla a nuestro momento
presente y vivirla - nuestra unidad fundamental con el Buda Eterno. Dado a que
la misma es intangible para la mayoría de las personas, la Verdad misma se
manifiesta y encarna y nos llama a comulgar con ella y guiarnos en su Camino.
El Buda Shakyamuni es una de esas manifestaciones universales - la
Manifestación Suprema - de la Verdad en el Cosmos en esta Tierra (Nirmanakaya),
por lo que es el objeto concreto de nuestra fe, así como lo son sus infinitas
manifestaciones Espirituales (Sambhogakaya), siendo esta Trinidad
Budológica a su vez un espejo de nuestra vida triuna: corpórea (Nirmanakaya),
espiritual (Sambhogakaya) y metafísica (Dharmakaya). Así, la Fe
Budista es la comunión de nosotros con el Buda en nuestros aspectos triunos. El
Buda Eterno, así, nació, creció, y vivió como uno de nosotros, mostrándonos con
su vida y ejemplo el Camino del Verdadero Dharma y que todos nosotros, al igual
que él, podemos descubrir el Espíritu del Buda (Buddhata) en nosotros,
nuestra Naturaleza Búdica (Tathagatagarbha), y alcanzar el Despertar y
la Budeidad. Mas el Buda fue mucho más que un hombre, siendo igualmente un
Buda, una manifestación y encarnación del Alma del Cosmos (Dharmakaya),
y con su encarnación, purificó este mundo, transformando la fábrica misma de la
Existencia, y dotó a todos los seres con su Gracia para que pudieran eliminar
la oscuridad de la Ignorancia Fundamental y alcanzar la salvación.
6. El Buda Eterno es una forma auto-manifestada del Cosmos
(Dharmadhatu) mismo, dado a que es la Manifestación de su Samadhi
Eterno, un Mandala, contiene un Orden Divino y se encuentra, en un ciclo
eterno, en Via Lucis o en Vías al Despertar, en una Budofanía, y el
Samsara es realmente el Nirvana, siendo la manifestación en el espacio y el
tiempo del ciclo eterno en el Proceso Dhármico del Despertar. Como nos dice el Sutra
de Mahavairocana: “Todas las actividades de su Cuerpo, todas las
actividades de su Palabra y todas las actividades de su Mente fueron vistas por
todos para revelar el Dharma continuamente a través de todos los reinos de los
seres” (Sutra de Mahavairocana, 1)
7. El Cosmos y todo en él en sus infinitas variedades
es la manifestación del Samadhi del Buda Eterno en una forma ordenada y
entendible, manifestándose como los Tres Aspectos de la Talidad (Tathata):
la Esencia del Buda Eterno, su Sabiduría y su Compasión, siendo la Esencia la
Consciencia Universal (Amala-Vijnana) o Energía de Vida de la cual emana
todo en el Cosmos en sus infinitas manifestaciones (sin perder su Unidad
Fundamental); su Sabiduría su infinita y múltiple manifestación ordenada e
inteligible; y su Compasión su concretización a la Existencia, con su eventual
manifestación y revelación a todos los seres. Por todo esto, el Cosmos y el
universo posee personalidad, orden y propósito, y todos los seres juegan un
papel importante en el mismo.
8. Ahora, si bien el Cosmos es una manifestación en el
espacio y el tiempo del Buda Eterno (ver Sutra Avatamsaka: 4) en su
Samadhi, el Buda no es un Dios Creador. El Cosmos y todos sus mundos surgen
espontánea y naturalmente como una expresión del Samadhi del Buda Eterno, por
medio de procesos naturales (personificados como dioses y seres divinos), de
forma ordenada e inteligible, y es guiado y controlado por el Karma y la meta
final del Despertar. Este es el Verdadero Vehículo Único (Ekayana), el
proceso del Cosmos de llegar al Despertar por medio del vehículo de la
conciencia individual de los seres sintientes. El Buda Eterno, en su infinita
providencia, por medio de su aparición y revelación, llama misericordiosamente
a todos los seres a reconocer su Unidad Fundamental y unirse en su obra eterna
de salvación, para permitirnos hacer de este mundo uno mejor, una Tierra Pura.
CAPÍTULO 2
Los Tres Cuerpos del Buda
9.
El Buda Eterno, siendo Uno, posee y se manifiesta en la Trinidad Búdica de los
Tres Cuerpos (Trikaya) que son triunos y consubstanciales, y de ellos,
surge la multiplicidad e infinidad de Budas y Bodhisattvas Celestiales. La
Esencia Unitaria del Buda Eterno (Svabhavikakaya), así como los Tres
Cuerpos, surgen del Dharmadhatu; son evoluciones (prtti) del Dharmadhatu
(ver Sutra de Lankavatara: 9). Existe en todo el mundo con el Dharmadhatu
como su propio ser; es una sabiduría inamovible, un cuerpo eterno del
Iluminado. Al ser absoluto, trasciende la comprensión y la especulación
humanas; es incognoscible, invisible, inconcebible, sin color ni forma. Además,
como hace del Dharmadhatu su propio Ser, es el fundamento y la base de
los otros dos cuerpos. Su Aspecto Absoluto es el Cuerpo del Dharma (Dharmakaya)
que emana del Cosmos (Dharmadhatu), el Reino Dhármico.
El Buda mismo nos habla de los Tres Cuerpos o Trikaya
en un sermón llamado el Sutra de los Tres Cuerpos, donde explica que el
Dharmakaya es como el espacio, el Sambhogakaya es como las nubes y el
Nirmanakaya es como la lluvia. El Trikaya también puede interpretarse
como una descripción de diferentes aspectos de la Iluminación o de la Budeidad
misma. El Dharmakaya, a veces traducido como “Cuerpo del Dharma”, o
“Cuerpo de la Verdad” o “Cuerpo de la Realidad”, generalmente se refiere a la
naturaleza esencial del Buda. El Sambhogakaya y el Nirmanakaya,
conocidos colectivamente como cuerpos de forma, se entienden como emanaciones
del Dharmakaya, o naturaleza esencial del Buda. En otras palabras, son las
manifestaciones de la actividad iluminada del Buda. El Sambhogakaya, a veces
traducido como “Cuerpo de Recompensa” o “Cuerpo Emanado”, es la forma de
aparición que el Buda adopta para los Bodhisattvas y practicantes en estados
meditativos o en sueños. El Nirmanakaya, a veces traducido como “Cuerpo
de Manifestación o Transformación” o “Cuerpo Encarnado”, es la forma física del
Buda que puede ser vista por cualquier ser sintiente. El Buda, que es capaz de
emanar en innumerables formas, lo hace para liberar a los seres a través de la
Iluminación y demostración del Dharma. Los Tres Cuerpos se consideran, en
última instancia, inseparables.
En el Sutra de los Tres Cuerpos leemos: “Hijo
de una familia noble, debes ver los Tres Cuerpos del Tathagata de la siguiente
manera. El Dharmakaya debe verse como aquello que es la Esencia del Tathagata.
El Sambhogakaya debe considerarse como la esencia de los Bodhisattvas. El
Nirmanakaya debe considerarse como la esencia de los seres ordinarios que se
comportan con devoción. Hijo de una familia noble, el Dharmakaya sigue siendo
la misma naturaleza para todos los Budas. El Sambhogakaya sigue siendo la misma
absorción meditativa de todos los Budas. El Nirmanakaya sigue siendo la misma
actividad despierta de todos los Budas.” (Sutra de los Tres Cuerpos).
10. El Cuerpo del Dharma (Dharmakaya) es Uno,
Increado, Indivisible, Eterno y Puro. El Dharmakaya es el Cosmos, compuesto de
los Seis Grandes Elementos (Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacuidad-Talidad, junto
a la Consciencia) sin exclusión, y a su vez, la Personalidad (Satya Atman o
Mahatman) del Buda, que es el universo mismo y todo lo que está en él; es
la esencia de la vida, la Verdad misma. Lo posee todo y no carece nada. El
Dharmakaya trasciende toda concepción humana. Es la Sustancia de la sabiduría
misma, y, como sustancia no tiene color ni forma ni va o viene de alguna parte,
por lo que se encuentra en todas partes, es en sí un aspecto no originado e
inextinguible, es decir, sin principio ni fin, que se encuentra en todas
partes, en todo momento y en todo lugar y se accede a él mediante la
investigación de nuestro propio ser. Este estado es inmutable ya que es
absoluto y no tiene límites creados por el tiempo o el espacio, es un algo que
no se puede definir ya que no existe forma de definir algo que no tiene
principio ni fin, y la única conceptualización posible se asocia con la pureza
primordial. El Dharmakaya posee dos aspectos inseparables: el Dharmakaya
Impersonal (Nirmala Tathata) y el Dharmakaya Personal o
Dharmakaya Hábil (Samala Tathata - todos los Budas). Pero tanto el
Dharmakaya Impersonal como el Dharmakaya Personal o Hábil se comunica con los
seres de innumerables formas: a través del mundo natural y el Cosmos y la
meditación, y la Revelación en el Canon Budista.
11. El Dharmakaya es el Espíritu del Buda
Eterno. La Esencia (Buddhata) del Buda lo llena todo y existe
eternamente por encima del concepto humano o de las dudas acerca de Buda ya que
es sustrato de todo fenómeno manifiesto y de todo ser sintiente siendo al mismo
tiempo todo cuanto existe y nada a la vez. Este cuerpo es representado por el
Buda Mahavairocana (Dainichi Nyorai). Por esto, la Tradición Budista nos
dice que existen dos tipos de Dharmakaya: el Dharmakaya de la Talidad,
la Realidad Ultima e impersonal; y el Dharmakaya de la Actividad Hábil o
Compasiva, la cual emana del Dharmakaya de la Talidad (Tathata) para
asumir forma y revelarse a los seres sintientes. Estos dos aspectos del
Dharmakaya corresponden a las dos cualidades principales de la Budeidad, la
Sabiduría y la Compasión, la Luz y la Vida.
12. El Sambhogakaya es la Palabra del Buda
Eterno, la naturaleza del Buda que emerge del Dharmakaya, dado a su compasión y
sabiduría, como un espíritu sin forma que se manifiesta con formas y símbolos
como el nacimiento y la muerte, hace votos, entrena y revela su nombre para
llevar a todos los seres al Despertar. Es el cuerpo o emanación compasiva del
Buda para aparecerse ante los seres en el espacio y el tiempo. La compasión es
la Esencia de su cuerpo y el espíritu del Buda busca innumerables formas, medios
hábiles y vehículos para instruir a los seres y llevarlos a la emancipación.
Como un fuego que una vez encendido no muere hasta su alimento se acaba, la
compasión del Buda no cesará hasta que las pasiones se hallan conquistado. Este
cuerpo es representado por el Buda Amida o el Buda de la Medicina, así como en
otros Budas Celestiales y Trascendentes, que son todos emanaciones hábiles del
Buda Eterno.
13. El Nirmanakaya es el Cuerpo del Buda
Eterno, que usa para bajar a los mundos y predicar el Dharma a todos los seres.
Es la potencialidad encarnada. La razón por la que se le llama también “Cuerpo
de Transformación” es que el Dharmadhatu, limitándose a sí mismo, se ha
transformado para aparecer en la forma física de un cuerpo humano. El Buda
Shakyamuni es el Nirmanakaya del Buda Eterno en la Tierra, y con su
encarnación, el Buda Eterno unió la aparente división dual que existe entre el
Nirvana, la Unidad, y el Samsara, la multiplicidad, mostrando que son uno en
Esencia. Pero su cuerpo encarnado era diferente al nuestro, pues el Buda es el
Alma del Cosmos, y todos nosotros, aunque poseamos su Espíritu y somos uno con
el Buda Eterno, no somos iguales al Buda Eterno, pues nuestra alma es una
concentración individualizada, manifestándose temporalmente dado a causas y
condiciones en el espacio y el tiempo, del Alma (Mahatman) del Buda
Eterno, por lo que somos finitos, mientras que el Buda es Infinito (ver Sutra
de Angulimala y Sutra del Nirvana).
14. Luego de todo esto, podemos ver que el Buda es uno
en Esencia, manteniendo su unidad, pero manifestándose en Tres Cuerpos y
múltiples personas (Budas). En otras palabras, el Buda es Tri-uno. De forma
hipostática, son un solo Ser que posee tres atributos y múltiples personas o
manifestaciones: el Dharmakaya o
el Cuerpo del Dharma, que es el Buda Eterno en Esencia; el Sambhogakaya
o el Cuerpo de Emanación, que se presenta de innumerables formas (como diferentes
Budas y Bodhisattvas) de acuerdo con las necesidades, capacidades y naturalezas
de los seres y que se encuentra igualmente en su Dharma, pues el Buda es el
Dharma Eterno manifestándose en el lenguaje y en el universo; y el Nirmanakaya
o Cuerpo Encarnado, como el Buda Shakyamuni, el cual encarna en los mundos en
la forma de los seres y predica el Dharma en su lenguaje. Pero todos proceden
del Buda Eterno, y son uno, en relación unos con otros, e inseparables, sin
oposición ni distinción en grados o superioridad, cada uno realizando el Voto
Primal de acuerdo con su personalidad única, con una sola meta o propósito, que
es el llevar a los seres al Despertar, por lo que el Buda nos revela en el Sutra
del Nirvana que el verdadero objeto de devoción y el Verdadero Refugio es
el Buda Eterno, el Dharmakaya. No confesamos la veneración a varios Budas, sino
a un solo Buda, el Buda Eterno. Con esto, cualquier persona que rinde devoción
a un Buda, rinde devoción a todos los Budas: el Buda Eterno. Toda discusión
sobre la superioridad de un Buda sobre otro solo refleja ignorancia y fanatismo
y un entendimiento pobre del Verdadero Dharma del Buda.
15. Podemos usar varias analogías para ilustrar y
entender mejor este concepto, aunque debemos aceptar que la Triunidad del Buda
es un Misterio, que merece nuestra aceptación con fe, tanto como nuestra
admiración. Entre ellas podemos encontrar las siguientes comparaciones: el Sol,
sus rayos y la luz; la raíz, el tronco y sus ramas; el océano, los ríos y los
riachuelos; y el fuego, y la luz y el calor que emanan del mismo.
16. El Sol es la fuente de toda luz en el mundo,
emanando sus rayos por toda la Tierra; de igual forma, el Buda Eterno (Dharmakaya)
es la fuente de todos los rayos (Budas, como Sambhogakayas) que otorgan el
calor en el mundo (Nirmanakayas). Si bien no podemos ver directamente el
Sol, podemos ver sus rayos, y sobre todo, sentirnos cobijados en su calor, en
el Buda, y su Dharma. Lo mismo aplica a la analogía del fuego. Usando la
analogía del árbol, el Buda Eterno (Dharmakaya) es el que genera y
mantiene todo el tronco (Sambhogakaya) y sus ramas (Nirmanakaya),
pero el árbol es solo uno. De igual forma, la raíz (Buda Eterno) es lo que da
vida y mantiene todo el tronco (Cosmos o Dharmadhatu), y todos los seres
son sus ramas. Usando la analogía del océano, toda el agua del mundo es una (Dharmakaya),
aunque las diferentes rutas por las que pasa (Sambhogakaya) adquieran su
propio sabor, y fluya y se encuentre en diferentes formas (riachuelos y lagos).
De igual manera, aunque hay muchos lagos y ríos (enseñanzas o denominaciones
budistas), todas fluyen a un solo océano (Verdadero Dharma).
17. Esto igualmente nos muestra que, como el Buda
revela en el Sutra del Loto, todas las religiones provienen de
diferentes revelaciones hábiles (ver Sutra de Angulimala y Sutra del
Loto), pero todas llevan a los seres finalmente a una sola religión, el
Verdadero Budismo. No obstante, esto no significa que hoy día todas representen
la Verdad, pues no podemos olvidar la Jerarquía de la Verdad, la cual sostiene
que de todas las enseñanzas (religiones y filosofías provisionales) en la
Tierra predicadas por las diferentes manifestaciones hábiles del Buda Eterno,
solo el Dharma Eterno del Buda, sus Enseñanzas Perfectas y Completas del Sutra
Avatamsaka (que representa al Buda Eterno y su Dharmakaya), el Sutra
del Loto (que representa su Dharma Eterno o Sambhogakaya) y el Sutra
del Nirvana (que representa su Sangha Eterna o Nirmanakaya, su
Cuerpo en el Mundo), son su Verdadero Dharma – la Verdad Suprema.
18. Así, aunque el Buda Eterno existe fuera en el
Cosmos, guiando nuestros pasos, siendo trascendente, también se encuentra
dentro de todos los seres sintientes, siendo a su vez inmanente. Como el Buda
Eterno, el Buda es la Energía de Vida (Dharmakaya) de la cual emana y
que anima todo en el Cosmos; el Fundamento de la Existencia. Por ello, el Buda
Eterno también se encuentra entre nosotros (Sambhogakaya), guiando
nuestros pasos y apareciendo en los mundos en su forma encarnada (Nirmanakaya)
para revelarnos su Dharma de Salvación. Pero no debemos olvidar que, como Hijos
del Buda, todos tenemos el Espíritu del Buda dentro de nosotros, nuestra
Naturaleza Búdica, la cual nos permite alcanzar el Despertar Espiritual y ser
uno con el Buda. Todo el Cosmos y sus seres se encuentran dentro de la Esencia
del Buda Eterno, y son sus manifestaciones, atributos y actividades. El cuerpo
humano mismo entonces refleja los Tres Cuerpos: el Nirmanakaya es su cuerpo
físico, a imagen y naturaleza del Buda Eterno; su Espíritu es el Sambhogakaya,
su Naturaleza Búdica, la vida individual que es parte de la Vida Eterna del
Buda; y el Dharmakaya es su Verdadera Naturaleza.
19. Por todo esto, cuando hablamos del Buda Eterno,
hablamos de la Energía de Vida Mística que existe dentro del Buda, revelada en
el Dharma, y que encuentra su comunidad o iglesia universal, compuesta por sus
sacerdotes y sus devotos, su Sangha.
20. No obstante, debemos de siempre tener en mente
que, no importa cuánto hablemos de la Budología de los Tres Cuerpos, toda
descripción será solo ilustrativa y no exhaustiva, pues esto es, como muchas
cosas relacionadas con el Buda Eterno, un misterio que escapa nuestro
entendimiento dado a nuestras mentes finitas y humanas. Podemos acercarnos a
entender estos misterios, pero nunca dominarlos. Pero dado a que el Buda desea
que lo comprendamos y lo sigamos, nos revela los secretos de su Verdadera
Esencia para que nos familiaricemos con él, nuestro Padre Espiritual. Por ello,
desciende a nuestro nivel y nos revela los misterios de su Verdadera Naturaleza
por medio de parábolas, historias y sermones, sacados de la experiencia humana.
Por esto, debemos de acercarnos a estas enseñanzas con un corazón y una mente
abierta, pero sobre todo, con mucha humildad.
21. Por todo esto, podemos ver que
solo existe un Buda, el Buda Eterno, del cual emanan todos los Budas en las
Diez Direcciones y los Tres Tiempos – esto es el Monobudismo. Este es el
Verdadero Refugio y el verdadero objeto de devoción de la Fe Budista.
CAPÍTULO 3
El Despertar del Buda y su Importancia en el Mundo
22.
El Buda Eterno hizo un Voto Primal, que surgió espontáneamente desde el Centro
de su Ser en respuesta al sufrimiento y la Ignorancia de los seres, de salvar a
todos y cada uno de los seres sintientes de las garras de la Ignorancia y el
sufrimiento y llevarlos al Despertar, la salvación de la rueda interminable de
nacimientos y muertes del Samsara. Es el Voto Primal que surge del Corazón
mismo de la Existencia lo que anima a todas las criaturas y les dota del
Espíritu del Buda, su Naturaleza Búdica. Como nos dice el Buda en el Sutra
del Loto: “Todos los días pienso: '¿Cómo puedo guiar a todos los seres
vivientes a entrar en el Camino insuperable para adquirir rápidamente el cuerpo
de un Buda?'” (Sutra del Loto: 16) La Tradición Budista nos dice que es
raro nacer en una vida humana, pero es aún más raro el que aparezca un Buda en
un mundo. Los Budas aparecen en los mundos una vez se dan las circunstancias
necesarias y los seres están listos para aceptar su existencia y revelación y
abrazar su Dharma. Por ello, antes de su aparición, los Budas se manifiestan
hábilmente en diferentes tiempos, con diversos nombres y formas y predican un
Proto-Dharma para guiar a los seres por el camino del bien, alejarlos del mal,
y preparar sus mentes y corazones para su eventual aparición como un Buda. Podemos
ver pistas de su rol salvador trinitario en el Universo y en sus revelaciones
anteriores a su Revelación Dhármica. Esta es la raíz de la mayoría de las
filosofías y religiones positivas e históricas de la humanidad. Solo el
Verdadero Dharma Eterno, el Budismo, puede llevar segura y finalmente a los
seres al Despertar y la salvación.
23. La Tradición también nos dice que, si bien es raro
que aparezca un Buda en el mundo, es aún más raro el que predique su Verdadero
Dharma. Con su Despertar en esta Tierra, el Buda Shakyamuni logró
transfigurarse y asumir total plenitud de su Completa Budeidad como el Buda
Eterno, descartando temporalmente su forma hábil terrenal, pronunciando con su
Voz Dorada su primer sermón, el Sutra Avatamsaka, en lo que hoy conocemos
como el Sermón de la Guirnalda de Flores. Con este primer sermón en este
sistema mundial, el Buda colocó la Semilla del Despertar, su Espíritu – nuestra
Naturaleza Búdica – en el corazón de todos los seres.
24.
Tras su Despertar, el Buda, quien desde entonces es conocido en nuestro mundo como
el Buda Shakyamuni, el Sabio de los Shakyas, transformó nuestro sistema
mundial, permitiéndole a todos los seres – con su aparición, la conquista de
Mara (la Ilusión y el Pecado), y su Despertar – alcanzar en el futuro el
Despertar de la Budeidad. Con ello, el Buda hizo una apertura, abrió una
posibilidad, en el Velo de la Ignorancia que cubre los ojos, las mentes y los
corazones de todos los seres; que cubre su Naturaleza Búdica, y desde ese
entonces, todos los seres pueden acceder a la salvación. Ahora, gracias al
Despertar del Buda, podemos participar de su Vida Eterna y hacer su vida una
realidad en la nuestra. Por todo esto, esto fue un evento con repercusiones
cósmicas cuya importancia no somos capaces de vislumbrar.
25.
El Despertar del Buda fue nuestro Despertar, y desde entonces, todos poseemos
el más grande regalo, su Espíritu: nuestra Naturaleza Búdica, y este regalo
puede ser descubierto por medio de su Dharma Eterno y su Orden, la Sangha. La
forma en la cual podemos acceder a nuestro regalo, nuestra salvación, es por
medio de la comunión con el Buda Eterno, ya sea por medio de la Meditación,
el Nembutsu (Recitación del Nombre Sagrado del Buda) y alguna otra
práctica devocional budista. Por medio de los Mandamientos Budistas o Preceptos,
podemos actuar como un Buda; por medio de la Liturgia y la recitación de
Sutras, podemos hablar como un Buda; y por medio de la meditación en la vida
diaria y el Nembutsu, podemos pensar como un Buda. Todo esto nos permite unir
nuestros cuerpos, palabras y pensamientos y actuar de acuerdo con las Acciones,
Palabras y Pensamientos del Buda Eterno, realizando su Voluntad con compasión y
sabiduría en el mundo.
26.
Nuestro Despertar no se da en un solo instante; no es un momento en nuestra
práctica que alcanzamos y todo termina. El Despertar es un proceso, no una meta
ni un momento, que se desenvuelve en la totalidad del transcurso de nuestras
múltiples vidas. Igualmente, el Despertar no es algo que logramos solos, sino
que se da en comunidad, con todos los seres sintientes. Es por esto que uno de
los Tres Tesoros, junto con el Buda Eterno y su Dharma, es la Sangha, la
comunidad de sacerdotes y creyentes budistas; la Familia del Buda; su Iglesia
en la Tierra. Nuestra Naturaleza Búdica, dada como regalo por el Buda en el
momento de su Despertar, nos llama a seguir los pasos del Buda, a comulgar con
su Esencia, y realizar nuestro mayor potencial: ser Hijos del Buda –
Bodhisattvas - y realizar su labor dhármica en la Tierra.
27.
Nuestro proceso al Despertar es un proceso y un movimiento continuo hacia el
Buda Eterno. El mismo es uno de sinergia: la unión de nuestros esfuerzos con la
Gracia o el esfuerzo del Voto Primal del Buda Eterno. Esta es la Budosis
(Atma Paramita): nuestro Despertar como Budas.
28.
Dado a que el Buda fue la encarnación del Alma del Cosmos, el Buda Shakyamuni
no murió (Parinirvana). Como nos dice el Buda en el Sutra del Loto:
“Ha pasado un período de tiempo inmensamente largo desde que me convertí en
Buda. Mi esperanza de vida es inconmensurable asamkhya kalpas. Eterno e
inmortal, siempre he estado morando aquí sin entrar nunca en el Parinirvana”. (Sutra
del Loto, 16). Tras su aparente muerte, la cual fue mostrada como medio
hábil, su Espíritu se mantiene en el mundo en su Gracia, en su Dharma y en su
Sangha, los Tres Tesoros.
29. El Buda es verdaderamente el protector, pues nos
protege de los males externos e internos, como nuestro mal karma, productos de
la ilusión y de los malos patrones habituales de la mente. Igualmente, el Buda
es nuestro Refugio. ¿Qué es un refugio? Es un lugar o una persona a donde vamos
para protegernos y sentirnos cuidados; es un oasis en medio del mar turbulento
de la vida; es nuestra fuente y nuestro Verdadero Ser. Es por eso que el Buda
posee las tres cualidades de Padre, pues es el padre espiritual de todos
los seres; posee la cualidad del Maestro, pues nos predica su Dharma
Eterno de Salvación; y posee la cualidad del Soberano pues es el
Verdadero Rey del Cosmos. Finalmente, todo esto nos muestra que el Buda es
nuestro Verdadero Salvador, pues los dioses nos pueden salvar de muchas
aflicciones en la vida, pero solo el Buda nos puede otorgar su Vida Eterna y la
salvación de la oscuridad de la Ignorancia y el océano de nacimientos y muertes
dentro de la Rueda del Samsara.
30.
Gracias a todo esto, vemos que el Buda Eterno, siendo trascendente,
omnipotente, omnisciente y omnipresente, no es algo alejado de nosotros, una
fuerza impersonal – no es un algo, sino un alguien – por lo que se encuentra
constantemente envuelto en el mundo y guiándonos en nuestras vidas, por lo que
es igualmente inmanente y su Espíritu mora en todos los seres en su Naturaleza
Búdica.
31. Tras su Despertar en este mundo, el Buda predicó su Dharma Eterno de acuerdo con su Plan Dhármico de Salvación, el cual es presentado por la escuela Tendai como el Esquema de los Cinco Periodos y Ocho Enseñanzas. Este Plan Dhármico fue diseñado hábilmente por el Buda para llevar a los seres gradualmente a abrir sus mentes y corazones y purificar sus concepciones sobre la vida y sí mismos y pudieran vislumbrar poco a poco la Verdad de su Revelación, la cual fue revelada completamente en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana, el Legado y Testamento del Buda en el Mundo y su Verdadero Dharma. Así, todos los Sutras o enseñanzas anteriores del Buda en sus primeros cuarenta años, tanto Hinayana como Mahayana, así como los Tres Vehículos (Shravaka, Pratyekabuddha y Bodhisattva) fueron provisionales, expedientes y temporales, para poder preparar a los seres para su Revelación Final contenida en el Sutra del Loto y el Sutra del Nirvana. Este es el Verdadero Budismo, el Vehículo Único – el Ekayana, preservado y custodiado por la Tradición del Loto contenida hoy día por la escuela Tendai. Como nos dice el Buda en el Sutra del Loto: “En esencia, he revelado y expuesto todas las enseñanzas del Tathagata, todos los Poderes Divinos del Tathagata, todos los Tesoros Secretos del Tathagata y todos los profundos acontecimientos históricos del Tathagata en el Sutra del Loto”. (Sutra del Loto, 21). “A los que no han obtenido la liberación, yo los libraré. A aquellos que no han sido iluminados, Yo los iluminaré. A aquellos que no han sido pacíficos, les otorgaré paz. A aquellos que aún no han alcanzado el Nirvana, los guiaré hacia el Nirvana. Entiendo las vidas presentes y futuras tal como son. Yo soy el Omnisciente. Yo soy el Omnispectivo. Conozco el Camino, abro el Camino y lo explico. ¡Todos ustedes, dioses celestiales, humanos y asuras, vengan a mí y escuchen mi Dharma!” (Sutra del Loto, 5).
32.
Todo en el Cosmos, al igual que las Cuatro Marcas del Samsara, existen con el
propósito de permitirnos alcanzar nuestro Despertar; son elementos dentro de la
Consciencia Universal para permitirle al Buda Eterno reflexionar y progresar
hacia su Despertar; para el Tathata, por medio de los muchos (seres
sintientes), pueda reconocer el Uno (Buda Eterno).
CAPÍTULO 4
La Naturaleza Búdica
33.
Dado a que todos somos uno con el Buda Eterno y que el Cosmos es su Samadhi
Eterno, todos poseemos el Espíritu del Buda (Buddhata), nuestra
Naturaleza Búdica (Tathagatagarbha), la cual es la Semilla del
Despertar. Esta es la causa indirecta de nuestra Budeidad o unidad con el Buda.
Pero igualmente, dado a que poseemos el Espíritu del Buda Eterno y somos uno
con el mismo, poseemos innatamente el deseo de alcanzar nuestra Budeidad. Esta
es la causa directa de la misma. Cuando alcanzamos nuestro Despertar, podemos
transformar las Cuatro Marcas del Samsara de la Impermanencia (Anicca),
el Sufrimiento (Dukkha), la Impureza (Mala) y el No-Ser (Anatman)
en las Cuatro Marcas del Nirvana de Eternidad (Nitya), Felicidad (Sukkah),
Pureza (Suddha) y Verdadero Ser (Mahatman o Satya Atman).
34.
Es cierto que los seres humanos están inmersos en el Mundo del Sufrimiento y
están muy alejados del Mundo del Buda. Pero vista desde el punto de vista
último, el Samsara, la esencia de la mente humana, es transparentemente
luminosa; ha perdido su luz sólo porque está cubierta de contaminación
adventicia. Cuando se ha eliminado la impureza adventicia, la Verdadera Mente o
Naturaleza Búdica se hace evidente. Ningún ser vivo puede existir fuera del
mundo de lo Absoluto (Tathata); no pueden escapar del Dharmadhatu.
Así como los pájaros vuelan libremente en el aire, todos los seres sintientes
respiran la dentro del Cuerpo del Buda Eterno. Así como todas las cosas están
llenas de aire, todos los seres vivientes están llenos de la Naturaleza Búdica.
Debido a que todos los seres vivientes poseen esa
Naturaleza Búdica oculta dentro de sí mismos, se les considera como el germen
que produce al Buda. Por lo tanto, se dice que todo ser viviente es un Tathagatagarbha;
poseen el Espíritu del Buda Eterno y pueden volverse uno con el Buda. Si bien
todos los seres poseen el Espíritu del Buda, su Naturaleza Búdica, la misma se
encuentra oscurecida por los deseos, pasiones, mal karma y las limitaciones de
la Existencia, al igual que el Sol es oscurecido por las nubes. No obstante,
nuestra Verdadera Naturaleza es eterna, luminosa, incambiable, impoluta e
incorruptible. Nuestra consciencia es nuestra Naturaleza Búdica, el Espíritu (y
por ello el llamado) del Buda Eterno. Este es nuestro Verdadero Ser.
35.
El Buda predicó la inexistencia del Ser (Anatman) el principio y en el
medio de su Ministerio Público, cuando predicó los Sutras Agamas o Hinayana y
los Sutras Mahayanas Provisionales para refutar las ideas erróneas del Ser o el
Alma que existían en su tiempo y pavimentar el camino para la revelación del
Verdadero Ser, la Naturaleza Búdica, el Espíritu del Buda dentro de todos los
seres, que reveló posteriormente en su ministerio, como en el Sutra de
Angulimala, y confirmó cerca del final de su vida terrenal y física en este
mundo en el Sutra del Nirvana, como nos dice el Buda: “Dado a que el
Verdadero Ser es diferente al Ser predicado por los otros maestros y personas
del mundo, el Buda predicó inicialmente el No-Ser…Entiendan que el Ser es real,
permanente y no está sujeto a cambios ni a la destrucción, poseyendo buenas
cualidades y soberanía. Como el doctor versado en todas las medicinas, el Buda
igualmente enseña el Verdadero Dharma por el bien de todos los seres sintientes…Yo
realmente no enseño que no existe el Ser, sino que revelo que todos los seres
poseen la Naturaleza Búdica. ¿No es la Naturaleza Búdica el Ser? Por ello, no
predico una enseñanza nihilista…Solo los tontos se aferran a la enseñanza de
que no existe el Ser; los sabios conocen que la existencia del Ser y la no
existencia del ser es no-dual” (Sutra del Nirvana: 22). La diferencia
entre el Verdadero Ser y el ser falso [de otras religiones y filosofías] es que
el Verdadero Ser es a su vez uno con todos los seres y con el Buda Eterno, y es
muchos y se encuentra dentro de todos los seres sintientes. Este es el Ser que
alcanza el Despertar y la Budeidad y continúa realizando la labor del Buda, el
Camino del Bodhisattva, en el Cosmos.
36. El Buda Eterno, por medio del Buda Shakyamuni en
el Sutra del Loto, profetizó el Despertar de todos los seres, por lo que
nuestra salvación está asegurada. Como
nos dice el Buda en el Sutra del Loto: “¡Ya que todos ustedes están
despiertos al hecho de que todos los Budas, los Maestros de los Mundos, aplican
los medios hábiles para enseñar el Dharma, no tengan más dudas y dejen que sus
corazones se llenen de inmensa alegría! ¡Porque sabéis que vosotros también os
convertiréis en Budas!” (Sutra del Loto: 2). Este es el Despertar
inmanifiesto, que debemos de hacer manifiesto por medio de la fe, el estudio y
la práctica budista.
37.
Debido a que todos los seres poseen el Espíritu del Buda Eterno, su Naturaleza
Búdica, todos pueden descubrir al Buda Eterno en su corazón, comprobar la
veracidad del Dharma, y comulgar con el Buda Eterno por medio de la Meditación
y la Práctica Budista. Esto nos permite comulgar con el Buda Eterno y conectar
con nuestra Verdadera Naturaleza, manifestando nuestra Budeidad Innata en el
mundo. La salvación en el Verdadero Budismo es un proceso sinergético entre la
Gracia del Buda Eterno y el esfuerzo individual, por lo cual ambos son
necesarios (y en esencia son uno). El Buda Eterno, en su infinita sabiduría,
hace uso de la cooperación de todos los seres sintientes, en un vestigio de su
misericordia, compasión y bondad, pues el Buda no solo trae a los seres a la
Existencia, sino que les otorga la dignidad de actuar libremente, cooperando en
su Plan Dhármico, actuando como sus Hijos, Bodhisattvas, en su salvación. De
hecho, todos ya hemos sido salvos, pues nuestro Despertar y Renacimiento ya han
sido asegurados por el Buda, por lo que toda práctica budista es solo su
actualización, voluntaria, en respuesta de gratitud, y para cumplir nuestro
compromiso como Hijos del Buda, Bodhisattvas, en la salvación de todos los
seres sintientes, y para hacer de este mundo una Tierra Pura.
38. Cuando comulgamos con el Buda Eterno, manifestamos nuestra Naturaleza Búdica y nos alineamos con el orden iluminado del Universo, manifestando nuestra Verdadera Naturaleza, actuando con mayor sabiduría y compasión en el mundo. Así, manifestamos nuestra Budeidad Innata cuando pensamos, hablamos y actuamos de acuerdo como el Buda Eterno, permitiéndonos alcanzar nuestro Despertar y nuestra Budeidad en esta vida y en este cuerpo.
39. El Buda Eterno es nuestro Padre Espiritual porque todo tiene su origen y su fin dentro del Buda, así como todos procedemos del Buda, por lo que todos somos sus hijos, y porque el Buda nos ama y nos protege como un padre lo haría con sus hijos. Esto nos llama a tener una relación íntima con el Buda, y a conversar con él por medio de su Palabra, contenida en el Canon Budista. Esto nos lleva a tomar toda su Palabra con fe, a unirnos a su Familia, la Sangha, y vivir vidas comprometidas a realizar su labor dhármica por todo el mundo.
40. El Budismo, sin el Buda Eterno, no tiene sentido, pues es la figura del Buda la que designa la actividad iluminada inherente en el Cosmos y en todos los seres sintientes. Cuando tomamos Refugio en el Buda Eterno, el Buda igualmente toma refugio en nosotros, pues es a través de nosotros que continúa su actividad salvífica iluminada. La aparición del Buda en la Tierra es el comienzo de una nueva vida, una vida espiritual. Su encarnación en este mundo es una historia de amor, donde el Buda Eterno aparece ente nosotros y vive entre nosotros, invitándonos a ser íntimos con él, su amigo, revelándonos su Dharma Eterno, para que todos podamos alcanzar nuestro Despertar, nuestra salvación, y para que todos podamos vivir como sus Hijos, Bodhisattvas, realizando con su Gracia su obra en la Tierra. Esta es la buena nueva que debemos de compartir, respirar y vivir en todo momento.
* * *
* Este documento titulado Buddhakaya: Constitución
Dogmática sobre el Buda y la Naturaleza Búdica no refleja necesariamente
las doctrinas y enseñanzas de la escuela Tendai en Japón, sino que son los
fundamentos budológicos y dogmáticos encontrados en el Canon y la Tradición,
por lo que son los profesados por el Templo Tendai de Puerto Rico y su Sangha
Hispana.
Este material fue publicado para uso exclusivo en Catecismos del Templo Tendai de Puerto Rico y Sanghas afiliadas.
Para más información:
•
Templo
Tendai de Puerto Rico - templotendaipr@gmail.com Facebook – www.facebook.com/tendaipr
Sitio Web Oficial del Templo Tendai de Puerto Rico – www.tendaipr.com Myoren – www.budismojapones.com