El Santo Ippen mantuvo las enseñanzas budistas de la Tradición del Loto (Tendai) muy cerca de su corazón toda su vida, y su influencia se ve en su acercamiento al Renacimiento en la Tierra Pura. En el Budismo, una Tierra Pura es un lugar trascendente fuera del espacio yel tiempo - fuera del Samsara - creado por el poder, los votos y los méritos de un Buda. En este lugar, existen las condiciones necesarias para alcanzar nuestro Despertar Espiritual, la Budeidad. El Buda Amida, en su carrera salvífica, creó una Tierra Pura llamada Sukhavati, o la Tierra Pura de la Bienaventuranza, donde los seres pueden renacer si recitan su Sagrado Nombre (Nembutsu - "Namu Amida Butsu") al menos diez veces con total fe y confianza en su poder salvífico. Tradicionalmente, se ha considerado que el Renacimiento ocurre tras la muerte. Al final de sus vidas, los devotos son recibidos por el Buda Amida y los Bodhisattvas Kannon y Seishi (Avalokiteshvara y Mahasthamamprapta) y un gran séquito de santos, o Renacen en flores de loto en uno de los estanques de la Tierra Pura. Pero para Ippen, como lo fue para muchos maestros Tendai, el Renacimiento ocurre realmente en esta vida. Entre sus escritos, leemos:
"Para un devoto que recita el Nombre con el Otro Poder, su cuerpo puede vivir en este mundo impuro por un tiempo, pero su corazón ya ha alcanzado el Renacimiento y mora en la Tierra Pura. Todos deben realizar esta gran verdad con fe".
El recitar el Sagrado Nombre (Nembutsu) con el Otro Poder (Tariki) significa el descartar nuestro ser finito y falso en el proceso; es recitar el Sagrado Nombre sin pensar que nuestros esfuerzos alcanzarán nuestro Renacimiento; es depositar todo nuestro conrazón y fe en la Gracia del Buda Amida. Este es el verdadero Renacimiento. Por otro lado, recitar el Sagrado Nombre con el Poder Propio (Jiriki) significa el pensar que somos nosotros quienes merecemos o logramos nuestro Renacimiento por medio de nuestros esfuerzos. Este es un falso Renacimiento, pues solo genera dudas y ansiedad, pues nuestras mentes finitas y nuestros corazones desconfiados siempre se preguntarán si lo han alcanzado, y cuando hacemos un profundo examen sobre nuestro finito y falso ser, podemos ver que nos es imposible, pues, ¿cómo podemos alcanzar tal sublime experiencia redentora si nuestros cuerpos, mentes y corazones son tan negativos y corruptos?
La verdadera práctica del Nembutsu, como la verdadera práctica de la Meditación, es un Sacramento Budista, una comunión con el Buda Eterno (Amida), que es el Alma del Cosmos, y a su vez, el Espíritu del Buda en nuestro corazón - nuestra Naturaleza Búdica - nuestro Verdadero Ser. Cuando recitamos el Sagrado Nombre confiando en la Gracia del Buda, experimentamos el verdadero Renacimiento y obtenemos la Mente Verdadera (Shinjin), esto es, nos unimos al Buda Amida y somos uno con el Buda. Esto nos permite ver que nuestro Renacimiento ya había sido dado como un regalo desde el principio del tiempo, sin merecerlo, gracias a la infinita misericordia y amor del Buda por todos los seres. En ese instantem ya no hay dudas; hemos alcanzado nuestro Renacimiento, y podemos experimentar la Luz Infinita del Buda y la paz y calma de la Tierra Pura en esta vida, en el momento presente. Así, aunque aún vivamos físicamente en este Mundo Saha, en el Samsara, nuestros corazones y mentes ya se encuentran en la Tierra Pura. Entonces, ya no esperamos la llegada del Buda Amida y sus santos al momento de nuestra muerte, sino que vemos que es el Buda Amida quien entonces espera por nosotros, como nos dice el Santo Ippen en otra de sus enseñanzas:
"Muchas veces creemos que si un devoto espera con expectativa, será recibido por el Buda al momento de su muerte. Pero si, aun si tras tanta espera recibieras su bienvenida, aún ocurriría dentro de los Tres Mundos de la existencia samsárica. Recitar el Nombre es la verdadadera bienvenida del Buda. Cuando realizas que la recitación del Nombre es en sí mismo la bienvenida del Buda, entonces su llegada está asegurada; por el contrario, eras esperado".
Algunas denominaciones budistas, como las escuelas independientes Tierra Pura (Jodo Shu y Jodo Shinshu) ven el Renacimiento como algo post mórtem, y esperan la llegada literal del Buda y su santo séquito al momento de la muerte, pero Ippen nos dice que este es un entendimiento fundamentalista y errado; refleja una comprensión mundana. La verdadera llegada del Buda ocurre cuando aceptamos al Buda en nuestro corazón y recitamos por primera vez el primer Verdadero Nembutsu; esto es, cuando es el Buda quien lo recita a través de nosotros, siendo uno con su trabajo de salvación.
El Buda Eterno, desde el principio del tiempo, hizo el Voto de Salvar a Todos los Seres. Este es el Voto Primal, por lo que apareció en el Cosmos como el Buda Amida, el Buda de la Luz y la Vida Infinita, y nos entregó por medio de su encarnación como el Buda Shakyamuni en esta Tierra su Sagrado Nombre para que todos seamos salvos y alcancemos nuestro Despertar. Este Despertar es realizado cuando Renacemos en Esta Vida como verdaderos Hijos del Buda; cuando aceptamos completamente en cuerpo, mente y espíritu al Buda en nosotros. Esto no es algo que nosotros pedimos, sino que ya nos ha sido dado, y el Buda espera que recibamos - el Buda espera pacientemente, siempre a nuestro lado, a que recibamos su Gracia y permitamos que trabaje en nuestras vidas. Cuando lo permitimos, podemos experimentar la gloria de la Tierra Pura en este momento y en esta vida, hasta que al final de nuestras vidas, con nuestra última exhalación, seamos como gotas de agua que se funden en un Gran Océano - el Nirvana. Ya no esperamos al Buda, sino que vemos que el Buda es quien nos está esperando.
Cuando aceptamos al Buda, renacemos como verdaderos budistas, como Hijos del Buda. Esta es una experiencia transformadora que le da un completo giro a nuestra vida interior, y nos da la fuerza y la confianza para poder continuar viviendo en el Samsara, realizando la Voluntad del Buda en el Cosmos.
Este entendimiento del funcionamiento de la Promesa de la Gran Compasión del Buda hacia todos los seres es radical, pues nos muestra la Unidad Fundamental entre el Buda y todos los seres, entre el Nirvana y el Samsara, y entre la práctica y su realización, y solo se encuentra en la Tradición del Loto de la escuela Tendai.