El Dharma del Buda no es una doctrina estática ni exclusiva de un solo pueblo o cultura. A lo largo de su historia, el Budismo ha demostrado ser un camino universal, capaz de arraigarse en distintas sociedades sin perder su esencia. Esta capacidad de adaptación es lo que ha permitido su expansión y vigencia a lo largo del tiempo.
Cuando el Budismo cruzó las fronteras de la India, no llevó consigo un apego al sánscrito ni al prakrit como idiomas sagrados; al llegar a China, se expresó en chino; al llegar a Japón, adoptó el japonés. ¿Por qué entonces, en el mundo hispano, deberíamos mantener el japonés como lengua litúrgica si nuestro propósito es hacer accesible el Dharma a todos los seres?
El Buda enseñó para que todos los seres pudieran comprender el camino hacia la Iluminación, y para ello debemos hablar en el idioma que cada persona entiende en su corazón. Por esta razón, la Escuela del Loto Reformada sostiene que la enseñanza y la liturgia deben realizarse en español, la lengua natural de quienes estudian y practican el Dharma en los países hispanohablantes.
Siguiendo el Ejemplo del Buda: Hablando a Todos en su Propio Idioma
Desde el principio, el Buda Shakyamuni rompió con la idea de que la enseñanza espiritual debía mantenerse en una lengua elitista y reservada a unos pocos. En su tiempo, los brahmanes insistían en que las enseñanzas religiosas solo podían transmitirse en sánscrito, un idioma que solo la élite sacerdotal dominaba. El Buda rechazó esta visión y predicó en Magadhi Prakrit, la lengua del pueblo, asegurando así que su mensaje llegara a todos, sin distinción de clase o casta.
Si el propio Buda enseñó en el idioma del pueblo, ¿cómo podríamos nosotros justificar que el Dharma se recite en un idioma que los practicantes no comprenden?
Cuando el Budismo llegó a China, no se conservó el sánscrito como idioma litúrgico (fuera de los Mantras), sino que los Sutras fueron traducidos al chino por grandes maestros como Kumarajiva. Posteriormente, cuando el Budismo llegó a Japón, no se mantuvo el chino como lengua sagrada, sino que los monjes japoneses adoptaron su propio idioma para difundir la enseñanza.
Si el Budismo ha seguido esta evolución natural en todas partes, entonces es lógico y necesario que en el mundo hispano adoptemos el español para nuestras liturgias y enseñanzas.
El Ritual y la Ceremonia como Medios Hábiles para la Enseñanza del Dharma
El Budismo ha entendido, desde tiempos inmemoriales, que la enseñanza no solo se transmite a través de palabras y escritos, sino también a través de gestos, rituales y ceremonias. Estas prácticas no son un simple formalismo, sino que cumplen un propósito pedagógico: permiten que el Dharma se interiorice en la mente y el corazón de los practicantes.
Las ceremonias budistas han sido adaptadas en cada cultura para reflejar la cosmovisión y el sentir de sus pueblos. En la India, los rituales tenían un carácter solemne, con incienso, lámparas y recitaciones de Mantras. En China, se incorporaron elementos del Confucianismo y del Taoísmo, como la veneración a los antepasados. En Japón, las ceremonias budistas adoptaron elementos estéticos del Shinto y el teatro Noh, creando una liturgia distintivamente japonesa.
Así como el Budismo se adaptó a la cultura de China y Japón, en el mundo hispano es natural que desarrollemos nuestras propias ceremonias, enraizadas en nuestra identidad cultural. El ritual no es solo un acto de devoción, sino un medio hábil (upaya) para educar y transmitir el Dharma. Por ello, en la Escuela del Loto Reformada, creemos en la importancia de desarrollar liturgias vivas, que combinen la profundidad del Budismo con formas de expresión que resuenen en el alma de las personas de nuestra tradición cultural.
La Ceremonia y el Ritual como Vehículos del Despertar
A lo largo de la historia, todas las tradiciones espirituales han entendido que el ser humano no solo aprende con la mente, sino también con el cuerpo y las emociones. El Budismo ha incorporado siempre elementos simbólicos en sus ceremonias, tales como: el sonido (campanas, Sutras cantados, Mantras) , el movimiento (Mudras, postraciones, circumambulación de estupas), el uso de objetos sagrados (incienso, velas, Mandalas, imágenes de Budas y Bodhisattvas), etc. Estos elementos no son simples adornos, sino que cumplen una función espiritual y educativa: ayudan a los practicantes a sumergirse en el Dharma de una manera profunda y vivencial.
En Occidente, la tradición cristiana ha utilizado el arte, la música coral y la liturgia como formas de enseñanza. Así como un sermón en latín no tendría el mismo impacto que uno en el idioma del pueblo, una ceremonia budista en japonés no tiene el mismo efecto transformador en un devoto hispanohablante.
En la Escuela del Loto Reformada, creemos que las ceremonias deben ser experiencias transformadoras, donde el practicante pueda sentir el Dharma en su interior, a través de los sentidos, la voz, la mente y el corazón. Por esta razón, promovemos la creación de nuevas liturgias que, basadas en las liturgias tradicionales, incorporen: música y cánticos en español, con letras que expresen las enseñanzas del Buda; rituales adaptados a nuestra sensibilidad cultural, sin perder la profundidad del Dharma; y prácticas comunitarias que fomenten la integración y la comprensión de la enseñanza.
El Budismo no es un museo de antiguas tradiciones, sino un camino vivo. Nuestras ceremonias deben reflejar esta vitalidad y ser verdaderos vehículos de transformación.
Conclusión: El Dharma es Universal y Vivo
El Dharma del Buda es eterno, pero su expresión en el mundo debe adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada tiempo y lugar. Así como el Buda enseñó en el idioma del pueblo, nosotros enseñamos en español, para que todos puedan comprender y vivir el Dharma. Así como el Budismo en China y Japón creó sus propias liturgias, nosotros creamos ceremonias que reflejen nuestra identidad cultural. Así como la enseñanza del Buda debe ser accesible a todos, nuestros rituales deben ser herramientas para que cada persona pueda despertar su Naturaleza Búdica.
La Escuela del Loto Reformada proclama un Budismo vivo, en español, con liturgias y ceremonias que no solo preservan el Dharma, sino que lo hacen accesible, significativo y transformador para las personas de nuestra cultura.
No somos meros repetidores de fórmulas antiguas; somos portadores de la Luz del Dharma para una nueva era, donde el Budismo en español florezca como una vía auténtica de Iluminación.
El Buda nos ha dado la enseñanza. Ahora nos toca a nosotros hacerla resonar en los corazones de nuestro pueblo.