En la vasta y luminosa historia del Budismo, el Dharma ha florecido no a través del exclusivismo y la condena, sino a través de la compasión, la sabiduría y la síntesis. Los grandes maestros budistas —el Buda Shakyamuni mismo, Nagarjuna, Vasubandhu, Chih-i y Saicho— siempre han buscado unir, armonizar e iluminar los muchos caminos dentro de las Enseñanzas del Buda, reconociendo su profunda interconexión como expresiones del Dharma único e ilimitado.
Sin embargo, entre las muchas interpretaciones del Budismo, en el Japón medieval surgió una que rechazó la armonía del Dharma y la reemplazó con la división: la secta fundada por Nichiren. A diferencia de la Tradición Tendai, que abraza la Visión Universal del Buda Eterno, las enseñanzas de Nichiren limitan, distorsionan y contradicen el verdadero espíritu del Budismo. Examinemos por qué la gran tradición Tendai supera las reformas de Nichiren en profundidad, amplitud y autenticidad.
1. El Budismo Tendai Abraza la Plenitud de las Enseñanzas del Buda, Mientras que Nichiren las Reduce y Distorsiona
El Budismo Tendai, tal como lo estableció el Gran Maestro Chih-i (Tendai Daishi) y lo trajo a Japón el Gran Maestro Saicho (Dengyo Daishi), es una tradición de síntesis, profundidad e inclusividad. Reconociendo que todas las enseñanzas budistas son parte de los medios compasivos del Buda para guiar a los seres, el Budismo Tendai integra todas las enseñanzas y prácticas rituales.
En contraste, la secta de Nichiren reduce la riqueza del Budismo a una sola frase: "Namu Myoho Renge Kyo". Así, Nichiren -rompiendo con siglos de Tradición- abandonó la meditación, rechazó las prácticas esotéricas, desestimó la devoción de la Tierra Pura y denunció otros caminos budistas como heréticos. Pero ¿podemos creer verdaderamente que el Buda, en su sabiduría ilimitada, reveló un Dharma que podría reducirse a la mera repetición de palabras, descuidando la meditación, la ética y la sabiduría?
Tal enfoque distorsiona el Sutra del Loto, que no trata simplemente de recitar un título sino de despertar a la sabiduría del Buda Eterno, comprender la unidad de todos los fenómenos y practicar el Dharma en su plenitud.
Desde un punto de vista doctrinal, las enseñanzas de Nichiren no introdujeron nada nuevo, sino que simplificaron, distorsionaron y radicalizaron las doctrinas budistas existentes. Su enfoque fue una reacción a la agitación social y política de su tiempo, más que un desarrollo doctrinal orgánico. La verdadera riqueza del Budismo, y en particular de la Tradición Tendai, reside en su visión integral e inclusiva, que Nichiren finalmente rechazó. Por lo tanto, en lugar de ser un innovador genuino, Nichiren fue un reformista radical que reestructuró elementos del Budismo Tendai en una forma exclusivista y polémica que contradecía el espíritu más amplio de la compasión universal y la inclusividad del Mahayana.
2. La Visión Tendai es de Unidad; la de Nichiren es de División y Odio
El Budismo Tendai sigue el principio de los medios hábiles (upaya), la idea de que existen diferentes caminos porque diferentes seres requieren diferentes métodos para Despertar. Incluso el Gran Maestro Chih-i, quien restauró el Budismo al reestablecer el Sutra del Loto como la enseñanza más alta de acuerdo con el Buda mismo, nunca denunció ni buscó erradicar otras escuelas budistas. En cambio, comprendió que todos los caminos conducen a la Iluminación cuando se practican con sinceridad.
Sin embargo, Nichiren declaró la guerra a otras escuelas budistas, condenándolas por falsas e incluso exigiendo la persecución y ejecución de sus seguidores. Su retórica no era meramente crítica, sino agresiva, apocalíptica y políticamente cargada, algo bastante inusual en la historia del Budismo. A diferencia de los grandes eruditos Tendai que buscaban integrar y armonizar diferentes enseñanzas, Nichiren adoptó una postura confrontativa y exclusivista, afirmando que su interpretación del budismo era la única verdadera y que todas las demás escuelas estaban llevando a la gente al Infierno.
En el Rissho Ankoku Ron, su escrito más famoso y celebrado por sus devotos, Nichiren sostuvo que el sufrimiento de Japón (terremotos, hambrunas y amenazas mongolas) era causado por la difusión de enseñanzas budistas "falsas", en particular el Budismo de la Tierra Pura, el Zen y el Shingon. Instó a las autoridades a tomar medidas inmediatas contra estas sectas y sus líderes. Llamó al budismo de la Tierra Pura "una enseñanza falsa" que conducía al Infierno, e insistió en que sus seguidores eran traidores a la nación. Describió el Zen como "la obra de los demonios". Y acusó a la escuela Shingon de ser "un gran mal" que estaba destruyendo el país. En su Rissho Ankoku Ron, instó al gobierno japonés a reprimir y destruir el Budismo Tierra Pura, el Zen y el Shingon, declarando:
"Si el gobernante de la nación desea traer paz y seguridad a la tierra, debe exterminar a los seguidores de las escuelas Nembutsu, Zen y Ritsu, y cortarles la cabeza".
Esta es una declaración extraordinariamente violenta para un maestro budista. Si bien los maestros budistas a lo largo de la historia han participado en debates doctrinales, es extremadamente raro que un budista defienda la ejecución de otros budistas. Esto va en contra de los principios fundamentales del Budismo, que enfatizan la compasión, la tolerancia y los medios hábiles. Esa violencia e intolerancia son completamente ajenas al espíritu del Bodhisattva, que nunca busca destruir a otros seres, sino guiarlos con sabiduría y compasión.
Nichiren trató activamente de persuadir al gobierno para que suprimiera todas las demás escuelas budistas y convirtiera su versión del Sutra del Loto en la religión estatal de Japón. Llegó al extremo de declarar que si el gobierno no seguía su consejo, Japón sufriría un castigo divino en forma de invasiones extranjeras y desastres naturales. Cuando el gobierno ignoró sus advertencias, intensificó su retórica. Escribió que no seguir su consejo era un delito castigado con la muerte y advirtió que las autoridades gobernantes sufrirían si no lo hacían.
El enfoque de Nichiren estaba en total desacuerdo con la actitud budista tradicional hacia el debate y la diversidad religiosa. Por ejemplo, el Budismo Tendai, del que surgió Nichiren, adoptó un enfoque sincrético, incorporando el Zen, el Budismo Tierra Pura y el Budismo Esotérico (Shingon) en un único marco - el Ekayana. Igualmente, Kukai, el fundador del Budismo Shingon, participó en debates con monjes Tendai, pero nunca llamó a la persecución o la violencia. También, Honen, el fundador del Jodo-shu, promovió su doctrina pacíficamente sin atacar a los demás. Nichiren, por el contrario, no se contentaba con debatir con sus oponentes: quería eliminarlos.
¿Acaso el Buda Eterno —el mismo Buda revelado en el Sutra del Loto— abogaría alguna vez por el odio, la represión y la ejecución? Ningún verdadero seguidor del Camino Budista puede aceptar semejante doctrina.
3. El Buda Eterno es Universal, No Exclusivo de una Secta
Los Grandes Maestros budistas comprendieron que el Buda Eterno, revelado en el Sutra del Loto, no está confinado a un solo nombre o método. Su sabiduría permea todos los caminos y su compasión abraza a todos los seres.
Sin embargo, Nichiren limitó el mensaje universal del Buda a su propia secta, declarando que solo aquellos que entonaban "Namu Myoho Renge Kyo" podían salvarse. Esto contradice la naturaleza misma de la sabiduría infinita del Buda, que no puede ser limitada por una única fórmula sectaria.
La Tradición del Loto enseña que todos los seres tienen la Semilla de la Budeidad y que todos pueden realizar el Dharma de innumerables maneras. El Buda Eterno no rechaza a quienes practican métodos diferentes, sino que los abraza a todos y los guía según sus condiciones.
4. El Verdadero Camino del Bodhisattva: Compasión versus Fanatismo
El Budismo es una religión de sabiduría y compasión, y el Camino del Bodhisattva es el de la paciencia, los medios hábiles y el amor universal. La Tradición del Loto cultiva esta visión, enseñando a sus practicantes a relacionarse con el mundo con comprensión, no con condenación.
Sin embargo, el enfoque de Nichiren fomentó un espíritu de fanatismo y agresión. Se alentó a sus seguidores a verse a sí mismos como un pueblo elegido y a los demás como enemigos del Dharma. En siglos posteriores, algunas de sus sectas incluso se involucraron en conflictos religiosos violentos, algo inimaginable para quienes siguen el ideal del Bodhisattva.
El verdadero Dharma no surge de la ira, la exclusión o la persecución. Surge del corazón de la compasión y la sabiduría sin límites, donde incluso aquellos que yerran son tratados con bondad.
Conclusión: La superioridad de la Visión Universal del Loto
La Tradición Tendai, en su profundidad, inclusividad y armonía, representa la expresión más verdadera de las enseñanzas más elevadas del Budismo. A diferencia de las reformas de Nichiren, que son sectarias, polémicas y extremas, el Budismo Tendai defiende el espectro completo de la sabiduría del Buda, permitiendo que todos los seres se acerquen al Dharma según sus condiciones.
El enfoque extremista y militante de Nichiren lo convirtió en una de las figuras más divisivas del Budismo japonés. Sus seguidores continuaron con esta actitud agresiva y exclusivista en siglos posteriores, lo que provocó conflictos entre las sectas de Nichiren y otras tradiciones budistas. Por todo sto, es el Reformador que menos me gusta de la historia del Budismo japonés.
El Sutra del Loto nos enseña a no dividir, condenar u odiar, sino a reconocer la unidad de todas las cosas en la Gran Compasión del Buda Eterno. No enseña que una secta, una frase o un maestro tienen el monopolio de la Verdad, sino que todos los seres, a través de la fe, el estudio y la práctica, pueden abrir las Puertas de la Iluminación.
El camino del Bodhisattva es vasto, no estrecho. El Dharma es incluyente, no excluyente. El Buda Eterno no exige fanatismo, sino que nos llama a la sabiduría, la paciencia y el amor. Por eso, como verdaderos seguidores del Camino Budista, no caminemos por las sombras del conflicto y el sectarismo, sino por el luminoso Camino de la Sabiduría Universal, donde todos los seres, en su infinita diversidad, encuentran el camino de regreso a la Luz del Buda.
La Tradición del Loto, en su síntesis de todas las enseñanzas del Buda, sigue siendo el camino más elevado, más completo y más compasivo, un camino que abarca a todos, no excluye a nadie y conduce a todos los seres a la Iluminación.