Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Escuela del Loto Reformada) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 6 de febrero de 2025

Budismo en la Vida Cotidiana: Revisitando el Sutra de Vimalakirti - Capítulo 1 (Resumen)

 El Sutra de Vimalakirti es uno de los Sutras más importantes del Canon Budista, ilustrando cómo podemos aplicar el Budismo a la vida diaria por medio del Camino del Bodhisattva - como Hijos del Buda - en medio de la sociedad. Si bien hemos comentado el mismo en años pasados, revisitemos el mismo a manera de resumen y recuento.


El primer capítulo del Sutra de Vimalakirti, titulado "La purificación del Campo Búdico", prepara el terreno para las profundas enseñanzas que se desarrollarán a lo largo del texto. El mismo se da en la ciudad de Vaishali, en el bosque de Āmrapali, donde el Buda está sentado en su majestuoso trono de león, rodeado por una vasta asamblea de seres espirituales. Entre ellos hay 8.000 monjes, todos Arhats, que han trascendido las aflicciones y alcanzado el autodominio. Su sabiduría y serenidad se comparan con elefantes reales, que se yerguen como modelos de disciplina y realización. Junto a ellos se encuentran 32.000 Bodhisattvas, seres espirituales extraordinarios que defienden el Dharma, enseñan la verdad sin temor y mantienen intacto el linaje de las Tres Joyas. Sus voces retumban como leones y su sabiduría, elocuencia y percepción de la naturaleza de todas las cosas eran perfectas. A su presencia se une una multitud de seres divinos, entre ellos Brahma, Shakra, devas, nāgas, yakṣas, gandharvas, asuras, garuḍas, kinnaras y mahoragas. También está presente la cuádruple comunidad de monjes, monjas, laicos y laicas, que representan todos los niveles de la Sangha budista.

En ese momento, el Bodhisattva Ratnākara, acompañado por quinientos jóvenes, entra en escena. Cada uno de ellos lleva un parasol hecho de joyas preciosas, que depositan ante el Buda en una ofrenda de devoción. Al instante, gracias al Poder del Buda, los parasoles se funden en un único y vasto dosel que se extiende por todo el universo de mil millones de mundos. En el interior de este dosel se refleja todo el Cosmos, revelando cuerpos celestiales, reinos celestiales y todo el espectro de la Existencia, desde las moradas de los dioses y los espíritus hasta las aldeas y ciudades del mundo humano. Lo más maravilloso es que las voces de todos los Budas de las diez direcciones resuenan en el espacio bajo el gran dosel, proclamando el Dharma en un vasto coro cósmico. La asamblea se llena de asombro y se inclina con profunda reverencia ante el Buda.

Inspirado por esta visión divina, Ratnākara compone un himno de alabanza, ensalzando la infinita sabiduría, virtud y compasión del Buda. Se maravilla ante los ojos del Buda, puros como pétalos de loto azules, y su mente, vasta y trascendente. Elogia al Buda como el Rey soberano del Dharma (Existencia), cuya voz se escucha en innumerables idiomas y cuyas enseñanzas trascienden todas las ilusiones. Al igual que el Monte Sumeru, el Buda permanece impasible ante los elogios o las críticas, extendiendo la ecuanimidad y la compasión a todos los seres. En su presencia, todos los seres lo ven como si estuviera directamente ante ellos, y aunque habla con una sola voz, cada ser lo entiende en su propio idioma, una cualidad milagrosa del Buda. Después de ofrecer este himno, Ratnākara le pide al Buda que explique cómo los Bodhisattvas purifican sus campos del Buda (esferas de influencia o mundo), los reinos en los que conducen a los seres hacia la Iluminación.

El Buda responde con una enseñanza profunda: un campo del Buda no es meramente un lugar físico, sino un reflejo de la mente del Bodhisattva y de los seres que se encuentran dentro de él. La purificación de un campo del Buda no se logra a través de medios externos, sino a través de la transformación de los seres sintientes. El reino de un Bodhisattva se purifica en la medida en que desarrolla sabiduría y virtud dentro de los seres que lo habitan. Así como no se puede construir un palacio en el espacio vacío, sin embargo, los Bodhisattvas crean mundos dentro de la naturaleza infinita de la Realidad, también manifiestan reinos adecuados para el Despertar de todos los seres. El Buda explica que el campo del Buda de un Bodhisattva se purifica por su aplicación de los Seis Paramitas i Perfecciones Budistas de Generosidad, Moralidad (Preceptos), Paciencia, Diligencia, Meditación y Sabiduría. Está moldeado por los Cuatro Inmensurables —Amor Bondadoso, Compasión, Alegría y Ecuanimidad— así como por las Treinta y Siete Ramas para la iIuminación, asegurando que solo aquellos devotos de la virtud y la sabiduría nazcan en él.

En ese momento, Shariputra, uno de los discípulos más destacados del Buda, comienza a preguntarse: Si un campo búdico es tan puro como la mente del Bodhisattva, ¿por qué el mundo del Buda Shakyamuni parece tan impuro y no es una Tierra Pura? El Buda, percibiendo sus pensamientos, ofrece una analogía sorprendente: así como los ciegos no pueden ver el resplandor del Sol y la Luna, algunos seres carecen del mérito de percibir la verdadera pureza de un campo búdico. La aparente impureza de este mundo no es un defecto del Tathagata sino un reflejo de la percepción limitada de los seres sintientes que viven en él. En ese punto, Brahma (el dios creador del mundo) interviene, afirmando que percibe el mundo de Shakyamuni como absolutamente puro y radiante, parecido a los cielos. Shariputra, sin embargo, insiste en que ve el mundo como lleno de sufrimiento, suciedad y decadencia, exponiendo las limitaciones de su mente condicionada.

Para resolver esta duda, el Buda realiza otra hazaña milagrosa: toca la tierra con el dedo del pie y, al instante, el universo entero de mil millones de mundos se transforma. Ante la asamblea, el mundo aparece como un vasto campo de joyas preciosas, con seres sentados en tronos de loto, y la Tierra Pura de la Luz Seresna - la Tierra Pura de este mundo - se revela en todo su esplendor. Shariputra, asombrado, finalmente contempla la Verdadera Pureza de la Realidad. El Buda explica entonces que su campo del Buda siempre es así de puro, pero permite que parezca impuro para guiar a aquellos que aún no han desarrollado la sabiduría. Así como los seres divinos se nutren de un único plato celestial, pero cada uno experimenta un sabor diferente según sus méritos, así también los seres sensibles perciben el mundo según su propio desarrollo espiritual.

Como resultado de esta enseñanza, 84.000 seres despiertan la mente de la Iluminación Suprema y los 500 jóvenes  alcanzan la realización profunda de la naturaleza innaciente de todas las cosas. 32.000 seres purifican su Ojo del Dharma, comprendiendo la impermanencia de la existencia condicionada, mientras que 8.000 monjes alcanzan el estado de liberación sin apego. El capítulo concluye con la declaración final del Buda: "Un campo del Buda es tan puro como la mente del Bodhisattva". En otras palabras, la percepción misma está moldeada por la pureza de la propia mente. Un Bodhisattva no purifica el mundo por medios externos, sino transformando a los seres que lo habitan. Al guiarlos hacia la sabiduría y la virtud, revela la pureza inherente que siempre ha estado presente pero oscurecida por la Ignorancia.

Este capítulo inicial del Sutra de Vimalakirti establece una profunda visión, donde se pone al descubierto la interacción entre la percepción, la sabiduría y la naturaleza de la Realidad. Enseña que un mundo parece impuro o puro no debido a su propia naturaleza, sino debido a la mente del observador. A través de los hábiles medios del Buda, el capítulo revela la tarea del Bodhisattva: no escapar del mundo, sino transformarlo transformando a los seres. Con esta base, el Sutra de Vimalakirti está preparado para ahondar en las paradojas de la sabiduría, la compasión y la naturaleza no dual de la Realidad.