Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 18 de abril de 2024

Joyas de la Tesorería del Dharma: La Sabiduría del Maestro Ippen - Confiando en la Misericordia del Buda Amida

 


Muchas personas que siguen el Camino Tierra Pura temen no asegurar su Renacimiento. Lo mismo sucede con las personas que siguen al Camino Budista que no saben si algún día alcanzarán el Despertar, o la Budeidad. Hablemos primero de alcanzar el Despertar y la Budeidad.

De acuerdo con el Canon y la Tradición Budista, todos los seres poseen el Espíritu del Buda, su Naturaleza Búdica, pues todos somos una emanación del Buda Eterno, el Universo. Por ello, todos los seres poseen la capacidad de alcanzar el Despertar y pueden convertirse en Budas. El Buda mismo predijo la Budeidad de todos sus discípulos en el Sutra del Loto, incluyéndonos a nosotros. Por mi parte, creo que todos podemos alcanzar el Despertar - y de hecho, muchos ya lo han hecho - pero no creo que todos puedan alcanzar la misma Budeidad del Buda. Permítanme explicarme. 

Todos podemos alcanzar el Despertar a nuestra Unidad Fundamental. De hecho, muchos de nosotros hemos tenido algún vislumbre o la totalidad de la experiencia, la cual ha transformado nuestras vidas y nos ha dado la inspiración (por la Gracia del Buda) de reclamar nuestra herencia divina y ser Hijos del Buda, Bodhisattvas, y ayudar en la labor salvífica dhármica del Buda en esta Tierra. Esta es una respuesta al llamado del Buda, una repsuesta que obliga una respuesta, y que no puede ser nada sino afirmativa, en agradecimiento por sus muchas bendiciones. Pero no todos podemos alcanzar la misma Budeidad del Buda. De hecho, ningún ser sintiente - en mi opinión - puede alcanzar la Budeidad del Buda, pues si bien somos uno en Esencia, somos distintos.

Nuestra Budeidad y la Budeidad del Buda son iguales, pero diferentes. Son iguales en Esencia pero diferentes en manifestación. Después de todo, el Buda fue una encarnación de la Personalidad del Cosmos, su Alma, su Consciencia Universal, y nosotros solo somos meras manifestaciones temporales, finitas e imperfectas, que podemos alcanzar un grado innato de cuasi-perfección. Esto es diferente al Renacimiento (Despertar) que el Buda mismo nos brinda en la Tierra Pura (Nirvana).

El Renacimiento (Despertar) en la Tierra Pura (Nirvana) es gracias a la Gracia del Buda Eterno Amida, no algo que alcanzamos por nuestros esfuerzos. Como hemos visto en estas páginas, es algo que nos ha sido regalado, es el Regalo de Salvación, y toda práctica budista es solo aceptación y agradecimiento. Es el consuelo del Buda Eterno en medio de los fuegos de esta casa en llamas que llamamos nuestro mundo. Mas no obstante, al igual que con el Despertar, muchas personas dudan si lo han recibido; si lo "han alcanzado".

El Santo Ippen habla sobre esta duda universal cuando nos dice:

"Todo el mundo se lamenta de que le falta la fe en si el renacimiento está decidido; esto es completamente sin razón. No hay acuerdo en los corazones de los seres necios. El asentamiento (Shinjin) es el Nombre Sagrado. Así, aunque falte la fe en que el renacimiento está establecido, si lo dejas todo en tus labios y recitas el Nombre Sagrado, renacerás. El renacimiento, pues, no depende del corazón; es a través del Nombre Sagrado. Si crees que puedes lograr el renacimiento estableciendo en ti mismo una fe resuelta, sólo volverás nuevamente al funcionamiento de tu propio corazón y mente. Cuando deseches tu propio corazón y te des cuenta plenamente de que es a través del Nombre Sagrado que renaces, entonces este corazón de determinación decisiva también surgirá por sí solo".

Con estas palabras, Ippen nos dice que albergar dudas es natural, pero errado. Es parte de nuestra mente dualista y desconfiada. Pero la infinita Misericordia y Amor del Buda es incondicional. Ya hemos dido salvos, así como ya hemos recibido nuestra predicción de Budeidad en el Sutra del Loto. Solo que nuestros corazones y mentes no necesariamente nos lo permiten experimentarlo. Esto demuestra, no una falta de parte del Buda, sino de nosotros mismos. 

El Santo Ippen nos dice que esta duda nace de nosotros, pero que no debemos de dudar de la Misericordia del Buda, pues, como nos dicen los Sutras, ya hemos sido salvos. Esto es algo que el Maestro Shinran, el fundador del Jodo Shinshu, tocó en una de sus obras, el Tannisho ("Registro de Lamentaciones en las Divergecias de la Fe"). En el mismo, leemos que una persona (Yuien-bo) se dirigió al Maestro Shinran y le dijo:

"'Aunque recito el Nembutsu, la sensación de bailar con alegría (que menciona el Sutra) es débil en mí, y no tengo el deseo de querer ir a la Tierra Pura rápidamente. ¿Cómo debería ser para una persona del Nembutsu?'

"Cuando le preguntó esto al maestro, respondió: 'Yo también he tenido esta pregunta, ¡y a ti se te ocurre lo mismo, Yuien-bo! Cuando reflexiono profundamente sobre ello, por el hecho mismo de que no me regocijo por lo que debería llenarme de tal alegría que bailo en el aire y bailo en la tierra, me doy cuenta aún más de que mi nacimiento está completamente establecido. Lo que suprime el corazón que debe regocijarse y evita que uno se regocije es la acción de las pasiones ciegas. Sin embargo, el Buda, sabiendo esto de antemano, nos llamó 'seres tontos poseedores de pasiones ciegas', tomando así conciencia de que el Compasivo Voto del Otro Poder; De hecho, es por el bien de nosotros mismos, que somos tales seres, que lo encontramos aún más digno de confianza.

"Además, sin pensar en querer ir rápidamente a la Tierra Pura, pensamos con tristeza que podemos morir incluso cuando enfermamos levemente; esta es la acción de pasiones ciegas. Es difícil para nosotros abandonar este viejo hogar de dolor (el cuerpo), donde hemos estado transmigrando durante innumerables kalpas hasta el presente, y no sentimos ningún anhelo por la Tierra Pura, donde todavía tenemos que renacer. En verdad, cuán poderosas son nuestras pasiones ciegas, pero aunque nos sentimos reacios a separarnos de este mundo, en el momento en que nuestros vínculos kármicos con este Mundo Saha se agoten y muramos impotentes, iremos a esa Tierra Pura. El Buda Amida se compadece especialmente de la persona que no piensa en querer ir a la Tierra Pura rápidamente. Reflexionando sobre esto, sentimos el Gran Voto de Compasión de ser aún más dignos de confianza y darnos cuenta de que nuestro renacimiento está decidido. Si tuviéramos la sensación de bailar de alegría y desear ir rápidamente a la Tierra Pura, podríamos preguntarnos si no estaríamos libres de pasiones ciegas".

Con estas palabras, el Maestro Shinran, al igual que le Santo Ippen, nos recuerdan que, aunque el Buda llueve su Gracia sobre nosotros diariamente, rara vez lo vemos y lo sentimos dado an uestras propias limitaciones, mal karma, deseos y pasiones, que como una gran nube, tapan temporeramente la luz del Sol (la Gracia del Buda) sobre nuestra mente y corazón, pero aunque las nubes lo tapen, la Gracia del Buda, como la lluvia o la luz del Sol, siempre llueve y brilla sobre nosotros. 

Por ello, el Santo Ippen y los patriarcas nos recuerdan que debemos de dejar toda calculación mental a un lado y simplemente confiar en la infinita Compasión, Amor y Misericordia del Buda por todos nosotros, sus Hijos. Como nos dice igualmente el Santo Ippen:

"La aseguranza [del Renacimiento] es el Nombre Sagrado. Nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestras mentes son inestables. Este cuerpo va a la deriva en el flujo de la impermanencia; por eso, de instante en instante surge y perece. Esta mente es una mente ilusoria; por tanto, es falso e ilusoria. No confíes en ellos".

Es natural el dudar; es porque dudamos que el Buda nos ha salvado. Si dependiera de nosotros, estaríamos perdidos. Es por eso que el Buda nos salva. Si el deseo de recitar el Nembutsu, el Nombre Sagrado, surge en nosotros, es porque hemos sido salvos. Comos nos dice igualmente Ippen:

"El Poder del Nombre Sagrado es tal que cuando lo recitamos, logramos rerenacer a través del maravilloso e inconcebible funcionamiento del Otro Poder, independientemente de si creemos en él o no. No debes, con tu mente de apego a ti mismo y de Poder Propio, tratar de abordarlo de esta o aquella manera. Dado que la Tierra de la Bienaventuranza es la tierra del no-ser, el renacimiento allí no puede lograrse mediante el apego al yo; debéis nacer a través del Nombre Sagrado."