En estos días, como todos los años, los templos budistas en todo Japón y en muchas partes del mundo conmemoran el Hanamatsuri o el Nacimiento del Buda, el Salvador del Mundo. Este es un momento importantísimo en el Calendario Litúrgico Budista y en la vida de todos los devotos, pues es un momento que nos permite reflexionar sobre la Vida, la Aparición, del Alma del Cosmos en esta Tierra, para la salvación de todos y cada uno de nosotros.
Los eventos milagrosos de la concepción virgen y el nacimiento del Buda se encuentran en el Canon Budista, y en especial, en los Sutras, la Palabra Revelada del Buda en la Tierra, como en el Sutra Lalitavistara, entre otros. Pero estos recuentos, por importantes que son, son parciales, y solo representan un potencial que podemos activar en cualquier momento, pues todos los seres, sin distinción, poseen el Espírotu del Buda en su corazón.
El Buda Eterno apareció en este mundo hace más de 2,500 años en la India, y con su aparición, su nacimiento, hizo que la verdadera Luz de Salvación brillara en nuestro universo. Su nacimiento, crecimiento y búsqueda espiritual, lejos de ser reales, fueron medios hábiles para mostrarnos que, realmente, todos podemos alcanzar el Despertar y ser Hijos del Buda, Hijos del Universo. Su vida fue un mapa para mostrarnos el Camino Correcto al Despertar y nuestra salvación, primero, de la Ignorancia Fundamental, y segundo, del sufrimiento del océano de nacimientos y muertes del Samsara. Así, la salvación del Buda es para todos los seres. El Buda apareció hace siglos en este día para salvarnos a todos; para salvarte a tí.
Si bien esto es lo que recordamos en este día, no podemos perder nunca de vista lo más importante, que es que el nacimiento del Buda no fue un evento que ocurrió en un lejano pasado, sino qu es un evento que ocurre a cada instante, en cada rincón del universo, cada vez que alguien Toma Refugio (se vuelve budista), o que Medita, comulgando con el Buda Eterno. Este no fue un suceso único en el espacio y el tiempo, sino que es uno que podemos revivir en el momento presente, al descubrir el Espíritu del Buda en nuestro interior, nuestra Naturaleza Búdica, y manifestarla en el mundo.
Espero que en esta semana, podamos reflexionar sobre el milagro de la aparición del Buda en el mundo y de su Regalo de Salvación, pero sobre todo, qué podemos hacer para poder repagar nuestra deuda de gratitud para con nuestro Padre Espiritual. Que todas nuestros pensamientos, palabras y acciones sean el Sutra, la plegaria, que cantamos al Buda, y que los méritos que podamos acumular se eleven como el perfume del incienso y sean de beneficio para todos los seres.