Entre los Sermones del Buda encontrados en el Canon Budista, encontramos una serie de discursos sobre el Espíritu del Buda innato en todos los seres, la Naturaleza Búdica. Al principio de su ministerio público, el Buda negó la existencia de un "Alma" (Atman) que fuera eterno, inmutable e independiente, para que sus discípulos pudieran desapegarse de sus conceptos erróneos de sí mismos y del mundo que imperaban en su época y puedieran abrir sus mentes y corazones para la Verdad. Sin embargo, durante el transcurso de su ministerio iluminado, y especialmente, en la década final de su vida en la Tierra, el Buda reveló que sí existe un Espíritu dentro de todos los seres, el cual es eterno, pero no separado del Todo, pues es uno con el Buda y con todos los seres sintientes. Este es su Espíritu, el Espíritu del Buda Eterno, que mora en el corazón de todos nosotros, y es gracias a ese Espíritu que los seres pueden alcanzar el Despertar y la Budeidad. Estos sermones dentro del Canon Budista se conocen como los Sutras Tathagatagarbha, que culminan con el último sermón dado por el Buda en este mundo, el Sutra del Nirvana.
Como hemos visto hasta el momento, la Naturaleza Búdica, el Espíritu del Buda en todos los seres, es un Misterio Budista. Al considerar el mismo, uno debe tener en todo momento en cuenta de que la Naturaleza Búdica es, en última instancia, incomprensible e inexplicable para la mente no despierta. El hecho es que cualquier cosa que uno diga sobre la Naturaleza Búdica no puede captar plenamente su plenitud de misterio y perfección, ya que las palabras son, en última instancia, inadecuadas para la tarea y no hay nada en el mundo que realmente pueda compararse con ella. Esto se afirma explícitamente en el Sutra de Angulimaliya, así como en el Sutra del Nirvana. Es por esto que muchos budistas tienen nociones erróneas sobre la Naturaleza Búdica, y niegan el Verdadero Ser. Estos son los Budistas Nihilistas, y tristemente, son la mayoría. Así, el Espíritu del Buda en todos los seres constituye el reino o esfera inconcebible de los propios Budas y nutre a cada persona en quien se encuentra (es decir, a cada ser). Sólo cuando se ve y se conoce verdaderamente mediante una profunda introspección interior y una visión espiritual purificada, se puede comprender plenamente. Y en ese momento, uno se ha convertido en un Buda.
"Oh, buenos hijos, es como el hueso dentro de una fruta de mango que no se pudre. Cuando lo plantas en el suelo, se convierte en el árbol más grande y majestuoso. De la misma manera, buenos hijos, cuando miro a los seres sintientes con mi visión del Buda, veo que el Tathagatagarbha está rodeado por una cáscara de ignorancia, así como las semillas de una fruta sólo se encuentran en su núcleo. Buenos hijos, ese Tathagatagarbha es frío e inmaduro. Es la profunda quietud del Nirvana la que se logra con la gran sabiduría. Se le llama el verdaderamente Iluminado, el Tathagata, el Arhat, etc. Buenos hijos, después de que el Tathagata ha observado a los seres sintientes, revela este mensaje para purificar la sabiduría de los Bodhisattvas y los grandes seres'.
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se expresó en versos, diciendo:
"Oh, buenos hijos, es como un hombre con una estatua de oro puro, que iba por las estrechas carreteras de otro país y temía ser victimizado y robado. Entonces envolvió la estatua en trapos gastados para que nadie supiera que la tenía. En el camino, el hombre murió repentinamente y la estatua dorada fue arrojada a un campo abierto. Los viajeros lo pisotearon y quedó totalmente sucio. Pero una persona con visión sobrenatural vio que dentro de los harapos gastados había una estatua de oro puro, así que la desenvolvió y todos le rindieron homenaje. De manera similar, buenos hijos, veo a los diferentes seres sintientes con sus muchos klesas, transmigrando a través de la larga noche del Samsara, sin fin, y percibo que dentro de sus cuerpos está el maravilloso Espíritu del Tathagata. Son augustos y puros y no diferentes de mí. Por esta razón, el Buda expone el Dharma a los seres sintientes, para que puedan cortar esos klesas y purificar su sabiduría del Tathagata. Por esto hago girar la Rueda del Dharma una y otra vez para convertir todos los mundos'.
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se expresó en versos, diciendo:
"Oh, buenos hijos, es como una mujer empobrecida, vil, fea y odiada por los demás, que lleva en su seno un hijo noble, quien se convertirá en un rey sabio, un gobernante de las cuatro direcciones. Pero ella no conoce su historia futura, y constantemente piensa en él como un niño pobre y de baja cuna. De la misma manera, buenos hijos, el Tathagata ve que todos los seres sintientes son llevados por la Rueda del Samsara, recibiendo sufrimiento y veneno, pero sus cuerpos poseen el Tesoro del Tathagata. Al igual que esa mujer, ellos no se dan cuenta de esto. Por eso el Tathagata en todas partes expone el Dharma diciendo: 'Buenos hijos, no os consideréis inferiores o viles. Todos ustedes poseen personalmente la Naturaleza del Buda. Si se esfuerzan y destruyen sus males pasados, recibirán el título de Bodhisattvas o de los Honrados por el Mundo, y convertirán y salvarán a innumerables seres conscientes'.
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se expresó en versos, diciendo:
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se expresó en versos, diciendo:
"En ese momento, el Honrado por el Mundo habló a Vajramati y a los demás Bodhisattvas y grandes seres, diciendo: 'Ya sean monjes o laicos, buenos hijos e hijas, debéis aceptar, recitar, copiar, reverenciar y exponer ampliamente este Sutra del Tathagatagarbha en beneficio de los demás. Las virtudes que de él derivarás son inestimables. Vajramati, si hubiera un Bodhisattva que, por el camino del Buda, trabajara diligente y asiduamente, o que cultivara poderes espirituales, o que entrara en todos los Samadhis, o que deseara plantar las raíces de la virtud, o que adorara a los Budas del presente, más numerosos que las arenas del río Ganges, o que erigiera más estupas de siete joyas que arenas hay en el río Ganges, de una altura de diez yojanas [un yojana equivale a unas nueve millas] y una profundidad y de un yojana, o que instalaran en esas estupas divanes de siete joyas cubiertas con pinturas divinas, o que erigieran diariamente para cada Buda más estupas de siete joyas que arenas hay en el río Ganges, y que se las regalaran a cada Tathagata y Bodhisattva y Shravaka en la asamblea, o que hicieran este tipo de cosas en todas partes para todos los Budas actuales, cuyo número es mayor que las arenas del río Ganges, o que erigieran cincuenta veces más estupas enjoyadas que arenas en el río Ganges y los presentara a cada Tathagata, Bodhisattva y Shravaka en la asamblea, o que hizo este tipo de cosas en todas partes para todos los Budas actuales, cuyo número es mayor que las arenas del río Ganges, o quién erigiera cincuenta veces más estupas enjoyadas que arenas en el río Ganges y que las presentara como ofrenda a cincuenta veces más Budas, Bodhisattvas y Shravakas en la asamblea que arenas en el río Ganges, y que hicieran esto durante incontables cientos, miles y decenas de años. Oh, Vajramati, ese Bodhisattva todavía no sería igual a la persona que encuentra alegría e iluminación en el Sutra del Tathagatagarbha, que lo acepta, lo recita, lo copia o incluso venera una sola de sus metáforas. Oh, Vajramati, aunque el número de buenas raíces y virtudes plantadas por esos buenos hijos en nombre de los Budas es incalculable, no llega a una centésima o una milésima ni a ninguna fracción calculable posible del número de virtudes alcanzadas por los buenos hijos e hijas que veneran el Sutra del Tathagatagarbha'.
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se expresó en versos, diciendo:
"En ese momento, el Honrado por el Mundo se dirigió nuevamente al Bodhisattva Vajramati y le dijo: 'En un tiempo incalculable, muy lejano en el pasado distante, hace más tiempo que muchos eones inconcebibles, hubo un Buda que fue llamado el Rey Otorgador de Luz, el Tathagata, el Arhat, el Verdaderamente Iluminado, el Poseído de Acciones Brillantes, Aquel que ha trascendido bien el mundo, el Maestro que ha alcanzado lo más elevado, el Héroe de la Armonía, el Maestro de hombres y dioses, el Buda, el Honrado por el Mundo. Oh, Vajramati, ¿por qué fue llamado el Rey Otorgador de Luz? Cuando ese Buda estaba practicando originalmente el camino del Bodhisattva y descendió como espíritu al útero de su madre, siempre emitía una luz que penetraba e iluminaba en un instante incluso los átomos más pequeños de los miles de mundos búdicos en las diez direcciones. Cualquier ser que viera esta luz se llenaba de alegría. Sus klesas fueron destruidos; quedó dotado del poder de la forma; su sabiduría se perfeccionó; y alcanzó una elocuencia que no conoció obstáculos. Si un habitante del Infierno, un fantasma hambriento, un animal, el rey Yama - el Señor de los Muertos - o un asura veían esta luz, todos sus renacimientos en los reinos del mal se interrumpían y nacía como un dios. Si algún dios vio esta luz, alcanzó la irreversibilidad en el camino más elevado y fue dotado de los cinco poderes sobrenaturales. Si alguien que había alcanzado la irreversibilidad veía esta luz, alcanzaba la paciencia no nacida del dharma y los cincuenta Dharanis [encantamientos] de la virtud. Vajramati, todas las tierras iluminadas por esa luz se volvieron majestuosas y puras, como porcelana translúcida, con cordones dorados que marcaban el Nbble Sendero Octuple, exuberantes con la fragancia de varios tipos de árboles, flores y frutas enjoyados. Ligeras brisas soplaban suavemente a través de ellos, produciendo sonidos suaves y sutiles que exponían libre y sin restricciones las Tres Joyas, las virtudes del Bodhisattva, el poder de las buenas raíces, el estudio del camino, la meditación y la liberación. Los seres que escucharon todo esto alcanzaron la alegría en el Dharma. Su fe se hizo firme y fueron liberados para siempre de los reinos del renacimiento maligno.
"Vajramati, debido a que todos los seres de las diez direcciones fueron instantáneamente envueltos en luz, a las seis en punto cada mañana y tarde juntaron sus palmas y ofrecieron adoración. Vajramati, hasta el momento en que alcanzó la Budeidad y el Nirvana sin dejar rastro, el lugar donde ese Bodhisattva surgió del útero siempre brilló con luz. Y después de su Nirvana final, la estupa en la que se guardaban sus cenizas también brilló con luz. En consecuencia, los habitantes de los reinos celestiales lo llamaron el Rey Otorgador de Luz. Vajramati, cuando el Rey Otorgador de Luz, el Tathagata, el Arhat, el Universalmente Iluminado, alcanzó por primera vez la Budeidad, entre sus discípulos del Dharma había un Bodhisattva llamado Luz Ilimitada, así como un grupo de otros dos mil millones de Bodhisattvas. El Bodhisattva Luz Ilimitada se volvió hacia el lugar donde estaba el Buda y preguntó sobre el Sutra del Tathagatagarbha, y el Buda se lo explicó. Estuvo en su asiento durante cincuenta largos eones. Y debido a que protegió los pensamientos de todos los Bodhisattvas, su voz llegó a todos los lugares de los diez mundos búdicos, incluso hasta los átomos más pequeños, y se extendió a cientos de miles de tierras búdicas. Debido a los innumerables y diferentes orígenes de los Bodhisattvas, presentó cientos de miles de metáforas. Lo llamó el 'Sutra Tathagatagarbha Mahayana'. Todos los Bodhisattvas que lo escucharon predicar este Sutra lo aceptaron, lo recitaron y lo practicaron tal como se les había explicado. Todos menos cuatro de los Bodhisattvas alcanzaron la Budeidad. Vajramati, no debes considerarlos excepcionales. ¿En qué podría ser diferente de ti el Bodhisattva Luz Ilimtada? Eres idéntico a él. Los cuatro Bodhisattvas que aún no habían alcanzado la Budeidad eran Manjushri, Avalokiteshvara, Mahasthamaprapta y tú, Vajramati. Vajramati, el Sutra del Tathagatagarbha tiene una capacidad abundante. Cualquiera que lo escuche puede alcanzar el Camino del Buda'.
"Entonces el Buda volvió a expresarse en verso, diciendo:
"Luego, cuando el Honrado por el Mundo terminó de exponer este Sutra, Vajramati, junto con los cuatro grupos de Bodhisattvas, los dioses, los gandharvas, los asuras y el resto, se regocijaron por lo que habían oído explicar al Buda y practicaron. como les habían dicho."
El Buda, durante todo su ministerio en la Tierra, ilustró sus enseñanzas con parábolas e historias de vidas pasadas, para poder destacar que todos, repito, todos, podemos poner en práctica sus enseñanzas y alcanzar sus frutos, como el Despertar y la Budeidad.
Com vimos en este Sutra, de acuerdo con el Canon y la Tradición Budista, todos los seres poseen el Espíritu del Buda, su Naturaleza Búdica, pues todos somos una emanación del Buda Eterno, el Universo. Por ello, todos los seres poseen la capacidad de alcanzar el Despertar y pueden convertirse en Budas. El Buda mismo predijo la Budeidad de todos sus discípulos en el Sutra del Loto, incluyéndonos a nosotros. Por mi parte, creo que todos podemos alcanzar el Despertar - y de hecho, muchos ya lo han hecho - pero no creo que todos puedan alcanzar la misma Budeidad del Buda. Permítanme explicarme.
Todos podemos alcanzar el Despertar a nuestra Unidad Fundamental. De hecho, muchos de nosotros hemos tenido algún vislumbre o la totalidad de la experiencia, la cual ha transformado nuestras vidas y nos ha dado la inspiración (por la Gracia del Buda) de reclamar nuestra herencia divina y ser Hijos del Buda, Bodhisattvas, y ayudar en la labor salvífica dhármica del Buda en esta Tierra. Esta es una respuesta al llamado del Buda, una repsuesta que obliga una respuesta, y que no puede ser nada sino afirmativa, en agradecimiento por sus muchas bendiciones. Pero no todos podemos alcanzar la misma Budeidad del Buda. De hecho, ningún ser sintiente - en mi opinión - puede alcanzar la Budeidad del Buda, pues si bien somos uno en Esencia, somos distintos.
Nuestra Budeidad y la Budeidad del Buda son iguales, pero diferentes. Son iguales en Esencia pero diferentes en manifestación. Después de todo, el Buda fue una encarnación de la Personalidad del Cosmos, su Alma, su Consciencia Universal, y nosotros solo somos meras manifestaciones temporales, finitas e imperfectas, que podemos alcanzar un grado innato de cuasi-perfección. Aún así, el Buda Eterno, en su infinita Misericordia y Compasión, nos permite participar de su Esencia, de su Poder - nos otorga su Gracia - para que podamos alcanzar el mismo estado espiritual de un Buda. Pero como mencionamos anteriormente, por más que hablemos de esto, sigue siendo un Misterio que solo puede ser comprendido por el Buda. Somos agradecidos por la infinita Compasión del Buda quien ,en su infinita Sabiduría, pudo explicarnos esta Verdad de tal forma que, aun con nuestros ojos ciegos, oidos sordos y poco merecido, logró encontrar las palabras necesarias para permitirnos vislumbrar este Misterio.