El Budismo contiene una amplia serie de prácticas encaminadas a revelar nuestra Naturaleza Búdica - nuestra Unidad Fundamental con el Universo -, nuestra Budeidad Innata, y alcanzar el Despertar. Se dice que el Buda predicó 84,000 enseñanzas, cada una destinada a aliviar uno de los miles de deseos, pasiones e ilusiones que oscurecen nuestra Naturaleza Búdica para hacerla brillar. Si bien estas enseñanzas y prácticas varían de escuela en escuela, la Escuela Tendai de la Tradición del Loto abarca todas y cada una de ellas. En esa serie, veremos brevemente cada una de las prácticas principales budistas y cómo podemos ponerlas en práctica para alcanzar nuestra Budeidad.
En la pasada entrada, vimos las primeras dos meditaciones de las Cinco Meditaciones Tradicionales diseñadas por el Buda para contrarrestar los cinco males de la lujuria o el deseo secual, el enojo y la ira, la ignorancia, los pensamientos que nublan la mente, y por último, otros problemas. Anteriormente, vimos la primera, la Meditación sobre la Impureza, y la segunda, la Meditación Metta o de la Bondad Amorosa. Hoy, veremos la tercera, la Meditación sobre la Originación Interdependiente, que fue hecha para contrarrestar la ignorancia; la cuarta, la Meditación de la Respiración, fue hecha para contrarrestar los pensamientos que nublan la mente; y la quinta, la Meditación en el Buda, fue hecha para aquellos que son acosados por otros problemas.
Como recordaremos, estas meditaciones tienen fines específicos y son preparatorias - no conducen al Despertar.
Meditación sobre la Originación Interdependiente
La tercera meditación, la Meditación sobre la Originación Interdependiente, fue hecha para contrarrestar la ignorancia. La Ignorancia Fundamental, nuestra forma errónea de ver las cosas, el mundo y nosotros mismos, es la base del sufrimiento y de nuestro sentido de alienación del mundo; es lo que no nos permite ver nuestra Unidad Fundamental con la Existencia. Esta enseñanza tiene muchos nombres. Se llama la Originación Interdependiente, o Originación Causal o variaciones de las mismas. En sánscrito es "Pratitya-samutpada".
La Meditación en la Originación Interdependiente reconcilia la aparente permanencia de nuestra experiencia y nuestro ser finito con su Verdadera Naturaleza, explica la interconexión del momento presente con el pasado y el futuro junto con todos los demás elementos del momento presente, y explica cómo podemos usar hábilmente relaciones causales para acabar con el sufrimiento. También explica cómo podemos tener continuidad en un entorno que no es determinista ni aleatorio. La enseñanza general, que es más versátil y útil, puede expresarse como "cuando surgen estas condiciones, surgen estos resultados, y cuando cesan, también lo hacen los resultados" - todo está interconectado y nada existe independiente del Todo, pues todo es Uno.
La Meditación en la Originación Interdependiente es una herramienta útil para la práctica budista y se puede manifestar de diferentes formas. Por ejemplo, el meditador puede examinar las condiciones mentales cuando comienza la meditación (el estado de ánimo, la tensión en varias partes del cuerpo, los factores estresantes del día, etc.) y observar cómo afectan la calidad de la meditación. También se pueden examinar las condiciones en la mente mientras se toman decisiones durante la meditación (como permanecer con la respiración o decidir mantener Metta), y este examen de las condiciones se puede aplicar también a las decisiones que se toman fuera del cojín de meditación. También podemos examinar lo que sucede cuando "establecemos diferentes condiciones" para nuestra práctica (aumento de Metta, disminución del deseo sensorial, etc.) y podemos notar lo que nos sucede cuando ocasionalmente vislumbramos las "experiencias máximas" que encontramos mientras meditamos. Estas habilidades deben cultivarse durante un período de tiempo prolongado, pero son útiles.
Es importante entender cabalmente la Originación Interdependiente, pero usarla para nuestro beneficio y el de los demás es mucho más importante. Si, como enseñó el Buda, siempre vamos a estar condicionados por nuestras acciones e intenciones, ¿por qué no establecer las mejores condiciones posibles para el presente y el futuro? Para ser amables con nosotros mismos, ¿por qué no tener menos codicia, odio o engaño y más honestidad, compasión, amistad y lo que el Buda denominó las cualidades sanas? ¿Por qué no, en la medida de lo posible, vemos nuestros obstáculos como oportunidades para poder desarrollar una cierta cantidad de compasión y comprensión y realizar mejor nuestro trabajo del Bodhisattva en el mundo? El Buda fue bastante claro y consistente en que así como nuestro presente está interconectado en una dimensión horizontal en un momento dado, también está condicionado temporalmente, incluidos nuestros hábitos pasados: nos convertimos en lo que hicimos y pretendimos en el pasado. Nuestros rasgos de carácter futuros, si tenemos un futuro, estarán condicionados por las elecciones que hagamos en el presente. Si vamos a ser compasivos con nosotros mismos y con los demás, con quienes somos ahora y en quienes nos convertiremos en el futuro, tenemos que establecer las condiciones adecuadas. Si no podemos hacer esto perfectamente, podemos hacerlo mejor y con más frecuencia, teniendo en cuenta lo difícil que puede ser cambiar hábitos.
En el Budismo Primitivo, la Cadena de Doce Eslabones de Originación Causal es una aplicación específica que describe la cadena de causalidad desde la ignorancia hasta el sufrimiento, y fue una de las primeras meditaciones en la Originación Interdependiente. La misma demuestra claramente cómo (1) la ignorancia de las causas del sufrimiento conduce al sufrimiento, (2) cómo despertar a esas causas y (3) intervenir en el ciclo en el punto apropiado conduce al colapso de la cadena, o al cese de la misma. En esencia, es una exposición mucho más detallada de las Cuatro Nobles Verdades. Esto se debe a que la Originación Interdependiente muestra que el individuo y su entorno son inseparables, sin una demarcación clara. Sin conocer las causas fundamentales del sufrimiento (anhelo y apego), un individuo continuará reaccionando ignorantemente a cualquier condición que surja en el mundo, sea cual sea su origen.
El Gran Maestro Chih-i, en su Shoshikan, se refiere a esta meditación como un remedio para el letargo y la somnoliencia, y dice: "El letargo se refiere a una mente nubada por los procesos mentales subjetivos, mientras que la somnoliencia se refiere a cuando los cinco sentidos están tan cubiertos por el letargo que uno poco a poco se apaga y desea dormir....Esto es capaz de destruir la intención del Dharma que genera bienaventuranza en esta y en futuras vidas y la realización del Nirvana".
Para poner en práctica esta meditación tradicional, medite como de costumbre en su práctica diaria, siendo consciente de lo que surge y desaparece en su cuerpo y en su mente. Tenga en cuenta la impermanencia y la falta de independencia del Todo que tiene todo fenómeno que surge y desaparece. Vea si el "yo" surge con el apego a alguno de estos fenómenos. Siga estos pasos:
- Algo surge, una forma de energía que podría ser un deseo, una atracción, un pensamiento o algún tipo de experiencia.
- Haces contacto con él. Nos volvemos conscientes de esta energía a través de una o más de nuestras seis bases sensoriales internas (ver, oír, tocar, saborear, oler, pensar).
- Surge una sensación que puede ser agradable, desagradable o neutra. Si es neutral, muere. Si es agradable o desagradable, esto puede provocar apego.
- Surge el deseo.
- El deseo puede llevar al apego; una versión más intensificada que puede conducir a acciones intencionales (pensamientos, palabras y hechos).
- Surge el "yo" o el ego finito. Un “yo” nace y nos identificamos con él creando un receptáculo para que ocurra el sufrimiento.
- El "yo" sufre. Por ejemplo, puede querer que una experiencia agradable continúe o vuelva a ocurrir y no es así; o puede sentir aversión a tener que hacer alguna actividad que no le gusta; el envejecimiento y la muerte suceden a medida que desaparece.
El "Sutra de la Concentración Meditativa" nos dice que antes de practicar esta meditación, el practicante debe reflexionar: "Los seres sintientes y yo estamos en situaciones calamitosas. Siempre naciendo, siempre envejeciendo, siempre enfermando, siempre muriendo, siempre pereciendo y siempre desapareciendo, los seres sintientes lamentablemente no conocen la manera de escapar de esta situación. ¿Cómo pueden ser liberados?". Luego, el Tratado divide nuevamente a los practicantes en tres niveles, y dice:
"Si el practicante está en el nivel introductorio, el maestro debería enseñarle lo siguiente: el nacimiento condiciona la vejez y la muerte; la ignorancia condiciona la conducta. Uno debería contemplar de esta manera sin dejar que la mente se distraiga con otros objetos. Si la mente de uno está distraída, uno debería concentrarla y regresarla a los objetos originales de meditación.
"Si el practicante está en el nivel intermedio, el maestro debería enseñarle lo siguiente: la conducta condiciona la conciencia; la conciencia condiciona el “nombre” y la forma; “nombre” y forma condicionan los seis reinos de cognición; los seis reinos de la cognición condicionan el contacto; condiciones de contacto sensación; sensación condiciona el apego; condiciones de apego aferramiento; aferrarse a las condiciones de existencia. Uno debe contemplar de esta manera sin dejar que la mente se distraiga con otros objetos. Si la mente está distraída, uno debe concentrarla y devolverla a los objetos originales de meditación.
"Si el practicante está en el nivel avanzado, el maestro debería enseñarle lo siguiente: la ignorancia condiciona la conducta; la conducta condiciona la conciencia; la conciencia condiciona el “nombre” y la forma; el “nombre” y la forma condicionan los seis reinos del conocimiento; los seis reinos de la cognición condicionan el contacto; sensación de condiciones de contacto; la sensación condiciona el apego; condiciones de apego aferramiento; aprehender la existencia de las condiciones; la existencia condiciona el nacimiento; condiciones de nacimiento vejez y muerte. Uno debe contemplar de esta manera sin dejar que la mente se distraiga con otros objetos. Si la mente está distraída, uno debería concentrarla y regresarla a los objetos originales de meditación".
Luego, en el caso de los Bodhisattvas, el Tratado nos dice:
"Nada en este mundo surge sin causa o debido a una deidad, cualquier ser humano en particular, o varias condiciones incorrectas. Cuando los Bodhisattvas observan la Cadena de Doce Eslabones de Originación Interdependiente, fijan sus mentes rápidamente, sin dejar que otros objetos las distraigan. Si sus mentes están distraídas, concentran sus mentes y las devuelven a los objetos de meditación. Así observan los doce vínculos y el nacimiento en los tres períodos: el nacimiento anterior, el presente nacimiento y el próximo nacimiento.
"Si un bodhisattva alcanza una mente fija, debe observar que los doce vínculos están vacíos y sin propietario. La ignorancia no percibe que crea conducta. La conducta no percibe que ha surgido de la ignorancia. La conducta simplemente surge condicionada por la ignorancia. Es como un brote que surge de la semilla de una planta. La semilla no percibe que produce el brote. Tampoco el brote percibe que ha surgido de la semilla. Asimismo, hasta la vejez y la muerte. El Bodhisattva observa y se da cuenta de que cada uno de estos doce vínculos no tiene ni propietario ni un yo independiente. Es como las plantas del mundo externo que no tienen propietario. Simplemente por puntos de vista erróneos, uno malinterpreta que existe el yo."
Según el Gran Maestro Chih-i, en su tratado "El Significado Profundo del Sutra del Loto", dice: "Al practicar constantemente la Meditación de la Originación Interdependiente y la Meditación de la Pureza, la Felicidad, la Eternidad y el Verdadero Ser, la mente poco a poco descanzará en su Budeidad Innata."
Sobre los beneficios de esta meditación, en su Shoshikan, el Gran Maestro Chih-i nos dice: "Al practicar esta meditación, el practicante puede súbitamente despertar el Bodhiccita o la Mente de la Iluminación, destruyendo las causas de la ignorancia y los factores kármicos determinantes, percibiendo la total unidad del ser con la Existencia".
En resumidas, usted es un fenómeno en el nexo causal de la misma manera que una onda es un fenómeno del océano. Una ola no es un pedazo de océano en la misma forma en que un ladrillo es una pieza de una pared. Una ola es el océano. Una onda es un fenómeno distinto que no se puede separar del mar en la forma en que un ladrillo se puede sacar de una pared. Cuando las causas y condiciones forman una ola, no se añade nada al océano. Cuando la actividad de la onda cesa, nada se elimina del océano. Somos como olas en un océano. Por eso el Budismo enseña que no existe el nacimiento ni la muerte. Si no has nacido nunca (no te has separado de la Totalidad), no puedes morir (ya que no hay un "yo" que experimente la muerte). Todo en el universo está interconectado, todo es uno con todo lo demás.
Meditación de la Respiración
La cuarta de las Cinco Meditaciones Tradicionales, la Meditación de la Respiración, fue hecha para contrarrestar los pensamientos que nublan la mente. En sánscrito, esta meditación es llamada Ānāpānasati. La Meditación en la Respiración es la práctica que nos devuelve a lo más natural y esencial de nuestra vida: respirar. Con la Meditación en la Respiración, la respiración es el objeto de la meditación, de la conciencia. No se necesita una gran concentración, solo mera conciencia. Cuando nuestra mente permanece con la respiración, naturalmente se calma, siente una sensación de alivio del mundo externo y, lenta y naturalmente, vuelve su enfoque hacia adentro.
El Gran Maestro Chih-i, en su Makashikan, nos dice: "Si, cuando practicas la meditación, tu mente está llena de pensamientos, y si estás rodeado por el contacto con los Tres Venenos de la avaricia, el enojo y la ignorancia, debes usar la Meditación de la Respiración."
Para practicar esta meditación, como con toda meditación, lo mejor es elegir un lugar tranquilo y desierto y sentarse con las piernas cruzadas, manteniendo el cuerpo erguido pero no rígido. Respire normalmente, concentrándose en el lugar donde la respiración entra y sale, ya sea en la punta de la nariz, o donde se siente en el área justo debajo de las fosas nasales. Cuando la respiración es larga, tenga en cuenta la inspiración larga; exhale prolongadamente, siendo consciente de la exhalación prolongada; si tiene una respiración corta, tenga en cuenta la respiración corta, y así sucesivamente. Uno nota de manera inquebrantable lo que hay en ese momento. El meditador se concentra, notando con precisión toda la respiración a medida que entra y sale por la punta de las fosas nasales. A medida que la respiración se vuelve más tranquila, tenga en cuenta eso también.
Si el meditador tiene problemas para concentrarse en la respiración, existen varios métodos que pueden ayudarlo a desarrollar la concentración. Contar las respiraciones es un buen método para los principiantes que no están acostumbrados a concentrar la mente en un punto. Sea consciente de la inspiración y la espiración como una respiración completa, contando sólo al final del proceso, luego cuente de uno a cinco; comience de nuevo, contando del uno al seis, luego del uno al siete, del uno al ocho, del uno al nueve, del uno al diez. Si pierde la cuenta en algún punto intermedio, debe comenzar de nuevo desde el principio hasta que haya logrado una serie ininterrumpida. Si cuenta menos de cinco respiraciones completas, entonces la mente se inquieta, mientras que si cuenta más de diez, comenzará a pensar en los números en lugar de en la respiración. Después de una o dos repeticiones de esto, la concentración debería ser más fuerte y puede volver a anotar simplemente las respiraciones. Para practicar este método, siga lo siguiente:
- En la primera etapa, utiliza el conteo para concentrarse en la respiración. Después de la exhalación, cuenta uno, luego inhala y exhala y cuenta dos, y así sucesivamente hasta diez, y luego comienza de nuevo en uno.
- En la segunda etapa, cambia sutilmente el lugar donde respira, contando antes de la inhalación, anticipándose a la respiración que viene, pero aún contando de uno a diez, y luego comenzando de nuevo desde uno.
- En la tercera etapa, dejas de contar y solo observas la respiración a medida que entra y sale.
- En la etapa final, el foco de concentración se estrecha y se agudiza, por lo que prestas atención a la sensación sutil en la punta de la nariz donde la respiración entra primero y sale del cuerpo por última vez.
En su Makashikan, Chih-i nos dice: "Por medio de esta meditación, puedes abrir las puertas de la liberación, iluminando tu camino".
El "Sutra de la Concentración Meditativa nos da luego un ejemplo de cómo debe practicar esta meditación el Bodhisattva:
Al practicar esta meditación, el Bodhisattva debe practicar tres elementos de reconocimiento, a saber, el reconocimiento de los seres sintientes, el reconocimiento conforme al Dharma y el reconocimiento de los elementos que no surgen.
"¿Qué es el reconocimiento de los seres sintientes? Si todos los seres sintientes calumnian, golpean o matan a un Bodhisattva, o le hacen varias cosas malas, él no se enoja, odia ni enoja. No solo soporta este tratamiento, sino que también muestra simpatía y compasión hacia esos seres sintientes. Busca varias cosas buenas para esos seres y desea que ellos logren todo. Él los tiene así en la mente. Luego se les hace comprender gradualmente la realidad de todos los elementos, como si una prenda estuviera impregnada de un aroma.
"Es como una madre tierna que ama y amamanta a su bebé. A ella no le importan las cosas sucias del bebé, sino que con un amor cada vez mayor quiere ayudarlo a obtener placer. Lo mismo ocurre con el practicante. Incluso si todos los seres sintientes cometen varios males, su mente no se anima o desanima por sus prácticas puras o impuras. No retrocede ni retrocede. Entonces él piensa: 'Salvaré exhaustivamente a seres sintientes ilimitados en las diez direcciones y haré que alcancen el despertar completo de los Budas'. Pacientemente, su mente no retrocede, no se arrepiente ni se retrae. Tampoco es indolente, cansado, asustado o preocupado. Él fija su mente resueltamente en este reconocimiento de los seres sintientes.
"Medita sobre ello de tres formas y no deja que su mente se distraiga. Si su mente está distraída, la concentra y la devuelve a los objetos originales de meditación. A esto se le llama reconocimiento de seres sintientes.
"¿Cuál es el reconocimiento conforme al Dharma? El Bodhisattva ya ha logrado el reconocimiento de los seres sintientes, lo que tiene méritos ilimitados. Sabe que las felices recompensas de estos méritos son impermanentes. Entonces está cansado de la impermanencia y busca la felicidad eterna. También busca el Dharma eterno para los seres sintientes. Ya sea material o inmaterial, visible o invisible, tangible o intangible, contaminado o puro, condicionado o incondicionado, superior, medio o inferior, busca su realidad. Cual es la realidad No es permanente o impermanente, agradable o desagradable, vacío o no vacío, con alma o sin alma...
"¿Qué es el reconocimiento de elementos no emergentes? La sabiduría, la fe y la diligencia aumentan para aquellos de capacidad superior en el Dharma de la realidad antes mencionado. A esto se le llama reconocimiento de elementos que no surgen. En el Dharma, la sabiduría, la fe y la diligencia aumentan en las etapas de calor y cumbre y como resultado uno alcanza la etapa de reconocimiento. El reconocimiento se llama así porque es el reconocimiento del Nirvana y el reconocimiento de elementos puros. Dado que uno alcanza y ve algo nuevo, se llama 'reconocimiento'. En el caso del reconocimiento de elementos [no emergentes], el asunto es el mismo."
El aliento es la fuente de la vida. Cuando la respiración se detiene, el cuerpo es sólo un objeto sin vida, y debido a que el sistema nervioso ya no funciona, la mente desaparece. Así vemos que la vida es preservada por el aliento, el cual une el cuerpo con la mente asegurando su existencia. Aunque no puedes verlo, el aire entra y sale por tus fosas nasales cuando respiras. Así que el cuerpo y la mente estan unidos por el aliento.
El Gran Maestro Chih-i, en su tratado titulado "Las Seis Puertas del Dharma Sublime" (Rokumyo Homon), detalla la práctica de la Meditación en la Respiración en la escuela Tendai, y la divide en Esto puede dividirse en seis prácticas y tres niveles: (I) Práctica Preliminar - 1. Contar las respiraciones, y 2. Seguir las respiraciones; (II) Práctica Principal - 3. Dejar de seguir las respiraciones, y 4. Contemplar las respiraciones; y (III) Práctica de Conclusión - 5. Realizar que el aliento y la respiración (el que respira) son inseparables, y 6. Realizar el ser puro.
Veamos los Seis Pasos para la Meditación de la Respiración según Chih-i en su Rokumyo Homon:
- Cuente las Respiraciones - Después de haber regulado su aliento para que no sea ni muy profundo ni muy superficial, cuente lentamente del uno al diez, ya sea en respiraciones o en expiraciones. Fije su atención en el conteo para que su mente no divague. Si nota que su mente se ha ido a otro lugar y ha perdido la cuenta, vuelva al uno y comience de nuevo. Con la práctica, usted progresará en este procedimiento y su respiración se hará tan fina que sera casi imperceptible.
- Siga las Respiraciones - Deje de contar las respiraciones, pero concentre su mente en seguirlas dentro y fuera fisicamente. De esta manera, su mente y su respiración se harán mutuamente dependientes. A medida que su mente se vuelve más pacífica, notará las longitudes de sus respiraciones y se sentirá como si pasaran a través de todos los poros de su cuerpo. Su intelecto está ahora tranquilo y quieto.
- Deje de seguir las Respiraciones - Deje de poner atención en la respiración pero hágalo intencionalmente (pero sin quererlo) fijando su mente en la punta de su nariz Al hacer esto de repente se dará cuenta de que su cuerpo y mente parecen desaparecer y usted estará en un estado de total calma.
- Contemple las Respiraciones - Aunque este estado de quietud es muy agradable, el siguiente paso es volver la mente sobre sí misma. Las respiraciones dentro y fuera ahora parecerán ser como el viento en el vacío y como si no tuvieran realidad propia. Con la práctica habrá una clara sensación de que la respiración entra y sale del cuerpo a través de todos sus poros.
- Dese cuenta de que la Respiración y el que Respira son Inseparables - Todavía tendrá la impresión de una mente subjetiva que contempla el aliento objetivo. Estos son vistos como dos partes de una dualidad y significa que no se ha alcanzado el estado absoluto de la mente fundamental. El 'conocedor subjetivo' sigue a 'la respiración' a medida que se eleva y cuando cae. Pero tanto el "ascenso" como la "caída" son fundamentalmente ilusorios e irreales: son como "olas" que surgen del "agua", las cuales sólo parecen existir. La mente que se levanta y cae no es la verdadera, subyacente, existe la mente increada. La mente está más allá de todo y por lo tanto es nula. No hay mente subjetiva que contemple ni objeto que se contemple. El conocimiento y su objeto desaparecen.
- Dese cuenta del Ser Puro - Todavía existe una idea de ningún conocimiento y ningún objeto. Esto se elimina cuando la mente se vuelve pura y limpia por no discriminar. La mente se vuelve como agua tranquila y no contiene pensamientos discriminatorios (irreales). El regreso de lo falso a lo real es como las olas que se extienden para revelar el agua, finalmente volviendose uno con el mar.
Meditación en el Buda
La quinta meditación tradicional, la Meditación en el Buda, fue hecha para aquellos que son acosados por otros problemas. A lo largo de los siglos, la Meditación en el Buda (Buddhanussati) ha sido uno de los temas de meditación más populares de toda la tradición budista. Es tan popular entre los budistas Hinayana como entre los seguidores del Budismo de la Tierra Pura. En sánscrito, esta meditación es llamada "Buddhānusmṛti".
El Gran Maestro Chih-i, en su Makashikan, nos dice: "Si tus ofensas son tantas que no puedes concentrarte en tu meditación y en el camino budista, practica la Meditación en el Buda. Al entrar en contacto con los rasgos del Buda, todos los obstáculos en tu práctica desaparecerán, percibirás a los Budas en las diez direcciones, podrás concentrarte en el Verdadero Aspecto de la Realidad, y abrirás la puerta del Nirvana".
Para practicar la Meditación en el Buda, siéntese en una postura cómoda. Si desea, puede usar un rosario budista (Mala o Juzu-Nenju). Primero, relaje las tensiones en su cuerpo y aclare su mente practicando algunas rondas de respiración consciente. Luego, con el ojo de su mente, vea ante usted una imagen hermosa e inspiradora del Buda, como si estuviera sentado en su presencia. Debe estar sentado tranquilamente en meditación. Su rostro debe ser sereno, gentil, bondadoso y compasivo; su cuerpo dorado debería irradiar un aura de luz suave. Dado que este no es un ejercicio de visualización, no es necesario visualizar la imagen en detalle, solo lo suficiente como para que sirva de base para contemplar las cualidades del Buda.
Luego, recuerda la palabra Araham, "el Purificado", y así contempla la inmaculada pureza de la mente del Buda. Recuerde al Buda como alguien cuya mente está limpia para siempre de todas las manchas y contaminaciones: las malsanas cualidades mentales de la codicia, el odio y la ilusión y sus derivados, como la ira, la vanidad, la envidia, la arrogancia, la preocupación y la duda. Reflexione durante uno o dos minutos en la pureza de la mente del Buda. Si la idea de la pureza mental sigue sin estar clara, concéntrese en la imagen mental del Buda y trate de ver cómo la pureza de su mente se manifiesta en su forma corporal: su expresión facial suave y gentil, sus modales agraciados, su aura corporal. No construyas pensamientos elaborados sobre la pureza del Buda. Simplemente concéntrese en cualquier idea que imprima en su mente una impresión distintiva del Buda como alguien que está completamente purificado. Deje que esta cualidad de pureza completa fluya en su propia mente y corazón y lo impregne de un sentimiento de pureza.
Después de uno o dos minutos, recuerde el término Samma Sambuddho, "el Perfectamente Iluminado". Con la ayuda de esta frase, contemple la sabiduría perfecta del Buda: profunda, vasta y luminosa, penetrando por todas partes sin obstrucción. Ha comprendido todos los principios del Dharma; ha entendido todos los fenómenos en términos de sus características generales, sus características distintivas y sus relaciones condicionantes. Si la idea de la sabiduría perfecta sigue sin estar clara, concéntrese en la imagen mental del Buda y trate de ver cómo su sabiduría perfecta se manifiesta en su forma corporal: su postura digna, su autodominio, su equilibrio meditativo, su acto de gracia de enseñar a otros. No construyas pensamientos elaborados sobre la sabiduría del Buda. Simplemente concéntrese en cualquier idea que le transmita una impresión distintiva del Buda como alguien que es perfectamente sabio. Deje que esta cualidad de sabiduría perfecta fluya en su propia mente y corazón, inspirándolo a desarrollar sabiduría.
Una vez más, después de uno o dos minutos, recuerda la palabra Bhagavat, "el Bendito". Con la ayuda de esta palabra, contemple la gran compasión del Buda, que floreció en la perfección de todas las excelentes cualidades: generosidad desinteresada, conducta impecable, altruismo ilimitado, ecuanimidad inquebrantable, enorme poder espiritual. Vea al Buda derramando una corriente interminable de enseñanzas del Dharma para beneficiar a innumerables seres sintientes de acuerdo con sus disposiciones. Si la idea de la gran compasión del Buda sigue sin estar clara, concéntrese en la imagen mental del Buda y trate de ver cómo su compasión se manifiesta en su forma corporal: su expresión facial suave y gentil, sus rasgos físicos sublimes, su acto de gracia de enseñar a otros. No construyas pensamientos elaborados sobre la compasión del Buda. Simplemente concéntrese en cualquier idea que le permita adquirir una impresión distintiva del Buda como el compasivo, la encarnación de todas las cualidades excelentes. Deje que esta cualidad de gran compasión fluya en su propia mente y corazón, despertando en usted gratitud, reverencia y devoción.
Mientras practicas el recuerdo del Buda, da vueltas a las virtudes del Buda en tu mente, una y otra vez: pureza inmaculada, sabiduría perfecta, compasión ilimitada; pureza inmaculada, sabiduría perfecta, compasión sin límites. Puede insistir en una cualidad en particular más tiempo que en las demás, pero lo ideal es que intente dar a cada cualidad el mismo tiempo. Proceda de esta manera durante el período de meditación.
El "Sutra de la Concentración Meditativa" divide nuevamente a los practicantes en tres niveles y nos dice:
"El quinto método es una práctica diseñada para curar a las personas con problemas múltiples. Este método también está destinado a personas que han cometido graves transgresiones y que buscan ayuda del Buda. El maestro debería enseñar a esas personas a concentrarse en llamar al Buda a la mente. Hay tres tipos de personas que practican la concentración para recordar al Buda: elemental, intermedio y avanzado.
"Si el practicante está en el nivel elemental, el maestro debería llevarlo a una estatua del Buda o enseñarle a ir allí solo y hacerle observar claramente las marcas corporales mayores y menores de la estatua. Cuando cada marca se haya aclarado en su mente, debe retener con determinación esa imagen mental y regresar a un lugar silencioso. Allí observa la estatua del Buda con su ojo mental y no deja que la mente se desvíe. Fija su mente en la estatua sin dejar que otros objetos la distraigan.
"Si la mente está distraída, debe concentrarla, de modo que siempre esté fija en la estatua. Si la mente no está fija, el maestro debe enseñarle diciendo: 'Deberías culpar a tu mente de la siguiente manera: Las transgresiones que he cometido a causa de ti (es decir, la mente) son incontables. Entre los diversos sufrimientos en los ilimitados reinos del Samsara, no hay ninguno que no haya experimentado. En los infiernos, tragué cobre derretido y repetidamente comí bolas de hierro ardiendo. En el reino de los animales, comí excrementos y devoré pasto. En el reino de los fantasmas hambrientos, sufrí de hambre. En el ámbito de los seres humanos, sufrí de pobreza. En el reino de las deidades, estaba angustiado por la pérdida inevitable de objetos deseables. Como siempre te he seguido, me has hecho sufrir estas diversas agonías físicas y mentales, que en verdad eran ilimitadas. Ahora tengo que controlarte. Tienes que seguirme. Ahora te fijaré en un solo lugar. Nunca más volveré a estar preocupado por ti ni experimentaré sufrimiento como antes. Siempre me has molestado. Ahora tengo que molestarlos con esta empresa'.
"Si sigue practicando de esta manera sin dejar que su mente se distraiga, entonces alcanzará el ojo mental y verá los rayos de luz que emanan de las marcas corporales mayores y menores de la estatua budista. La imagen mental no será diferente de la imagen que uno ve con los ojos físicos. Así, fijar la mente se llama meditación de un practicante elemental.
"En ese momento, debería seguir reflexionando de la siguiente manera: '¿De quién es esta imagen? Ésta es una imagen del Buda Shakyamuni en el pasado. Aunque ahora veo la estatua del Buda, de hecho, la estatua no ha venido aquí, ni yo he ido allí. Por imaginación mental vi al Buda del pasado. Cuando su espíritu descendió del cielo de Tushita, el cielo y la tierra temblaron. Tenía las treinta y dos marcas principales de una gran persona.
"Los rayos de luz de su cuerpo iluminaron a fondo los mundos ilimitados. Cuando recién nació, caminó siete pasos y pronunció palabras esenciales. Se convirtió en un recluso, practicó el ascetismo y sometió a los ejércitos de demonios bajo el árbol Bodhi. En el crepúsculo de la tercera vigilia, alcanzó el Despertar correcto. Los rayos de luz eran claros e iluminados a lo lejos, llenando las diez direcciones y llegando a todas partes. Las deidades ofrecieron canciones con el acompañamiento de cuerdas en el cielo; esparcieron más pétalos y llovieron perfume. Todos los seres sintientes lo respetaban sin límites. Caminó de forma independiente por sí mismo en el mundo triple. Cuando miró hacia atrás, giró su cuerpo como un rey elefante. Miró el árbol de la bodhi. Cuando giró por primera vez la rueda del Dharma, las deidades alcanzaron el despertar. Él así alcanzó el Despertar por sí mismo y alcanzó el nirvana. Así, el cuerpo del Buda impresiona a las personas sin límites. Uno debe recordar al Buda sin distraerse. Si la mente de uno está distraída, [uno debería] concentrarla y regresarla a los objetos originales de meditación. Por tanto, la mente de uno no se ve perturbada. En ese momento, uno puede ver un Buda, dos Budas, hasta los cuerpos físicos de los Budas en los mundos ilimitados en las diez direcciones. Uno puede ver todo esto con la imaginación mental.
"Habiendo logrado ver a los Budas, uno escucha las palabras de su predicación. De lo contrario, uno se plantea preguntas por sí mismo, para quien el Buda predica y resuelve diversas dudas. Si uno ha dominado la práctica de llamar a la mente el cuerpo del Buda, debe recordar además el meritorio cuerpo del Dharma, la gran sabiduría ilimitada, el intelecto infinitamente profundo y las virtudes inconmensurables.
"Entonces el practicante recuerda además, de la misma manera, las virtudes divinas de dos Budas, tres, cuatro, cinco, hasta los Budas ilimitados que llenan todo el espacio. Entonces, nuevamente el practicante ve solo un Buda. El practicante puede ver que un Buda se convierte en los Budas en las diez direcciones, y que los Budas en las diez direcciones se convierten en un solo Buda. Puede transformar un color en los colores de oro, plata, cristal y berilo; según el deseo de la gente, puede mostrar cualquier cosa. En ese momento, medita en sólo dos cosas: el Buda y las virtudes de los Budas. No tiene otro pensamiento. La mente alcanza el control total y no se distrae más. Aquí es cuando se logra la concentración en llamar al Buda a la mente.
"Si la mente está distraída y los pensamientos están en los cinco objetos de los sentidos, o si uno está ocupado con seis tipos de pensamientos, debe controlar la mente por la fuerza y someterla. Piense así: la existencia como ser humano es difícil de obtener y el Buddha Dharma es difícil de encontrar. Por lo tanto, se dice que el sol es el mejor entre varios tipos de luz, y el Buda es el mejor entre varias personas sabias. ¿Por qué razón? Debido a que el Buda siempre da lugar a una gran compasión por todas las personas, él ofrece incluso su propia cabeza, ojos, médula y cerebro para salvar a los seres sintientes. ¿Cómo podría uno descuidar sin pensar la práctica de recordar al Buda y traicionar su gran favor?
"Si el Buda no emergiera en el mundo, no habría caminos que conduzcan al renacimiento como un ser humano o deidad o al Nirvana. Si uno ofrece incienso y flores al Buda, o si erige una estupa para el Buda usando sus propios huesos, carne, sangre y tuétano, no es igual a un practicante que hace ofrendas del Dharma y alcanza Nirvana. Incluso en el último caso, uno traiciona el favor del Buda. Entonces incluso si la práctica de llamar al Buda a la mente es completamente infructuosa, aún así, uno debe esforzar la mente y tener las virtudes del Buda en mente sin olvidarlas. De ese modo, uno paga el favor al Buda.
"No hace falta decir que si uno recuerda al Buda y, por lo tanto, adquiere varios tipos de concentración y sabiduría, y pasa a alcanzar la Budeidad, y aún así no tiene las virtudes del Buda en mente con devoción, sería una gran traición a su favor. Por lo tanto, un practicante siempre debe dedicar su mente a esta práctica sin dejar que su mente se distraiga. Si puede ver al Buda, puede preguntarle sobre sus dudas. Por lo tanto, como se dijo anteriormente, llamar al Buda a la mente resuelve el problema de aquellos que están igualmente preocupados por múltiples problemas y han cometido otras transgresiones graves...
"Habiendo alcanzado esta concentración, el practicante debe recordar las múltiples e ilimitadas virtudes del Buda, es decir, toda la sabiduría, comprensión, intuiciones y virtudes. El Buda ha alcanzado una gran amabilidad, gran compasión y libertad. Fue el primero en escapar del caparazón de la ignorancia, y logró los cuatro tipos de valentía, cinco ojos, diez poderes y dieciocho rasgos distintivos. Puede eliminar el sufrimiento ilimitado, salvar a los seres del miedo a la vejez y la muerte, y darles el Nirvana que es la paz eterna. El Buda tiene este tipo de múltiples e ilimitadas virtudes.
"Habiendo pensado así, el practicante mismo pide un deseo y dice: Algún día alcanzaré el cuerpo de un Buda cuyos méritos son tan majestuosos como este'. Luego hace un gran voto: 'Con todos mis méritos del pasado y del presente, buscaré el despertar completo de los Budas y no buscaré otras recompensas'. Piensa además lo siguiente: 'Todos los seres sintientes son verdaderamente dignos de lástima. Los meritorios cuerpos de los Budas son tan majestuosos como este. ¿Por qué los seres sintientes buscan otro karma y no buscan la Budeidad? Es como un hijo ciego de una familia noble que ha caído en un pozo profundo y, presionado por el hambre, come estiércol o barro. El padre se compadece mucho de él y crea un medio para salvarlo del abismo profundo y le sirve una comida excelente'. El practicante piensa así: 'Del mismo modo es la ambrosía del mérito de los dos cuerpos de los Budas. Los seres sintientes, sin embargo, han caído en el pozo profundo del Samsara y comen diversas impurezas. Con gran compasión salvaré a todos los seres sintientes y haré que alcancen el Despertar completo de los Budas y alcancen la otra orilla (Nirvana) del río del Samsara. Así los satisfaceré con el sabor del Dharma de varios méritos. Deseo que puedan alcanzar la totalidad del Buddha-Dharma. Escuchar, cantar, memorizar, cuestionar, practicar la meditación y obtener frutos son los pasos hacia la Budeidad. Haré grandes votos esenciales y llevaré la armadura de los tres votos. Afuera derrotaré a una multitud de demonios, y adentro aplastaré a los pícaros de las impurezas vinculantes. Entraré en el camino derecho y no me desviaré. Si uno compara estos tres votos con innumerables otros votos, todos los votos están incluidos en estos tres, porque estos tres salvan a los seres sintientes y les permiten alcanzar el Despertar completo de los Budas'. Así piensa y así desea. A esto se le llama la concentración de los Bodhisattvas en recordar a los Budas."
La Meditación en el Buda dio paso a la recitación del Nombre de los Budas, como el del Buda Amida ("Namu Amida Butsu") y la visualización del Buda Amida y su Tierra Pura de la Bienaventuranza, llamada el Nembutsu, las cuales veremos próximamente en futuras entradas.
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En la próxima entrada, veremos la meditación preferida en la escuela Tendai, la Meditación Shikan de Samatha y Vipassana.
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Estas prácticas son parte del futuro libro: "Alcanzando la Budeidad: Prácticas Budistas en Nuestro Camino al Despertar" (Hikari Publishing 2021). Copyright - Todos los Derechos Reservados.