Tal vez uno de los rasgos más distinguibles del Maestro Shinran, comparado con los otros maestros budistas del Periodo Kamakura, era su total honestidad y transparencia. Shinran se mostraba a sí mismo como un espejo para que todos pudieran ver la verdadera naturaleza humana; su verdadera naturaleza mundana; nuestro ser finito y falso. Los Grandes Maestros del pasado como Chih-i, Saicho y los demás parece casi mítico, iluminando la historia y el presente como grandes luminarias - ejemplos de perfección. El Maestro Honen era sincero y abierto, pero aún mostraba los rasgos de una persona santa. Los Maestros Eisai y Dogen se encontraban por las nubes, predicando el Dharma desde las alturas de nuestra Verdadera Naturaleza - el ideal - nuestra Naturaleza Búdica. Nichiren se creía superior a todos; el más santo de los santos, mientras condenaba a todos los demás maestros y escuelas al Infierno. Solo el Maestro Shinran nos muestra en sus escritos cómo realmente se veía, su verdadera naturaleza humana pecaminosa desnuda, y con ello, nos permite a todos nosotros ser sinceros con nosotros mismos y ver que por más buenos y rectos creamos que somos, solo nos estamos engañando; es solo otra trampa del ego.
El Maestro Shinran escribe sobre la naturaleza humana cuando nos dice en sus confesiones:
"Aunque me refugio en el verdadero camino de la Tierra Pura,
es difícil tener una mente verdadera y sincera.
Este yo es falso e insincero;
carezco por completo de una mente pura.
"Cada uno de nosotros, en nuestro comportamiento exterior,
aparenta ser sabio, bueno y dedicado;
pero tan grandes son nuestra codicia, ira, perversidad y engaño,
que estamos llenos de toda forma de malicia y astucia.
"Es extremadamente difícil poner fin a nuestra naturaleza malvada;
la mente es como una serpiente venenosa o un escorpión.
Nuestras buenas acciones también están envenenadas;
por eso se las llama prácticas falsas y vacías.
"Aunque no tengo vergüenza ni reproche alguno,
y me falta una mente de verdad y sinceridad,
debido a que el Santo Nombre está dirigido por el Buda Amida,
sus virtudes llenan las diez direcciones.
"Si no tengo ni un poco de amor ni de compasión,
no puedo esperar beneficiar a los seres sintientes.
Si no fuera por el barco del Juramento del Buda Amida,
¿cómo podría cruzar el océano de la existencia dolorosa?
"Con mentes llenas de malicia y astucia, como serpientes y escorpiones,
no podemos lograr buenas acciones a través del Poder Propio;
y a menos que nos confiemos a la dirección de la virtud del Buda Amida,
terminaremos sin conocer la vergüenza ni el autorreproche."
Aquí el Maestro Shinran abre su corazón y muestra lo que todos poseemos: los Tres Venenos. Shinran se usa a sí mismo como un espejo para que todos podamos - iluminados por la Luz del Buda Eterno - reconocer nuestras sombras y ver cómo realmente somos, no como ilusoriamente pensamos. Sus confesiones son cónsonas con su enseñanza, mostrándonos que el pensar que smos buenos o virtuosos es solo otra de las trampas del ego. Su propia experiencia espiritual fue testamento de ello y nos sirve como guía para nuestro avance en el Camino a la Budeidad.
A veces, por ser budistas, pensamos que somos buenos o superiores en virtud a los demás, pero no hay peor engaño de Mara que este. El Maestro Shinran nos invita a ser honestos con nosotros mismos. De hecho, Shinran nos dice que si no somos honestos con nosotros mismos (debemos recordar que la Tradición Budista coloca el reconocimiento de nuestra naturaleza mundana y falsa como el primer requisito para la transformación espiritual), no podremos avanzar espiritualmente y no podremos recibir el Regalo de Salvación del Buda. Este es el primer paso para nuestro Renacimiento. Es por eso que el Maestro Shinran nos recuerda:
"Exteriormente, no debemos asumir que somos sabios, buenos, refinados ni puros; ya que nuestras mentes están llenas de falsedades. Nuestras almas son un compuesto de avaricia, enojo e ignorancia, y tratamos de imponerlas a nuestros semejantes. Somos malos por naturaleza, como serpientes venenosas. Por ello, nuestros pensamientos y acciones no pueden ser considerados buenos o sinceros, porque su raíz es impura y falsa. Entrar al Paraíso del Buda Amida, con pensmaientos y acciones impuras y pecaminosas, es imposible".
Muchas personas piensan que al convertirse al Budismo (así como al Meditar o Recitar el Santo Nombre del Buda) todos sus problemas se resolverán y automáticamente serán Budas. Pero cuando realmente nos dedicamos al Verdadero Budismo, lo primero que hacemos es mirarnos ante el Espejo del Dharma. Cuando nos vemos en el Espejo del Dharma y somos iluminados por la Luz del Buda, podemos ver quiénes realmente somos: nuestros defectos, nuestras fallas, nuestros pecados, nuestra oscuridad, nuestro feo y ego y nuestra distorcionada imagen del mundo y de nosotros mismos. Incluso toda buena acción que hacemos, nos dice Shinran en las líneas arriba, es porque sabemos (aunque sea bien dentro de nuestro ser; inconscientemente) que seremos recompenzados. Todo bien que hacemos lo hacemos para recibir algo a cambio o sentirnos bien con nostros mismos. No hay realmente ni un destello de altruismo en nuestra naturaleza mundana. Por eso Shinran las llama "prácticas falsas y vacías".
Sin embargo, es cuando nos vemos cara a cara con nuestro ser finito y falso que vemos que no hay nada que podamos hacer por nosotros mismos. Todos nuestros esfuerzos o Poder Propio por alcanzar la Budeidad o el Renacimiento son en vano, pues no hay nada bueno en ellos. Es este primer paso - el reconocimiento de nuestra naturaleza imperfecta y pecaminosa, incapaz de salvarse - lo que nos permite encomendarnos comletamente al Buda Amida y recibir su Regalo de Salvación, permitiéndonos Renacer como verdaderos budistas; tener una nueva vida, en esta y en la próxima.
Entonces, la conducta diaria de un budista debe ser una de profunda humildad (natural, no fingida) y de agradecimiento (por el Regalo de Salvación del Buda Eterno), algo que surge natural y espontáneamente como resultado de la Gracia del Buda. El Maestro Shinran nos dice:
"No tengo nada bueno y no temo nada malo, porque creo en la Divina Voluntad del Buda Amida, que es el bien supremo y no puede ser obstruido por ningún mal. Sin embargo, la mayoría de la gente piensa que sin buenas acciones realizadas a la perfección y sin expiar sus pecados mortales, no podríamos entrar en la Tierra Pura. No tienen la razón. Si podemos dejar de hacer el mal y comenzar a practicar buenas acciones de todo corazón, con el deseo de renacer en la Tierra Pura, el Buda Amida no tiene nada que ver con nosotros. ¡Qué lamentable es que mientras se cometen diversos crímenes y pecados a pesar de nuestros esfuerzos en contra, las buenas acciones son siempre tan difíciles de realizar! El Buda Amida otorga el Bien Supremo a aquellos que no piensan en su propia bondad o maldad, sino que se vuelven a él con sencillez, confianza y con corazones obedientes."
Aquí Shinran nos dice que, aunque no posee ninguna raíz del bien, tampoco teme ningun mal, pues la Gracia del Buda Amida es absoluta y omnipotente. A mayor la intensidad de la luz, mayor la longitud de las sombras. A medida que somos iluminados por la Gracia del Buda Amida, más podemos ver nuestros pecados e imperfecciones y ver que no podríamos alcanzar el Renacimiento o la Budeidad sin la ayuda del Buda Eterno.
El Budismo lleva en este mundo un poco más de 2,500 años, y en todo este tiempo, muy pocas personas han logrado alcanzar la Budeidad. Esto es porque ha sido predicado y practicado de forma errónea. Con estas líneas, el Maestro Shinran nos llama a que recapacitemos sobre la forma en la cual hemos estudiado y practicado las Enseñanzas Eternas del Buda y reclamemos nuestra Herencia Dhármica, pero esto solo es posible cuando seamos honestos con nosotros mismos y nos abramos en mente y corazón para recibir el Regalo de Salvación.
El Budismo no es para santos y personas perfectas. El Buda apareció en este mundo precisamente porque somos malos e imperfectos por naturaleza. El Budismo es la herramienta - el regalo - que surge del Universo (Buda Eterno) para poder ayudar a sus criaturas y llevarlas a la perfección y la salvación. Es por eso que Shinran nos dice:
"Algunas personas preguntan: 'Si los hombres malos son recibidos en la Tierra Pura, ¿cuánto más los hombres buenos?'. Pero este pensamiento es contrario a la Voluntad Divina del Buda Amida y a la enseñanza del Buda Shakyamuni. No eran los santos sino la gente común a quienes el Buda Amida buscaba bendecir con Su Bien Supremo. Por lo tanto, si la gente común no entraba en la Tierra Pura para ser recibida como Sus huéspedes de honor, Su Voluntad Divina y Su Poder serían en vano. De la gente común, nuevamente no los hombres buenos sino los malos son los principales objetos de Su Poder Salvador. Por lo tanto, es correcto decir: 'Los hombres buenos son recibidos en la Tierra Pura; ¿cuánto más los hombres malos?'".
Cuando somos iluminados por la Luz de la Gran Compasión, vivimos en su Vida Eterna, profundamente agradecidos por su Regalo de Salvación, por lo que no nos queda otra cosa que vivir una vida llena de gratitud, realizando toda buena acción en respuesta de agradecimiento al Buda Eterno. El Maestro Shinran expresa su profundo agradecimiento al Buda Amida y su Regalo de Salvación cuando nos dice:
"Cuando reflexiono profundamente sobre el Voto del Buda Amida, que surgió de cinco kalpas de pensamiento profundo, me doy cuenta de que fue enteramente por mi propio bien. Entonces, ¡cuánto me lleno de gratitud por el Voto Primordial, en el que Amida decidió salvarme, aunque estoy agobiado por un karma tan pesado!"
En estas líneas, Shinran habla por todos y cada uno de nosotros cuando dice "fue enteramente por mi propio bien", pues el Regalo de Salvación del Buda fue para todos y cada uno de nosotros. Como nos dice Shinran: "Sólo el Nembutsu es verdadero y real." Solo el Amor y la Misericordia del Buda Eterno son reales y verdaderos.
Así, la conducta diaria de un verdadero budista debe ser una de humildad y agradecimiento al Buda Eterno y a la infinidad de vidas que hacen nuestra existencia posible. Es de esta - nuestro Verdadero Ser o Naturaleza Búdica despertada y manifestada por la Gracia del Buda - que surgen espontáneamente (Jinen) los Mandamientos Budistas o Preceptos y las Virtudes Budistas y Paramitas y realizamos el trabajo del Bodhisattva, pues es el Buda Eterno quien trabaja a través de nosotros en el mundo.