El Vidyaraja Yoga se divide en el Camino Óctuple o las Ocho Ramas (Asthanga Yoga) según la filosofía de los Yoga Sutras de Patanjali. Las Ocho Ramas del Yoga de Patanjali ofrecen pautas para una vida significativa y decidida.
En los Yoga Sutras de Patanjali, el Camino Óctuple se llama “Ashtanga”, que literalmente significa “Ocho Extremidades” ("Ashta" = ocho, "anga" = extremidad). Estas Ocho Ramas básicamente actúan como pautas sobre cómo vivir una vida significativa y con un propósito; sirven como una receta para la conducta moral y ética y la autodisciplina; dirigen la atención hacia la salud de uno; nos ayudan a reconocer los aspectos espirituales de nuestra Verdadera Naturaleza - nuestra Naturaleza Búdica-, y nos llevan sistemáticamente al Despertar.
1. Yama - El primer miembro, Yama, se ocupa de los estándares éticos y el sentido de integridad, centrándose en nuestro comportamiento y en cómo nos comportamos en la vida. Los yamas son prácticas universales que se relacionan mejor con lo que conocemos como la regla de oro: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”.
Los cinco Yamas son:
- • Ahimsa: no violencia;
- • Satya: veracidad;
- • Asteya: no robar;
- • Brahmacharya: continencia;
- • Aparigraha: no codiciar;
En el Vidyaraja Yoga, esto equivale a los Preceptos o Mandamientos Budistas de (1) No Matar, (2) No Robar, (3) No Mentir, (4) No Abusar de Intoxicantes y (5) No Utilizar el Sexo Inadecuadamente, aunque se puede extender a los Diez Preceptos o Mandamientos Mayores de (6) No Alardear, (7) No Hablar Frívolamente, (8) No Codiciar, (9) No Enojarse y (10) No Blasfemar los Tres Tesoros.
2. Niyama - Niyama, el segundo miembro, tiene que ver con autodisciplina y observancias espirituales. Asistir regularmente a los servicios del templo, decir gracias antes de las comidas, desarrollar sus propias prácticas de meditación personal o hacer el hábito de realizar caminatas contemplativas solo son ejemplos de Niyamas en la práctica.
Los cinco Niyamas son:
- • Saucha: limpieza y pureza;
- • Samtosa: contentamiento;
- • Tapas: calor; austeridades espirituales;
- • Svadhyaya: estudio de las Escrituras Sagradas;
- • Buddha Pranidhana: rendición al Buda.
En el Vidyaraja Yoga, además de estos, los Niyamas incluyen los Seis Paramitas o Virtudes Budistas de (1) Generosidad (Dāna), (2) Moralidad o Precdeptos (Śīla), (3) Paciencia (Kṣānti), (4) Vigor o Esfuerzo (Vīrya), (5) Meditación o Concentración (Dhyāna) y (6) Sabiduría (Prajñā).
3. Asana - Los Asanas, las posturas practicadas en el Yoga, comprenden la tercera extremidad. En la visión yóguica, el cuerpo es un templo de la Naturaleza Búdica - el Espíritu del Buda en todos los seres - cuyo cuidado es una etapa importante de nuestro crecimiento espiritual. Mediante la práctica de los Asanas, desarrollamos el hábito de la disciplina y la capacidad de concentración, los cuales son necesarios para la meditación. A su vez, los mismos ponen el cuerpo fuerte y saludable para realizar el trabajo del Bodhisattva en el mundo.
4. Pranayama - Generalmente traducido como “control de la respiración”, esta cuarta etapa consiste en técnicas diseñadas para dominar el proceso respiratorio mientras se reconoce la conexión entre la respiración, la mente y las emociones, por medio de los canales energéticos (Nadis) y sus centros principales (Chakras). Como lo implica la traducción literal de Pranayama, “extensión de la fuerza vital”, los ejercicios de respiración no solo rejuvenecen el cuerpo, sino que en realidad extiende la vida misma. Puede practicar Pranayama como una técnica aislada (es decir, simplemente sentarse y realizar una serie de ejercicios de respiración), o integrarlo en su rutina diaria de Vidyaraja Yoga.
En el Vidyaraja Yoga, el Pranayama se realiza de diferentes formas, abarcando tanto los métodos indios tradicionales del Yoga como los métodos chinos del Qigong y los japoneses del Budismo Esotérico (Sanmitsu) a través del uso de Bijas (silabas en sanscrito que contienen a una deidad). El Prana (Ki) se dirige a través de los Chakras para despertar el Kurikara (Kundalini) y acelerar el Despertar y la adquisición de poderes (Siddhis).
Estas primeras cuatro etapas del Ashtanga Yoga de Patanjali se concentran en refinar nuestras personalidades, obtener dominio sobre el cuerpo y desarrollar una conciencia energética de nosotros mismos, todo lo cual nos prepara para la segunda mitad de este viaje, que trata con los sentidos, la mente, y alcanzar un estado superior de conciencia - Samadhi.
5. Pratyahara - Pratyahara, la quinta extremidad, significa retraimiento o trascendencia sensorial. Es durante esta etapa que hacemos el esfuerzo consciente para alejar nuestra conciencia del mundo externo y los estímulos externos. Conscientemente conscientes de, aunque cultivando un desapego de nuestros sentidos, dirigimos nuestra atención internamente. La práctica de Pratyahara nos brinda la oportunidad de dar un paso atrás y mirarnos a nosotros mismos. Este retiro nos permite observar objetivamente nuestros antojos: hábitos que quizás sean perjudiciales para nuestra salud y que probablemente interfieran con nuestro crecimiento interno. Es el primer paso definitivo a la Meditación.
En el Vidyaraja Yoga, utilizamos varios ejercicios de sensibilidad para controlar los sentidos y últimamente traerlos hacia nuestro interior para facilitar la Meditación y el Samadhi.
6. Dharana - A medida que cada etapa nos prepara para la siguiente, la práctica de Pratyahara crea el escenario para el Dharana o la concentración. Habiéndonos liberado de las distracciones externas, ahora podemos lidiar con las distracciones de la mente misma. En la práctica de la concentración, que precede a la meditación, aprendemos a ralentizar el proceso de pensamiento concentrándonos en un solo objeto mental: un centro energético específico en el cuerpo, una imagen de una deidad o la repetición silenciosa de un sonido. Nosotros, por supuesto, ya hemos comenzado a desarrollar nuestros poderes de concentración en las tres etapas anteriores de postura, control de la respiración y retirada de los sentidos. En Asana y Pranayama, aunque prestamos atención a nuestras acciones, nuestra atención viaja. Nuestro enfoque cambia constantemente a medida que afinamos los muchos matices de cualquier postura particular o técnica de respiración. En Pratyahara nos volvemos auto-observantes; ahora, en Dharana, enfocamos nuestra atención en un solo punto. Los períodos prolongados de concentración conducen naturalmente a la meditación.
En el Vidyaraja Yoga, Dharana o la concentración es lograda de diferentes maneras. Ya sea como resultado natural de la meditación pasiva (Zazen) o de la meditación activa como el Sanmitsu (Kuji In y Kuji Kiri). A través de la concentración, podemos desarrollar varios estados mentales como "Mushin" (No-Mente), "Fudoshin" (Mente-Inmovible) y "Senshin" (Mente-Iluminada). Igualmente, podemos usar la visualización esotérica de Fudo Myo (Acalanatha Vidyaraja) u otras deidades.
7. Dhyana - La Meditación o la contemplación, la séptima etapa de Ashtanga, es el flujo ininterrumpido de concentración y para lo que nos prepara verdaderamente el Yoga Budista. Aunque la Concentración (Dharana) y la Meditación (Dhyana) pueden parecer una misma cosa, existe una fina línea de distinción entre estas dos etapas. Donde Dharana practica la atención de un solo punto, Dhyana es en última instancia un estado de plena conciencia sin enfoque. En esta etapa, la mente se ha calmado, y en la quietud produce pocos o ningún pensamiento. La fuerza y la resistencia necesarias para alcanzar este estado de quietud son bastante impresionantes. Pero no te rindas. Si bien esto puede parecer una tarea difícil, si no imposible, recuerde que el Yoga es un proceso. Aunque no podamos lograr la pose de “imagen perfecta”, o el estado ideal de conciencia, nos beneficiamos en cada etapa de nuestro progreso.
En el Vidyaraja Yoga, practicamos la meditación pasiva a través del Zazen, o la meditación activa a través del Sanmitsu (Kuji In y Kuji Kiri).
8. Samadhi - Patanjali describe esta octava y última etapa del Ashtanga, Samadhi, como un estado de éxtasis o Supraconsciencia. En esta etapa, el meditador se fusiona con su punto de enfoque y trasciende por completo el No-Ser (Anatman - ser finito y falso) para llegar al Verdadero Ser (Naturaleza Búdica - Buda Cósmico). El meditador llega a darse cuenta de una profunda conexión con lel Buda Eterno, una interconexión con todos los seres vivos. Con esta realización viene la “paz que sobrepasa todo entendimiento”; la experiencia de la dicha y ser uno con el Universo. En la superficie, esto puede parecer un objetivo bastante elevado, “más santo que tú”. Sin embargo, si hacemos una pausa para examinar lo que realmente queremos obtener de la vida, ¿no se encontrarían de alguna manera la alegría, la realización y la libertad en nuestra lista de esperanzas, deseos y deseos? Lo que Patanjali ha descrito como la finalización del camino yóguico es a lo que, en el fondo, todos los seres humanos aspiran: la paz. También podríamos pensar un poco en el hecho de que esta última etapa del Yoga, la Iluminación, no se puede comprar ni poseer. Solo se puede experimentar, cuyo precio es la continua devoción del aspirante.
En el Vidyaraja Yoga, la meta es lograr la unión con el Universo (Mahavairocana) y alcanzar el Despertar (Satori - Iluminación) en esta vida y en este cuerpo. El Buda Mahavairocana, como ya sabemos, es la deidad principal en el Vidyaraja Yoga y es considerado como el Buda Cósmico. Todo el Universo es una emanación de Mahavairocana. Por lo tanto, cuando el practicante realiza las actividades del cuerpo, la palabra y la mente (los Tres Misterios o “Sanmitsu” de Mudra-Asana, Mantra y Mandala) actúa como Mahavairocana - inseparable de todo lo que existe. Mahavairocana nunca fue creado y existe en todas las cosas. A diferencia del Hinduismo, y su concepto del Brahmán y el Atman, es que lo que nunca fue creado y existe en todas las cosas “se identifica como el Vacío en el Budismo Mahayana y Vajrayana. Por lo tanto, se puede decir que Mahavairocana representa el Vacío puro - la Talidad. Un practicante que entiende este concepto entiende que no puede haber espacio para la dualidad cuando todas las diferencias se resuelven en el Vacío. Este es el Despertar - alcanzar la Budeidad en esta vida y en este cuerpo (Sokushin Jobutsu).