Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 16 de marzo de 2023

Una Enseñanza Universal: Haciendo el Dharma Accesible para Todos los Seres - Reflexiones sobre el Cobro por la Enseñanza Budista

 

Pocas veces escribo exponiendo mis pensamientos personales. Pero hoy, compartiré con ustedes una reflexión sobre la vocación del sacerdote o monje budista y la práctica del Dana Paramita o la Perfección de la Caridad, el más alto valor budista.

Recientemente, se han acercado a mi personas de distintas partes del mundo hispano preguntando si cobramos por nuestros Servicios Budistas dominicales o por instrucción y guía personal en la práctica, y la respuesta es NO - todos nuestros servicios ministeriales, ya sena Servicios Litúrgicos, Meditaciones, Consejería, Clases, etc., son, como lo dicta la tradición, gratuitos. El sacerdote o monje budista, si realmente pertenece a un linaje y hace las cosas del corazón, no debe cobrar por su ministerio. Esto está codificado en el Canon Budista y está explícitamente prohibido en los Preceptos del Bodhisattva del Sutra de la Red de Brahma (Decimoséptimo Precepto Menor), que son los Preceptos o Mandamientos que rigen la conducta monástica (y laica) y que son aceptados por los monjes budistas en Japón al momento de recibir su ordenación. Así que le respondí a estas personas lo que siempre he dicho: si un monje o sacerdote budista pide dinero por su ministerio, no es un verdadero Hijo del Buda (Bodhisattva).

El primer valor budista, contenido en los Paramitas o Perfecciones Budistas, es el Dana Paramita o la Perfección de la Caridad o Generosidad. En la tradición canónica vemos muchas instancias en las que el Buda explicó cómo se puede manifestar el Dana Paramita en la vida diaria, desde tres fundamentos caritativos: bienes materiales, esperanza y fuerza, y el regalo del Dharma.

 El primer tipo de Caridad es el de la Riqueza, que incluye la entrega de riqueza interna y externa. La riqueza interna involucra todos nuestros trabajos mentales y físicos que benefician a los demás. La riqueza externa es dar objetos materiales, como por ejemplo, dinero y comida. Un requisito virtuoso de la verdadera Caridad según se desprende del Verdadero Dharma es que la misma sea incondicional; es decir, sin distinciones ni discriminaciones; sin consciencia de quién da, a quién se da ni qué se da en Caridad. Cuando nuestras donaciones son cada vez más incondicionales,ns liberamos espiritualmente del ego y nuestro apego a nuestros deseos, pasiones y nociones errónas ilusivas del mundo y de nosotros mismos. Por ello, el Bodhisattva realiza actos de generosidad dando bienes materiales a los necesitados, para que puedan embarcarse en su búsqueda espiritual. 

El segundo tipo de Caridad es el de Esperanza y Fuerza. Aun cuando las personas tienen sus necesidades básicas cubiertas, pueden que vivan en condiciones de desesperanza, miedo y ansiedad, lo cual es otro obstáculo para la práctica del Dharma. Por ello, otro acto o valor del Bodhisattva es dar el regalo de la esperanza y la paz mental para que los seres puedan superar sus adversidades. Esta entrega puede ser el intercambio de una palabra amable, la entrega de nuestra fuerza y ​​estabilidad, o nuestra comprensión. Cuando aliviamos las preocupaciones y los temores de los demás, y los ayudamos a sentirse más seguros, podrán encontrar la paz y el respeto por sí mismos.

El tercer tipo de Caridad, y el más importante (sobre todo, para el monje budista) es el Regalo del Dharma. El regalo más grande que se puede dar es el regalo del Dharma de la salvación. No importa si los seres tienen todo lo que necesitan para vivir vidas plenas y completas, si no saben el Dharma, solo continuarán vagando por el Samsara existencia tras existencia sin desarrollar su máximo potencial. Por ello, el Bodhisattva trabaja incansablemente para poder esparcir el Dharma Correcto y crear las condiciones para la felicidad. Al enseñarles a otros, los ayudamos a aprender a confiar más en sí mismos. Brindamos recursos materiales para ayudar a resolver las necesidades inmediatas. Pero, si queremos resolver necesidades que son de mayor alcance, enseñamos. Para esto, los monjes deben haber sido ordenados y formados dentro de un linaje tradicional y auténtico, y deben haberse capacitado personalmente en formas de consejería para poder llevar el Dharma de la forma más apropiada a la sociedad donde vive y atender las necesidades de los creyentes. La forma más elevada de enseñanza es el Dharma, que puede ayudar a las personas a encontrar la felicidad y la liberación duraderas.

El Buda predicó el Dharma Eterno para todos los seres sintientes caritativamente. ¿Por qué un monje budista, habiendo respondido voluntariamente el llamado al ministerio y sacerdocio, debe cobrar por el Dharma? El cobrar por el Dharma del Buda solo coloca barreras para aquellas personas que no tienen los medios para accesarlo, y mancha la imágen de la Sangha y la Orden Monástica. Esto continúa abriendo la brecha entre las personas pudientes y las no pudientes, en un momento en el que la mayoría del os budistas pertenecen en nuestras sociedades a clases medias o altas, y el Dharma no llega (o no es de interés, por situaciones como éstas) de las clases menos privilegiadas, que son las que más necesitan del Dharma. Cuando un monje o sacerdote recibe el llamado del Buda Eterno para custodiar su Dharma y predicarlo a todos los seres sintientes, asume voluntariamente una responsabilidad y un ministerio; no puede pasar esa carga a otros. Esto solo revela que no es un verdadero Hijo del Buda (Bodhisattva), sino que sirve los intereses de Mara (su ego). Solo hacen que crezca la oscuridad en la Era Final del Dharma. Esto también infringe los Preceptos 15 (Enseñar el Camino del Dharma Mahayana a Todos los Seres), 16 (Acerca de la Integridad Enseñando el Dharma), 18 (Acerca de Enseñar sin Comprensión Plena), 24 (El Fracaso en Practicar las Enseñanzas Mahayana), 29 (Acerca de los Sustentos Impropios), 31 (Acerca de la Profanación), 46 (Predicando de una Manera Impropia), entre otros.

Si bien es cierto que en Oriente la Sangha laica dona ampliamente y sostiene la Sangha Monástica, la realidad es que viven en una cultura con una tradición milenaria que apoya la Caridad (y muchas de esas culturas son mucho más ricas y opulentes que nuestras comunidades latinas). Vivimos en culturas y sociedades distintas, y no podemos imponer nuestras expectativas ni responsabilidades en los demás. Incluso hoy día, en la actualidad en Japón, dado al incremento del secularismo y la baja poblacional, la mayoría de los monjes y sacerdotes budistas trabajan para sostener sus templos. ¿Por qué cobraríamos nosotros en nuestras sociedades que sufren de tantas necesidades? Esto solo lacera e incrementa heridas que aún siguen abiertas. Igualmente, la Sangha laica en los países asiáticos apoyan a los templos, a la Sangha Monástica, no a un monje particular. 

En esta reflexión, he tratado de dejar clara mi opinión (basada en el Canon) de que los monjes no deben de cobrar por el Dharma ni por sus servicios ministeriales; lo único que puede hacer es recibir donaciones (voluntarias, no sugeridas). Esto es diferente a los servicios profesionales o accesorios al ministerio y al Dharma que un monje o sacerdote pueda ofrecer, o si e Dharma se dará en un ambiente o escenario y localidad, o templo o retiro, que conlleve un costo por su uso y mantenimiento, y aún así, debe ser dentro de lo justo y accesible a las necesidades de los participantes dentro de la sociedad donde se realiza dicha actividad; esto también se aplica al cobro por libros o materiales del Dharma, donde solo se debe cobrar por su impresión y distribución, con poco costo adicional añadido. Pero todo lo relacionado con la enseñanza del Dharma Eterno del Buda, debe ser abierto y accesible (caritativo), como el Buda lo exigió. 

Así que, si un supuesto monje o sacerdote budista le cobra por su enseñanza, busque en otro lado: existen decenas de templos, centros y monjes y sacerdotes que dan el Dharma gratuitamente en el mundo hispano. Y para esos monjes que han manchado nuestra Orden con estas conductas y comportamientos, abran sus corazones y comulguen con su Verdadera Esencia, para que puedan recibir la Luz necesaria para ver los errores de sus acciones.