Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


lunes, 27 de marzo de 2023

Aspectos de la Dharmología: Comentarios al Catecismo Budista VI - La Etica Budista 4

  A finales de Diciembre del 2022, el Templo Tendai de Puerto Rico y su Sangha Tendai Hispana, publicó el libro titulado Dharmología: Catecismo Budista - Las Enseñanzas y Prácticas Fundamentales del Verdadero Budismo (Hikari Publishing, 2022), el cual expone las enseñanzas doctrinales canónicas del Dharma Eterno del Buda desde la óptica de la escuela Tendai japonesa - la madre de todas las escuelas budistas en Japón - desde el contexto de nuestra cultura religiosa hispana. En las próximas entradas, expandiremos sobre aspectos específicos del Catecismo, desde un enfoque dharmológico (estudios doctrinales), para poder comprender detalladamente sus implicaciones

En la pasadas entradas y en esta, continuamos explorando la ética budista, y en especial, la Ley del Karma y su importancia en la moralidad budista. Veamos un resumen sobre la doctrina del Karma del Catecismo Budista.

Un factor importante que precede y moldea la concepción budista de la ética y la moralidad es el Karma. De acuerdo con el Budismo, como hemos visto, todo, incluyendo el Karma, depende de Causas y Condiciones. Esto es parte de la doctrina budista de la Originación Interdependiente, que significa que nada existe de forma separada e independiente de todo, sino que todo se encuentra interconectado, y por ello, un elemento depende del todo para su existencia.

Causas y Condiciones

Las Causas son lo que se necesita para que algo, como un efecto, surja. Es lo que es tranformado por varias Condiciones para que se produzca un resultado. Por ejemplo, para que una flor surja, es necesario una infinidad de causas, como el Sol, la lluvia, la tierra, los minerales, los insectos, etc. La Causa de la flor sería la semilla, pero las Condiciones son todos esos elementos que debieron existir para permitir y apoyar su surjimiento o existencia. Si bien esta explicación ha seguido el modelo moderno apoyado por la Ciencia, el Budismo toma otro factor crucial en esta ecuación: el Karma.

La palabra "Karma" es una palabra en sánscrito que se traduce como "Acción", y se utiliza para describir los efectos generados por nuestros pensamientos, palabras y acciones. Aquí, una acción es identificada como cualquier comportamiento que sea generado con intención. Dado a que la intención es un factor mental, esto significa que todas las acciones se generan en la mente primero. Cada vez que realizamos una acción, reforzamos un hábito, por medio de su repetición. Esto es llamado una "Semilla Kármica".

A través de nuestro día a día, realizamos innumerables acciones. Cada vez que un fenómeno surje en la mente, reaccionamos al mismo, y depositamos nuevas semillas. Esto es similar a cómo la Ciencia nos dice que nuestras acciones refuerzan patrones neuronales a medida que repetimos ciertas acciones y reacciones. Pero en el Budismo, si bien esto sucede neuronalmente, también sucede en un plano sutil en el funcionamiento mismo del universo, pues se depositan estas semillas en nuestra octava consciencia, la Consciencia Alaya, que es el repositorio colectivo de nuestro Karma, el cual trasciende nuestra vida individual. Una vez se deposita una semilla, permanecerá latente hasta que surjan las causas y condiciones para que "florezca" o se manifieste en la forma de una experiencia.

Dado a que la consciencia trasciende la muerte de el ser individual, sus acciones y reacciones, eu Karma, trasciende igualmente a la próxima vida. Ahora, esto puede ser mejor entendido si recurrimos a la Psicología Budista, la cual subdivide la conciencia en las Nueve Consciencias. 

Las primeras cinco consciencias corresponden a las consciencias elementales de los cinco sentidos. La sexta consciencia es la mente, la cual acepta, procesa, categoriza, discrimina, toma decisiones en base a esa información y finalmente almacena los datos recibidos de las primeras cinco consciencias. Ahora, la séptima conciencia, llamada Mano Vijnana, es la que surje de la memoria y la experiencia; es el sentimiento falso de un "yo" o ser individual que surje naturalmente del a continuidad de la experiencia y la memoria. Pero esto muere al final de nuestra vida con la muerte del cuerpo. Más allá, en una dimensión más sutil, se encuentra la octava consciencia, la Consciencia Alaya. que es la consciencia colectiva de todas nuestras vidas pasadas, pero como es el Repositorio de la Consciencia Colectiva, contiene igualmente Karmas de las vidas pasadas, presentes e incluso futuras de todos los seres. Es aquí que nuestras acciones se almacenan como reacciones o semillas esperando las causas y condiciones necesarias para manifestarse en esta vida o en una próxima. Finalmente, trascendiendo estas primeras ocho consciencias, se encuentra la novena consciencia, la Consciencia Amala o Universal, que es la base de la Mente Universal o la Budeidad; la Energía de la cual emana todo y todos los seres en el Cosmos. 

Podemos ver el efecto de las acciones o del Karma pasado en las cualidades naturales e innatas que los niños muestran desde el nacimiento. Esto es el factor responsable por las habilidades o desventajas que los seres muestran desde su nacimiento. El Karma igualmente determina la familia (con su contenido genético), la sociedad, las circunstancias, y todo lo que rodea la vida natural de un individuo. El sistema de administración y confluencia de causas y condiciones para el Karma es la conjunción de los planetas en el sistema solar. 

Ahora, existen cuatro Leyes del Karma:

  1. Los Resultados son Defintivos - las semillas kármicas dan como resultado resultados kármicos específicos. Toda buena acción tiene un buen resultado, y toda mala acción uno malo. Dado a que el Karma trasciende vidas, estos resultados pueden dar la impresión en este mundo dual e ilusorio de que a veces esto no es así, pero debemos tomar en consideración la necesidad de causas y condiciones, y la multiplicidad de semillas y resultados kármicos - unido al libre albedrío - para ver su efecto.
  2. Todo Resultado es Posee una Causa - Todo lo que experimentamos posee una causa, aunque no lo veamos, y la misma puede ser de esta o de una vida pasada. Ahora, no podemos ver el Karma como un sistema de justicia cósmica que reparte recompenzas y castigos, sino como una fuerza natural; no obstante, dado a que el Cosmos emana de una sola Fuente - el Buda Cósmico o Dharmakaya - posee un orden y un balance instrínseco, y se mueve en vías al Despertar. Por ello, debemos recordar siempre que lo que nos sucede es el resultado de nuestras acciones, y solo nosotros somos responsables de las mismas. 
  3. Si Hay una Causa, Debe Haber un Resultado - Aunque la complejidad del tiempo y el espacio de la impresión de lo contrario, toda acción produce un resultado. Mientras, se encuentra en estado latente como una semilla en el Alaya. La única forma de no experimentar o aminorar el resultado de una acción es por medio de la purificación y la Gracia del Buda. Por "purificación", debemos entender una transformación interna (arrepentimiento) en nuestro desarrollo espiritual que nos permita el resultado mental o interno de una causa externa. Por la "Gracia del Buda" debemos entender que, en nuestro progreso en el Camino a nuestro Despertar, recurrimos voluntariamente a la ayuda de los Budas, Bodhisattvas o deidades, y las mismas, viendo nuestra sinceridad y cambio interno, otorgan sus propios méritos para ayudarnos.
  4. El Karma Expande - Cada vez que repetimos un pensmaiento, palabra o acción, reforzamos tendencias habituales, y estas se vuelven más fuertes y son capaces de influir en nuestra expriencia. Esto puede hacer que sea posible que pequeñas acciones incrementen con el tiempo, por lo que nunca podemos pensar que ninguna acción es lo suficientemente pequeña.

Karma Individual y Colectivo

Ahora, existe el Karma Individual y el Karma Colectivo. El Karma Colectivo es el compartido por varios individuos, incluso a veces naciones y países, hasta incluso planetas. Estas personas han sido reunidas por causas y condiciones similares que producen el mismo resultado con leves variaciones. Por ejemplo, todos compartimos algo del Karma de la familia, la comunidad, el país y el planeta en el cual vivimos, y lo que les sucede a ellos nos afecta a nosotros. Por otro lado, todos poseemos individualmente un Karma Individual, por lo que, aunwue seamos similares, no poseemos la misma experiencia. La mayoría de nuestro Karma Individual es el resultado de nuestras acciones en esta vida, pero sobre todo, en las previas. 

La Importancia de la Intención

El criterio rector en el Karma es la intención. Dependiendo de la intención envuelta, algunas acciones crean impresiones más profundas (semillas) en la mente, y otras más leves. Si la impresión (intención) es fuerte, creará resultados fuertes; lo mismo con las impresiones leves. Dado a que la intención es un factor mental (interno) muchas veces no se tiene que concretizar o materializar para que tenga efecto, y esto la hace una acción incompleta, versus una intención (interna) que haya sido ejecutada como una palabra o una acción (u omisión), que es una acción completa.  Esto crea cuatro esenarios:

  • Karma con Intención Leve Incompleta - ya sea porque sea una reacción involuntaria o porque no haya sido pensado completamente, o porque se tenga mucha duda al respecto, esto hace que la intención sea leve y no tenga casi ningún poder real. Esto hace que deje pocos rastros o semillas en la mente, y que no tenga efectos o resultados significativos, lo que puede ser purificado con el arrepentimiento.
  • Karma con Intención Leve Completa - cuando hacemos las cosas sin pensarlas o reactivamente, o en contra de nuestra voluntad tiene pocos resultados kármicos en la mente. Esto es porque no tienen definida la intención. Pero, dado a que fue completado, dejará una marca mayor o semilla en la mente. No obstante, podemos purificarnos de sus resultados pro medio del arrepentimiento sincero.
  • Karma con Intención Fuerte Incompleta - si la intención es fuerte, dejará una marca indeleble en la mente, como cuando una persona piensa en realizar algo: mientras más lo piense y planee y fantasee, más crece la intención y se vuelve una semilla kármica grande en la mente, aunque no haya completado la acción o la manifestación de su intención, lo que hace que su peso kármico no sea tan grande como si lo hubiese completado. Este Karma puede se purificado parcialmente con entrenamiento intenso y suprema devoción, pero sus efectos, en menor o igual escala, son inevitables.
  • Karma con Intención Fuerte Completa - el Karma más pesado es cuando se realiza una acción con total intención. Ahora, su efecto depende de la magnitud del resultado. Este Karma es rara vez purificable, y sus efectos, en menor o igual escala, son igualmente inevitables, pero como todo tipo de Karma, todo depende del peso del resultado.

El Peso del Resultado

La magnitud del resultado de un Karma depende de la intensidad de la causa. Mientras más poderosa la causa, más grande es la experiencia del resultado, lo que hace que sus efectos se materialicen fácilmente en esta vida, mientras que los de intensidad leve puedan esperar a manifestarse en una vida próxima. 

El primer Karma en manifetarse, independientemente de nuestro estado mental, es el de mayor intención que más concuerda con nuestro patron habitual mental. Si no, de haber barios, se produce el que más tomó tiempo generar o el que más sea habitual. Si no, se manifiesta el que más tenga un efecto (pesado). Si no, el más reciente. Si no, el Karma Completado con la mayor motivación. 

Igualmente, cuando realizamos una acción, el resultado será similar a la causa que lo creó. Por ello, si matamos, el resultado será que seremos asesinados; si robamos, el resultado será que seremos robados o perderemos algo; etc. También, el Karma y sus efectos tendrá un efecto en el ambiente. Por ejemplo, si hemos matado en el pasado, es posible que experimentemos la vida como algo vacía y peligrosa; si robaos, percibiremos el ambiente como carente de recursos; etc. Finalmente, hay veces que un solo Karma no tiene el poder de manifestarse solitariamente, sino que se combina con otros Karmas de naturaleza similar para generar un resultado. Es por eso que es importante prestar atención a nuestras acciones pequeñas y sencillas, así como las grandes y complejas, pues al final pueden hacer una gran diferencia.

La mayoría de los Karmas pasan de esta a otra vida. Por ello, no debemos asumir que todas nuestras experiencias en esta vida son el resultado de nuestras acciones en la misma. Esto es lo que igualmente explica por qué a veces tenemos la impresión de que cosas malas le suceden a personas buenas, mientras que las personas malas prosperan en esta vida. Sin embargo, el Karma no desaparece, y a todos les llegan las consecuencias de sus acciones.  Es por eso que es importante desarrollar nuestra fe y práctica en esta vida, y comportarnos como Hijos del Buda, como Bodhisattvas, en este mundo. 

Al momento de la muerte, como vimos, los Cinco Agregados se disuelven quedando solo los niveles sutiles de la mente (octava consciencia) y somos movidos involuntariamente (en la vasta mayoría de los casos) a la próxima vida, luego del Bardo (49 días, donde tendremos poca o ninguna forma de realizar cambios), de acuerdo con nuestro Karma y patrones habituales. Igual que con la manifestación del Karma, al momento de la muerte, nuestro renacimiento será determinado, independientemente de nuestro estado mental, es el de mayor intención que más concuerda con nuestro patron habitual mental. Si no, de haber barios, se produce el que más tomó tiempo generar o el que más sea habitual. Si no, se manifiesta el que más tenga un efecto (pesado). Si no, el más reciente. Si no, el Karma Completado con la mayor motivación. De todos los factores anteriores ser iguales, o si nuestro estado mental al momento de la muerte no es poderoso, nuestro renacimiento dependerá del Karma previo más cercano al estado mental al momento de la muerte. La excepción a esto es el Renacimiento en una Tierra Pura, como la Tierra Pura de la Bienaventuranza del Buda Amida (de acuerdo con nuestra práctica y la Gracia del Buda Amida), y el mérito generado por nuestra prática y la Gracia de los Budas, o los méritos generados por nuestros descendientes y relativos (o el Servicio Memorial durante el Bardo) tras la muerte, o el poder de nuestro Votos del Bodhisattva, así como de nuestros méritos y virtudes, donde podemos Renacer en Tierras Puras o a voluntad en los Seis Reinos del Samsara para continuar nuestra labor salvífica de todos los seres sintientes. 

Dado a que hemos renacido (y por ello, llegado) en otros reinos diferentes a la Humanidad, y podemos igualmente renacer en ellos luego de la muerte, podemos tener cualidades pertenecientes a los otros reinos que son el resultado de haber salido de ellos, así como podemos comportarnos de formas que nos harán renacer de nuevo en ellos. Por ejemplo, muchas personas no son muy diferentes a los animales: solo duermen, comen, se aparean y defienden. Si estos comportamientos son los que toman más energía mental en nuestras vidas, somos más animales que humanos en esta vida, y estamos más propensos a renacer como animales en la próxima. Esto se llama devolución. La verdadera vida humana emerge cuando comenzamos a cuestionarnos el propósito de nuestra existencia y del mundo y buscamos la espiritualidad. Esto es la verdadera evolución, y es el primer paso en nuestro camino a la Budeidad. 

Podemos entender mejor el Karma si nos vemos como campesinos plantando semillas. Las cosas que pensamos, decimos y hacemos son como semillas que plantamos en nuestra consciencia, y estas semillas florecerán y determinarán nuestra vida actual y futura, así como en esta vida experimentamos (cosechamos) los frutos de las semillas que hemos plantado en vidas pasadas y el pasado lejano. De esta manera, nos hacemos repsonsables de nuestras acciones y circunstacias, y podemos tomar acción por nuestro presente y futuro, ya que sembramos semillas en todo momento. Al final de todo, somos nosotros quienes creamos nuestros ambientes y terrenos (mentales y a nuestro alrededor), haciendo de este mundo una Tierra, o un Cielo o un Infierno. 

Es por esto que debemos refugiarnos en los Tres Tesoros del Buda Eterno, su Dharma y su Comunidad, la Sangha, pues es solo a través del Dharma que podemos conocer las Leyes Universales del Cosmos y vivir una vida de progreso espiritual, aliviar nuestro sufrimiento, y alcanzar el Despertar. Entonces, podemos trascender nuestro estado humano y convertirnos en Bodhisattvas, y trabajar por la salvación de todos los seres sintientes.