Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 31 de octubre de 2018

El Sutra de las Cuentas Budistas: La Concentración en el Buda, el Dharma y la Sangha

Las cuentas se encuentran entre los artefactos culturales más antiguos de la humanidad. Las cuentas de oración son universales, se remontan a la era pre-cristiana y se encuentran en casi todas las religiones del mundo. La mayoría de las fuentes están de acuerdo en que la primera aparición de cuentas de oración fue en la India alrededor del 500 AEC. Desde ese tiempo, las cuentas de oración se extendieron a lo largo de rutas comerciales, como la Ruta de la Seda, hasta Oriente Medio, China y Japón. Las cuentas de oración tienen varios nombres: "Maala" en las tradiciones hindúes y asiáticas, "Misbah" en las tradiciones musulmana y sufi, "Tazbi" en Persia y "Juzu" o "Nenju" en Japón. En la fe católica, las cuentas fueron talladas para parecerse a las rosas, de ahí la palabra rosario.

Las primeras cuentas de oración (sánscrito: Maala, que significa "guirnalda") surgieron de la tradición védica en la India y fueron el prototipo de cuentas de oración en las culturas mundiales posteriores. La tradición védica tenía una gran reverencia por el sonido y tanto la lengua como el alfabeto sánscrito se consideraban sagrados. El sonido (Vak) genera las fuerzas de la creación a través de sus vibraciones cósmicas, que llegaron a ser representadas por el varnamala, la guirnalda de las cincuenta letras del alfabeto sánscrito.

Los Malas no aparecieron en la tradición budista hasta poco después del surgimiento del Budismo Mahayana en Asia. La primera cita sobre el uso de cuentas de oración se encuentra en el Sutra del Árbol de Jabalí  (japonés: Mokugenji). En este Sutra, el rey Vaidurya del reino de Nanda está plagado de grandes conflictos: ataques enemigos, enfermedades, etc., y le ruega al Buda que le dé una práctica sencilla para ayudarlo a recordar y pacificar la discordia externa. El Buda le dice que inserte 108 semillas del árbol de jabalí (Sapindus saponaria) y recite la triple oración de refugio: "Me refugio en el Buda, me refugio en el Dharma, me refugio en el Sangha".

La tradición Mahayana inició el concepto del Bodhisattva, formas encarnadas de energía compasiva que alivian el sufrimiento de todos los seres sintientes. Con el desarrollo de la tradición Mahayana se produjo una proliferación de deidades meditativas y un énfasis en las prácticas devocionales que no se encuentran en la tradición monástica Theravada. El Maala fue la herramienta principal para enfocar las energías y aspiraciones devocionales, ya que se ofrecían una y otra vez como guirnaldas de sonidos sagrados.

Las Maalas se utilizan para mantener la cuenta mientras se recita, canta o repite mentalmente un mantra o el nombre o los nombres de una deidad. Este Sādhanā (práctica) se conoce en sánscrito como "Japa". Las malas se hacen típicamente con 18, 27, 54 o 108 cuentas.

Los mantras se repiten cientos o incluso miles de veces. El Maala se usa para que uno pueda centrarse en el significado o el sonido del mantra en lugar de contar sus repeticiones. Generalmente se dice una repetición para cada cuenta mientras y se gira el pulgar hacia la derecha alrededor de cada cuenta, aunque algunas tradiciones o prácticas pueden requerir un movimiento en sentido contrario a las agujas del reloj o el uso específico de la mano y los dedos. Al llegar a la cuenta del Gurú, algunos afirman que tanto los hindúes como los budistas tradicionalmente dan la vuelta al Maala y luego regresan en la dirección opuesta.

Dentro de la tradición budista, esta repetición de las cuentas sirve para recordar a los practicantes la enseñanza de que es posible romper el ciclo del nacimiento y la muerte.

En el Budismo en Japón, las cuentas de oración budistas se conocen como "Juzu" (数珠, cuentas de conteo) o "Nenju" (念珠, cuentas de pensamiento). Las diferentes sectas budistas en Japón tienen formas diferentes y las usan de manera diferente. Por ejemplo, el Budismo Shingon, el Budismo Tendai y Nichiren pueden usar cuentas de oración más largas con hebras en ambos extremos similares a las que se usan en la parte continental de Asia. Durante los servicios devocionales, estas cuentas se pueden frotar juntas con ambas manos para crear un suave ruido, que se considera que tiene un efecto purificador. Sin embargo, en el Jōdo Shinshū, las cuentas de oración son típicamente más cortas y se sostienen sobre ambas manos y no se amontonan juntas. Las 108 cuentas representan los 108 deseos que tradicionalmente se deben de superar.


El Sutra del Rosario Budista

Así he oído. Una vez vivía un gobernante llamado Boliuli quien fue a donde se encontraba el Buda y le dijo: “Como mi país es pequeño y está ubicado en una región remota tan alejada de los maestros y los monjes, siempre me he sentido inseguro. El Dharma es profundo y parece imposible para una persona aquí practicar y lograr todo. Por favor, enséñame el núcleo del Dharma".
 
El Buda respondió: "Si quieres eliminar las manchas mentales, haz un juego de cuentas perforando un agujero a través de ciento ocho semillas de árbol de jabalí, ensartalas en un hilo y llévalas contigo a donde sea que vayas. Recita los nombres de los Tres Tesoros: 'Namo Buda, Namo Dharma, Namo Sangha' y al completar cada repetición de esta frase, mueve una de las cuentas de un lado de tu dedo al otro, y de esta manera gradualmente hasta alcanzar mil veces y hasta diez mil veces. Y si no sientes ninguna perturbación mental o física, entonces cuando termine tu vida podrás renacer en el Cielo de Yama. Cuando alcances el número de un millón de veces, deberías poder eliminar ciento ocho karmas vinculados al engaño y, de ese modo, darte cuenta del fruto de la felicidad eterna".
 
El rey respondió que él practicaría como tal ...