Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 26 de junio de 2019

La Hermandad (Sangha): Deberes del Creyente I - La Vida del Monje

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Deberes del Creyente 
La Vida del Monje

1. El que quiera llegar a ser mi discípulo debe abandonar su familia, su vida social y sus bienes. El que deje todo por la Enseñanza será mi heredero y será llamado monje o monja (sacerdote o sacerdotiza).

Aunque me siga llevando mi hábito, y aunque pise mis huellas, si al alma (mente) lo disturba un deseo, ése está lejos de mí. Porque, aunque su figura sea la del sacerdote, no ve el Dharma, y el que no ve el Dharma no me ve a mí,

Aunque estuviera a miles de millas alejado de mí, si su alma está en paz y libre de deseos, éste está cerca de mí. Porque él ve el Dharma y el que ve el Dharma me ve a mí.

2. Los discípulos que entran en la Orden deben observar estas cuarto normas y sobre ellas edificar sus vidas.

Primero, vestir ropas viejas hechas de pedazos de tela. Segundo: mendigar su comida. Tercero: dormir debajo de los árboles y sobre las piedras. Cuarto: usar medicina que proviene de orina de vaca.

Ir de puerta en puerta mendigando la comida con un tazón en la mano es acto de un mendigo. El sacerdote que voluntariamente sigue los actos de un pordiosero no ha sido engañado ni forzado por nadie. Lo hace porque tiene fe en que en ello está la Enseñanza del Camino para alejarse de la inquietud y de los sufrimientos de este mundo.

El sacerdote que no se aleja de los deseos, disturba su alma con la ira, no puede controlar los cinco sentidos, y es, en realidad un pusilánime.

3. El que se cree sacerdote y puede declarar a la gente que en verdad lo es, puede decir con firmeza lo siguiente.

Yo cumplo con todo lo que se me exige como sacerdote. Practicando con pureza esta verdad haré que logren la felicidad los que me dan limosna y, al mismo tiempo, trataré de alcanzar la meta por la que entré en esta vida.

¿Cuáles son las cosas que debe hacer el sacerdote? Avergonzarse de los pecados (transgresiones); purificar su vida, los actos del cuerpo, su boca y su pensamiento; guardar bien las puertas de los cinco sentidos para que su alma no sea arrebatada por el placer; no alabarse ni insultar al prójimo, y no dormir demasiado dominado por la pereza.

Al principiar la noche sentarse quietamente para meditar y dar un pequeño paseo para mantener bajo control el alma y el cuerpo. A medianoche dormir quietamente sobre el lado derecho poniendo los pies uno encima del otro, pensando en un pronto despertar. A la madrugada volver a sentarse para meditar y a pasear.

Mantener recta el alma durante todo el día; controlar el alma y el cuerpo, alejar la codicia, la ira, la ignorancia, el sueño, las inquietudes, el remordimiento, la sospecha y los deseos terrenales para purificar el alma.

Y así concentrando el alma, hacer nacer dentro de sí una elevada sabiduría, alejar las pasiones, terrenales y dirigirse exclusivamente hacia la Iluminación.

4. Quien siendo sacerdote no deja la codicia, no se aleja de la ira, no echa fuera de sí el odio, la envidia, el orgullo, la falsedad, el fingimiento, es igual a una espada de dos filos envuelta en un paño.

No es sacerdote porque uno lleve la túnica. No es sacerdote porque lleve el tazón de mendigo. No es sacerdote porque recite las sagradas escrituras. La forma es la forma y no es más que la forma. Es paja y tan solo eso.

Aunque la imagen exterior sea la de un monje, él no se puede librar de las pasiones terrenales. Aunque se le ponga la túnica a un niño no se le puede llamar sacerdote.

El verdadero sacerdote es el que va por el camino que lleva a la Iluminación; concentra el alma, se conduce por la clarividencia y aleja las pasiones terrenales.

Aunque la sangre se seque y los huesos se destrocen, si no deja de esforzarse, lleva la firme determinación de la meta que debe ser alcanzada y no desiste en su empeño, alcanzará por fin la meta del sacerdote. Podrá tener una conducta pura.

5. La misión del sacerdote es también propagar la Luz del Dharma. Debe enseñar a todos los seres por igual, despertar al dormido, enderezar el alma del incorrecto, predicar la Enseñanza hasta con riesgo de su vida.

Esta misión de propagar el Dharma no es fácil. El que aspire a predicar deberá vestir la túnica del Buda, sentarse en el asiento del Buda y entrar en el cuarto del Buda.

El ponerse la túnica del Buda significa ser suave y tener un alma paciente. El sentarse en el asiento del Buda es la emancipación de todos los apegos pensando que todo es vacuidad. El entrar en el cuarto del Buda es sentir por todos la misma misericordia.

6. Todo el que aspire a predicar el Dharma deberá tener en mente estas cuarto cosas. Primero: sus actos del cuerpo. Segundo: las relaciones humanas y las palabras con que se dirige a los seres. Tercero: los deseos. Y cuarto: la gran Compasión del Buda.

Primero: el que predique deberá vivir en la tierra de la paciencia, ser suave y no colérico, pensar que todo es el vacío, ni sentir apego por nada. Basándose en esto podrá tener una conducta correcta.

Segundo: deberá estar atento para no acercarse demasiado a los que tienen mucho poder, a los que llevan una vida corrupta y evitar a las mujeres. Deberá estar en un lugar tranquilo para controlar el alma, pensar y poner como fundamento del alma el principio de la causalidad, tratar de no blasfemar, no abusar y no hablar de los errores de los hombres.

Tercero: deberá mantener el alma en calma, considerar al Buda como un padre misericordioso, ser un maestro para los que buscan el Camino, sentir compasión hacia todo el mundo y predicar sin discriminación.

Cuarto: así como el Buda, tendrá que irradiar al máximo la misericordia del alma. Desear que los que no saben lo que es buscar el Camino lleguen a escuchar el Dharma y actúen según este deseo.

* Este extracto ha sido traducido y editado de "La Enseñanza del Buda", un libro publicado por la Bukkyo Dendo Kyokai, la Sociedad para la Propagación del Dharma del Buda en Japón. El mismo consiste de extractos de los Sutras Mahayana y Hinayana, ordenados por temática, para exponer de manera devocional y reverente la enseñanza del Buda.