Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


viernes, 24 de mayo de 2019

El Dharma del Buda: La Naturaleza Búdica II El Tesoro Escondido

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La Naturaleza Búdica
El Tesoro Escondido

1. Podemos decir que el alma (mente) verdadera, de la que hemos hablado con diferentes palabras, es la Naturaleza Búdica, o sea, la simiente del Buda.

Se puede obtener fuego poniendo entre el sol y la moxa un pedazo de lente. Pero ¿de dónde viene el fuego? Entre el sol y la lente hay mucha distancia. No existe duda de que el fuego del sol ha aparecido sobre la moxa a través de la lente. Sin embargo, aunque hubiere sol si la moxa no tuviera la naturaleza de arder no se produciría el fuego.

De la misma manera, si se concentra la Luz de la Sabiduría del Buda sobre el alma humana, su verdadera naturaleza que es la base para que el ser alcance la Iluminación se encenderá y su luz iluminará las almas de los seres y despertará la fe en el Buda. El Buda coge el lente y la pone ante el mundo, por ello arde por doquier la llama de la fe.

2. Los seres se lamentan porque no consiguen su libertad, desatendiendo la Naturaleza Búdica que lleva a la Iluminación. Están poseidos por el polvo de las pasiones y con el alma dominada por la forma discriminativa del bien y del mal.

¿Por qué los seres, aun teniendo esta naturaleza pura que los conduce a la Iluminación, producen una serie de imágenes falsas, ocultan la Luz de la Sabiduría del Buda y vagan errantes en este mundo de sufrimiento y de ilusión?

Una vez un hombre se levantó por la mañana, se miró al espejo, y vio que no tenía ni cabeza ni cuerpo. El pobre hombre casi enloqueció. Ni su cara ni su cuerpo habían desaparecido. Lo que ocurrió fue que se miró en el reverso del espejo, y al no verse pensó que había perdido su cuerpo y su cabeza.

Es absurdo y sin sentido sufrir porque uno no puede alcanzar la Iluminación a pesar de sus esfuerzos. No es posible fracasar en la búsqueda de la Iluminación si uno piensa que su alma discriminante es ilusoria y es el fruto de la acumulación de los deseos del pasado.

Cuando cesan las falsas imaginaciones, la Iluminación aparece de por sí. Lo más curioso es que los iluminados experimentan que, sin falsas imaginaciones, no habría Iluminación.

3. Esta Naturaleza Búdica existe eternamente. Aunque un ser malo nazca como un animal, sufra como un demonio en el infierno, esta Naturaleza Búdica nunca se extingue. 

En un cuerpo impuro, hasta en el fondo de una pasión miserable está la Naturaleza Búdica olvidada, ocultando su brillo.

4. Una vieja historia nos cuenta que un hombre fue a casa de un amigo y allí, embriagado, se quedó dormido. El dueño de casa tuvo un asunto de urgencia y salió de viaje, pero pensando que el amigo podría caer en necesidad, le cosió una joya en el cuello de su traje. El hombre despertó, salió e ignorando la amabilidad de su amigo sufrió hambre y pobreza. Después de mucho tiempo volvió a encontrar al amigo y le pidió ayuda. A lo que el amigo contestó que hiciera uso de la joya escondida.

Esta parábola nos enseña que la joya de la Naturaleza Búdica permanece oculta e intacta dentro del cuello del traje de los deseos, la ira y la avaricia.

Aunque los seres sean inconscientes de poseer esta naturaleza sublime, y aunque malos e ignorantes puedan ser, el Buda nunca pierde fe en ellos porque sabe que en el más alejado de ellos existen, potencialmente, todas las virtudes de su naturaleza.

Puesto que los seres, cubiertos en su ignorancia, no ven correctamente y no saben encontrar la Naturaleza Búdica que tienen dentro de sí, el Buda les enseña que alejen las imaginaciones falsas y les dice que no existe diferencia entre ellos y Él.

5. El Buda es aquel que ha llegado al estado del Buda; los seres son futuros Budas; no existe ninguna diferencia cualitativa entre ellos.

Sin embargo, aunque los seres son Budas en vías de serlo, no lo son todavía; por eso, cometen un gran error si piensan que están al final del sendero de la Iluminación.

Aunque tengan la Naturaleza del Buda, si no practican el camino con diligencia ella no hace su aparición. Y si no aparece es que no han alcanzado la meta.

6. Hubo una vez un rey que reuniendo a muchos ciegos les hizo tocar un elefante y ordenó que dijesen cómo era el animal. El que tocó los colmillos dijo que era como una zanahoria gigantesca, el que tocó las orejas dijo que era como un gran abanico, el que tocó la trompa dijo que era como una mano larga de mortero, el que tocó las patas dijo que era como un mortero, el que tocó la cola dijo que era como una cuerda. Ninguno de ellos pudo captar la verdadera forma del elefante.

Con el ser también ocurre lo mismo. Es posible conocer parte de su naturaleza, pero no es nada fácil decir exactamente cuál es su verdadera naturaleza, la Naturaleza del Buda.

El único medio para encontrar esa naturaleza que no se destruye con la muerte, que permanece pura aun en medio de las pasiones impuras y que además no se extingue eternamente, es seguir al Buda y sus Enseñanzas.

* Este extracto ha sido traducido y editado de "La Enseñanza del Buda", un libro publicado por la Bukkyo Dendo Kyokai, la Sociedad para la Propagación del Dharma del Buda en Japón. El mismo consiste de extractos de los Sutras Mahayana y Hinayana, ordenados por temática, para exponer de manera devocional y reverente la enseñanza del Buda.