La Causalidad
La Causalidad
1. Así como todos los sufrimientos del ser tienen sus causas y la Iluminación tiene su camino, todo nace y muere como resultado de causas y de condiciones.
Llueve, sopla el viento, florecen las plantas, se marchitan las hojas: todo se debe a una causa.
Nace el niño de los padres; los alimentos mantienen su cuerpo, así como las experiencias y los conocimientos nutren su alma.
Por ello, tanto el cuerpo como el espíritu, dependen de una serie de causas y condiciones en su formación y en sus cambios.
Así como los agujeros de la red unidos van formando la red, todo es relativo y dependiente entre sí. Es erróneo pensar que un agujero de la red sea algo independiente y aislado. Él cobra valor dentro de su conjunto.
Un agujero es un agujero en relación con otros agujeros. Cada agujero sirve para que otro sea un agujero.
2. Una flor florece porque se reunen todas las condiciones para que florezca. Una hoja cae porque se reunen las condiciones para que caiga. No florecen ni caen por sí solas.
Ya que florecen y se marchitan por una serie de condiciones, todo lo que existe está sujeto a cambios.
No existe nada que exista por sí solo ni que permanezca eternamente. Es un principio eterno e inmutable el que todo nazca y perezca debido a una serie de condiciones y causas. Por ello, la ley de la mutabilidad es un principio absoluto que nunca jamás cambiará.
* Este extracto ha sido traducido y editado de "La Enseñanza del Buda", un libro publicado por la Bukkyo Dendo Kyokai, la Sociedad para la Propagación del Dharma del Buda en Japón. El mismo consiste de extractos de los Sutras Mahayana y Hinayana, ordenados por temática, para exponer de manera devocional y reverente la enseñanza del Buda.