Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 12 de agosto de 2020

Sangha: La Comunidad Clerical Budista - Su Significado e Importancia

El Budismo posee Tres Tesoros: (1) el Buda, quien es el maestro, así como la Esencia de Vida y Luz - de Sabiduría y Compasión - del Universo, al igual que es la Naturaleza Búdica innata en todos los seres; (2) el Dharma, el cual es la enseñanza del Buda y los principios universales que rigen la existencia; y (3) la Sangha, que en su primer nivel es la comunidad clerical de monjes y monjas que estudian y propagan el Dharma, así como la comunidad de creyentes budistas en todo el mundo, que finalmente se extiende para abarcar a todos los seres sintientes. Muchas veces los primeros dos tesoros reciben mucha atención, y podemos encontrar muchas información sobre los mismos en este blog. Esta entrada tratará sobre la Sangha, reflexionando brevemente sobre su significado e importancia para la perpetuidad del Dharma en el mundo.


La Sangha es el tercero de los Tres Tesoros, y ningún tesoro puede existir sin el otro: todos son mutuamente incluyentes y se complementan. En última instancia, el Buda vino al mundo para predicar el Dharma y aliviar el sufrimiento, rescatando a los seres sintientes del mar de nacimientos y muertes. El Dharma, sus enseñanzas, constituyen el cuerpo mismo del Buda, y son la razón de su venida al mundo. Sin embargo, la Sangha, la comunidad clerical y de creyentes, son quienes encarnan el Dharma y realizan la labor del Buda en el mundo. 

Sin embargo, muchas personas laicas hablan mal del monacado y creen que el Budismo podría existir sin el mismo, aún cuando la comunidad clerical fue instituída por el Buda mismo miesntras vivía en el mundo, y es gracias a la comunidad clerical que hoy continúa existiendo el Budismo, finalmente llegando a las orillas del mundo Hispano.

Stephen Batchelor, un famoso exponente del Budismo en el mundo anglosajón, en su artículo "Creating Sangha" ("Creando la Sangha"), expone la importancia de esta institución a nivel monacal para la preservación del Budismo. 

Batchelor escribe: "Pocos estarían en desacuerdo con que el monaquismo, con sus votos y disciplinas, proporciona el tiempo y la libertad para reflexionar sobre el Dharma y un marco propicio para el cultivo de la concentración y la percepción. Por esta razón, desde la época del Buda, se ha considerado que la supervivencia del Dharma depende de la supervivencia de una comunidad monástica. En la mayoría de los países asiáticos, el mismo término 'comunidad' (Sangha) ha llegado a referirse únicamente a la comunidad monástica. Si bien se requiere un laicado comprensivo para apoyar a los monjes y monjas, la oportunidad limitada de los laicos para realizar los objetivos eruditos y contemplativos de la práctica budista los ha llevado a asumir un estatus inferior al de los monjes".

Batchelor, al destacar la importancia de la institución monacal, hace una leve referencia a que en muchos países Hinayana del Sur de Asia, donde predomina el Budismo Theravada, la Sangha se compone exclusivamente de los monjes y monjas budistas ordenados, sin incluir a los laicos. Como hemos revelado anteriormente en el blog, en los países Hinayana, solo los monjes (ya no existen los linajes de monjas) pueden alcanzar el Despertar; los laicos solo pueden generar mérito apoyando económicamente a la comunidad clerical, con la esperanza de renacer en la próxima vida con el honor de ser un monje y embarcarse en el camino a la Iluminación. Esto contrasta con los países del Noreste de Asia, donde predomina el Budismo Mahayana, donde tanto los monjes (y monjas) como la comunidad laica pueden practicar el Dharma, independientmente del estatus, y alcanzar la Budeidad. Es por ello que Batchelor menciona que en los países Hinayana, los laicos tienen un estatus inferior a los monjes.

Ahora, luego de explicar esto, Batchelor continúa: "Nos encontramos [en Occidente] en un tipo de sociedad muy diferente a las que prevalecieron en el Asia budista. ¿Qué tipo de papel podría desempeñar un monje o una monja en este mundo? Un monje o una monja actúan como un desafío visible para las vidas superficiales y distraídas en las que muchas personas se encuentran atrapadas. Con su sola presencia, los monásticos afirman valores que son ignorados, negados o simplemente olvidados. Los monjes son un recordatorio de esa parte de nuestras vidas que se puede recordar vagamente, pero que generalmente se descuida. Independientemente de las opiniones que uno tenga sobre el monaquismo, encontrarse con un monje o una monja en la carne puede tener un impacto poderoso: para los fieles actúan como una afirmación concreta de sus valores; para los escépticos un desafío a las preocupaciones por lo fugaz y egocéntrico. Los monásticos son símbolos vivientes que apuntan más allá de su propia personalidad hacia algo que siempre está presente, aunque se suprima la conciencia de ello".

Aquí, Batchelor revela el verdadero significado y la importancia de clero budista: los monjes le muestran a las personas un "desafío visible para las vidas superficiales y distraídas en las que muchas personas se encuentran atrapadas". Los monjes y monjas, al ser los estudiosos primarios y custodios del Dharma, deben de encarnar sus principios y ser un ideal tangible del Dharma y su poder salvífico en el mundo. Aquí radica la importancia de que los monjes budistas en Occidente hayan sido propiamente educados, formados y ordenados en una escuela legítima de Budismo. Sin embargo, vemos muchos ejemplos en Latinoamérica de personas que se hacen llamar "monjes" y "maestros" y que no han recibido una educación formal, ni han sido formados ni ordenados como monjes por ninguna escuela budista. Como he mencionado anteriormente, el linaje es importante porque las personas necesitan saber si alguien tiene autenticidad, autoridad, capacitación y apoyo. Esto solo puede conseguirse por medio de la ordenación formal de una escuela budista.

El linaje igualmente es importante, ya que los monjes "con su sola presencia ... afirman valores que son ignorados, negados o simplemente olvidados". Batchelor nos llega a decir incluso que los monjes "son un recordatorio de esa parte de nuestras vidas que se puede recordar vagamente, pero que generalmente se descuida". Al igual que Batchelor, independientemente de las opiniones que uno tenga sobre el monaquismo, la mera presencia del monje equivale a la presencia del Buda en el mundo, ya que es una encarnación o representación del Dharma - el mensaje del Buda. Esto, según Batchlor: "para los fieles actúa como una afirmación concreta de sus valores", esto es porque los laicos pueden (idealmente) confiar en que el monje ha recibido las enseñanzas legítimas del Buda, sin mezclarlas con su opinión o ideosincracia personal. Batchelor dice: "Los monásticos son símbolos vivientes que apuntan más allá de su propia personalidad hacia algo que siempre está presente, aunque se suprima la conciencia de ello."

El autor llega a recordarnos que el encuentro con un monje budista es igual al encuentro del jóven Siddhartha Gautama, el Buda antes de ser un Buda, con un ascético, lo que llevó al jóven príncipe a abandonar su reino y su trono y embarcarse en una búsqueda espiritual para aliviar el sufrimiento de todo el mundo: "El propio príncipe Siddhartha se sintió motivado en su búsqueda del despertar al encontrarse con cuatro visiones: una de ellas, un monje errante. El encuentro con el monje se sitúa al mismo nivel que el encuentro con el enfermo, el anciano y el cadáver. Así como el encuentro con las realidades concretas de la enfermedad, el envejecimiento y la muerte le abrió los ojos a su propio dilema existencial, la visión del monje le abrió los ojos a la posibilidad de una respuesta a este dilema. No fue necesario que el monje dijera nada: su mera presencia como renunciante sin hogar fue suficiente para forzar al príncipe a tomar conciencia de los valores que había descuidado en su vida de indulgencia sensorial. Aquí radica el significado del monaquismo como una forma de vida en una relación polar con la sociedad secular."

Debemos recordar que el monacado budista es una institución con más de 2,500 años, y que la misma ha sufrido muchos cambios a través de los siglos, a medida que el Budismo se ha encontrado e influenciado (a su vez igualmente influenciando) otras culturas y filosofías. Igualmente, la Sangha monástica continuará evolucionando, atemperándose a los tiempos, continuando siendo la custodia de las enseñanzas del Buda para la posteridad. Esto ejemplifica las mismas doctrinas budistas, como la impermanencia, cuya connotación negativa muchas veces oscurece su significado. Debemos recordar igualmente que el cambio no es ni bueno ni malo: es simplemente una realidad. 

No obstante, no estoy en total acuerdo con Batchelor, quien termina opinando que la Sangha como institución respondía a condiciones exclusivamente políticas, sociales y económicas (Stephen Batchelor es famoso por su ateísmo radical y su secularismo) y que ya no debe de existir. Sin embargo, concuerdo con Batchelor en que la cuestión de la supervivencia de la Sangha monacal depende esencialmente de la estructura de la Sangha, ya que la Sangha es la expresión comunitaria de la experiencia budista. Es por ello que siempre he opinado, contrario a la opinión muchas veces común, de que el desarrollo del Budismo en Japón es lo mejor que le pudo haber pasado al Budismo en los últimos mil años. La Reforma Meiji obligó a los monjes budistas a abandonar aquellos elementos que separaban política y religiosamente a los monjes de los laicos: la prohibición de casarse, dejarse crecer el pelo, comer carne y consumir alcohol. Esto, junto a los grandes cambios económicos y sociales que envolvieron a Japón durante los últimos siglos, han hecho que el concepto de la Sangha monástica budista se asemeje al concepto del ministerio occidental. Así, el monje ya no solo es un ministro religioso, sino que es un consejero, un educador, y un apoyo espiritual y social para la comunidad a la que sirve. Esto está muy lejos de lo que muchos llaman una "degeneración del Dharma".

Interesantemente, este cambio también le permitió al Budismo japonés sobrevivir las múltiples cruzadas gubernamentales contra el Budismo durante la Segunda Guerra Mundial en Japón, vis a vis la desaparición del Budismo en India con las constantes invasiones musulmanes, y la desaparición de comunidades enteras budistas en muchas otras partes de Asia, mencionada por Batchelor en su artículo, dado a que sus enemigos lograron debilitar y casi desaparecer el Budismo al atacar a la comunidad clerical.

Ahora, aún con su agenda personal, el mismo Batchelor no sugiere que los monjes sean redundantes o poco importantes, sino que su papel en la comunidad budista debe ser reevaluado. Según Batchelor, para que el monacado sobreviva, necesita encontrar una base comunitaria firme dentro del marco de la cultura secular. El Dharma debe encarnarse en una Sangha distintiva. Esto es precisamente lo que ha hecho en Japón por siglos, a diferencia del Budismo en el resto de Asia. En Japón, el temlo no es solo un lugar para ir a atender un servicio budista y escuchar el Dharma, sino que igualmente es un lugar para celebrar momentos importantes de la vida del individuo, la comunidad y el mundo, a la vez que el sacderdote sirve de ministro, consejero matrimonial y mediador comunitario, al igual que el templo a su vez lidera muchos movimientos sociales en pro de la vida, el ambiente y la paz. Esto es lo que parcialmente ha llegado a Occidente como "Budismo Engajado", algo que existe en Asia por siglos. 

Es por esto que mi maestro habla de la "Sangha como práctica", y es porque en el Betsuin (Jiunzan Tendaiji) de Nueva York entrenan a los monjes para proveer servicios a la comunidad, no a recibir servicios de la misma. Igualmente, el pertenecer a una Sangha, con el monje como líder, nos permite dirigir nuestra práctica de manera dirigida, donde todos los miembros se dan mutuo apoyo en su búsqueda del Despertar.

Entonces, ¿por qué a veces algunos individuos truenan en contra del monacato? Esta pregunta tiene varias respuestas: desde la imposibilidad de ciertos individuos de accesar la educación y ordenación necesaria para ser un monje; la existencia de una agenda anarquista anti-institucional; hasta la imposibilidad de superar sus propios egos. Es por ello que es importante investigar bien sobre el grupo al que uno pertenece antes de comprometerse. 

En resumen, la Sangha monacal es la única responsable de la continuación del Dharma - la transmisión de las enseñanzas y prácticas ortodoxas del Buda en el mundo; por ello, su existencia es un requisito sin equa non esencial para la supervivencia del Budismo, y el la pieza clave central para su transplantación efectiva en el suelo Hispano. Es maravilloso que el público Hispano pueda unirse a esta historia de 2,500 años.