Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


jueves, 20 de agosto de 2020

El Poder de la Devoción: La Capacidad de Superar Cualquier Dificultad - La Fe en el Budismo

 Si bien muchas veces es un aspecto ignorado - o malintencionalmente omitido - el Budismo posee un fuerte componente de fe, y el mismo ha sido clave en su evolución y preservación, desde hace 2,500 años, trascendiendo barreras culturales y nacionales, hasta nuestros días. La fe, que se expresa en la devoción, es tan importante en el Budismo como lo es el estudio y la práctica de la meditación. Es por eso que para que el Budismo sea uno auténtico y balanceado, el mismo debe estar basado en los Tres Pilares de la Fe, el Estudio y la Práctica, los cuales encapsulan la Triple Joya del Buda (Fe), el Dharma (Estudio) y la Sangha (Práctica).

El Buda, en los Sutras, los cuales recogen sus sermones dados en sus más de cuarenta años de predicación, destaca el valor y la importancia de la fe en el Camino:

En el Sutra de Cundi, el Buda nos dice: "Los discípulos del Buda son los que creen en el Buda, en sus Enseñanzas y en la Orden (Sangha). El Buda es el que ha alcanzado la Iluminación y salva a la humanidad. La Enseñanza es lo predicado por el Buda. La Orden es una comunidad uniforme de creyentes que practican a la perfección estas Enseñanzas". Aquí reiteramos la importancia de la Triple Joya, del Buda, el Dharma y la Sangha, y su manifestación concreta en la Fe, el Estudio y la Práctica, que son los Tres Pilares del Budismo. 

Ahora, no podemos prestarle atención a un pilar e ignorar el resto. En el Sutra de Vimalakirti, el Buda nos reitera esta enseñanza, diciendo: "El Buda, la Enseñanza (Dharma) y la Orden (Sangha) aun siendo tres, no están divididos. El Buda se representa en la Enseñanza, y la Enseñanza se realiza en la Orden, por ello estos tres son una misma cosa. Creer en la Enseñanza y en la Orden, es igual que tener fe en el Buda. Y si uno cree en el Buda llega a tener fe en la Enseñanza y en la Orden". El Dharma es el espíritu mismo del Buda y su razón de aparecer en este mundo. Pero el Dharma por sí solo no tiene efecto si no se pone en práctica. Por eso el Sutra dice que "la Enseñanza se realiza en la Orden". La fe es un elemento importantísimo en la práctica. Si no tienes fe en los resultados, ¿qué te motiva a practicar? Cuando el Buda estaba en el mundo, toda clase de seres, pertenecientes a todas las clases sociales, acudían al Buda para aliviar su sufrimiento. En muchas ocasiones, el Buda daba un sermón completo (lo que hoy conocemos como los Sutras) para prescribirle a esa persona o grupo de personas una enseñanza y una técnica adaptada específicamente para ello. Si los seres no creían (no tenían fe) en el Buda, ¿cómo hubieran podido resolver sus problemas? Sobre todo, si las enseñanzas del Buda no fueran verídicas y eficaces, no hubieran sobrevivido más de 2,500 años. 

La fe es un requisito indispensable para alcanzar la Iluminación. Por ello, en el Sutra Surangama leemos: "Todos los seres con sólo tener fe en el Buda logran la salvación y alcanzan la Iluminación. El Buda ama a todos los seres como a hijos propios, por eso si el ser piensa en el Buda como en su madre, podrá ver al Buda y alcanzar la salvación. El que piensa constantemente en el Buda, es gobernado por la luz clara del Buda y se le adhiere el perfume del Buda con naturalidad". Cuando tenemos fe y ponemos las enseñanzas en práctica, como por ejemplo, durante la práctica de la meditación, nuestro ser finito se funde con el Infinito y comulgamos con el Buda - la Energía de Luz y de Vida Infinita, y esto perfuma nuestra esencia, así como el entrar a un campo de flores de jasmín nos impregna con el perfume de las flores, transformando nuestra mente y nuestro espíritu.

El Sutra Avatamsaka, o el Sutra de la Guirnalda de Flores, que fue el primer sermón dado por el Buda tras su Iluminación, leemos unos pasajes hermosos sobre la importancia de la fe:

"Es verdaderamente difícil encontrar al Buda, o a un maestro que pueda predicar sus Enseñanzas, y creer en estas Enseñanzas. Ahora que has encontrado al Buda tan difícil de encontrar, y has podido escuchar su Enseñanza tan difícil de escuchar, trata de mantener este valioso tesoro, cree y goza de Él". ¿Cómo podemos repagarle al Buda el inmenso regalo del Dharma, el cual no es nada menos que las enseñanzas para aliviar nuestro sufrimiento y rescatarnos del Océano de Nacimientos y Muertes del Samsara? 

De igual forma, el Sutra Avatamsaka nos revela que "La fe es el mejor compañero de la vida, es el alimento para el largo viaje de la vida. Es el máximo de los bienes". Puede ser algo fácil leer sobre Budismo, y aprenderse algunas de sus doctrinas, pero otra cosa es ponerlo en práctica, sobre todo, en los momentos más difíciles de la vida. Es en ese momento, cuando no tenemos ánimos de practicar, que debemos encender la llama de la fe, el cual nos dará el combustible para superar todas las adversidades de la vida. 

El Sutra continúa diciendo: 

"La fe enriquece el alma. Enseña la caridad sin apego, el respeto y la humildad alejando el orgullo. Así brilla la sabiduría, se aclara la conducta, el ser humano vence las dificultades, se libra del mundo, y recibe el poder para vencer todas las tentaciones.

"La fe anima al ser humano cuando el camino se hace aburrido y largo, y conduce a la Iluminácion". La fe es también la convicción de que vamos a alcanzar el Despertar.

"La fe nos hace sentir como si estuviéramos en presencia del Buda. Nos suaviza el alma y el cuerpo como si el Buda nos tuviera en sus brazos. Nos concede la virtud de tratar con amor a los seres". Este pasaje alumbra la importancia de la devoción en la forma del Buda. Cuando nos sentamos frente a nuestro altar, o cuando acudimos al Templo, la mera imágen del Buda, la cual encierra iconográficamente las cualidades del Iluminado, ilumina nuestra Verdadera Naturaleza y nos abraza, para nunca ser abandonados. Aunque el mundo parezca ser caótico y tengamos muchos problemas, el Buda siempre está dentro de todos, arrojando su luz protectora sobre nosotros. El Sutra dice: "La fe nos da la Sabiduría de comprender que este mundo no es más que un juego momentáneo donde no existe una verdad inmutable. Nos hace adquirir la Sabiduría que no se asombra ni se entristece por la mutabilidad". Tenemos que recordar que si bien las imágenes representan las cualidades bondadosas del Buda - del Universo - igualmente representan aspectos que todos poseemos dentro de nosotros. Por ejemplo, Fudo Myo-o, una de las deidades iracundas del Budismo japonés, si bien aparece con un rostro molesto y envuelto en llamas, lo que representa es la capacidad de superar todas las dificultades; nuestra Verdadera Naturaleza es igual: por el poder del estudio, la fe y la práctica, podemos permanecer inamovibles (que es lo que significa "Fudo") ante las circunstancias. Por eso, el Sutra dice: "La fe es la mano pura que recibe las Enseñanzas del Buda y todas las virtudes. La fe es fuego. Quema toda suciedad de las almas y conduce a los seres por el mismo camino. La fe hace arder en deseos de Iluminación a las almas que buscan el Camino del Buda". 

Por otro lado, el Sutra de la Luz Dorada dice: "La fe aparece en tres aspectos: el arrepentimiento, la alegría de conocer las virtudes ajenas, y la súplica al Buda por la salvación de los seres. Nos hace sentir deseos de tener conciencia de los pecados y las impurezas cometidas, avergonzarnos y arrepentirnos de ellas. Al ver la virtud ajena, nos hace alegrar como si fuera de uno mismo y desear para él el mérito. La fe nos hace estar siempre con el Buda, actuar siempre con el Buda y desear vivir siempre con el Buda". Es por eso que todo servicio budista genuino contiene los Versos del Arrepentimiento, donde nos arrepentimos por las transgresiones cometidas en pensamiento, palabra y acción. Esto nos permite, si el arrepentimiento es genuino, vernos cara a cara con el Buda en nuestro ritual de devoción, y a su vez, reconectar con nuestra Naturaleza Búdica, la cual es una fuente inagotable de perseverancia, paz y armonía. 

Igualmente, la fe se manifiesta en nuestra práctica de muchas otras formas. Además del estudio, donde estudiamos con fe y confianza las palabras del Buda en los Sutras, y de la comunión con el Buda a través de la meditación, el Nembutsu es uno de los actos de fe más populares en el Budismo. A través de la recitación del Nombre del Buda - Namu Amida Butsu - nosotros afirmamos nuestra creencia que somos uno con el Buda Amida - el Buda de la Vida y la Luz Infinita - quien es la Energía de Vida del Universo. Por eso, en los Sutras de la Tierra Pura, el Buda nos afirma que: "El alma que cree, es sincera y profunda, y se alegra de ser conducida al reino del Buda. Por eso, al que se alegra al alabar el nombre del Buda, el Buda le concede un poder. Lo conduce a su reino y hace que no vuelva a sentir la inquietud". En muchos sentidos este es el significado esotérico de la Tierra Pura: accesar nuestra Naturaleza Búdica - el Infinito. Cuando practicamos la meditación o recitamos el Nembutsu, este es el llamado mismo del Universo - del Infinito - para que despertemos nuestra Budeidad Innata y la hagamos brillar sobre todas las circunstancias de nuestras vidas, para que podamos abordar toda situación desde los ojos del Buda, con sabiduría y compasión. 

Estos son solo ejemplos de la importancia de la fe predicada por el Buda en los textos canónicos del Budismo. En fin, la fe nos provee la capacidad de superar cualquier dificultad en la vida.