La Fe Budista se fundamenta y se hace palpable en nuestras vidas por medio de tres prácticas esenciales: la Liturgia (Gongyo), la Meditación (Shikan) y el rezo vivo del Nombre del Buda (Nembutsu). En las próximas líneas, veremos cómo podemos encontrarnos con el Buda por medio de la práctica de la Liturgia Budista.
La Liturgia Budista tradicional y ortodoxa, la cual se basa en fragmentos unitarios y orgánicos del Canon Budista, es mucho más que solo un simple ritual, sino que es una oportunidad única de encontrarnos con el Buda Eterno, venerarlo, y agradecerle por su Dharma de salvación. Es una oportunidad que podemos repetir todos los días (o semanas) de comulgar con el Buda Eterno y con nuestra Naturaleza Búdica, y así, transformar completamente nuestras vidas. Durante la Liturgia, comulgamos con el Buda Eterno y lo hacemos una presencia viva y constante en nuestra vida. Igualmente, la Liturgia es una oportunidad nueva de reencontrarnos con el Dharma y profundizar en el mismo y su impacto en nuestras vidas, dándole nuevamente una oportunidad al Buda de guiarnos en nuestro Camino Budista. Pero además de esto, sin que muchos lo sepan, es un mapa que nos muestra nuestro camino al Despertar. Aunque no podemos resumir completamente el verdadero significado, impacto e importancia de la Liturgia Budista en nustras vidas en unos pocos párrafos, veamos someramente, a manera de introducción, la importancia de la Litugia Budista en nuestro Camino Budista.
La Liturgia Budista se refiere a dos cosas: (1) el Servicio Litúrgico Budista de un Templo, y (2) el Servicio Budista (Gongyo) que realizamos - idealmente - todos los días en nuestro Altar Budista (Butsudan) en nuestros hogares todas las mañanas y tardes.
El Hokke Sempo y Reiji Saho
El Servicio Litúrgico Budista en un Templo tradicional e institucional se divide en dos: (1) el Hokke Sempo o el Servicio Matutino, el cual es realizado por la mañana, basado en el Sutra del Loto, y (2) El Reiji Saho o el Servicio Vespertino, el cual es realizado por las tardes, basado en el Budismo Tierra Pura. Los mismos pueden realizarse en Shomyo o Cántico Litúrgico o recitado en el lenguaje vernacular. Ambos representan la visió única Tendai que une, armoniza y completa el Verdadero Dharma del Buda en el mundo.
El Hokke Sempo es un Servicio Budista tradicional y ortodoxo cuyos orígenes se remontan a China con el establecimiento de la escuela Tiantai (Tendai), elaborado por el Gran Maestro Chih-i (Tendai Daishi), y se compone de varios apartados litúrgicos que siguen el mismo patrón que luego formó el Servicio Diario que realizan los laicos en sus Gongyos, por lo que puede ser largo y complejo, o corto y sencillo, adaptándose al Calendario Litúrgico Anual. El mismo contiene usualmente pasajes del Sutra del Loto, en especial, los capítulos dos (Medios Hábiles) y catorce (Prácticas Pacíficas), la purificación de los seis órganos de los sentidos, entre otros.
Por otro lado, el Reijo Saho es otro Servicio Budista tradicional y ortodoxo basado en los Sutras del Buda Amida, y extractos del Sutra del Loto, como los capítulos dieciseis (La Vida Eterna del Buda) y veinticinco (La Puerta Universal del Bodhisattva Kannon), y contiene la recitación del Nembutsu, memoriales, y otros elementos litúgicos que nos recuerdan el ocaso de la vida. Así, el Hokke Sempo es como el comienzo del día y la salida del Sol, simbolizando el comienzo de la vida, y el Reiji Saho es como el ocaso del Sol, simbolizando la muerte y nuestra futura vida.
La Liturgia Budista Diaria (Gongyo)
Pero la Liturgia celebrada en la mayoría de los templos budistas provinciales es el Servicio Budista, un servicio litúrgico abreviado que contiene elementos de ambos, lo cual lo hace más corto y accesible al público, y el cual es modelado en el Servicio Budista Laico que se realiza en el Gongyo, pero que sin embargo, contiene todos los elementos esenciales de un servicio budista tradicional y ortodoxo, así como nuestro mapa para el Despertar.
Veamos ahora de manera introductoria los elementos de la Liturgia Budista, su significado, y el impacto que puede tener en nuestro Camino Budista.
La Liturgia Budista comienza con unos ritos preparatorios, para permitirnos abrir nuestros corazones y mentes, purificarnos, y prepararnos para recibir la presencia real y comulgar con el Buda Eterno. Nos prepara para poder ser dignos de recibir su Palabra y poder realizar su Voluntad (Camino del Bodhisattva) en el mundo. No podemos simplemente pasar de nuestras vidas habituales en el Samsara para poder encontrarnos en el Nirvana; necesitamos una transición, un pausa, para podernos encontrar con el Buda.
Sanrai (Adoración a los Tres Tesoros) - La Liturgia Budista comienza con el Sanrai, una invocación y adoración a los Tres Tesoros de las diez direcciones y los tres tiempos. Los Tres Tesoros son la base de la fe budista, Estos son el Buda Eterno, su Dharma (Enseñanza) y su Orden o Sangha (Comunidad). Pero el Budismo es la Religión del Universo, por lo que existen incontables Budas en las diez direcciones y los tres tiempos del pasado, presente y futuro en cada rincón del Cosmos realizando la labor dhármica salvífica para el beneficio de todos los seres sintientes, por lo que reconocemos su presencia y sus contribuciones, y esperamos poder ser dignos de unirnos en esta labor. Así, con esta adoración, el Sanrai nos permite pausar, dejar a un lado todos nuestros problemas y enconmendarnos en cuerpo, mente y espíritu al Dharma que vamos a recibir. En el Templo, el sacerdote budista realiza tres postraciones en nombre de todos nosotros, y con cada acción, debemos de igualmente postrarnos ante los Tres Tesoros, agradecidos por esta irrepetible experiencia y oportunidad humana, por haber recibido el Dharma, y por tener el prvibilegio de ponerlo en práctica en nuestras vidas. Igualmente, en el Altar del Templo, el sacerdote ahora purifica el salón, a la audiencia, e invoca la Gracia del Buda Eterno y la protección de las deidades benevolentes, por medio de los Tres Misterios.
En nuestro Camino Budista, esta primera etapa preliminar representa nuestro encuentro con el Dharma de Salvación del Buda - el Budismo - en esta existencia.
Sangemon (Arrepentimiento) - Pero abrir nuestras mentes y corazones no es suficiente, sino que venimos al Altar o al Templo lleno de pasiones y deseos, de impurezas, que cubren nuestra Naturaleza Búdica; llegamos cargando todas nuestras transgresiones en pensamiento, palabra y acción. Hemos pecado contra el Buda y contra incontables seres sintientes, y debemos de reconocer y asumir responsabilidad por ello. Esta es una oportunidad para mirarnos frente al Espejo del Dharma y vernos como realmente somos: seres finitos y falsos, llenos de deseos y pasiones, que hemos andado vagando por el océano interminable de nacimientos y muertes del Samsara por incontables vidas, cometiendo incontables trasgresiones, y debemos de enfrentarnos a esta realidad y asumir responsabilidad, así como acción para encaminar nuestras vidas. Esto nos permite purificarnos, removiendo un poco las capas que nosotros mismos hemos colocado sobre nuestra Naturaleza Búdica, revelándola y haciéndola brillar en nuestros pensamientos, palabras y acciones presentes y futuros, pues el Buda Eterno nos reveló en su Dharma que todos los seres pueden alcanzar la Redención.
El arrepentimiento es el comiezo de una nueva vida y oportunidad en el Camino Budista, el resto del camino radica en enmendar nuestros errores, cambiar nuestros patrones habituales, y poder merecer ser Hijos del Buda (Bodhisattvas). Luego de estar purificados, podemos presentarnos ante el Buda Eterno.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa nuestro comienzo en el estudio del Dharma, el cual se vuelve nuestro espejo de la vida, reflejando nuestro ser finito y falso, nuestro ego, con todos sus defectos. Esta etapa también representa nuestra aceptación o rechazo del Dharma del Buda Eterno, es decir, si decidimos entrar o no al Templo del Dharma y convertirnos en budistas.
Sanrai (Toma de Refugio) - Habiendo abierto nuestras mentes y corazones y habiéndonos purificado, podemos entrar figurativamente en el Templo del Dharma (Liturgia), y tomar Refugio en los Tres Tesoros. La Toma de Refugio es una ceremonia formal realizada en un templo budista y por un sacerdote budista debidamente ordenado, donde afirmamos públicamente nuestro deseo de ser budistas y entrar en la Familia del Buda, la Sangha (Comunidad). La Sangha es el Cuerpo del Buda en el Mundo, y se compone de la asamblea cuádruple de sacerdotes, monjas, laicos y laicas, quienes se dedican a estudiar el Dharma (Enseñanza) del Buda Eterno, poner sus enseñanzas en práctica, y realizar su Voluntad - el Camino del Bodhisattva - de salvar a todos los seres sintientes.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa nuestra entrada a la Familia del Buda con la Toma de Refugio y recepción de los Cinco Preceptos (Mandamientos Budistas de No Matar, No Robar, No Mentir, No Abusar de la Sexualizad, y No Abusar de los Intoxicantes) en un templo budista, directamente de un sacerdote budista ordenado en un linage fidedigno en una denominación budista tradicional. Es nuestro renacimiento como Hijos del Buda, el despetar del Bodhicitta - el Deseo de Salvar a Todos los Seres Sintientes. Ahora comienza verdaderamente nuestra práctica.
Kangyomon (Verso de Apertura de Sutras) - Ahora que hemos renacido a la Familia del Buda, podemos recibir su Palabra, su Dharma de Salvación, directamente de un sacerdote budista, quien nos presentará las verdades contenidas en las enseñanzas del Buda y quien guiará nuestra práctica en nuestro camino al Despertar. Este es el momento de comenzar nuestro estudio serio de la Enseñanza. Pero esta es una tera que no podemos realizar solos. Si bien el sacerdote nos presentará el Verdadero Dharma y las enseñanzas de la Tradición (la denominación y los Patriarcas), gran parte de este estudio depende de nosotros. Si bien el Buda ya no está físicamente en la Tierra con nosotros, su Enseñanza se encuentra en su Dharma. Es por eso que esta parte de la Liturgia nos permite invocar la Gracia y el Espíritu del Buda para que termine de abrir nuestros corazones y mente (el primer paso y esfuerzo ya lo hemos hecho inicialmente nosotros) y poder, no solo recibir, sino verdaderamente entender su Dharma o Enseñanza, sin caer en el error o el fundamentalismo.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa el comienzo de nuestro estudio guiado y correcto del Dharma y de su práctica. Es nuestro paso de la Verdad Convencional (dualidad) hacia la Verdad Absoluta (Unidad).
Lectura del Sutra - Si bien el Buda ya no se encuentra físicamente con nosotros, su Espíritu ha estado trabajando dinámicamente en nuestras vidas desde nuestra primera respiración, vida tras vida, para permitirnos despertar del sueño de la Oscuridad de la Ignorancia y alcanzar nuestra Budiedad y salvación. Pero sobre todo, su Voluntad y Enseñanza se encuentra en su Dharma. Los Sutras contienen los sermonres recogidos del Buda, dados en sus más de cuarenta años de predicación en este mundo. Estas son las Escrituras Sagradas Budistas. En la Liturgia Budista, se recita una porción de uno de los Sutras o sermones predicados por el Buda, para poder reflexionar sobre el Mensaje del Buda, y moldear nuestras vidas para que sean un ejemplo y una imitación de su vida; para ser verdaderos Hijos del Buda. Esta sección de la Liturgia Budista igualmente nos permite unirnos al coro interminable de discípulos del Buda, quienes pasaron estas enseñanzas oralmente por siglos antes de poderse transcribir en el Canon Budista que hoy poseemos y atesoramos. Las porciones de la Lectura del Sutra varían
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa la profundización en nuestro estudio guiado del Verdadero Dharma Eterno del Buda, y nuestra práctica del Bodhisattva con los Seis Paramitas (Prácticas Budistas de Caridad, Moralidad o Preceptos, Esfuerzo, Paciencia, Meditación y la obtención de Sabiduría) en nuestro camino al Despertar de la Budeidad. Es la Transferencia de Méritos "Hacia Arriba" para alcanzar nuestro Despertar.
Honzon Shingon (Comunión con el Buda) - Ahora llegamos al clímax de la Litugia Budista, la recitación del Nombre Sagrado y nuestra comunión con el Buda Eterno. La recitación del Nombre Sagrado (Mantra o Shingon) varía de templo a templo, pero no importa el Nombre del Buda que se recite en este momento, todos son emanaciones del mismo Buda; son aspectos del mismo Buda Eterno. El Shingon es un rezo vivo que invoca al Buda Eterno, lo llama a nuestra presencia (atención) y nos permite comulgar con el mismo, reconociendo a su vez que el Buda Eterno es uno con el Espíritu del Buda que mora en nosotros, nuestra Naturaleza Búdica, y nuestro Verdadero Ser. En nuestro Templo y Liturgia, esto se manifiesta como el rezo vivo esotérico del Nombre Sagrado (Nembutsu) del Buda Amida, el Buda de la Luz y la Vida Infinita, para que nos permita vivir en su Vida Eterna y reconocer nuestra Naturaleza Búdica, experimentando el Nirvana en esta vida.
Idealmente, si siguiéramos la tradición occidental, este sería al momento ideal para practicar la Meditación (Shikan), como Comunión Sacra con el Buda Eterno, así como la Homilía (Charla del Dharma), pero en los templos - siguiendo la costumbre asiática - a nivel práctico, ambos se realizan luego de la Liturgia Budista.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa la práctica de la Comunión con el Buda, ya sea por medio de la Meditación o del Nembutsu. Es el desubrimiento de nuestra propia Naturaleza Búdica y cómo la misma brilla y transforma nuestras vidas, permitiéndonos manifestar nuestra Budeidad Innata y morar en el Nirvana en este cuerpo y en esta vida - la Tierra Pura, fuera del espacio y el tiempo.
Pero esta bendición no es para nosotros, sino que, cónsono con el Voto Primal del Buda y de nuestro Voto como Bodhisattva (Bodhicitta), compartimos el Dharma para el beneficio y la salvación de todos los seres sintienes, quienes son igualmente hijos del Buda. Es por eso que luego de el Shingon es tradicional que muchos Templos (o que nosotros en nuestros hogares en el Gongyo) recen por la salud física, mental y espiritual de todos los seres (en especial los enfermos). En nuestro Templo y Liturgia, esto se manifiesta como la invocación del Nombre Sagrado del Buda Yakushi (Buda de la Medicina). Igualmente, es tradicional rezar por los fallecidos, invocando el Nombre Sagrado del Buda Amida, para que su luz los abrace y nunca los desampare, brindándoles la salvación y el Renacimiento en su Tierra Pura.
En nuestro Camino Budista, entonces, esta etapa realmente representa el Despertar de la Budeidad, la entrada a la Unidad Fundamental o la Verdad Absoluta - el Renacimiento en la Tierra Pura.
Así como no podíamos comenzar la Liturgia Budista sin una pausa o transición, de igual forma, no podemos regresar de nuestra Comunión con el Buda (Unidad - Nirvana) a nuestra vida común (dualidad - Samsara) sin una transición, por lo que preparamos nuestro cuerpo, mente y espíritu para regresar al tiempo ordinario y a nuestras vidas diarias con la Veneración del Linaje y los Grandes Maestros.
Hogo (Veneración de los Maestros) - Habiendo experimentado la Comunión con el Buda, ahora damos gracias al linage de Grandes Maestros que han permitido que la Llama del Dharma se mantuviera vida e intacta por siglos, invocando y dando gracias al Buda Shakyamuni por haber aparecido en este mundo y revelarnos el Dharma Eterno de Salvación, al Gran Maestro Chih-i (Tendai Daishi) por haber restaurado el Verdadero Budismo, y al Gran Maestro Saicho (Dengyo Daishi) por haberlo perfeccionado y hacerlo disponible para todos nosotros en nuestros días. Estos tres nombres son solo ilustrativos, pues con ellos incluimos a todos los Discípulos, Maestros y devotos que han preservado el Dharma por más de 2,500 años.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa el descenso de la Verdad Absoluta (Unidad) hacia la dualidad, para comntinuar el Voto Primal del Buda y su trabajo de salvación de todos los seres sintientes; nuestro regreso de la Tierra Pura.
Soekomon (Transferencia de Méritos) - Luego de dar las gracias a los Grandes Maestros y a todos los seres que han hecho que encontremos el Dharma en nuestros días y en esta vida, compartimos nuestros méritos con todos los seres sintientes, cónsono con nuestro Voto del Bodhisattva. Es el reconocimiento del Espíritu del Buda (Naturaleza Búdica) en todos los seres, y de la Verdad profetizada y asegurada por el Buda de que todos los seres alcanzarán, sin excepción, la salvación de la Budeidad.
En nuestro Camino Budista, esta etapa representa el resto de nuestras vidas como Hijos del Buda, el vivir en las Tres Verdades (entre lo Absoluto o la Unidad, y la Convencionalidad o la dualidad, el Camino Medio). Es la Transferencia de Méritos "Hacia Abajo" para compartir la Gracia de la Budeidad y salvar a todos los seres sintientes.
En el Templo, el sacerdote ahora nuevamente realiza el Sanrai inicial con sus tres postraciones, cerrando la Liturgia igual que como la comenzó, para que podamos continuar el resto de nuestra semana energizados y podamos mantener presente la Gracia del Buda en nuestras vidas, y realizar la labor (missio iluminatio) del Buda en el mundo. Esto no es una conclusión, sino una invitación a una misión, de manifestar todos los días nuestra Naturaleza Búdica en nuestras vidas, actuar con sabiduría y compasión para con todos los seres, y hacer de este mundo una Tierra Pura.
Así, como vemos, la Liturgia Budista es un encuentro con el Buda Eterno, su Dharma (Enseñanza) y una comunión con su Comunidad (Sangha), y contiene el Mapa del Despertar. Esto es algo que podemos experimentar como comunidad - como el Buda lo intencionó - en el Templo, pero que podemos revivir todos los días en nuestros Altares Budistas (Butsudans) por medio del Gongyo (Servicio Budista Diario Laico), y transformar nuestras vidas.
Que esta breve introducción al Encuentro con el Buda por medio de la Liturgia Budista nos permita alcanzar, junto con todos los seres, nuestro Despertar.