Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Shingi Hokke Shu - Escuela del Loto Reformada 新義法華宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 18 de julio de 2023

Acercándonos al Canon Budista: Una Introducción a los Textos Sagrados del Budismo VI - Descubriendo el Mensaje del Buda con las Cinco Llaves Hermenéuticas Parte IV

 

Cuando nos acercamos al Canon Budista, podemos intimidarnos por su longitud y complejidad. Después de todo, el mismo contiene los sermones predicados por el Buda en sus más de cuarenta años de predicación en el mundo, las "84,000" enseñanzas, cada una dedicada a aliviar uno de los 84,000 deseos o problemas de los seres sintientes. 

El Canon Budista se divide tradicionalmente en dos: el Canon Pali (llamado Agama), que contiene las enseñanzas primitivas - incompletas e imperfectas, expedientes - del Buda, predicadas al comienzo de su ministerio, registradas en el idioma Pali, que hoy es utilizado por el Budismo Hinayana (Theravada) en el Sur de Asia; y el Canon Sáscrito-Chino, que contiene las enseñanzas iniciales (Canon Pali) y posteriores, dadas en medio y al final de su ministerio, registradas en sánscrito (y otros idiomas indios, como el Ghandari), pero preservadas en chino (por lo que se llama en Canon Sánscrito-Chino), que hoy es utilizado por el Budismo Mahayana en el Noreste de Asia (quienes igualmente reconocen la canonicidad del Canon Pali). En Japón, el mismo es llamado Taishō Daizōkyō, la edición moderna estándar sistematizada por eruditos japoneses, publicada en Japón entre 1924 y 1929, que contiene tiene cincuenta y cinco volúmenes y 2,184 textos (en 1934 se publicó un suplemento del Taishō Daizōkyō, conteniendo cuarenta y cinco volúmenes con otros 736 textos, incluidos textos en japonés). Ambos Cánones incluyen los Sutras (sermones dados por el Buda), el Vinaya (códigos monásticos de conducta) y Abhidharma (comentarios), para un total de 2,920 textos.

Dado a la voluminosidad y complejidad del Canon (y dado al hecho que el mismo no ha sido traducido en su totalidad a un lenguaje occidental) es importante no leer el mismo fuera de una Tradición budista y su Orden. Para poder realmente entender y navegar el Canon, debemos de descanzar sobre los comentarios de la Tradición y los Grandes Maestros. La Tradición es entonces nuestra guía para navegar el océano del Canon Budista. La cuarta llave, Lee el Canon Budista dentro de la Tradición de los Grandes Maestros, resuelve esta complicación.

Como mencionamos anteriormente, el Canon Budista se compone de los Sutras o sermones dados por el Buda, el Vinaya o el código de conducta monástica, y el Abhidharma, que son los comentarios de los Discípulos y Grandes Maestros que buscan explicar e incluso expandir el contenido y el significado de los Sutras, inspirados por el Espíritu del Buda Eterno. A diferencia de nosotros, los Discípulos respiraron y compartieron la presencia física del Buda en la Tierra. El Poder de la presencia física del Buda se mantuvo con sus Discípulos, inspirándolos y guiándolos por siglos, hasta la composición de los Sutras. Pero igualmente, a medida que pasaba el tiempo y las generaciones, disminuía el Poder del Buda sobre ellos, esto a la vez que el poder del Dharma igualmente disminuía, siguiendo la Escatología Budista de los Tres Periodos del Dharma. 

La aparición del Buda en el mundo marcó el verdadero comienzo de la espiritualidad y la oportunidad de alcanzar el Despertar en la Tierra. Su presencia misma cambió la fábrica de la realidad (y del mundo espiritual). Pero a medida que pasa el tiempo, el mundo vuelve a sumirse en la oscuridad de la Ignorancia dado al Karma colectivo de los seres, lo que hace que sus vidas sean más cortas, que tengas más deseos y pasiones malsanas, que incrementen su mal Karma, y que aumenten sus puntos de vistas erróneos. La calidad del mundo tiene a su vez su impacto en la Orden o Sangha. Es por eso que durante los primeros 500 años tras la aparición del Buda en la Tierra, el Budismo se encontraba en lo que se llama el Primer Día de la Ley, o el Periodo o la Era del Dharma Correcto (Saddharma - Shōbō), donde el Dharma Eterno estaba en su completa plenitud, y los discípulos y devotos budistas podían comprender plenamente el Dharma, ponerlo en práctica, y alcanzar el Despertar. Seguido estos primeros 500 años, entramos al Día Medio de la Ley, o el Periodo o la Era del Dharma de la Semblanza (Pratirupadharma - Zōbō), donde los seres comienzan a aumentar sus deseos y pasiones desenfrenadas, cometer mal Karma, y comienza a proliferar los puntos de vista erróneos. Luego de esto, comienza nuestra era actual, el Ultimo Día de la Ley, o el Periodo o Era de la Degeneración del Dharma (Pashchimadharma - Mappō), cuyos comienzos nuestra Tradición coloca alrededor del 1,052 EC. Esta Era de Mappo en la cual vivimos es una llena de mucha Ignorancia y conflicto, y el poder dle Dharma y su Orden degenera rápidamente. Esta era durará por más de 10,000 años, seguido por una era sin Dharma, hasta el advenimiento del Buda Maitreya en el futuro.

Vivimos ahora mismo en la Era de la Degeneración del Dharma, Mappo, por lo que es menester de la Orden el mantener viva la Llama del Dharma para las futuras generaciones, logrando tal vez impedir su completa desaparición. Esto nos exige a todos - sobre todo a la Orden Monástica - el estudiar, profundizar y preservar el Dharma Eterno del Buda en el mundo. Es por eso que la Orden tiene la responsabilidad indelebre de preservar el Dharma correcto, en un mundo donde cada día Mara trabaja por corromperlo y presenta versiones falsas y mutiladas del mismo, presentadas por sus huestes vesrtidas de monjes falsos y laicos corruptos. Aquí radica la importancia de seguir una Tradición legítima, histórica y ortodoxa. El Verdadero Dharma del Buda se transmite por palabras (Canon Budista), así como por acciones, siguiendo el ejemplo de los Discípulos y Grandes Maestros, quienes vivieron sus vidas imitando a nuestro Padre, el Buda Eterno. Ahora, las Palabras y el Ejemplo del Buda viven en las instituciones que la Tradición Budista nos ha legado. 

Así, como vemos, en la primera era, los Discípulos transmitieron a otros oralmente lo que el Buda mismo había transmitido en línea sucesoria hasta que fue compuesto en el Canon Budista que sostenemos hoy. Luego, los Grandes Maestros se dedicaron a expandir y presentar el Dharma Eterno atemperándolo a los tiempos. Si bien esta Tradición es realmente un conjunto de tradiciones, el Verdadero Dharma se mantuvo completo y vivo dentro de la Tradición del Loto que hoy es custodiada por la escuela Tendai japonesa. 

Aunque hablamos del desarrollo de la Tradición, es importante destacar y aclarar que esto no significa un cambio en el contenido de lo que se está transmitiendo, el Dharma Eterno, sino que es el entendimiento del Dharma lo que es profundizado y luego es contextualizado para las nuevas generaciones. Guiados por el Espíritu del Buda Eterno, la Orden, a través del estudio cuidadoso del Dharma y su práctica, profundiza y descubre todos los días nuevos tesoros en la profundidad del océano del Dharma. Entonces, los escritos de la Tradición no cambian la doctrina (aunque ciertas tradiciones sí la han cambiado y corrompido) sino que presentan una maduración en su comprensión de la Palabra y la Voluntad del Buda, permitiéndoles presentarla las nuevas generaciones. 

Dado a que la Tradición fue pasada por humanos, naturalemente han habido errores en la transmisión. Uno de estos errores es la proliferación de tradiciones, lo cual ha dado como resultado la diversisificación del Mensaje del Buda. Por ello, si bien todas las tradiciones históricas y legítimas son parte de la Tradición Budista, no todas contienen la totalidad de la Verdad. Como recordaremos, la Traidición Budista está compuesta realmente por el Mensaje (completo y perfecto), el Testamento (Voluntad) y la Intención del Buda en la Tierra, pssada por sus Discípulos a los Grandes Maestros, y de ellos, a la Orden (sacerdotes budistas).  Esto distingue la Tradición real (con "T" mayúscula) de las tradiciones budolódicas, disciplinarias, litúricas y devocionales que han surgido a través del tiempo (tradiciones con "t" minúscula). A diferencia de estas, la Tradición Budista real, que es de origen iluminado, completa y perfecta, es la verdadera custodia del Dharma Eterno del Buda, transmitiendo el Dharma de forma completa e ininterrumpida, adaptándolo a los tiempos y las circunstancias, siguiendo el ejemplo del Buda. 

La Tradición Budista fue instituida por el Buda mismo hace 2,500 años trás en la India con la predicación y la transmisión del Sutra del Loto y del Nirvana, y si bien tuvo fragmentaciones con el paso de los siglos, la misma se mantuvo intacta en la Tradición del Loto, que fue recatada e instituida en China por el Gran Maestro Chih-i, y perfeccionada en Japón por el Gran Maestro Saicho, siendo preservada hasta nuestros días por la escuela Tendai japonesa. Es por eso que los escritos de los Grandes Maestros Chih-i y Saicho (y los otros Patriarcas Tendai) son canónicos y forman parte del Canon Budista.

Cualquier presentación incompleta o fragmentada del Dharma, ya sea en su forma  Hinayana (Theravada) o Mahayana (Chan-Zen, Tierra Pura, etc.) es una desviación, no es completamente dhármica, y no es histórica, por lo que no tiene el mismo poder salvador encontrado en la Tradición del Loto. Peor aun, cualquier intento de abordar el Canon Budista fuera de una tradición (de forma individual, siguiendo el ego que predomina en nuestra era) solo aumenta la brecha y el malentendido entre la Palabra del Buda y del Budismo. 

En resumen, el Verdadero Dharma del Buda Eterno vive en la Tradición, quien tiene la responsabilidad de preservarlo, transmitirlo y vivirlo. A medida que profundizamos en las enseñanzas y prácticas de la Tradición, podemos realmente accesar el Espíritu del Buda en nosotros, sus Palabras en el Canon, y podemos ejemplificar su vida con nuestras acciones en nuestra vida diaria.