Hoy continuaremos con nuestro ciclo de charlas sobre el Sutra del Loto. La semana pasada tocamos los capítulos 13 y 14, donde hablamos sobre cómo el Buda desea que nos comportemos en el mundo, como personas que practican el camino del Bodhisattva, y la importancia de que todos encarnemos los principios fundamentales del Sutra del Loto, ya que es solo a través del Sutra del Loto que podemos comprender a cabalidad la totalidad de las enseñanzas del Buda y los medios hábiles utilizados en los Sutras anteriores para llevar a los seres sintientes al Despertar. Estos dos capítulos son importantes, sobre todo en estos momentos de crisis, ya que el Dharma (y su práctica) es la luz que ilumina nuestra existencia en esta vida, y nos ayudan a alinear nuestros pensamientos, palabras y acciones correctamente. A veces nos preguntamos cuál es la respuesta del Budismo a muchas de las interrogantes de la vida, o cómo podemos poner las enseñanzas en práctica en nuestro diario vivir. Estos dos capítulos pasados nos dan la respuesta.
Hoy tocaremos otros dos capítulos, los capítulos 15 y 16, los cuales reiteran muchas de las enseñanzas pasadas, y a su vez, revelan el corazón mismo del Sutra del Loto (en el capítulo 16). Veamos.
El capítulo 15, titulado "Emergiendo de la Tierra", continúa la línea de pensamiento comenzada en el capítulo 11, donde el Buda Shakyamuni, desde la Torres de los Tesoros, le pregunta a la multitud si alguien desea voluntariarse para sostener, predicar y mantener el Sutra del Loto en el futuro distante, en este mundo, luego de su extinción. Debemos recordar que en el capítulo 13, muchos Bodhisattvas se voluntarean, pero el Buda no les contesta. El capítulo 15 entonces comienza con un sin número de Bodhisattvas que reiteran su interés en sostener, practicar y mantener el Sutra en este mundo en el futuro, pero el Buda les da una respuesta inesperada.
El Buda se dirige a esos innumerables Bodhisattvas, diciéndoles que no es necesario, ya que en este mismo mundo existen innumerables Bodhisattvas en este mundo que realizarán este trabajo. Acabando de decir estas palabras, la tierra tiembla y se abre, y salen un sin número de Bodhisattvas desde el centro de la tierra, y como nuber, se levantan en el aire y se unen a la asamblea. Estos Bodhisattvas han existido en el vacío en este mundo desde hace aeones, y han surgido al escuchar la voz del Buda Shakyamuni. Entonces, estos Bodhisattvas van a donde el Buda Shakyamuni y lo veneran, y van a donde todas las manifestaciones del Buda Shakyamuni y presentan sus ofrendas.
Al ver a estos Bodhisattvas, toda la asamblea se asombra y se preguntan quiénes son. Entonces, el Bodhisattva Maitreya le pregunta al Buda, a lo que el Buda responde que estos Bodhisattvas han sido entrenados por el Buda hace millones de eones, y han estado habitando el vacío en este mundo, constantemente perfeccionando las enseñanzas. Pero todos los presentes saben que el Buda lleva predicando un poco más de cuarenta años, y todos se concocen, mas nunca habían visto antes a los Bodhisattvas que surgieron de la tierra. La respuesta a esta interrogante se responde en el próximo capítulo.
Los budistas del Budismo Primitivo (Hinayana - Theravada) buscan escapar de este mundo del sufrimiento y alcanzar un estado de conciencia puro, para nunca más renacer. Estos los hace indiferentes del mundo, y se olvidan uno de los propósitos principales de toda religión y del Budismo: salvar a todos los seres sintientes. Por otro lado, los budistas Mahayana aseguran que todos los seres pueden alcanzar el Despertar, y que el mismo solo se puede alcanzar en medio del mundo, porque los Bodhisattvas no pueden salvar a nadie sin estar en medio en donde el dolor y el sufrimiento existen. Los Bodhisattvas, como flores de loto, nacen del lodo del mundo, con todos sus problemas, pero se mantienen puros y sin contaminaciones, así como el lodo solo nace del lodo. Esto nos da mucho material para reflexionar.
En el capítulo 16, titulado "La Duración de la Vida del Tathagata", llegamos al clímax del Sutra del Loto y su enseñanza más importante. Es por eso que este es el corazón del Sutra. Usualmente, muchas personas, y muchos budistas, piensan que el Buda Shakyamuni fue un príncipe llamado Siddhartha Gautama, quien nació en la India hace 2,500 años, quien abandonó su reino y se embarcó en la búsqueda de respuestas a todas las interrogantes de la vida; sobre todo, a cómo eliminar el sufrimiento. Tras seis años de rigurosas prácticas, el príncipe alcanzó la Iluminación bajo el árbol Bodhi, y se dedicó el resto de su vida a predicar a otros cómo alcanzar ese mismo Despertar. Este es el Buda histórico. Pero en el Sutra del Loto, el Buda, ante la pregunta de Maitreya y de los otros Bodhisattvas de cómo pudo entrenar a innumerables Bodhisattvas, revela que el Buda alcanzó la Iluminación en el principio de los tiempos, y desde entonces, ha estado predicando el Dharma en todos los mundos. Aquí el Buda revela la verdad del Buda Eterno. El Buda Shakyamuni no es solo el Buda que apareció en este mundo, sino que es una encarnación misma de la Verdad del Universo, quien por su infinita compasión encarnó en el mundo, y con su infinita sabiduría, enseñó muchos medios para aliviar nuestros sufrimientos.
Una parte de este capítulo, el cual se encuentra en la liturgia Tendai que recitamos en Puerto Rico y que se recita en todos los templos Tendai en Japón, dice:
"Desde el tiempo en que alcancé la Budeidad,
Los eones que ha pasado
Son ilimitados cientos de miles de miríadas
De kotis de asamkhyeyas en número.
Yo siempre predico el Dharma para enseñar y transformar
Incontables millones de seres vivientes,
Para que entren al Camino del Buda.
Y a través de esos ilimitados eones
Para salvar a los seres vivientes,
Yo manifiesto apropiadamente el Nirvana.
Pero en realidad yo no paso a la tranquilidad inactiva o al Nirvana;
Sino que permanezco aquí, siempre predicando el Dharma.
Siempre estoy aquí,
Y usando el poder de las penetraciones espirituales,
Causo que los seres sintientes trastocados o perturbados,
Aunque estén cerca de mí, no me vean.
Las multitudes entienden que paso al Nirvana.
Ellos extensivamente hacen ofrendas a mis reliquias.
Todos me aprecian y anhelan ardientemente,
Y sus corazones me buscan sedientos.
Los seres vivientes, entonces, fieles y mansos,
Íntegros, con mentes obedientes
Persistentes y concentrados en una sola meta
Desean ver al Buda,
Sin importarles sus propias vidas.
En ese momento yo y la asamblea
Aparecimos todos en el Pico del Águila,
Donde le digo a los seres vivientes
Que yo siempre estoy aquí y nunca he cesado de estarlo.
Pero usando el poder de los medios hábiles,
Manifiesto la ‘cesación’ y la ‘no cesación’ del ser.
Para los seres sintientes en otras tierras,
Reverentes, confiados y aspirando,
Yo predico el Dharma Insuperable.
Pero esos de ustedes que no oyen esto
Piensan que ha pasado al Nirvana.
Veo a los seres sintientes
Hundidos en la miseria, y sin embargo
Me refreno de manifestarme ante ellos
Para causarles que me busquen,
Y entonces, cuando sus mentes estén llenas con anhelo,
Yo aparezco y predico el Dharma.
Con esas penetraciones poderosas espirituales,
A través de asamkhyeyas de eones,
Permanezco siempre en el Pico del Águila
Y también habito en otros lugares.
Cuando los seres ven el final del eón
Y están devastados por el gran fuego,
Mi Tierra Pura de la Luz Serena es pacifica y segura,
Siempre llena con dioses y humanos,
Jardines y bosques, salones y pabellones,
Y adornos variados y preciosos.
Hay árboles enjoyados con muchas flores y frutos
Donde los seres vivientes viajan en delicia.
Los dioses tocan tambores celestiales,
Produciendo siempre diferentes clases de música,
Y flores Mandaravas
Son esparcidas sobre el Buda y la gran asamblea.
Mi Tierra Pura no es destruida,
Sino que las multitudes la ven quemándose enteramente.
Los preocupados, temerosos y miserables
Están dondequiera.
Todos esos seres con ofensas,
Por sus causas y condiciones karmáticas diabólicas,
Pasan a través de asamkhyeyas de eones,
Sin oír el nombre de la Triple Joya.
Todos los que han cultivado mérito y virtud,
Que son obedientes, buenos y honestos.
Todos ellos me ven
Aquí, hablando el Dharma.
Algunas veces para esta asamblea,
Hablo del período de vida del Buda como ilimitado.
Para aquellos que ven al Buda sólo después de largos intervalos,
Hablo del Buda como siendo difícil de encontrar.
El poder de mi sabiduría,
La iluminación ilimitada de mi sabiduría
Es tal, que mi período de vida es uno de los incontables eones
Logrado a través de un largo cultivo y trabajo.
Aquellos de ustedes con sabiduría,
No deben de tener dudas acerca de esto;
Córtenlas completamente y para siempre,
Porque las palabras del Buda son verdaderas, no falsas.
Ellas son como los expedientes diestros del doctor
Que para curar a sus hijos dementes,
Estando vivo, no obstante dijo que estaba muerto,
Y nadie pudo decir que él hablaba falsedad.
Yo también soy como un padre para el mundo,
Salvándolos a todos del sufrimiento y la aflicción.
Pero para los seres vivientes, perturbados como son,
Hablo de cesación, aunque actualmente permanezco.
De lo contrario, si me ven frecuentemente
Ellos crecerán en arrogancia y flojedad.
Desordenados y apegados a los cinco deseos,
Ellos caerán en los pasajes malvados.
Yo estoy eternamente consciente de los seres vivientes.
Aquellos que practican el camino y aquellos que no.
Yo hablo varios Dharmas para sus beneficios
Y para salvarlos en una manera apropiada.
Yo siempre estoy pensando,
“¿Cómo puedo causar que los seres sintientes
Entren en el Camino Insuperable
Y rápidamente perfeccionen el cuerpo de un Buda?”
El Buda continúa diciendo que durante todo este tiempo, el se ha llamado y aparecido en los diferentes mundos de muchas formas para predicar el Dharma y salvar a los seres, y que siempre da la apariencia de morir, pero que todo esto han sido medios hábiles. El Sutra del Nirvana, el último Sutra que el Buda predicó en este mundo, luego del Sutra del Loto, el Buda ilustra esto con la parábola de la luna.
"El Buda le dijo a Kasyapa: 'Es como cuando las personas ven que la luna no aparece y dicen '¡La luna ha desaparecido!' Y piensan que ha desaparecido. Sin embargo, la naturaleza de la luna realmente no ha desaparecido. Cíclicamente aparece en lugares en otras direcciones, y los seres sintientes allí dicen 'La luna ha aparecido'. Sin embargo, la naturaleza de la luna realmente no ha aparecido. ¿Y por qué? Es porque está bloqueada por el Mounte Sumeru que desaparece. La naturaleza lunar de constante surgimiento no ha aparecido o desaparecido. El Tathagata, el Arhat, el del conocimiento perfecto, también es así. Él aparece en el trichiliocosmo, o se manifiesta en Jambudvipa (la Tierra) teniendo un padre y una madre. Los seres sintientes dicen que él nació en Jambudvipa, o en Jambuvipa él muestra el Nirvana. Pero, la naturaleza del Tathagata realmente no tiene Nirvana. Sin embargo, todos los seres sintientes dicen que el Tathagata realmente entra en Parinirvana'".
Como recordamos, en el capítulo 2 del Sutra del Loto, el Buda Shakyamuni explica el uso de los medios hábiles. Por eso, el nacer y morir del Buda mismo es un medio hábil para llevarles a los seres el Dharma. El Buda Eterno, el Universo, aparece como incontables Budas a través de todo el universo para salvar a los seres sintientes. Aun cuando es la Iluminación misma, el Buda sigue apareciendo en todos los mundos, realizando el trabajo del Bodhisattva, por toda la eternidad. El Buda mantuvo esta verdad en secreto hasta que los seres tuvieran la capacidad necesaria para poder escucharla.
Luego de revelar su eternidad, para ilustrar su punto, el Buda narra la séptima de las siete grandes parábolas del Sutra del Loto, la Parábola del Médico", para explicar que el Buda utiliza su propia muerte como un medio hábil para despertar en las personas el deseo de buscar la enseñanza.
La parábola describe a un médico excelente que tiene una gran cantidad de hijos. Un día, mientras está fuera de casa, por error, los hijos beben un veneno. Al retornar y encontrarlos retorciéndose en el suelo, sufriendo horriblemente, prepara rápidamente un antídoto para ellos, una medicina que posee excelente color, fragancia y sabor. Algunos de los hijos toman la medicina y se curan instantáneamente, pero, otros, con su razonamiento distorsionado por efectos del veneno, la rechazan a pesar de su gran dolor. El padre, en consecuencia, concibe un medio para inducirlos a tomar la medicina. Diciéndoles, "Dejaré esta medicina aquí", él se va a otras tierras. Desde allí él envía a un mensajero, quien informa a los niños que su padre ha muerto. Desconsolados, ellos vuelven a sus sentidos, toman la medicina que su padre les había dejado, y se curan inmediatamente. Con eso, su padre regresa.
Entonces el Buda Shakyamuni explica que el Buda es como este médico: si siempre estuviese presente en el mundo, la gente comenzaría a dejar de apreciarlo y ya no buscarían más su enseñanza. Por consiguiente, si bien la vida del Buda es eterna, él utiliza su muerte como un medio para hacer surgir en las personas la aspiración por la iluminación.
Todos los budistas que descartan la doctrina de la eternidad del Buda son como los hijos enfermos. Aunque algunos no puedan comprender esta verdad, pueden accesarla por medio de la fe. Solo cuando la aceptemos de fe y la realicemos, podemos ver verdaderamente al Buda.
Otra enseñanza importante de este capítulo es que este mundo Saha, nuestro mundo lleno de sufrimientos e impurezas, es realmente la Tierra Pura de la Luz Serena del Buda Shakyamuni, pero nuestros deseos, pasiones y obstrucciones kármicas no nos lo permiten ver. Aquí regresamos nuevamente a la importancia de la práctica. La Tierra Pura del Buda no es algo que existe lejos de aquí; es algo que manifestamos nostros mismos en este mundo.
El Sutra de Vimalakirti dice que no existen dos mundos, uno puro y otro impuro; la impureza o pureza del mundo radica en nuestras mentes. Es por eso que nuestra tarea como Bodhisattvas en el mundo es ayudar a los demás seres a alcanzar el Despertar y convertor este mundo en una verdadera Tierra Pura, a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones, y de la aplicación de los principios budistas en todas las esferas de la sociedad.
Es nuestro deber hacer estos principios realidad en el mundo. Así, podemos convertir la Impermanencia, la Impureza, el No-Ser y el Sufrimiento, en las Cuatro Virtudes de Eternidad, Pureza, Verdadero Ser y Felicidad. Hasta la próxima.