El Budismo Tierra Pura es un camino budista que surgió en la India, pero se esparció por todo el continente asiático, llegando en las últimas décadas a Europa y las Américas. El mismo ha sido practicado por millones de personas y sigue siendo un camino budista que se renueva, surgiendo nuevas interpretaciones que se ajustan a los tiempos en que vivimos. Sus orígenes se remontan más de 2,500 años a los Sutras predicados por el Buda Shakyamuni durante los cuarenta años de su predicación por la India y desde sus inicios ha sido considerada una enseñana budista ortodoxa por los más grandes filósofos budistas de todos los tiempos como Nagarjuna, Asvaghosa y Vasubandhu.
El Budismo nos muestra que todas las enseñanzas del Buda se pueden condensar en tres renglones:
- Autodisciplina moral (Preceptos);
- Concentración meditativa; y
- Sabiduría.
La disciplina moral contrarresta nuestros hábitos por las malas acciones. La concentración meditativa contrarresta la tendencia de nuestras mentes a vagar y tener pensamientos dispersos. La sabiduría contrarresta la ignorancia, nuestros puntos de vista y conocimiento equivocados, y nuestra falta de conocimiento correcto.
Por ello, comenzamos con autodisciplina moral (Preceptos), con el entrenamiento. En un nivel básico, nos abstenemos de matar; de robar; de la mala conducta sexual o sensual; de mentir y de tomar intoxicantes. En una base más amplia, nos comportamos de una manera moral y ética en todo lo que hacemos.
Luego seguimos con la concentración meditativa (meditación). En la concentración meditativa, enfocamos nuestra atención en las enseñanzas del Buda o en la figura misma del Buda (Nembutsu). No hay distracciones ni preocupaciones, ni dudas ni somnolencia, ni discriminaciones ni afectos: no nos afecta nuestro entorno y mantenemos una mente tranquila y tranquila.
Esto nos ayuda a desarrollar nuestra sabiduría intuitiva. La sabiduría intuitiva no es una búsqueda intelectual ni es una medida de inteligencia académica. Es conocimiento y comprensión, y surge desde nuestro interior cuando nuestras mentes son claras y tranquilas.
Los Seis Paramitas
El Budismo contiene 84,000 enseñanzas que nos conducen al Despertar. Para interactuar exitosamente con otros, el Buda nos enseñó los Seis Paramitas. Los Seis Paramitas son:
- Dar (donaciones);
- Observar los Preceptos (reglas de conducta ética);
- Paciencia;
- Diligencia;
- Concentración Meditativa; y
- Sabiduría.
El primer Paramita es dar. El dar desinteresadamente contrarresta la codicia, y asegura que en el futuro tengamos amplios recursos para seguir ayudando a los demás. El significado subyacente de dar es dejar ir. Hay tres tipos principales de dar.
El primer tipo de dar es el de la riqueza, que incluye la entrega de riqueza interna y externa. La riqueza interna involucra todos nuestros trabajos mentales y físicos que benefician a los demás. La riqueza externa es dar objetos materiales, como por ejemplo, dinero y comida. Cuando nuestras donaciones sean cada vez más incondicionales, comenzaremos a sentirnos más liberados espiritualmente. Mientras más regalemos, menos posesiones tenemos de las que preocuparnos. Pronto nos daremos cuenta de que necesitamos muy poco para estar verdaderamente contentos.
El segundo tipo de dar es compartir las enseñanzas. Al enseñarles a otros, los ayudamos a aprender a confiar más en sí mismos. Brindamos recursos materiales para ayudar a resolver las necesidades inmediatas. Pero, si queremos resolver necesidades que son de mayor alcance, enseñamos. No es necesario tener habilidades excepcionales. Simplemente debemos mostrarles a otros el camino al bien. La forma más elevada de enseñanza es el Dharma, que puede ayudar a las personas a encontrar la felicidad y la liberación duraderas.
El tercer tipo de dar es la intrepidez, para eliminar las inseguridades, las preocupaciones y los miedos de los demás. Esta entrega puede ser el intercambio de una palabra amable, la entrega de nuestra fuerza y estabilidad, o nuestra comprensión. Cuando aliviamos las preocupaciones y los temores de los demás, y los ayudamos a sentirse más seguros, podrán encontrar la paz y el respeto por sí mismos.
El segundo Paramita es seguir los Preceptos o reglas de conducta ética, que contrarresta las preocupaciones y la infelicidad, y nos permite continuar en nuestro camino hacia el Despertar. En un sentido más literal, significa seguir los Preceptos. En un sentido más amplio, el segundo Paramita significa siempre seguir un comportamiento ético, siguiendo las costumbres y leyes de donde sea que estemos. Inicialmente, al comenzar nuestra práctica, podemos enfocarnos en abstenernos de dañar a los demás. Poco a poco, comenzamos a desarrollar y aumentar nuestra virtud. La forma definitiva de esta práctica es beneficiar a los demás.
El tercer Paramita es la paciencia, que contrarresta la ira y el odio, y nos ayuda a evitar discusiones y a lograr nuestros objetivos. Necesitamos paciencia en casi todo lo que hacemos. Si estamos en la escuela, necesitamos paciencia para perseverar en nuestro estudio. En el trabajo, la paciencia nos ayuda a cumplir nuestras tareas correctamente. En casa, la paciencia es la base para interactuar bien con los miembros de la familia. La paciencia nos permite llevarnos más armoniosamente con quienes nos rodean. Para nosotros, la paciencia nos permite reconocer nuestros malos hábitos y mejorarnos cambiando esos hábitos.
El cuarto Paramita es la diligencia o el esfuerzo entusiasta. Es la alegría que traemos a nuestra práctica y a todo lo que vale la pena en nuestras vidas. Es el verdadero deleite que surge de lo profundo de nosotros cuando estamos haciendo lo que es saludable. Nos permite seguir adelante cuando nos sentimos cansados o abrumados. Es refrescante e inspirador. Cultivar un esfuerzo entusiasta contrarresta la pereza, y trae alegría a nuestras vidas cuando sentimos una sensación de logro al terminar lo que hemos comenzado.
El quinto Paramita es concentración meditativa. Nuestra práctica y entrenamiento en disciplina, y nuestro no dañar a otros reducirá y, gradualmente, eliminará nuestros comportamientos físicos y verbales dañinos. Nuestras mentes se volverán más tranquilas y menos agitadas. Cuando nuestras mentes estén así establecidas, podremos concentrarnos mejor. Nuestra concentración inicialmente reducirá y, luego, eliminará gradualmente nuestros pensamientos perturbadores y nuestro comportamiento emocional. Conseguiremos concentración meditativa, lo que nos permitirá descubrir nuestra sabiduría innata. A partir de esto, podemos ver cómo la disciplina, la concentración meditativa y la sabiduría funcionan juntas y son complementarias.
El sexto Paramita es sabiduría. La sabiduría contrarresta la ignorancia y nos permite saber la mejor manera de ayudar a los demás y mejorarnos a nosotros mismos, incluida nuestra capacidad de relacionarnos bien con los demás. Esta sabiduría no es la que se obtiene a través del intenso estudio y análisis de muchos temas diversos. Eso sería buscar sabiduría de fuentes externas. Es nuestra sabiduría innata y omnisciente.
Si comenzamos a practicar estos Seis Paramitas incluso en pequeñas medidas todos los días, comenzando con el día de hoy, gradualmente comenzaremos a mirar en la dirección correcta. Con el tiempo, despertaremos a la bondad perfecta, la satisfacción perfecta y la alegría perfecta que ya están dentro de nuestra verdadera naturaleza, nuestra Naturaleza Búdica.