En la Era Final del Dharma, cuando el mundo gira envuelto en la niebla de las opiniones divididas y las prácticas fragmentarias, el Budismo del Loto resplandece como un faro de unidad, totalidad y no-dualidad. Entre las obras del Gran Maestro Saicho —fundador del Budismo Tendai en Japón y renovador de la Vía Perfecta del Sutra del Loto—, encontramos una revelación doctrinal de altísima significación, pues pone al descubierto el corazón escondido de los Preceptos: no como una regla exterior impuesta por miedo o conveniencia, sino como la expresión natural e indestructible de la naturaleza búdica que mora en todos los seres.
Nombrado en japonés como "Kongo-Kaitai-Hiketsu" —es decir, "Tratado Secreto del Precepto del Cáliz Adamantino de la Mente Única"—, este tratado constituye una exposición del Precepto Inquebrantable que no depende de condiciones externas, ni se pierde por faltas transitorias. Este Precepto no es añadido a la mente del practicante: es la mente misma en su Talidad, su inmutable y original pureza.
A diferencia de las formas más comunes de moralidad budista, centradas en códigos disciplinarios como el Pratimoksha de los Shravakas, el Gran Maestro Saicho enseña aquí que el Precepto Verdadero es la revelación del corazón de la Realidad, del Cuerpo del Buda Eterno (Dharmakaya) que es nuestra mente misma cuando se contempla en su tal como es (Tathata - Talidad). Llama a este Precepto el Cáliz Adamantino, porque es como una copa indestructible que contiene el Néctar del Despertar: no se quiebra por el error ni se vacía por el deseo; más bien, es lo que sostiene y permite el viaje del Bodhisattva a través de los Diez Reinos sin abandonar a ningún ser.
Este texto se inscribe dentro de la Doctrina Perfecta (Endon) de la Escuela Tendai, y más tarde será fundamento para la visión ética de la Escuela del Loto Reformada, donde el bien y el mal ya no se oponen como fuerzas irreconciliables, sino que se reconocen como formas condicionales del Dharma que apuntan —cuando son vistas correctamente— hacia la unidad del Buda Eterno.
En este Tratado, el Gran Maestro distingue entre los Preceptos convencionales, que pueden ser violados o mantenidos según la conducta, y el Precepto del Buda, que no puede ser destruido, porque es el acto puro del Ser del Buda en nosotros. Aquí no se trata de juzgar acciones como buenas o malas en un sentido externo, sino de ver que toda acción —cuando se realiza en la conciencia iluminada de la no-dualidad— se convierte en una manifestación del Camino.
Este Precepto Adamantino, enseña Saicho, no es exclusivo de monjes ni de santos, sino que abarca por igual a los espíritus hambrientos, animales, dioses, demonios, hombres y mujeres, monásticos y laicos. La universalidad de la Budeidad garantiza que todos los seres poseen ya en su corazón el Precepto Vajra, y que su Despertar es una cuestión de reconocer y manifestar esa verdad.
De allí que este texto, aunque profundo y a veces esotérico, sea en realidad un canto a la dignidad del ser humano y al poder del Dharma de elevar incluso las formas más oscuras de existencia a la claridad del Reino del Dharma.
El Tratado del Precepto del Cáliz Adamantino de la Mente Única no es un manual moralista, ni una colección de reglas, sino una escalera de cristal que desciende desde el Reino del Buda Eterno hasta nuestros pasos en el barro del Samsara, recordándonos que cada paso, si se da con conciencia de unidad, es ya un paso en la Tierra Pura. Quien lo estudia con humildad y corazón abierto, descubrirá que su vida entera es un Mandala, un templo sin paredes, una plataforma de ordenación donde el Buda confiere el Precepto Supremo: Sé tú mismo, en el Corazón del Buda, para el bien de todos los seres. Veamos una traducción del mismo.
Tratado Secreto del Precepto del Cáliz Adamantino de la Mente Única
El Venerable Maestro Daosui dijo: "Nuestro gran patriarca, el Sabio Chih-i, desplegó con gloria la práctica de la concentración y la sabiduría, iluminando a los seres sintientes. Su enseñanza resplandece, libre en todas las escuelas. Aquel que tenga ojos verdaderos, podrá reconocerlo."
Sin embargo, en lo que respecta al Camino del Precepto, no dejó una exposición explícita. Lo transmitió únicamente por enseñanza oral (kuden). ¿Y cuál es la razón de ello?
En verdad, hay dos modos de practicar el Precepto: el de la práctica personal (jigyō), y el de transformar a otros (keta).
Sobre la práctica personal, aquel que practica los Cinco Preceptos obtiene el fruto de un nacimiento humano. Aquel que cultiva los Diez Buenos Caminos alcanza el renacimiento en el mundo celestial. En este caso, el Precepto actúa como causa para obtener recompensa; es la vía del cultivo individual, y se refiere a los preceptos del Vehículo Menor (Hinayana). Aquí, se entiende que el bien es cumplimiento del precepto, y el mal, transgresión.
Sobre transformar a otros, aquel que guía a los demás por medio de los Cinco Preceptos, doma a los humanos. Aquel que guía mediante los Diez Buenos Caminos, doma a los dioses. Aquel que transforma la mente de los seres de los Cuatro Destinos del Samsara —las cuatro malas vías— se sirve de doctrinas de “sólo-vacío” o “sólo-convencional”, conduciéndolos hacia los Tres Vehículos Provisionales. Todo esto pertenece al Precepto Mahayana, que no distingue entre bien y mal, ni entre observancia y transgresión. Lo único esencial es si se adapta hábilmente al nivel del ser a transformar. Eso es el Precepto como medio hábil (upaya).
Clasificación de los Tipos de Seres a los que se Dirige
Los seres a los que se dirige esta actividad de transformación se dividen en cuatro categorías dentro de los Nueve Reinos: los de los Cuatro Caminos Malignos (renacimientos en infiernos, animales, espíritus hambrientos y asuras), los humanos y los dioses, los seguidores de los dos vehículos (Shravakas y Pratyekabuddhas), los falsos Bodhisattvas (que aún no han entrado en el camino verdadero).
Los de los Cuatro Caminos Malignos son el fruto de acciones negativas. Los otros tres tipos son fruto del poder de los preceptos positivos. Pero todos ellos, en cuanto “seres sintientes”, son susceptibles de ser tocados por la Gran Compasión. Y he aquí la clave: Para responder a los Cuatro Caminos Malignos, el Buda manifiesta actos teñidos de mal, adaptándose así a su naturaleza. Para responder a los humanos, dioses y discípulos, manifiesta actos puros y virtuosos.
Si uno solo cultivara actos buenos, no podría transformar a los cuatro tipos. Y si solo realizara actos malos, no podría guiar a humanos y dioses. Por tanto, ni lo bueno ni lo malo, por sí solos, bastan para transformar a los demás. Estos son simplemente preceptos del Vehículo Menor, adecuados solo para la práctica personal.
El Verdadero Precepto del Mahayana
El Precepto Mahayana de la transformación compasiva está basado en una sabiduría no-dual de bien y mal, que es la sabiduría maravillosa y verdadera. Desde esta sabiduría, se guía hábilmente a los seres sin apartarse de la Realidad. Todos los seres poseen por naturaleza tanto bien como mal. El que se adentra en esta comprensión, actúa como un Cuerpo de Transformación (Nirmanakaya) que responde a las necesidades de los seres. Tal es el nivel de aquellos que han alcanzado la igualdad del Despertar Completo, sentados sobre el Trono del Diamante, cumpliendo con las obras salvíficas de todos los Budas. Tales seres comprenden las relaciones de karma y mérito, y las emplean adecuadamente.
¡Oh! ¿Cómo podría compararse esto con el Vehículo Menor, en el que el bien se llama observancia del Precepto y el mal, su ruptura? Por esta razón, los Grandes Maestros del pasado no transmitieron estos Preceptos de manera abierta, sino sólo por instrucción oral secreta (kuden).
El Cuerpo del Precepto del Bodhisattva y su Transmisión
El Precepto del Bodhisattva se basa directamente en el Sutra del Loto, y en forma secundaria, en el Sutra Avataṃsaka (específicamente el Sutra del Brahmajala o Sutra de la Red de Brahma).
El Sutra del Loto dice: "Este Sutra es difícil de sostener. Quien lo sostenga incluso por un breve momento, se llama alguien que guarda los Preceptos, que practica la austeridad. Ese es quien sostiene el Sutra del Loto."
Así, sostener el Sutra del Loto es lo mismo que guardar los Preceptos Perfectos.
El Sutra del Loto apunta directamente al principio de la Realidad Ultima (Jisso). Por eso, todo el lenguaje del Sutra —su prosa, sus versos, sus imágenes— no sale del dominio de esta realidad de todos los dharmas.
Nuestro Gran Maestro (Chih-i) explicó en dos aspectos la naturaleza de esta enseñanza. En primer lugar, definió que el núcleo de esta doctrina es precisamente la Realidad Suprema. ¿Y qué es esta Realidad Suprema? Es la no-dualidad de bien y mal, la unidad entre ilusión y despertar, la totalidad de todos los dharmas en una sola mente en su instante presente. Este nivel de comprensión sólo puede ser realizado por los Diez Budas de las diez direcciones, y por el Buda Shakyamuni cuando alcanza el fruto supremo. No es accesible a través de los siete tipos de enseñanzas provisionales.
Debemos comprender esto bien: Sólo un Buda con un Buda, dentro del cuerpo de sabiduría del Buda que recibe la retribución de la Iluminación Perfecta, puede alcanzar esta Realidad. Ese cuerpo —resultado del cultivo de causas y condiciones en el Camino— es el terreno exclusivo del Tathāgata, y representa la Sabiduría del Camino Medio, en la que coexisten sin dualidad el silencio absoluto y la Iluminación radiante.
La Sabiduría de los Budas y los Diez Reinos
Desde este cuerpo de sabiduría, naturalmente surge la contemplación iluminada. Descendiendo un nivel, emerge la sabiduría provisional, que observa el Mundo del Dharma tal como es, con todas sus distinciones y fenómenos. Esta sabiduría inferior es el camino. La sabiduría del Buda es el fruto.
La sabiduría-camino se manifiesta en los Nueve Reinos, y se llama entonces Iluminación Igual, porque muestra que incluso los seres ordinarios poseen el cuerpo del Despertar. La sabiduría-fruto pertenece al Reino del Buda y se llama Iluminación Maravillosa, mostrando que la Iluminación Igual no es diferente a la Maravillosa.
Así: Desde el fruto hacia la causa, el Buda abarca y contiene todos los aspectos físicos y mentales de los Nueve Reinos. Desde la causa hacia el fruto, muestra que su realización ha sido desde siempre completa. En este vaivén entre causa y fruto se manifiesta la realidad de todos los dharmas en los Diez Reinos. Por ello, se dice que los Diez Budas de las Diez Direcciones: Abarcan la causa desde el fruto (Buda incluye a los seres ordinarios). Y la Iluminación Igual abarca el fruto desde la causa (los seres ordinarios contienen al Buda). De esta manera, causa y fruto no son dos.
Todos los dharmas de los Diez Reinos —desde el fondo hasta los límites— están penetrados por la Iluminación. Por eso dice el Sutra: "Los aspectos del mundo son siempre permanentes."
Todos los Seres ya Poseen el Precepto del Bodhisattva
Las dos iluminaciones —Igual y Maravillosa— verticalmente profundizan en la Realidad Última, y horizontalmente abarcan todos los Diez Reinos. Por lo tanto, todo bien y todo mal producido en cada uno de los Diez Reinos pertenece plenamente al cuerpo del Despertar. No hay ni un solo ser que no sea una manifestación de la Iluminación Igual. Entonces, ¿quién hay que no esté ya sosteniendo el Precepto del Bodhisattva?
Tanto los actos buenos como los malos, tanto guardar como romper los Preceptos (desde la visión menor), si están acordes con el momento y las condiciones, todos son manifestaciones del Precepto Vajra del Despertar Igual. Esto concluye la sección basada en el Sutra del Loto, que establece el Cuerpo del Precepto como la Realidad Última.
Relación con el Sutra Brahmajala o Sutra de la Red de Brahma
A continuación, desde el Sutra Avataṃsaka y el Sutra Brahmajala, se desarrolla el aspecto fenoménico del Precepto. El Sutra establece Diez Preceptos Mayores y Cuarenta y Ocho Preceptos Menores, que contienen en su interior un significado oculto y profundo. Estos Preceptos representan el mundo de la Flor del Tesoro, y se reciben en el trono de la hoja de loto —el asiento de la transmisión.
El Maestro que confiere los Preceptos representa al Buda después de su entrada en el Nirvana. El discípulo que los recibe es un Bodhisattva del futuro, en el estado Próximo a la Budeidad.
El Maestro proclama: "¡Oh Luz del Precepto Único! ¡Oh Tierra del Corazón de Vairocana!"
Y el discípulo responde con fe: "Recibo el Corazón Vajra de la Mente Única, morada de la Igualdad del Despertar, cuerpo donde residen las diez mil prácticas."
En ese instante, se cumple la recepción total del Precepto Vajra de la Mente Única.
El Sutra Brahmajala lo confirma. Cuando se pregunta si estos preceptos realmente coinciden con los del Sutra del Loto, la respuesta se halla en el Sutra Brahmajala, que dice:
"Declaro que desde el principio, en el Corazón de Vairocana, he recitado constantemente este Único Precepto de Luz, Precepto Vajra, Precepto Joya. Este es el origen de todos los Budas, la fuente de todos los Bodhisattvas, la semilla de la Naturaleza del Buda. Todo ser viviente posee esta naturaleza. Todos los fenómenos mentales, físicos y sensibles se encuentran en este Precepto."
"Todo ser con mente debería integrarse en el Precepto del Buda."
"El que reciba el Precepto del Buda entra en la posición del Buda, y se convierte verdaderamente en Hijo del Buda."
Por ello, este Precepto Vajra no es otro que el Precepto de la Naturaleza Búdica, que coincide exactamente con el Precepto del Sutra del Loto, fundado en la Realidad Última.
Estos también se encuentran en el Gran Sutra. Así, los Tres Estudios —Moralidad), Concentración, y Sabiduría— son todos, en conjunto, designados como ‘Preceptos’. A continuación, las cinco divisiones dan lugar a los Diez Preceptos: éstos son llamados los Diez Preceptos del Bodhisattva para proteger y guiar a los demás, y abarcan, en verdad, la totalidad de todos los Preceptos.
- No matar o alentar a otros a matar.
- No robar o alentar a otros a robar.
- No participar en actos sexuales licenciosos o alentar a otros a hacerlo.
- No mentir, ni alentar a otros a hacerlo.
- No comerciar ni vender bebidas alcohólicas ni alentar a otros a hacerlo.
- No para difundir las fechorías o faltas de la asamblea budista, ni alentar a otros a hacerlo.
- No para alabarse a sí mismo y hablar mal de los demás, o alentar a otros a hacerlo.
- No ser tacaño, o alentar a otros a hacerlo.
- No abrigar enojo o alentar a otros a enojarse.
- No hablar mal del Buda, el Dharma o la Sangha (literalmente, los Tres Tesoros) o alentar a otros a hacerlo.
Estos también se hallan en el Gran Sutra y los tratados principales, y engloban exhaustivamente todos los Preceptos sin omitir ninguno. La explicación de sus características se encuentra detallada en el volumen cuatro del Myogengon y en el volumen cuatro del Maka Shikan (Gran Calma y Contemplación).
Entre estos diez, el primero y el cuarto son comunes a las enseñanzas del Depósito (Hinayana) y las doctrinas Intermedias. El quinto y el décimo se aplican de forma particular a los Bodhisattvas de las enseñanzas Especiales y Perfectas. Ahora, según la interpretación Perfecta, los cinco últimos se clasifican como sigue: el “Seguir el Camino” y el “No Apego” son Preceptos que ingresan al Vacío. El “Elogiado por los Sabios” y la “Libertad Espontánea” son Preceptos que ingresan a la Provisionalidad. El “Conforme a la Concentración” y la “Plenitud Total” son Preceptos del Camino Medio.
Éstos son la manifestación de los Tres Preceptos —Vacío, Provisionalidad y Camino Medio— que emanan del cuerpo y la palabra, originándose en la Triple Contemplación (Sangan). Así pues, no contradicen en modo alguno la Contemplación Perfecta (Enkan). Esto es lo que se denomina la Fase o Aspecto de los Preceptos.
Por ello, el Maestro Myoraku comenta: "Los Tres Contemplaciones que se expresan mediante cuerpo y palabra, ésos son el Aspecto de los Preceptos."
La Ley de los Preceptos
Esto se refiere al método o ritual mediante el cual se establecen los Preceptos. El corazón que practica la Triple Contemplación (Sangan) se armoniza con las tres acciones —cuerpo, palabra y mente—. Cuando estas tres acciones se alinean con la provisionalidad, entonces todas las prácticas en los Seis Reinos —sean buenas o malas— son leyes válidas del Precepto. Cuando se alinean con el vacío, entonces todo lo que uno practica es el Camino del Bodhisattva. Y cuando se alinean con el Camino Medio, entonces el Mundo del Buda es inseparable de los otros nueve mundos. Por ello, el Maestro Myoraku dice: "La Triple Contemplación, en correspondencia, constituye la Ley de los Preceptos."
La Práctica de los Preceptos
Todas las cosas, tanto buenas como malas, tanto mundanas como santas, mientras impliquen una acción, son llamadas Práctica de los Preceptos. Pues las Tres Contemplaciones que surgen del corazón mueven las tres acciones, y estas tres acciones son en sí los Tres Secretos (Sanmitsu). Los Tres Secretos son el océano de las manifestaciones. Se explica así: "En un solo pensamiento del corazón ordinario, ya existen los Tres Secretos del principio inherente; en cada partícula del cuerpo retributivo, se manifiesta la misma verdad de Vairocana."
Esto significa que los Tres Secretos según el principio, cuando surgen desde la totalidad de la naturaleza propia, manifiestan el poder operativo de los Tres Secretos —eso es la práctica de los Preceptos.
Los Tres Secretos abarcan las Tres Acciones del Buda Eterno Mahavairocana: el Cuerpo Secreto (Shinmitsu) produce las formas corporales de los Diez Mundos, la Palabra Secreta (Komitsu) emite los sonidos de los Diez Mundos, y la Mente Secreta (Imitsu) disuelve y funde los corazones de los Diez Mundos. El Maestro Myoraku comenta: "La Triple Contemplación puesta en acción, eso es la práctica de los Preceptos."
Todo lo anterior son las Cuatro Transmisiones (Shishū) según lo enseñado por el Maestro Jinsei (Gishin), el discípulo de Enchin. Aquellos que tienen ojos, los verán. El Maestro Daosui concluye sus enseñanzas orales diciendo: "El cuerpo de preceptos del Camino Perfecto y Súbito es lo que se discute al hablar de la Budeidad. Y todo esto solo puede ser realizado a través de la Triple Contemplación de la naturaleza. A saber: el cuerpo de los Preceptos es la Triple Contemplación; desde la cual emergen las expresiones corporales y verbales; y en correspondencia, los Tres Secretos son movilizados, lo que da lugar al Camino, a la predicación del Dharma, y al beneficio de los seres. Todo esto surge de ahí."
Por esta razón, el Sutra de la Red de Brahma declara: "El origen de todos los Budas y Bodhisattvas es precisamente este Cuerpo de Preceptos perfecto y súbito."
El cuerpo de Preceptos del Camino Perfecto y Súbito contiene plenamente las Tres Verdades (Santai). ¿Por qué? Porque el Gran Maestro (Chih-i) ya ha dicho: "La contemplación sutil del Camino Medio es el cuerpo esencial del Precepto."
El Camino Medio es el cuerpo entero de todos los fenómenos; es aquello que contiene todos los dharmas. Y si el precepto tiene como cuerpo aquello que contiene todo, ¿cómo podría no abarcar también la vacuidad y la provisionalidad? Por ello, el Maestro Myoraku explica: "La Triple Contemplación reside en la mente; eso es el cuerpo del Precepto."
Así, ya que contiene las Tres Verdades, cada dharma y cada acción es, sin duda, una práctica de Precepto. El aspecto del Precepto del Camino Perfecto y Súbito abarca plenamente las tres acciones (cuerpo, palabra, mente). La visión del Vehículo Menor sostiene que el aspecto de los Preceptos se limita al cuerpo y a la palabra; pero la del Gran Vehículo enseña que la mente misma puede ser fundamento de precepto. Esto está claramente indicado en el Sutra de la Red de Brahmat, que presenta los Diez Preceptos Mayores como manifestación de ello. Por ello, al analizar cuerpo, palabra y mente, se dice que todos residen en la virtud esencial. Eso se llama "Cuerpo del Precepto". Cuando se despliegan desde la naturaleza inherente, eso se llama "Aspecto del Precepto".
Así, sea que alguien "tenga" o "no tenga" Precepto, no hay diferencia en cuanto a cuerpo, palabra y mente. Pues no se trata de decir que la mente es la esencia y que el cuerpo y la palabra son la práctica. Más bien, se entiende que todas las acciones, incluso las de cuerpo y palabra, están impregnadas del principio. Y aunque el Maestro Myoraku dijera: "La Triple Contemplación produce el cuerpo y la palabra, eso es el aspecto del Precepto," y no mencione la mente, ello se debe a que está explicando en términos relativos de las tres acciones.
Hay leves diferencias en las interpretaciones.
El "Aspecto del Precepto" (Kairai) son las múltiples prácticas virtuosas que nacen de la virtud de la naturaleza inherente (seidoku). Cuando uno empieza a practicar, ese aspecto se manifiesta espontáneamente a través del cuerpo y la palabra: eso se llama el “"Aspecto del Precepto". Es la etapa llamada "nombre y despertar de la intención".
El "Método del Precepto" (Kaiho) es el ritual adecuado para morar en la Verdadera Realidad. Uno emplea deliberadamente las tres acciones (cuerpo, palabra y mente) para hacerlas corresponder con la interioridad; esto se llama el "Método del Precepto", y pertenece a la práctica de la contemplación. Como dijo el Maestro Myoraku: "Cuando las Tres Contemplaciones se manifiestan por el cuerpo y la palabra, eso es el aspecto del Precepto; cuando las tres acciones se corresponden con el principio, eso es el método del Precepto."
Además, respecto al principio de "correspondencia", el Maestro Daosui dijo: "Desde el comienzo de la práctica de la contemplación hasta el logro de la Iluminación Perfecta, todo corresponde con la mente fundamental de la Realidad." Por eso, el Maka Shikan afirma: "Cuando la contemplación del corazón se vuelve clara, se corresponde con la sabiduría del principio. Lo que se dice es lo que se hace; lo que se hace es lo que se dice. Entonces, la mente que contempla con las tres perspectivas se armoniza con las acciones de palabra y cuerpo, y todos los pasos, ya sean avanzar o retroceder, no se desvían de la Realidad tal cual es. Cada pensamiento brilla por sí mismo con la verdad. Esto se llama la Correspondencia de las Tres Acciones con la Verdad."
La práctica de los preceptos se encuentra principalmente antes de la etapa de "residencia", aunque el comentario de Myoraku habla del "inicio del funcionamiento" como perteneciente a la causa verdadera superior, que generalmente se ubica en la etapa posterior a la residencia. El antiguo capítulo del Kegon Gensho amplía mucho sobre este aspecto. La presente explicación de la "Práctica de los Preceptos" es de comprensión difícil.
Según la tradición de transmisión, los "Cuatro Tipos de Preceptos" derivan de las palabras del Maestro Myoraku. Considerar el Cuerpo del Precepto como el principio es lo que se llama Precepto. Considerar el Aspecto del Precepto como la manifestación del nombre es la etapa de intención inicial. Por ello, el Método del Precepto se corresponde con la etapa de contemplación activa antes de la residencia. En cambio, la etapa superior muestra el "funcionamiento", el cual, aunque se manifiesta como acción, no es ya práctica de principiante, sino el funcionamiento del Bodhisattva que transforma a los demás con su práctica.
Este funcionamiento, llamado "kiyō", es el despliegue de los Tres Secretos (Sanmitsu), que es idéntico al fruto de la Budeidad. ¿Por qué? Porque un solo estado incluye todos los estados. En efecto, cuando uno emplea la doctrina de los Tres Mil Reinos en un Solo Pensamiento (Ichinen Sanzen) como base del Precepto, el bien y el mal se funden, la rectitud y el error no están en oposición. A partir de este pensamiento se cultiva el método del Precepto, y cuando se manifiesta la práctica del Precepto, el Cuerpo Secreto aparece plenamente, revelando las formas de los Diez Reinos.
Así, cuando los seres del infierno se acercan al Buda, lo ven como el Rey del Infierno; los fantasmas hambrientos lo ven como el Rey de los Preta, etc., como se detalla en el Gran Sutra. Lo mismo ocurre con el sonido: el Sutra del Diamante dice, "El Tathagata emite un solo sonido, pero todos los seres lo escuchan como distintos sonidos: rugido de león, sonido de dragón, estruendo de trueno, etc."
La actividad mental también puede percibir a todos los seres de los Diez Reinos. Esto es, el despliegue de los Tres Misterios en su función inconcebible. Todo esto es el gran poder de la práctica que surge completamente desde la naturaleza inherente.
Así, el Cuerpo del Precepto, el Método del Precepto, el Aspecto del Precepto, y la Práctica del Precepto —estas cuatro formas de transmisión— han sido completamente explicadas. Dentro del mismo texto se revela también la doctrina de las "Seis Identidades con la Budeidad". Aquellos que poseen sabiduría podrán comprenderlo.
De acuerdo con el Sutra de la Red de Brahma, aquel que sostiene los Preceptos Perfectos (Endonkai) en la etapa de "Nombre" es ya igual al Gran Despertar. ¿Acaso esto no refuta la idea de que hay distancia entre las etapas?
El Maestro Daosui comenta que hay dos sentidos en esta transmisión: uno relativo a las etapas, y otro relativo al progreso. El primero indica que, en el principio y al final, uno ya es idéntico al Despertado. ¿Por qué? Porque es debido a la ilusión que se establece una diferencia entre Seis Identidades. Pero cuando se despierta y se comprende, los Tres Mil Reinos son conocidos como de una misma Naturaleza. Y dado que comparten la misma Naturaleza, entonces no hay diferencia entre principio y fin.
El practicante de la etapa de "Nombre" al oír por primera vez que la naturaleza inherente contiene todos los dharmas, y que su cuerpo-mente ya es en esencia el Buda y la naturaleza-dhármica, ya ha comprendido la Budeidad. Aunque se le llame "Nombre", ya ha accedido al cuerpo del Despertado. Solo que en esa etapa se reconoce a través del poder de la fe. En cambio, en la etapa de la Iluminación Maravillosa, se realiza a través del poder de la sabiduría. Sin embargo, aunque difieren en fe y sabiduría, el principio de los Tres Mil es uno. Las prácticas intermedias solo refuerzan y maduran ese uno.
Por eso la transmisión declara: "La Iluminación Maravillosa y la etapa de nombre son en última instancia no dos." También dice: "Al girar un solo pensamiento desde la Igualdad Iluminada, uno entra nuevamente en la etapa del Nombre." (Porque no hay dos entre Iluminación Maravillosa y Nombre).
De este modo, quien está en la etapa del Nombre, al haber recibido el Reino del Buda como su herencia y estar cultivando la virtud, es completamente igual a la Iluminación Maravillosa. No es incorrecto hablar de ello así. El Maestro Jinsei también dijo: "El Buda en la etapa de nombre puede ver que cuerpo y mente ya son la naturaleza-dhármica; por eso se le llama provisionalmente Buda de la etapa de Nombre." Aunque no ha entrado aún en la etapa del fruto, y por tanto no puede beneficiar directamente a otros, se le honra en los nueve reinos como un sabio elevado.
Así, se debe entender: en la etapa del Nombre uno ya ha ingresado en el Gran Despertar.
El Cuerpo del Precepto como Expresión del Reino del Buda
Pregunta: ¿Cómo puede hablarse del Precepto Original y Perfecto en los mismos términos que los Preceptos condicionados del Sutra de la Red de Brahma?”
Respuesta: En el Sutra Avataṃsaka, los Budas de las diez direcciones aparecen unos dentro de otros, como anfitriones y acompañantes, completamente interpenetrados. En ese contexto se habla solo de ‘conocimientos’ y no de ‘emanaciones’, pues todavía no se ha revelado el Origen.
Pero en el Capítulo de la Vida Eterna del Sutra del Loto, al revelarse la Puerta del Origen, los aspectos provisionales se abren y se integran en el Origen. Así, lo que antes eran llamados "conocimientos" ahora se comprenden como emanaciones del Buda Original.
El cuerpo manifestado del Buda Shakyamuni es comprendido como el cuerpo de Vairocana. Esto constituye la unidad esencial entre los Tres Cuerpos (Trikaya), entre Origen y Manifestación. Y no solo los Budas, sino también los Bodhisattvas, los seres sintientes y no sintientes, todos ellos son el único cuerpo del Único Buda.
La Unidad de la Naturaleza y la Práctica
Las virtudes de la Naturaleza y las virtudes de la Práctica se funden. El que cultiva y aquello que se cultiva (所) no son diferentes: su campo de realización es el mismo. El Buda Vairocana es entonces definido como:
"Aquello en lo que el agente y lo cultivado no son dos."
"Cuerpo y Campo no son dos. Todos los dharmas son un solo cuerpo."
De ser así, ¿qué acción no es ya el Precepto? ¿Qué pensamiento no es ya su cumplimiento? Esta es la Gran Causa y Condición Única de la Familia del Buda.
Debe ser celosamente guardada en secreto. No debe proclamarse a quienes carecen de la capacidad espiritual.
El Precepto como la Forma del Reino del Buda
El Capítulo de la Vida Eterna afirma:
"El Tathagata conoce y ve tal como verdaderamente son los aspectos de los tres mundos: no hay nacimiento ni muerte."
Esto significa que los nombres y formas de los Tres Mundos no han existido jamás desde el origen. El cuerpo del Buda Original, como expresión del Despertar Innato (Hongaku), no actúa. El Dharma-Reino del Único Buda no contiene nacimiento, muerte, mal ni impureza. La función de "detener el mal y prevenir las faltas" no surge como acción correctiva, sino como manifestación natural de la Realidad.
Todo acto se vuelve Precepto
En la Esfera del Fruto del Buda Original, no hay necesidad de prevenir el mal o promover el bien, porque cada cosa ocupa su lugar correcto. Cada fenómeno, cada dharma, cada mota de polvo, es una transformación espontánea del fruto del Buda. El Buda y los seres no son dos.
Así, si se ha comprendido verdaderamente el Precepto en su sentido perfecto, entonces: "Todo lo hecho, sea bueno o malo, toda obra y toda consecuencia kármica, es ya el Precepto." ¿Por qué? Porque la forma ilusoria de los Tres Mundos no tiene fundamento desde el origen. Se compara esto con un emperador sentado en su trono, desde donde emite órdenes, ya sean buenas o severas: todas ellas son órdenes reales. Igualmente, en el Reino del Buda Original, toda acción es Precepto.
Transmisión Esotérica de los Tres Preceptos Puros
El Daishi (Saicho) confió esta enseñanza sólo a un discípulo. Yo mismo he recibido este principio, y por ello establecí el Altar de los Preceptos (Kaidan) en la cima de la montaña, renombrando el Monte Hiei, para expresar que ese altar representa: "La virtud del fruto supremo del Precepto." Y que el Monte Hiei mismo simboliza: "La más elevada dignidad, como si fuera el trono celestial desde el cual el Buda emite sus órdenes."
Las Tres Formas del Precepto Perfecto y Súbito
Los Tres Preceptos Puros del Mahayana tienen tres formas de adquisición: (1) Por Transmisión: Desde el Buda Vairocana del mundo del Tesoro del Loto, por sucesión de maestro a discípulo. (2) Por Generación Espontánea: Se manifiestan al instante, como si el cielo se resquebrajara y la tierra temblara. (3) Por Naturaleza Inherente: Son posesión original desde el no-comienzo: la Naturaleza Búdica es ya el Precepto Vajra.
Cuando se transmiten los Preceptos, el instructor dice: "Yo deseo ahora transmitiros los Tres Preceptos Puros…" Y explica que esto fue así en tiempos del Buda Vairocana, quien transmitió este Precepto del Corazón Vajra al Rey Myokai y a sus mil príncipes. Esta transmisión continuó hasta llegar a nuestro Maestro actual, el Buda Śākyamuni, quien a su vez se lo transmitió a Maitreya, y así sucesivamente, hasta la India, China y Japón.
Quien transmite dice: "Yo, un humilde Monje Bodhisattva, he recibido estos Preceptos y ahora deseo transmitírtelos." Esta es la transmisión del Cuerpo del Dharma Expresado por la Palabra. Si no se transmite, el Cuerpo del Dharma desaparece. Por tanto, el Precepto debe ser recibido, sostenido, y transmitido a todos los seres hasta el fin de los tiempos. Quien lo recibe y transmite será capaz de ver mil Budas.
Uno declara: "Yo deseo ahora recibir los Tres Preceptos Puros." Esto se refiere a cómo el Buda Vairocana, cuando aún estaba en la etapa de causa, al principio de su camino, recibió el Precepto de un maestro mundano. En el tercer momento del karma, en una fracción de segundo, generó un precepto no-producido en su cuerpo, palabra, mente y en todo el Reino del Dharma. Este precepto es: Permanente, Indestructible, Presente en todos los lugares, Funciona hasta el fin del tiempo, Se vuelve la Fuente del Bodhi personal y de la apertura del Bodhi para los demás. El momento de esta generación no puede ser percibido por seres mundanos. Solo las Tres Joyas pueden dar testimonio.
Este precepto generado es llamado el Cuerpo del Dharma de los Méritos. Si uno no lo genera, el Dharmakaya no nace. Por eso el Buda dijo: "Todos los pensamientos, mentes y formas son sentimientos y consciencias que entran en el Precepto del Buda y son iguales a él."
Por último, se declara: "Yo deseo ahora mostrar los Tres Preceptos Puros." En el pasado, el Buda Vairocana del Mundo del Tesoro del Loto, cuando aún era un practicante, recibió una enseñanza de un maestro ordinario. Así abrió su propia mente, y comprendió que ya poseía de manera innata el Precepto como Cuerpo del Dharma. Este cuerpo no es recibido de otro. Si fuera así, no podría haber alcanzado el Despertar. El Buda Dipankara no le dio el Despertar, sino que el Buda lo realizó por su cuenta.
Por eso, el Sutra dice: "Los seres se salvan a sí mismos. El Buda no salva a los seres."
La Revelación del Precepto como Iluminación de la Mente
Todos los seres del Reino del Dharma de las diez direcciones, al recibir estos Preceptos, iluminan en su propia mente el Cuerpo del Dharma que siempre han poseído, igual al de Vairocana.
Y así continúa la enseñanza: "Hoy también quiero abrir y mostrar a todos los seres la Naturaleza Búdica innata en sus corazones: el Cuerpo del Dharma con sus cinco partes, que ha estado ahí desde tiempo sin comienzo, oculto por la ignorancia, aún no manifestado."
Se compara al ser humano con un loco que posee una joya como el cinturón de los deseos cumplidos, pero que por su locura no la reconoce. Los Budas y Bodhisattvas siempre han querido abrir los ojos de estos seres, pero ellos, confundidos por la pasión y la ignorancia, no pueden creerlo ni aceptarlo.
El Despertar como Visión del Precepto Interno
"Ahora que han despertado el Gran Corazón y solicitado estos preceptos, los Budas se regocijan profundamente. Todos ellos vienen y les tocan la cabeza, revelando con una sola voz el Cuerpo del Precepto en su propia mente."
Aunque nuestros ojos están cegados por las pasiones y no podemos ver a los Budas y Bodhisattvas, yo vengo como representante de ellos a decírtelo: "Todos los Budas afirman: El Cuerpo del Precepto del Tesoro Vajra del Buda está presente en tu propia mente. Desde el origen, permanece inmutable, completo en todas las virtudes, radiante como el sol y la luna."
Este cuerpo interior de precepto es llamado:
- El Cuerpo de la Naturaleza Virtuosa
- El Cuerpo de los Méritos Perfectos
- El Cuerpo del Dharma Original
El texto distingue tres niveles de transmisión del Precepto:
- Transmisión Recibida — la sucesión tradicional de maestro a discípulo.
- Precepto Generado — el despertar súbito en la mente del practicante.
- Precepto Inherente — el precepto como parte de la naturaleza original del ser.
Estos tres no están separados en el tiempo, sino que se manifiestan simultáneamente. El Precepto no es meramente acción ética: es una realización de la unidad con los Tres Cuerpos del Buda. Las tres formas de precepto se corresponden con estas tres formas del Buda:
- Cuerpo del Dharma → Precepto de abstenerse del mal
- Cuerpo de Recompensa → Precepto de cultivar el bien
- Cuerpo de Emanación → Precepto de beneficiar a los seres
El Corazón del Precepto como Presencia de los Tres Cuerpos
Dentro del Precepto del Tesoro Vajra de la Naturaleza Original, ya están incluidos los Tres Cuerpos del Buda, completos desde el origen.
- El Cuerpo de Emanación posee desde siempre los 32 signos y 80 características.
- El Cuerpo de Recompensa manifiesta virtudes ilimitadas.
- El Cuerpo del Dharma abarca la forma de todos los seres en los Diez Mundos.
Así, incluso el más simple de los actos, como caminar, dormir o pensar, si se hace con fe en esta realidad, se vuelve expresión del Precepto.
Por ello se dice: "El cuerpo, el habla y la mente de todos los seres son ya los Tres Cuerpos del Buda. Por tanto, todos los actos son el Precepto."
Esto es lo que se denomina la Doctrina Final y Suprema del Capítulo de la Vida Eterna.
¿Cómo entramos a este Camino Perfecto? ¿Con qué mente se entra al Camino de la Budeidad Perfecta y Súbita?
Y se responde con sublime claridad:
"Con fe. Creer que el Precepto del Tesoro Vajra de todos los Budas reside ya en nuestra mente. Esa creencia misma es ya la Budeidad (aunque sea en Nombre)."
"Así se sabe que el Camino del Precepto Perfecto se abre por medio de la fe. Por medio de la fe se ilumina el Cuerpo del Dharma, y por medio de la fe se alcanza el Fruto del Buda.”"
No se requiere meditación complicada, ni prácticas difíciles. No se exige zazen ni visualización compleja. Basta con creer firmemente que el Precepto del Tesoro Vajra está ya en nuestro interior y que el Buda es nuestra propia naturaleza. Esa fe directa en que yo ya soy uno con los Tres Cuerpos, permite:
- Morar en la perfección de los Preceptos
- Despertar el Camino Supremo
- Alcanzar la Inconcebible Budeidad de la Tierra del Origen
La Puerta de Entrada para los de Fe y los de Sabiduría
Hay dos puertas hacia esta enseñanza secreta:
- La Sabiduría: comprender los principios doctrinales.
- La Fe: creer directamente en que el Buda habita en el propio corazón.
Aquí se enseña la segunda vía, para aquellos de fe pura: "Lo que debemos creer es que los Tres Cuerpos del Buda habitan ya en nuestra propia mente."
Creer que nuestra propia mente ya es el Buda del Fruto Último, se llama Precepto Vajra del Corazón Único. Por la fe se accede a este tesoro.
El Sutra dice: "La fe es la fuente del Camino y la madre de todas las virtudes."
Conclusión: El Precepto como Espejo del Buda Interno
Este texto, majestuoso y profundo, culmina en la enseñanza más secreta: el Precepto no es algo que viene de fuera. Es la expresión de que tú ya eres el Buda. Todo lo que eres, todo lo que haces, si lo reconoces con fe, es el cumplimiento de los Preceptos del Reino del Buda. El Precepto, entonces, no es una regla externa, sino el reflejo natural del Reino del Buda en el corazón del ser humano.