A medida que nos acercamos a este tiempo sagrado del Ohigan de Primavera, el periodo en que la luz y la oscuridad se encuentran en perfecto equilibrio, nos encontramos también ante una oportunidad propicia para reflexionar sobre nuestro propio equilibrio interno, sobre nuestra práctica espiritual y sobre el sendero que seguimos como Hijos del Buda, Bodhisattvas, en Camino hacia la Iluminación.
"Ohigan" significa "Otra Orilla", el estado del Despertar que se encuentra más allá del vaivén del Samsara. No es un lugar distante ni una promesa vacía, sino una realidad que construimos aquí y ahora mediante nuestra conducta, nuestra intención y nuestra práctica. Para cruzar hacia esa Otra Orilla, el Buda nos ha dejado una barca firme y segura:los Seis Paramitas o Perfecciones del Bodhisattva.
1. Dana Paramita – La Perfección de la Caridad
El Bodhisattva da sin esperar nada a cambio, pues sabe que en la entrega florece el verdadero gozo. En este Ohigan, recordemos que la Caridad no es solo dar bienes materiales, sino también ofrecer amor, comprensión y sabiduría. Demos palabras amables a quienes están en sufrimiento, demos nuestro tiempo a quienes nos necesitan y, sobre todo, entreguemos el Dharma como la ofrenda suprema de liberación.
2. Sila Paramita – La Perfección de los Preceptos
Observar los Mandamientos Budistas o Preceptos no es una carga, sino una manifestación natural de nuestra compasión y respeto por la vida. Ohigan nos llama a examinar nuestra conducta, a preguntarnos si nuestras acciones están alineadas con la sabiduría del Buda. Vivamos con honestidad, con respeto, con moderación y con nobleza de corazón, pues así tejemos la red de armonía que nos conduce hacia la Iluminación.
3. Kshanti Paramita – La Perfección de la Paciencia
El mundo está lleno de pruebas, de personas que nos desafían y de circunstancias que nos ponen a prueba. Pero el Bodhisattva practica la Paciencia, sabiendo que el fuego de la ira solo quema a quien lo enciende. En este Ohigan, cultivemos la paciencia con los demás y con nosotros mismos, comprendiendo que cada ser tiene su propio proceso de crecimiento y que todo llega en su debido tiempo.
4. Virya Paramita – La Perfección del Esfuerzo
La Iluminación no llega a quien la espera pasivamente. Se necesita determinación y energía para avanzar en el Sendero. Preguntémonos en este Ohigan: ¿Estamos esforzándonos sinceramente en nuestra práctica? ¿Nos abandonamos en la inercia o buscamos cada día mejorar nuestra conducta y nuestra comprensión? Que este periodo sea un renacer de nuestro compromiso con el Dharma.
5. Dhyana Paramita – La Perfección de la Meditación
Sin una mente serena, el Bodhisattva se deja arrastrar por el torbellino del Samsara. La Meditación es la práctica que nos devuelve al centro, que nos permite ver con claridad y actuar con sabiduría. En este Ohigan, renovemos nuestro compromiso con la Meditación, ya sea en el silencio del Zazen, en la contemplación de la Naturaleza o en la recitación del Sutra del Loto.
6. Prajña Paramita – La Perfección de la Sabiduría
Finalmente, la más elevada de las Perfecciones: la Sabiduría que disuelve la Ignorancia y revela la naturaleza pura e ilimitada de todas las cosas. La sabiduría no es solo conocimiento intelectual, sino la realización directa de la interconexión de toda la Existencia. En este Ohigan, pidamos al Buda que nos conceda claridad para ver más allá de nuestras ilusiones y descubrir la realidad tal como es.
Conclusión: Un Tiempo de Reflexión y Renovación
Este Ohigan no es solo un tiempo para recordar a nuestros ancestros y honrar nuestro linaje budista, sino también una ocasión para reflexionar sobre nuestra propia senda espiritual. Como Bodhisattvas, caminamos con la meta de la Iluminación, pero también con la compasión de ayudar a otros a cruzar hacia la Otra Orilla. Por ello, en estas próximas semanas, establece metas espirituales y de desarrollo personal, establece metas a corto y largo plazo, y manten un diario reflexivo donde recurras a ellas y veas cómo va tu progreso de aquí al próximo Ohigan de Otoño, y para toda la vida.
Que este periodo nos inspire a renovar nuestra fe, a fortalecer nuestra práctica y a seguir avanzando con corazón firme y resuelto. Que la Luz del Dharma ilumine nuestro camino y que, paso a paso, construyamos la Tierra Pura aquí y ahora, para el beneficio de todos los seres.