El Budismo, como la gran enseñanza universal del Buda Eterno, no es una tradición estática ni confinada a los contornos geográficos o culturales de una sola civilización. Desde su revelación en este mundo, el Dharma ha recorrido los caminos de la historia, encontrando nuevas formas de expresión en las tierras donde ha sido acogido. Mas no basta con transplantar la enseñanza de una nación a otra como si fuera una simple mercancía intelectual o ritual; para que el Budismo pueda enraizarse verdaderamente en una cultura, debe ser interpretado, vivido y expresado en la lengua, el pensamiento y el sentir propio de ese pueblo. Y este proceso solo puede ser llevado a cabo por aquellos nativos del lugar que, con una comprensión profunda del Dharma y una raíz firme en su propia cultura, sean capaces de realizar la síntesis que permite a la Verdadera Enseñanza florecer en nuevas tierras.
En este sentido, la Escuela del Loto Reformada se distingue de su institución madre original y de otras manifestaciones del Budismo en tierras occidentales. Nuestra tradición no es una mera traducción de la enseñanza japonesa, ni una reducción academicista del Dharma despojada de su esplendor devocional. La Escuela del Loto Reformada representa un proceso exitoso, cuidadoso y profundamente estudiado de aculturación del Budismo Tendai al suelo hispano, asegurando que el Dharma del Loto no solo sea comprendido, sino que florezca en el corazón de nuestra cultura.
Nuestra tradición no es una simple adaptación superficial, sino una auténtica encarnación del Dharma que respeta su esencia mientras lo expresa en términos que resuenan con la identidad espiritual hispana. La institución madre japonesa, inmersa en una tradición en la que el Budismo se ha definido por la riqueza del ritual, representa un modo de vida centrado en la forma litúrgica y la devoción estructurada. La institución madre americana, por otro lado, con su impronta protestante, optó por un enfoque más academicista y minimalista, despojando al Budismo de muchas de sus dimensiones devocionales y simbólicas para presentarlo en un formato accesible a la mentalidad moderna, pero empobrecido en su totalidad. En contraste con estas aproximaciones, la Escuela del Loto Reformada ha comprendido la necesidad de presentar el Dharma de manera fiel a la tradición, pero enraizada en el contexto histórico y cultural hispano.
Nosotros, los Herederos del Loto en el mundo hispanohablante, hemos recibido la Antorcha del Dharma y la hemos encendido en nuestra propia tierra, iluminando la senda con los colores de nuestra identidad cultural. Nuestra tradición reconoce la herencia católica y romana de nuestras sociedades, en las cuales la devoción, la liturgia, y la veneración de lo sagrado son elementos esenciales de la espiritualidad. Por ello, en la Escuela del Loto Reformada, el Budismo se vive no solo como un conjunto ritual, una mera práctica meditaciones, una filosofía o una doctrina intelectual, sino como una tradición completa donde la fe, la devoción y el estudio caminan juntos, como las tres piernas de un mismo trípode que sostiene la Iluminación.
Nuestro proceso de aculturación no ha sido improvisado ni arbitrario. Hemos llevado a cabo un estudio profundo de la religión y la historia de la transmisión del Budismo en distintas civilizaciones, analizando cómo China, Japón y Tíbet supieron adoptar la enseñanza del Buda a sus propias cosmovisiones, y hemos aplicado esa misma metodología con discernimiento en nuestro propio contexto. Así, hemos mantenido la riqueza del ritual, profundizado en la profundidad de la Budología (Teología Budista) y rescatado la vibrante expresión devocional que eleva el alma, sin abandonar el rigor académico ni el espíritu de investigación.
Este es el Budismo del Loto en tierras hispanas: una tradición que respeta el pasado, pero que vive en el presente y construye el futuro. Porque el Budismo no es una enseñanza que deba ser aceptada pasivamente, sino una semilla que debe ser plantada en el suelo fértil de cada civilización y que solo puede germinar si es cultivada por manos que comprendan tanto su esencia como la tierra donde ha de florecer.
Nosotros, con humildad y determinación, hemos aceptado esta responsabilidad, llevando la Tradición del Loto a su plenitud en nuestro propio lenguaje, en nuestro propio contexto, y en la riqueza de nuestro propio sentir. A través de la Escuela del Loto Reformada, el Budismo del Loto ha encontrado un nuevo hogar en el mundo hispano, donde se manifiesta con autenticidad, solidez y belleza, asegurando que la llama del Dharma siga brillando con intensidad en las generaciones venideras.