Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


martes, 7 de mayo de 2024

Historias Budistas Maravillosas de Horror del Antiguo Japón - El Gran Maestro Genshin Salva a una Mujer del Infierno

La siguiente historia budista del antiguo Japón proviene del "Shokoku Hyakumonogatari", que se puede traducir como "100 Historias de Varios Países". Este es un preludio para muchas historias en el futuro.

En el verano del antiguo Japón, cuando el calor y la humedad opresivos hacían que la actividad diurna fuera casi insoportable, la gente anhelaba la noche y el escaso alivio que traía el Sol poniente. Allí, en medio de un coro de ranas e insectos que daban una serenata al Obon (fiesta de los muertos y ancestros) venidero, la gente realizaba una actividad cultural llamada "Hyakumonogatari Kaidan-kai", o "Una Reunión de 100 Cuentos Extraños", y en silencio los espíritus regresaban. Se colocaban 100 velas en un círculo y cada uno de los participantes contaría una historia de horror real, a menudo una historia de su aldea local, o tal vez una experiencia más personal. Al terminar cada cuento, el narrador apagaba una sola vela y la luz se desvanecía lentamente a medida que aumentaba la tensión. Se decía que el juego era un ritual de evocación, en el que la expiración de cada historia y cada vela convocaban más energía espiritual, transformando la habitación en un faro para los muertos. Con la desaparición de la luz final, alguien o algo terrible estaría esperando en la oscuridad.

Si bien nadie sabe exactamente cómo se empezó a realizar el Hyakumonogatari Kaidan-kai, se cree que el juego fue creado originalmente en el periodo Heian, aunque otros creen que fue desarrollado en el periodo Kamakura por los samuráis como una prueba de coraje, para ver quién era lo suficientemente valiente como para resistir las espantosas historias y quién sucumbiría y temblaría cuando se apagara la última luz. Independientemente del origen, las mismas fueron recopiladas en el "Shokoku Hyakumonogatari", que se puede traducir como "100 Historias de Varios Países". 

La historia que presento hoy de esta obra es muy cercana a mí, pues trata sobre el Gran Maestro Genshin (Eshin Sozu 942-1017) el Gran Sistematizador del Budismo Tierra Pura en la escuela Tendai.

Cómo el Monje Genshin del Monte Hiei vio el Infierno y Regresó

Durante el reinado del emperador Ichijō, un maestro virtuoso llamado Genshin vivía en el Monte Hiei. Una vez, mientras bajaba de la montaña hacia la capital, de repente empezó a llover y una hermosa mujer se acercó corriendo a él por detrás y lloró de angustia. Cuando Genshin le preguntó qué le pasaba, ella respondió: 

"Soy una rasetsunyo (una mujer rakasha o demonio). Sirvo a un oni (demonio) que me ordena engañar a los humanos, tomando la forma de una mujer cuando me acerco a un hombre, o la forma de un hombre cuando me acerco a una mujer, y se los llevo al oni para que se los coma. El oni dijo que si no atrapo a nadie, me comerá a mí. No he atrapado a nadie hoy, así que seguramente perderé la vida. Rezo para que por tu poder dhármico pueda ser salvada. Os lo ruego humildemente. Si crees que hablo falsamente, sígueme y verás".

Ella se fue y el monje Genshin fue tras ella. Llegaron a la cresta de una montaña y cayó la noche. Genshin la siguió hacia las montañas y llegaron a una puerta. La mujer llamó a la puerta y se escuchó la aterradora voz de un oni. La puerta se abrió y el oni estaba furioso por la falta de presa. Muchos oni se reunieron a su alrededor, escupiendo llamas por la boca. Al no ver una presa, se abalanzaron sobre la mujer y le arrancaron los miembros, los despedazaron y los devoraron en una escena espantosa.

El monje Genshin se apiadó de ella. Regresó al Monte Hiei, recitó las Sagradas Escrituras y realizó un solemne servicio memorial en su honor. Esa noche, la mujer se le apareció en sueños, cabalgando sobre una nube púrpura, con una expresión beatífica en el rostro. Se volvió hacia Genshin y le dijo:

"Gracias al poder dhármico de mi maestro, renací en el cielo y me convertí en un Buda".

Hizo una reverencia tres veces y luego se dirigió hacia el Oeste.