Si bien hemos visto en nuestro estudio de los Sutras del Canon Budista que la Fe es un elemento importante en la verdadera práctica del Budismo, la misma es aún más crucial para la práctica correcta del Camino Tierra Pura, pues este es el Budismo de la Compasión: la Fe y la Devoción
La Fe (del sánscrito Shraddha), que se llama Shinjin (Fe Asegurada) en la Tradición Tierra Pura, se puede traducir como "confianza" o "encomienda", es uno de los puntos principales en los escritos del Maestro Shinran. La misma no depende de la razón ni de la prueba, sino que es una total confianza y encomienda al Buda Amida y su Regalo de Salvación. Es un símbolo de nuestro despertar a nuestra Verdadera Naturaleza Iluminada como resultado del regalo de la Gracia del Buda Amida y nuestra transformación espiritual al ser tocados con su Luz Ilimitada y al escuchar el Verdadero Dharma, el cual ilumina nuestras vidas y nuestro mundo. Es la manifestación y consumación de la unidad de nuestro ser con el Ser del Buda Amida; de nuestro corazón y nuestra mente con Su Corazón y Su Mente. Por ello, no es algo que logremos, sino que es algo que recibimos; es un regalo del Buda Amida para todos los seres.
Como recordaremos, el Camino Tierra Pura (Budismo de la Compasión) es igual al Camino de los Sabios (Budismo de la Sabiduría) expresado de forma poética y espiritual. El Deseo del Renacimiento en la Tierra Pura es igual al Deseo de Alcanzar el Despertar (Bodhicitta), el primer paso en el Camino del Bodhisattva a la Budeidad. El Renacimiento o Shinjin es el Despertar, y la Tierra Pura de la Bienaventuranza es la Budeidad y el Nirvana. El Maestro Shinran nos dice:
"Anuttra Samyak Sambodhi - la Sabiduría Perfecta Insuperable del Buda - se alcanza a través de la Fe [Shinjin]. Aunque hay muchas maneras de alcanzarla, todas están contenidas en la Fe en el Buda Amida."
El Camino Tierra Pura es solo otro medio hábil revelado por el Buda Eterno para llevar a los seres al Despertar y la Salvación. Ahora, ¿qué Shinran quiere decir con "Fe"?
"Por 'Fe' se entiende la aceptación sincera del Mensaje que nuestros oídos han oído y los ojos de nuestra alma han visto."
Aquí, el Maestro Shinran nos muestra que la Fe surge en nosotros en respuesta a escuchar el Verdadero Dharma. Aquí "escuchar" no es solo escuchar con nuestros oídos, sino escuchar con nuestro corazón y nuestro espíritu. Es verdaderamente escuchar con un corazón y una mente abierta, receptiva, al Regalo de Salvación del Buda. Es, una vez somos iluminados por la Luz Infinita del Buda Amida, ver nuestro ser finito y falso y reconocerlo por lo que es: un ser tonto lleno de pasiones y deseos que no puede salvarse por sí mismo dado a su egoísmo y sus visiones habituales erróneas del mundo y de sí mismo. Esta Luz Infinita que nos ilumina nos hacer quiénes somos realmente, y proviene de la fuente de la Vida Infinita misma que mora en el Cosmos y en nosotros y nos ha tratado de ayudar a Despertar y salvar desde el principio del tiempo.
Esta Fe, la cual es obsequiada por el Buda Amida, es el Shinjin o la Mente de Aseguranza que confirma nuestro Renacimiento en la Tierra Pura, el comienzo de nuestra transformación espiritual, la cual continúa durante el resto de nuestras vidas mientras somos iluminados por la Luz Redentora del Buda Amida y comulgamos con su Vida Eterna por medio del Nembutsu.
Así que, cuando somos iluminados por primera vez (cuando nos abrimos en mente y corazón y podemos ver la Luz Infinita que siempre ha brillado sbre nosotros), nos damos cuenta de nuestro ser finito y falso y nuestra incapacidad de salvarnos por nuestros propios esfuerzos (Propio Poder) y nos encomendamos completamente al Buda Amida y recibimos su Regalo de Salvación, y no tenemos más dudas sobre nuestro Renacimiento en la Tierra Pura. El Maestro Shinran nos dice:
"Se dice que aquel que escucha el Voto del Buda Amida de salvar a todos los seres en virtud de Su único Poder y no lo duda, posee verdadera Fe en Él."
Es aquí cuando recibimos el Shinjin - la Fe (o Mente) Asegurada. En ese momento, somos salvos y Renacemos - tanto simbólica como espirtualmente - en la Tierra Pura, renaciendo como personas nuevas en el Nembutsu en esta vida, consumando nuestro Renacimiento en la Tierra Pura tras la muerte. Este Renacimiento en la Tierra Pura "tras la muerte" - como la declara el Maestro Shinran - también ocurre, como hemos visto, en esta vida, pues al recibir la Gracia del Buda (Shinjin), renacemos espiritualmente; renacemos budistas en la Tierra Pura, el Nirvana en este mundo. Esta es una experiencia maravillosa que, al igual que el Despertar, no puede ser adecuadamente descrita en palabras, sino solo por medio de la experiencia directa. Aquí vemos una de las muchas similitudes del pensamiento del Maestro Shinran a las escuelas Zen. Luego, nuestro "regreso al mundo" para realizar el Camino del Bodhisattva y salvar a todos los seres se manifiesta automáticamente, sin medias nuestro esfuerzo y calculación, siendo instrumentos del Amor y la Misericordia del Buda Amida en el mundo.
Sin esta Fe Asegurada (Shinjin), no hemos logrado nuestro Renacimiento, lo que nos conduce tras la muerte al Samsara. El Maestro Shinran nos dice:
"Son la duda y la incredulidad las que hacen que uno regrese una y otra vez a la Casa del Nacimiento y la Muerte; pero a través de la fe entramos en la paz de la Ciudad Eterna llamada Nirvana."
Como veremos con más detalles posteriormente, la Tierra Pura de la Bienaventuranza es el Nirvana. Si no alcanzamos el Despertar o el Renacimiento, nos mantenemos atrapados en el Samsara. Si obtenemos el Despertar o el Renacimiento, nuestro regreso es opcional, no por fuerza de nuestro Karma, en nuestro voto del Bodhisattva de salvar a todos los seres sintientes, siguiendo el Voto Primal del Buda Eterno.
Si bien este parece un Camino sencillo y fácil, es increíblemente difícil para muchos, dado a que estamos muy apegados a nuestro deseos y patrones habituales, y nuestra noción de "personas buenas", como para ver quienes realmente somos y encomendarnos completamente a una fuerza superior "fuera de nosotros" (aunque también mora dentro de todos). Es por eso que el Buda Shakyamuni mismo nos dice que lograr el Renacimiento es difícil, al igual que el Maestro Shinran, cuando nos dice:
"Creer en la Divina Voluntad del Buda Amida y practicar el Nembutsu es difícil para los incrédulos, las almas orgullosas y los malhechores. Es lo más difícil de todo; y nada es más difícil, en verdad."
Solo los incrédulos, los orgullosos y las personas realmente malvadas (que no desean enmendar su camino) obstaculizan voluntariamente la Luz Redentora del Buda Amida y no reciben su Regalo de Salvación. Esto es algo normal. No todos estamos listos para cambiar. Todos estamos en diferentes momentos en nuestro progreso espiritual, por lo que, como la salvación ya les está asegurada, la lograrán eventualmente, en alguna otra vida. Pero si nosotros hemos tenido el privilegio y la fortuna de haber llegado al Llamado del Infinito y hemos escuchado sobre el Voto de la Gran Compasión del Buda Eterno, debemos de parovechar este momento y resolver el asunto del nacimiento y la muerte en esta vida. Es por eso que, si hay algo que sí podemos hacer de nuestra parte de forma calculada, es abrir nuestro corazones y mentes y estar receptivos al Llamado del Buda.
El Maestro Shinran nos muestra cómo podemos saber si nuestra Fe es cierta o falsa:
"Hay tres signos por los cuales podemos reconocer una fe falsa: en primer lugar, es insincera y, por lo tanto, vacilante, existe en un momento y desaparece al siguiente; en segundo lugar, no es sincera, porque es indecisa; en tercer lugar, no dura toda la vida, porque otros pensamientos intervienen para impedir su continuidad. Estos tres aspectos se relacionan entre sí. Como la fe no es sincera, es indecisa; y al ser indecisa, no dura mucho ni continúa firme. O, como se le impide a la fe continuar, no es sincera; y como no es sincera, ahora existe y luego desaparece. Contrarias a estas están las tres pruebas de la verdadera Fe [es decir, la sinceridad, la entrega total y la decisión], que justifican la práctica del Nembutsu."
Los tres signos de una fe falsa es que es insincera o vacilante, por lo que no dura mucho. La segunda es que es indecisa; y la tercera es que no dura toda la vida. Esto es algo normal para todos nosotros. Aquí radica la importancia de desarrollar nuestro oído espiritual y atender a Charlas del Dharma, leer los Sutras y Comentarios de los Maestros, y desarrollar una práctica personal devocional que sea la brújula que guíe nuestro Camino Budista. El Nembutsu es el puente - la mano - que el Buda nos ha extendido para poder ayudarnos en nuestro progreso espiritual. Cuando recitamos el Nembutsu, nuestros cuerpos, palanras y mente/espíritu se unen al Cuerpo, Palabra y Mente/Espíritu del Buda Amida y comulgamos con el Buda, abriendo nuestros corazones y mentes para recibir su Gracia y permitir que la actividad dinámica del Buda trabaje en nosotros. Lo mismo sucede con la Meditación. En la Meditación, tratamos de comulgar con el Buda Eterno en el silencio, y con su Espíritu en nosotros, nuestra Naturaleza Búdica, para que podamos ser igualmente transformados por su Presencia y escuchar su Llamado a Despertar, mmanifestando nuestra Bueiidad Innata en el mundo. Esto no puede ser logrado por medio de nuestro propio esfuerzo. Esto solo nos hace yoguis, no budistas; solo nos hace "buenos meditadores", no es una práctica que tenga beneficio espiritual. Aquí radica la diferencia entre la verdadera Meditación Budista y la meditación en otras tradiciones religiosas.
Es similar a tratar de remar para llegar de Esta Orilla del Mundo Saha (Samasara) a la Otra Orilla del Nirvana. Si recitamos el Nembutsu o meditamos con nuestro propio esfuerzo, es como tratar de nadar o remar en un océano turbulento. Pero si recitamos el Nembutsu o meditamos asistidos por la Gracia del Buda, es como estar en un barco de vela y ser guiados por el viento del Buda Eterno. Tanto el Nembutsu como la Meditación requieren que abandonemos nuestro propio esfuerzo (Poder Propio) y nos abramos a ser movidos por el viento de la Gran Compasión (Otro Poder) del Buda Amida.
Todos los medios hábiles predicados por el Buda Eterno en la forma del Buda Shakyamuni en este mundo tienen este mismo propósito. El mismo Maestro Shinran acepta esto - siendo cónsono con la Tradición Budista - cuando nos dice:
"Para nosotros, el Buda Shakyamuni y el Buda Amida son como un padre y una madre, llenos de compasión. Ellos utilizaron diferentes medios para atraernos y persuadirnos a abrazar esta Fe Adamantina."
Cuando recibimos el Shinjin, nuestra Fe es sincera e inamovible, por lo que es duradera; es decidida y segura y dura toda nuestra vida. Sabemos que hemos recibido la Fe (Shinjin) porque no hay nada que pueda mover la misma; no hay dudas. Esto no significa que no tengamos problemas y crisis en la vida, sino que los problemas y crisis nunca manchan nuestra Fe ni la ponen en duda. Esta es la Fe Vajra, la Fe Adamantina - inquebrantable y eterna. Todo es temporero excepto la Verdadera Fe Budista, la cual se vuelve nuestra estrella polar durante toda nuestra vida.
Esto nos vuelve Bodhisattvas, en el mismo rango que el Bodhisattva Maitreya, el futuro Buda. El Maestro Shinran nos dice:
"Habiendo alcanzado el rango más alto del Bodhisattva, Maitreya por su propio esfuerzo alcanzó la Sabiduría Adamantina; y cuando su vida presente llegue a su fin en el Cielo Tushita y llegue en la próxima a este mundo, alcanzará la Perfecta Budeidad. El alma que practica el Nembutsu con una Fe Adamantina, cruza el Océano del Nacimiento y Muerte, y cuando su vida llegue a su final, alcanza el Gran Nirvana, para reunirse con el Buda Amida. Por ello, una persona de Fe es igual a Maitreya."
En los Sutras del Buda Amida, leemos que los que alcanzan el Renacimiento en la Tierra Pura obtienen el rango del Alcanzar la Budeidad, el mismo rango que el Bodhisattva Maitreya, quien es el futuro Buda de este mundo. Esto hace a las personas que alcanzan la Verdadera Fe (Shinjin) en esta vida iguales al Bodhisattva Maitreya.
El Maestro Shinran nos muestra el camino de nuestro progreso espiritual en la Fe Budista cuendo nos dice:
"Dos cosas son esenciales para la Fe. La primera es estar convencidos de nuestra propia pecaminosidad; de la esclavitud de las malas acciones y que no poseemos los medios para emanciparnos. La segunda es, por lo tanto, arrojar nuestras almas indefensas por completo al Poder Divino del Buda Amida con la firme creencia de que Sus Cuarenta y Ocho Votos tenían el propósito expreso de salvar a todos los seres que depositaran su confianza en Él sin la menor duda o temor. Tales almas renacerán con seguridad en Su Tierra Pura."
Primero, iluminados por la Luz Infinita del Buda, podemos vernos en el espejo del Dharma y ver como realmente somos actualmente, nuestro ser finito y falso, lleno de deseos, pecados y mal Karma; nuestras sombras. Cuando vemos cómo realmente somos en la actualidad, podemos reconocer que somos seres naturalmente egoístas, llenos de maldad, incapaces de alcanzar por nuestro propio esfuerzo el Despertar o el Renacimiento. No importa cuánto nos esfoercemos por purificarnos, todos - sin excepción - poseemos la mancha inborrable de nuestro pecados cometidos por incontables vidas ( sin contar los que continaremos cometiendo el resto de la actual). Cuando rwalmente reconocemos esto - la primera vez tal vez que seresmos genuinamente sinceron con nosotros mismos - es que hemos dado el primer paso en nuestro progreso espiritual. Entonces, el segundo paso es encomendarnos completamente - con absoluta fe y confianza - al Poder Redentor del Buda Amida.
El Gran Voto de Salvación del Buda Amida es para todos; sin excepción. El Buda Amida nos acepta tal y como somos, con nuestras fallas, con nuestro egoísmo, con nuetros desoes y pasiones, con todos nuestros pecacos y mal Karma, y nos extiende sus brazos incondicionalmente para darnos su Abrazo de Salvación. El Maestro Shinran nos dice:
"No preguntes: '¿Cómo puede el Buda Amida recibirme en Su Tierra Pura, siendo tan vil y pecador?' Porque es un hecho que no hay ninguno de nosotros que no posea un conjunto completo de gérmenes de pasiones mundanas, lujurias pecaminosas y malas acciones. Pero el poder compasivo del Buda Amida es tan infinitamente grande que Él puede y quiere trasladarnos a Su Tierra Pura si tan sólo estamos dispuestos a confiarnos totalmente a Él. Tampoco debéis decir: 'Soy lo suficientemente bondadoso como para estar seguro de renacer en la Tierra Pura', pues esa Tierra Pura nunca podrá alcanzarse mientras dependamos en lo más mínimo de nuestro propio poder de méritos."
Así, la Verdadera Fe (Shinjin) Budista es la semilla de la Budeidad que brota y se establece firmemente en nuestra mente por medio de la Gracia del Buda Amida y su Regalo de Salvación. Esto es posible gracias a que el Buda Amida encarnó en su Santo Nombre, el Nembutsu. Para poder recibir el Shinjin, no necesitamos inteligencia ni sabiduria ni necesariamente hacer buenas obras (aunque surgen espontáneamente de nosotros tras realizar Shinjin), sino que debemos entender y aceptar que somos seres malvados (seres kármicos), llenos de deseos y pasiones y mal karma (el cual hemos cometido por eones), y que sólo el Buda nos acepta tal y como somos y nos ofrece su salvación. Cuando aceptamos el Regalo de Salvación del Buda Amida incondicionalmente y con total certeza y confianza en el Nembutsu, obtenemos Shinjin. No es la repetición del Nembutsu, sino el contenido de nuestro corazón, nuestra fe, por lo que solo una recitación del Nembutsu muchas veces es lo único que necesitamos para alcanzar nuestra salvación. Toda otra recitación, luego de ello, es solo una expresión de agradecimiento al Buda Amida por nuestra salvación.