El Budismo, si bien a veces es representado por sus diversas escuelas, muchas de ellas en aparente oposición doctrinal y con sus diversas prácticas, sigue siendo un solo Dharma: es el mensaje del Buda para el mundo - el llamado al Despertar para todos los seres sintientes. Este mensaje fue interpretado de diferentes formas a través del espacio y el tiempo tras el Parinirvana de su fundador, y con ello, florecieron diversas escuelas por todo el continente asiático, cada una enfocándose en una o varias de sus enseñanzas y prácticas. Si bien el Budismo - el Buddha Dharma del Vehículo Supremo (Ekayana) de la Tradición del Loto - se dividió en varias ramas, las mismas fueron rescatadas, unificadas, armonizadas y perfeccionadas por la escuela Tendai japonesa.
En el transcurso de mi ministerio, por medio de mis libros y este blog, se han presentado las diferentes fascetas del diamante del Dharma, pero a veces puede resultar difícil poder ver el diamante completo. Es por eso que en este nuevo ciclo, abordaremos la Escritura Sagrada principal del Budismo - la Biblia del Budismo Tendai - y la interpretaremos a la luz del Budismo Tierra Pura. El Sutra del Loto tiende a enfatizar los positivo únicamente, y es por eso que para la escuela Tendai, el Sutra del Loto representa el Sol, el comienzo del día y de la vida, un mundo de infinitas posibilidades. Por otro lado, los Sutras de la Tierra Pura tienden a ser un poco más negativos, y es por eso que en el Budismo Tendai representa la Luna, el ocaso del día y de la vida, el verdadero rostro del mundo y de todos nosotros. Este ciclo reflejará tanto las enseñanzas Tierra Pura dentro del Sutra del Loto, así como cómo podemos usarlas como un espejo para nuestras vidas y poner su enseñanzas en práctica.
En este ciclo, usaré un estilo literario diferente; espero que sea de su agrado. Es recomendado ver mis entradas anteriores donde comento el Sutra del Loto y los Sutras Tierra Pura por separado.
Al ver que sus discípulos habían entendido lo que el Buda había revelado hasta el momento, el Buda Shakyamuni se alegró de saber que los mismos estaban listos para la revelación total de la Verdad de su Iluminación, y les dice: "El Buda es el Rey del Dharma. Nada de lo que predica es vacío o sin sentido. El Buda predica todas sus enseñanzas de acuerdo con los medios hábiles para llevar a los seres a la sabiduría de la Verdad". Entonces, el Buda ahora responde con una parábola propia: la Parábola de la Lluvia del Dharma.
El Buda le dice a la audiencia que imagine que existe una gran nube que aparece sobre todas las plantas del mundo. Algunas plantas son grandes, otras medianas, y otras pequeñas. Algunas son árboles, otras arbustos, otras plantas; todas con diversas variedades de tamaños, colores y características. Ahora, esta nube aparece sobre ellas cubriendo todo el Cosmos y llueve igualmente sobre todas ellas al mismo tiempo. Si bien la nube llueve sobre todas ellas igualmente y a la misma vez, cada planta recibe el agua de acuerdo con su capacidad de absorberla, haciendo que cada una se nutra y crezca a su propio ritmo. Aunque crezcan en el mismo suelo y reciban el mismo agua, cada una de estas plantas es diferente.
Ahora, el Buda dice que él es igual. Si bien el Buda apareció en todos los mundos, y extiende su voz universalmente sobre ellos para predicar el Dharma, todos lo reciben de forma diferente. El les dice a todos: "Yo soy el que lo sabe todo, el que lo ve todo, el que conoce el Camino, el que abre el Camino, el que enseña el Camino." Entonces, los seres llegan al Buda, y con su ojo divino, el Buda puede ver sus capacidades, necesidades, naturalezas e inclinaciones y puede predicar el Dharma, por el uso de los medios hábiles, de acuerdo con cada uno de ellos, y llevarlos poco a poco al Despertar. El Dharma del Buda es uno, pero los seres lo reciben como muchos.
El Buda les dice: "Deben entender que el Buda, por medio de diferentes parábolas y enseñanzas, abre y revela el camino al a Budeidad. Este es el método de los medios hábiles. Todos los Budas hacen lo mismo. Lo que ustedes practican es el Camino del Bodhisattva, y a medida que estudien y practiquen, cada uno de ustedes se convertirá en un Buda".
Como hemos visto anteriormente, el Buda Amida - el Buda Eterno y el Alma del Cosmos - apareció en este mundo en forma encarnada como el Buda Shakyamuni para predicarnos sobre la eternidad de la vida, el camino fuera del sufrimiento, y cómo podemos hacer de este mundo una Tierra Pura, un mundo mejor. El Budismo es la religión de la Iluminación, y es la Luz Infinita del Buda Amida la que ilumina todo el Cosmos, y nos ilumina a todos y cada uno de nosotros, y despierta en nosotros el deseo de llegar al Budismo y poner sus enseñanzas y prácticas a funcionar en nuestra vida diaria.
Para poder llegar a todos los seres sintientes, el Buda Eterno tuvo que aparecer varias veces, en diferentes momentos y en diferentes lugares, en diversas culturas y a diversos pueblos, para preparar el camino para su aparición formal como un Buda en este mundo, y finalmente revelar la Verdad. Nosotros no encontramos en el pasado en esa audiencia, y nos hemos reencontrado en este mundo para cumplir con nuestro voto del Bodhisattva de no alcanzar el Nirvana hasta que todos los seres hayan sido salvados.
Es por eso que el Budismo no es exclusivista: no tienes que ser budista, ni mucho menos abandonar tu anterior religión para ser budista y realizar la labor salvífica del Buda en el mundo. Todas las religiones del mundo fueron creadas por un Buda de Recompenza que apareció en este mundo para preparar las mentes y los corazones de los seres para que los que estuvieran preparados pudieran recibir el agua pura del Dharma en sus vidas y puedan despertar a su verdadera misión en el mundo.
Como vimos, el Buda utilizó diferentes medios hábiles para ayudarnos a abrir nuestros ojos y almas y recibir esta Verdad. Es por eso que al final existen muchas escuelas y caminos budistas: cada uno adaptado hábilemente para llevar a los seres al Despertar. Algunos prefieren el aspecto del Budismo de la Compasión, con el estudio y la práctica asidua del Dharma, y es esto lo que los conducirá al Despertar. Otros prefieren el camino del Budismo de la Compasión y la Fe y son más devocionales, y para ellos, el camino Tierra Pura es el que los conducirá a revelar su Naturaleza Búdica. Si el mismo Buda dijo que todos los caminos budistas fueron medios hábiles empleados por el Buda Eterno para llevar a los seres del Universo a la Budeidad, ¿cómo podemos criticar o atacar a los practicantes de otras escuelas budistas? La únoca crítica meritoria es la de tratar de abrir los ojos de aquellos que predican que su camino es el correcto y que todos los demás están mal; aquellos que predican un Budismo Incompleto en vez de recibir su legado y cumplir con el deseo del Buda en el mundo y abrazar un Budismo Completo.
El deseo del Buda no era crear diferentes escuelas. El Buda solo predicó un solo Dharma. Fuimos nosotros quienes creamos diferentes vehículos o escuelas y caminos budistas de sus enseñanzas. Es por eso que no debemos considerarnos pertenecientes a X o Y escuela, sino budistas, y como budistas, solo debemos abraza el Unico Vehículo, el Ekayana, el Vehículo de la Budeidad, pues todos somos manifestaciones del mismo Universo, y todos somos hijos del mismo.
Luego de explicarles la Parábola de la Lluvia del Dharma, el Buda ahora pasa a conferir predicciones de Budeidad a muchos de sus discípulos, comenzando con aquellos que llevan más tiempo con él y han abrazado la Verdad.
Todos somos Bodhisattvas en nuestro camino a la Budeidad. Nadie está excluído. Incluo aquellos que han atacado al Budismo y sus adherentes se encuentran en el camino al Despertar, pero el de ellos está muy lejos. Son como plantas desérticas que no han podido absorber el agua de la igualdad de todos los seres, el agua de nuestra Unidad Fundamental, y sus corazas duras y anchas han hecho que se encierren dentro de su ignorancia. Pero incluso ellos, con el pasar de las vidas, abrirán sus ojos, rectificarán sus errores y males, y alcanzarán el camino del Bodhisattva y trabajarán por su Despertar.
El Buda Amida, en su infinito amor, abraza a todos los seres en el Cosmos y les ofrece la salvación. Este es el tipo de compasión que debemos desarrollar en nuestras vidas. Esto es lo que nos permite alcanzar las diversas prácticas budistas como la meditación y el Nembutsu. ¿Qué otro efecto tiene sino el abrir nuestros seres finitos y falsos al Infinito? Incluso el summum bonum del Despertar y la Budeidad puede verse lejos, pero el ser un mejor ser humano es algo a lo que todos podemos aspirar. Al final, si esto es lo único que nos prvee nuestra fe, hemos alcanzado todo.
Pero esta parábola, como todo el Sutra del Loto, nos dice también que todos somos nutridos por la Vida Infinita que mueve y crea todo en el Cosmos. Todos y cada uno de nosotros somos nutridos por esa vida; todos somos una manifestación a la existencia de esa Vida Infinita. Y esa Vida Infinita nos ha manifestado múltiples ocasiones en diferentes vidas sin merecerlo. Esa Vida Infinita nos ha mantenido hasta este momento sin haberlo ganado. Es por eso que debemos de usar esta preciada Vida Infinita y utilizarla para el mayor bien posible. La única forma en la que podemos repagársela es a través del desarrollo de la compasión y la sabiduría y reconociendo en todo momento la Naturaleza Búdica dentro de todos y cada uno de nosotros, pues todos somos una manifestación de esa Vida Infinita.
Pero esta transformación del mundo debe comenzar únicamente por medio de una transformación interior. Por más que lo deseemos, esa tranformación no puede ser lograda por nosotros solos, sino que necesitamos la ayuda del Buda Amida. Esta tranformación interna es alcanzada por medio de la fe, pues si nos esforzamos con todas nuestras fuerzas, veremos que nuestros esfuerzos se quedan corto y que son más los fallos que los logros. Pero no debemos desesperar, pues la Luz Infinita de compasión del Buda siempre ha estado brillando sobre nosotros. Debemos de abrir nuestros corazones y mentes y dejar que esa Luz trabaje en nosotros. Debemos de vaciarnos y permitir que el Dharma se manifieste a través de nosotros. Al final, el cambio es uno que nos fue igualmente otorgado, por lo que no nos debemos sentir orgullosos, sino humildes, y utilizar ese regalo para el bien de otros.
El trabajo dinámico del Dharma, la Ley Mística, la Budiedad en el mundo, que se manifiesta a través de nosotros - esa agua que nos nutre y que nos ayuda a crecer y que eventualmente se vuelve una con nosotros - nos permite convertirnos en la encarnación de su Voto en el mundo. Tras eones y una infinidad de vidas vagando por el océano del nacimiento y la muerte transmigrando por los reinos del Samsara, tenemos la oportunidad una vez más de permitir que esa Luz Infinita trabaje a través de nosotros. Cuando lo hacemos, nuestra búsqueda espiritual llega a su fin. En ese momento, nuestro nacimiento en este Mundo Saha no es un accidente, sino un evento con un infinito significado cósmico.
El Nembutsu es el llamado del Infinito, es la lluvia del Dharma que se cae sobre todos nosotros solo si tuvieramos los oídos abiertos para escucharlo. Ese llamado puede asumir la forma del Buda Amida, del Buda Shakyamuni, del Buda de la Medicina, o del Bodhisattva Avalokiteshvara, el avatar de la compasión; pero también puede asumir la forma de Dios, de Jesucristo, o de Krishna, o de cualquier otro ser divino o mortal. Todos somos plantas en crecimiento, y todos necesitamos de un mensaje de paz y unión para poder trascender nuestras diferencias y reconocer nuestra Unidad Fundamental. De todos estos, solo el Buda Shakyamuni ha sido una manifestación encarnada de la totalidad del Cuerpo del Dharma, del Alma del Universo, y todos los que abrazamos sus enseñanzas somos sus hijos. Pero solo nosotros podemos ser llamados Hijos del Buda quienes asuman esta gran responsabilidad de ser puentes de unión y de cambio positivo en el mundo.
El Buda Amida, quien se manifestó y encarnó en este mundo como el Buda Shakyamuni no es algo lejano y separado de nosotros, sino esa Luz liberadora que nos acepta, nos abraza y nos transofrma en todos los momentos de nuestras vidas. Y ese encuentro transformativo entre nosotros y Amida, entre lo finito y lo Infinito, es el Nembutsu. Es por eso que para poder escuchar el llamado del Infinito, debemos desarrollar un oido atento y ver todas las posbilidades que nos brinda cada momento, y que no importa lo que hayamos hecho, seguimos siendo sostenidos por el Universo. Vestigios de la Naturaleza Búdica se encuentran en todos los momentos de nuestras vidas, sobre todo, en los más oscuros. El poder encontrarlos y revelarlos nos permite desarrollar una fe inquebrantable y escuchar con más atención al llamado del Buda. Entonces, cuando alcanzamos una verdadera fe y confianza, escuchamos el llamado y ocurre dentro de nosotros una gran transformación en el núcleo de nuestro ser, Shinjin, y respondemos al llamado con el Nembutsu y realizando la labor compasiva del Buda en el mundo.
El Buda ha hecho el Voto de salvarnos a todos. El Buda trabaja internamente dentro de nosotros espiritualmente para que busquemos el Nirvana. Lo único que podemos añadir a este esfuerzo es el abrirnos en corazones y mentes y escuchar el llamado. Simplemente encomienda su cuerpo, tu mente y tu espíritu a su Luz salvífica; permite tomar el agua del Dharma. Cuando entregamos todos nuestros problemas al Buda y permitimos que los ilumine, su luz los purifica y nos sentimos en paz, con el entendimiento de que el Buda nos acepta tal y como somos, no nos juzga, y constantemente nos está ayudando. La Luz Infinita del Buda brilla constantemente sobre nosotros. Este es el verdadero significado de Tomar Refugio en el Buda.
El agua del Dharma ha estado cayendo sobre nosotros por muchas vidas, y ahora has podido escuchar su llamado: ¿cómo has respondido?