Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


miércoles, 29 de julio de 2020

Breve Análisis y Reflexión: La Transmisión de la Luz del Dharma en Español - Hacia un Budismo Latinoamericano

El Budismo lleva varias décadas en Occidente. Si bien el mismo llegó a las costas de América a finales del Siglo 19 con la ola de inmigrantes asiáticos que llegaron a Occidente para trabajar en minas y plantaciones en los Estados Unidos y Canada, no fue hasta principios del Siglo 20 que el Budismo llegó a Latnoamérica (entre los 1950 y 1960), y que esta maravillosa religión abrió sus puertas a la población occidental en general. Desde entonces, el Budismo ha sido introducido a la población por académicos, maestros y entusiastas, que ven en el Budismo una luz para alumbrar la oscuridad. Pero el Budismo no se ha transmitido correctamente en Latinoamérica. Si bien tuvieron comienzos paralelos, el desarrollo del Budismo en los Estados Unidos y el Norte es muy diferente al de los países de Latinoamérica del Sur; y de hecho, se requiere del desarrollo de un Budismo distinto. Aquí proveo un breve análisis y reflexión sobre el desarrollo del Budismo Latinoamericano.


La historia ha demostrado que le toma al Budismo aproximadamente 500 años antes de desarrollarse y adaptarse por completo a una nueva región cultural, para desarrollar un Budismo auténtico y local. Tomando en cuenta el hecho que el Budismo apenas lleva un poco más de 200 años en Occidente, poco a poco vemos el surgimiento de un Budismo Norteamericano, enfocado particularmente en el laicismo, la comodidad y el bienestar. La presencia y representación de la mayoría de las escuelas budistas de China, Tibet y Japón en los Estados Unidos y Canada, junto con el desarrollo de templos y centros con maestros locales, han hecho que el Budismo haya sembrado raíces y se distancie de sus homólogos orientales. Igualmente, los Estados Unidos cuentan con varias revistas y periódicos budistas que continúan la labor laical budista en Norteamérica. 

Las diferencias budistas en creencias, comportamientos y prácticas entre Oriente y Occidente son marcadas. Tomando el ejemplo de Japón, por ser mi área de especialidad (aunque lo mismo se puede decir de todas las demás escuelas, como las escuelas budistas chinas y tibetanas), podemos ver una gran diferencia en la forma en la que el Budismo Zen japonés, por ejemplo, se diferencia del Budismo Zen americano. En materia de creencias, el Budismo Zen en Japón es a veces llamado por contemporáneos como un Zen "mágico", donde existe una creencia prevalente en los Budas, Bodhisattvas y deidades como entrs separados y externos a los cuales se acude en momentos de necesidad y como una fuente de ayuda en la práctica. Esto contrasta con el acercamiento del Zen en Occidente, el cual se ha llamado Zen "terapéutico", donde se enfoca más en el bienestar y la comodidad. Esto es, porque, en materia de creencias, el Zen en Occidente tuvo una transmisión muy distinta a Oriente. En sus inicios, al ser presentado ante una audiencia americana - para no infligir no ofender las creencias occidentales - el Budismo fue presentado como una filosofía terapéutica, y no como una religión. Esta bastardización fue perpetuada por organizaciones espirituales Nueva Era y por ateos ideológicos, y poco a poco ha sido desmentida por académicos americanos, pero es una que se perpetúa hasta nuestros días. En materia de comportamientos, el Zen en América se distingue por ser más horizontal organizacionalmente, habiendo igualmente simplificado su liturgia y casi desapareciendo el rol del ritual, a la vez que esto es contrabalanceado por un efoque fuerte en el rol social del Budismo en la sociedad y la política, con el Budismo engajado.

Estas diferencias en creencias, comportamiento y ritual, dirigidas a un acercamiento filosófico-ateo y terapéutico, unidas a la realidad de que el Budismo en Norteamérica es predominantemente blanco y de clase media-alta, han ido moldeando un Budismo Norteamericano que se espera cristalizar en los próximos cien años.

En Latinoamérica, el Budismo aún no cuenta con la representación de tantas escuelas como los países americanos anglosajones (excepto en Brazil, donde existe la representación de casi todas las escuelas budistas de Asia). ¿Cómo se verá un Budismo Latinoamericano? Ciertamente, las realidades históricas, políticas (en Latinoamérica, la mayoría de los Budistas son de derecha o izquierda moderada, mientras en Norteamérica son predominantemente de izquierda radical), y sobre todo, económicas (el Budismo en Latinoamérica es seguido mayormente por personas de clase media-baja), diferencian enormemente a los latinos de los norteamericanos. Pero otra diferencia la vemos en materia de religión, ya que Norteamérica se compone principalmente de cristianos protestantes, mientras que Latinoamérica es predominantemente católico. Esto ha llevado a un enfoque a la ortodoxia religiosa y a la anti-institucionalidad, haciendo que los latinos se dirigan más a las enseñanzas Theravada (por creerse erróneamente más cercanas a las creencias "originales" del Buda) y a un rechazo por las instituciones (por ello, otro gran porciento de budistas se inclinan a la radicalidad [falsa o mal transmitida] del Zen). Aun así, existe un leve procentaje de Budistas, que influenciados por los movimientos budistas de Norteamérica y por sus corrientes comerciales como el "Mindfulness", se inclinan a un Budismo terapéutico, mezclando el Budismo, la psicoterapia y el coaching.

Pero si bien fueron introducidos paralelamente, la falta de representación de muchas escuelas budistas (en Latinoamérica solo existen las escuelas tibetanas, el Zen y movimientos laicos como la Soka Gakkai; tan solo recientemente se ha introducido el Budismo Tendai en Puerto Rico y su Sangha en Colombia), así como la carencia de material de estudio (como libros de introducción al Budismo, así como la accesibilidad en español de los textos canónicos) han hecho que el Budismo en Latinoamérica no se haya desarrollado con la misma rapidez que en Norteamérica. Igualmente, los problemas económicos por los que han pasado (y siguen pasando) muchos países latinoamericanos han limitado la accesibilidad a la formación necesaria (normalmente, la formación budista conlleva altos costos como en pasajes a otros países, ya sea en Estados Unidos o en Asia para la formación y la ordenación en un linaje budista, costos de estadía y comida por el tiempo del entrenamiento, costos de parafernalia, libros, etc). Pero existe un pequeño grupo de personas que está trabajando para mejorarlo. 

Personalmente, he dedicado los últimos diez años a la traducción de los textos canónicos más importantes del Budismo (de muchos Sutras Mahayana como el Sutra del Loto, el Sutra del Corazón, el Sutra del Diamante, el Sutra de Vimalakirti, el Sutra de la Luz Dorada, así como otras antologías de Sutras de otros Budsas y Bodhisattvas en tres volúmenes, al igual que la contextualización de los Sutras Hinayana o Theravada en el gran esquema del Buda y su misión en el mundo), a la vez que he tratado de producir libros que arrojen luz sobre diferentes aspectos o fascetas del Budismo, como el Budismo en general, así como el Budismo Zen y Tierra Pura; también, he producido comentarios o exégesis que explican el contenido y el mensaje de las palabras del Buda en español, a la vez que trato de mantener este blog actualizado y lidero una Sangha budista en Puerto Rico y Colombia.

Por otro lado, otros maestros, como Densho Quintero (del Budismo Zen en Colombia), Kigen Dávila (del Budismo Zen en Puerto Rico), Wagner Hakushin, Jean Tetsuji y Mauricio Hondaku (todos Jodo Shunshu en Brazil), entre otros pocos, han dedicado muchos años a la labor dhármica en Latinoamérica. Ahora, recientemente, me entero, con mucha alegría, que el Budismo Shingon tendrá representación latina en Argentina. Ahora falta representación de otras escuelas como el Jodo Shu, el Jodo Shinshu y el Nichiren Shu, entre otros, y que cada escuela, tenga representación en varios países de Latinoamérica para poder poco a poco penetrar en el suelo latino y comenzar a entablar diálogo.

Pero, así como han surgido maestros legítimos, igualmente, han proliferado unos grupos compuestos por maestros falsos (como Camino del Dharma y la Orden Sarvastivada, entre otros), quienes no tienen linaje, ni formación, ni autenticidad, y quienes siguen perpetuando muchos de los mitos y malentendidos que personas como nosotros hemos tratado de combatir por años. Es por ello que siempre recalco la importancia de estudiar profundamente la procedencia y legitimidad de todo exponente budista. Aquí la importancia del linaje. El linaje es importante porque las personas necesitan saber si alguien tiene autenticidad, autoridad, capacitación y apoyo. Si no lo tiene, es como un ciego que guía a otros hacia un abismo.

Ahora, lo más importante para sentar las bases para el desarrollo del Budismo Latinoamericano es la accesibilidad de textos legítimos. La traducción de textos canónicos, como los Sutras, siempre han marcado un logro en el desarrollo del Budismo en todos los países de Asia. Las traducciones de estos textos son importantes para lograr unir el Budismo con la población local, abriendo las puertas a las mentes y espíritus de los maestros del pasado a los lectores contemporáneos. Pero hay que recordar que las traducciones son igualmente interpretaciones. Es por ello que traté en todo momento de mantener los sectarianismos fuera de mis traducciones. Es la interacción de las traducciones, junto con los maestros que transmiten el Budismo a una nueva cultura y sus seguidores los que permiten nuevas formas de expresión al pensamiento religioso. 

Sin embargo, toda traducción y libro, aunque contiene las enseñanzas, no se vuelven vitales hasta wue las personas las leen, las estudian, las discuten, las interpretan y las aplican a sus vidas. Cada texto debe ser reinterpretado a la luz de las enseñanzas de cada escuela, atemperándolo a las realidades de la Sangha o comunidad a la que se sirve. Esto da a lugar a múltiples interpretaciones nativas, las cuales enriquecen el suelo filosófico y religioso del Budismo en Latinoamérica, lo que a su vez permite futuros desarrollos. Es la diversidad de puntos de vistas lo que se convierte en el catalista para desarrollar el pensamiento religioso cultural. Luego, es importante que todos los exponentes hagan un frente unido a la ola de desinformación que existe sobre el Budismo en español. Finalmente, cada exponente debe atemperar los textos a sus comunidades y formar una red de apoyo y comunicación con el resto de los exponentes en todo el mundo latino, creando simposios interecuménicos, así como revistas y periódicos. 

Esto nos lleva a preguntarnos, ¿a dónde nos dirigiremos como budistas latinos? Está en nosotros el poder poco a poco ir desarrollando un Budismo latino. Espero que los resultados de nuestras acciones rindan fruto en los próximos diez años.