A veces leemos que no es necesario leer los Sutras (Escrituras Sagradas budistas que recogen los discursos dados por el Buda Shakyamuni) ni los Tratados (Shastras) ni estudiarlos dado a la concepción errónea de que el estudio es un obstáculo para la práctica y la realización (Iluminación). Esto, si bien ha sido refutado por grandes maestros Zen como Dogen y Eisai, es un discurso prevalente en muchos círculos Zen en Occidente aun hoy día (ver: La Mala Transmisión de Información en Español). Si bien hemos presentado extractos de los escritos de Dogen y Eisai, representantes de las escuelas Soto y Rinzai del Zen respectivamente, veamos hoy el curioso caso de Tetsugen Doko de la escuela Obaku del Zen.
Tetsugen Doko (1630 – 1682) fue un ex sacerdote Tierra Pura que rompió su afiliación con esta escuela a favor del Zen, convirtiéndose en uno de los líderes más importantes de la escuela Obaku del Zen.
Tetsugen nació en el séptimo año de la era Kan'ei (1630) en la provincia de Higo. Se ordenó como sacerdote Jodo Shinshu a la edad de 13 años. Cuando Ingen, el fundador de la escuela Obaku, llegó a Japón, Tetsugen se convirtió en su seguidor en la escuela Obaku. En 1681, Tetsugen supervisó la producción de la primera edición completa en xilografía de los sutras budistas chinos en Japón. Tetsugen murió a la edad de 53 años en el segundo año de la era de Tenna (1682). El aniversario del nacimiento de Tetsugen se celebra el 1 de enero en el calendario occidental.
La escuela Obaku del Zen enseña los métodos de lograr una visión repentina desarrollada por la secta Rinzai, pero incorpora la invocación del nombre del Buda Amida (Nembutsu) como método de meditación, junto con costumbres chinas.
Tetsugen sentó las bases para el desarrollo de la escuela Obaku del Zen en Japón con sus escritos y la traducción de Sutras. Los temas principales de los escritos de Tetsugen sugieren que estaba preocupado por las costumbres de los laicos y los monjes de la escuela Jodo Shinshu de casarse y comer carne. Por ello, si bien Tetsugen escribió sobre muchos temas, su tema principal fue el tema de mantener los preceptos budistas, especialmente aquellos contra la conducta sexual inapropiada y los asesinatos. Por ejemplo, en su "Lección de Dharma" en japonés, promueve el beneficio del celibato y el no matar, incluso para los laicos, al referirse a la práctica de comer carne desde una perspectiva budista.
A pesar de la suposición popular de que la escuela Zen evita la palabra escrita (los Sutras y Tratados) y devalúa las escrituras budistas, históricamente, los maestros Zen han mantenido tradicionalmente un amplio espectro de posiciones con respecto a los Sutras. Estos van desde los puntos de vista más radicales que parecen acercarse al rechazo completo, ilustrado gráficamente por un maestro que quema las escrituras, hasta actitudes mucho más positivas de reverencia por los Sutras. La última posición se ejemplifica con el mantenimiento continuo de la recitación y el estudio de las Escrituras como parte de la práctica monástica Zen que perdura hasta nuestros días. Tetsugen se posiciona directamente en la categoría de maestros Zen que tomaron una actitud positiva hacia las escrituras.
En sus obras escritas, Tetsugen expresó directamente su concepción del concepto "zenkyō itchi", que expresa que la "verdad realizada a través de la meditación y la verdad expresada en los Sutras es una":
"Alguien dijo una vez: 'Nuestra secta (Zen) valora iluminar la mente y ver la naturaleza de uno, pero [usted] maestro siempre está predicando sobre los Sutras y comentarios (Shastras). ¿No está en desacuerdo con la enseñanza de 'señalar directamente [a la mente, ver la naturaleza de uno y convertirse en Buda]'?' Tetsugen se rió y dijo: '¿No es lo que dijiste un poco simplista? La meditación (Zen) es el agua y las enseñanzas (Sutras) son las olas. Cuando te aferras a la meditación y arrojas las enseñanzas, es como buscar el agua mientras rechazas las olas. Las enseñanzas son el recipiente y la meditación es el oro. Cuando te aferras a las enseñanzas y arrojas la meditación, es como arrojar el oro y buscar el recipiente. Las olas y el agua no están separadas. El recipiente es en sí mismo el oro. La meditación y las enseñanzas no son dos cosas".