Bienvenido a la Tierra Pura de la Luz Serena, un recurso sobre el Verdadero Budismo (一乘佛教), y sus posteriores ramificaciones, a la luz de las Enseñanzas Perfectas y Completas (圓教). Aquí presentamos el Budismo como religión, filosofía y estilo de vida, con énfasis en la Teología Budista (Budología), aspirando a presentar el Budismo balanceadamente entre la academia (estudios budistas) y la devoción, desde el punto de vista de una escuela tradicional de Budismo japonés (Tendai-shu 天台宗) y las enseñanzas universales del Sutra del Loto (法華経).


viernes, 8 de abril de 2022

Historias Maravillosas del Sutra del Loto en el Antiguo Japón: El Dainihonkoku Hokkekyokenki del Monje Chingen - 3 - El Gran Maestro Dengyo del Monte Hiei

 El Sutra del Loto es el sermón del Buda más importante en todo el Canon Budista, pues el mismo revela la verdadera intención, enseñanza y legado del Buda en el mundo. Es por ello que el Sutra del Loto es el Sutra más venerado en todo el Este de Asia, inspirando el arte, la cultura y la religión asiática, despertando la fe y la devoción tanto en monjes como en creyentes, no solo en el Buda y sus Bodhisattvas, sino en el poder del Sutra del Loto mismo y sus milagros. Es por ello que desde la antiguedad, el Sutra del Loto ha sido leído, estudiado, recitado, predicado y trasncrito como una forma de avivar la piedad y acumular méritos, tanto para este vida como para las próximas, tanto para uno como para otras personas. 

El Dainihonkoku Hokkekyokenki, que se puede traducir como "Historias Maravillosas del Sutra del Loto en el Antiguo Japón", fue una obra escrita por el monje Tendai Chingen entre los años 1040 y 1044 en el Monte Hiei en Kyoto. Esta obra, que fue escrita para el beneficio del público budista general, recopila muchas historias y anécdotas asociadas con personas piadosas devotas al Sutra del Loto y los eventos maravillosos que surgieron de esa piedad, con el fin de despertar la fe en los lectores. Entre ellas, se encuentran muchas anécdotas interesantes, donde la devoción al Sutra del Loto resulta en la salvación del karma de vidas pasadas, la protección contra desastres naturales y eventos paranormales, e incluso el logro de la Budeidad de los devotos y practicantes del Sutra del Loto. 

Personalmente, esta obra se encuentra muy cerca de mi corazón, pues la misma relata historias conmovedoras sobre la piedad budista de muchos de nuestros Grandes Maestros como el Gran Maestro Saicho, el fundador de nuestra escuela japonesa, y sus discípulos, como Ennin y Soo, entre otros. Pero esta obra también muestra a otros monjes, monjas y creyentes, que gracias a su piedad budista, sus historias continúan inspirándonos a seguir en el Camino Budista.

3 - El Maestro Dengyo del Monte Hiei

El Budismo Tendai es la cuna del Budismo en Japón. El Gran Maestro Saicho (Dengyo Daishi), el fundador del Budismo Tendai en el complejo monástico en el Monte Hiei, trajo las Enseñanzas Perfectas y Completas del Verdadero Budismo a Japón, e hizo que el Budismo dejara de ser exclusivo para la corte y se esparciera por toda la nación.

Siendo de descendencia china, Saicho se inició como novicio a la edad de 12 años y recibió su ordenación completa a los 14. En el año 785 recibió los Preceptos Hinayana en el templo Todaiji en Nara. Luego se retiró al Monte Hiei en el noreste de Kyoto y construyó una pequeña hermita donde colocó una pequeña estatua del Buda de la Medicina (Yakushi Nyorai) que él mismo había tallado. Tres años mas tarde la pequeña hermita fue transformada en un templo que luego fue llamado Hieizanji (luego pasó a llamarse Ichijo-shikan-in). En el año 794, Saicho celebró una serie de lecturas las cuales fueron atendidas por el Emperador Kanmu y monjes eminentes de los templos de Nara.

En el año 804, por orden imperial, Saicho partió a China para visitar el Monte Tientai al lado del rio Yangze y traer las enseñanzas perfectas del Sutra del Loto al suelo niponés. Allí aprendió la doctrina y la práctica del Budismo Tientai del eminente monje Tao-sui y Hsing-man. Allí también aprendió sobre la tradición del Budismo Tierra Pura y recibió las iniciaciones esotéricas de Hsun-hsiao y la transmisión del Dharma Nyu-tou del Chan de Hsiao-jan.

Tras regresar a Japón, Saicho se dedicó a esparcir las enseñanzas perfectas del Sutra del Loto y a armonizar todas las doctrinas y prácticas del Budismo Mahayana. En el año 818 declaró su renuncia de los Preceptos Hinayana y dedicó su tiempo al establecimiento de una plataforma de ordenación estrictamente Mahayana, pero este deseo no fue realizado sino hasta varios días luego de su muerte. Al morir, el Emperados le otorgó el título póstumo de "Dengyo Daishi" - "Maestro de la Transmisión del Dharma".

El Budismo Tendai posee un elaborado sistema metafísico y de meditación basado mayormente en el Sutra del Loto y el comentario de Nagarjuna sobre los Sutras Prajnaparamita. El Gran Maestro Chih-i, del cual hemos hablado extensamente en otros ciclos, sistematizó las enseñanzas Tientai y estableció cuatro tipos de Samadhis: (1) el Samadhi Sentado, (2) el Samadhi caminando, (3) el Samadhi alternado entre Sentado y Caminando y, (4) el Samadhi Constante. Saicho exhortó a sus discípulos a seguir estos Cuatro Samadhis o Meditaciones de acuerdo con las instrucciones de Chih-i. 

En ciclos anteriores hemos tocado con detalle las enseñanzas y las innovaciones de Saicho, incluyendo su profundo impacto en el Budismo japonés. Saicho estaba sumamente interesado en el Budismo Tierra Pura. Primero, lo estableció como un objeto de meditación. En esta meditación metafísica, el Buda Amida es visto como una manifestación de la Realidad Última en nuestra propia mente. Cabe destacar que en la doctrina Tientai china el Buda Amida es visto como un Buda Nirmanakaya o Sambhogakaya, pero en el Budismo Tendai japonés el Buda Amida es visto como un Buda que posee los Tres Cuerpos - siendo realmente lo Abosluto - el Dharmakaya. Saicho solía terminar sus lecturas con la frase "Namu Amida Butsu" y exhortaba a otros a recitar el Nombre como un método para renacer en su Tierra Pura y para eliminar todo tipo de calamidades.

En el escrito "Confiriendo los Preceptos del Bodhisattva", Saicho concluye su 11vo voto diciendo: "Cuando haya descartado mi cuerpo, con el mérito que he adquirido, que pueda renacer en la presencia del Buda Amida en la Tierra Pura de la Felicidad junto con todos los seres sintientes. Allí, escucharé el Dharma, y realizando la realidad verdadera de todos los fenómenos obtendré poderes sobrenaturales y ofreceré flores y ofrendas a todos los Budas en las diez direcciones y escuchar de ellos el Dharma, incrementando mi mérito y mi sabiduría. Reealizando mi práctica y ayudando a otros en las suyas, renaceré en la presencia de todos los Budas en las diez direcciones y rápidamente perfeccionaré todos los caminos budistas".

El Dainihonkoku Hokkekyokenki retrata el espíritu compasivo del Gran Maestro Saicho, y su indomable deidación a los Tres Tesoros y a todos los seres sintientes.

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El Gran Maestro Dengyo fue un monje del distrito de Shiga en la provincia Omi con el nombre secular Mitsu. A la edad de siete, la maestro entendió el significado profundo del Sutra del Loto y todo lo concerniente al mismo. Tomó votos, entró en el monacato, y practicó el Camino de acuerdo con sus enseñanzas.

Una vez, encontró unas reliquias del Buda en un incienciario. Mientras investigaba las cenizas, deseando revelar toda la reliquia, vio una vasija de flores dorada en las cenizas.

En el cuarto año de Enryaku (785), el maestro se conmovió por la transitoriedad del mundo. Lamentando la superficialidad de las enseñanzas contemporáneas, se retiró a las montañas para purificar su mente para las enseñanzas Mahayana. El maestro subió el Monte Hiei y construyó una hermita humilde. Diariamente, recitaba el Sutra del Loto para satisfacer sus obligaciones a sus padres, a los seres sintientes, al país, y a los Tres Tesoros. También, practicaba las Cuatro Meditaciones (del Makashikan), y se dedicaba devotamente a sus prácticas y meditaciones. Aspirando alcanzar la más alta Budeidad, realizó lo siguiente: 

"Los Tres Mundos solo contienen sufrimiento y hay escape de ellos; los Cuatro Tipos de Nacimiento en la ilusión solo traen dolor. El Sol del Buda Shakyamuni ya se ha ido, y la Luna de los futuros Budas no se ha levantado. Los sufrimientos de los Tres Caminos se acercan y hemos estado hundiéndonos en el océano de las Cinco Impurezas. Por encima de esto, nuestra vida transitoria es difícil de mantener y podemos perecer fácilmente. Las tumbas oscuras y frías de la grama y la tierra contienen las cenizas esparcidas y los huesos de jóvenes y ancianos, y las almas de los altos y los bajos constantemente se encuentran en lucha.

"A medida que observo esto, veo el inevitable curso de mi vida. Dado a que no he ingerido la píldora de la inmortalidad de los hermitaños, tengo dificultad controlando mi alma deliriosa. Careciendo el poder misterioso de percibir el límite de mi vida, no tengo forma de saber cuándo son mis momentos finales. Al menos que practique la bondad mientras este vivo, solo seré un conglomerado de madera para el fuego tras mi muerte.

"La existencia humana es difícil de adquirir, mientras que una mente buena es difícil de desarrollar y olvidar es fácil. Es por ello que el Buda Shakyamuni comparó el obtener un nacimiento humano con el encontrar una aguja en un mar de paja, y al tejer el fondo de una montaña mientras se usa una aguja en su cima. El Rey Koken'u de la China antigua observó que la vida pasaba vanamente, así como cada momento era como una sombra que pasaba. Así como un efecto es imposible sin una causa, el sufrimiento es inevitable al menos que se plantes las semillas de la bondad y la virtud.

"A medida que humildemente reflexiono sobre mi vida, veo que he recibido cuatro cosas, comida, alojamiento, ropa y los Preceptos. Siendo ignorante, me he envuelto en las ilusiones de los Cuatro Nacimientos, así como el Mizoinnenkyo dice que los que hacen ofrendas van al cielo, mientras que aquellos que las reciben van al infierno. La dama Daii hizo ofrendas de las cuatro cosas a cinco monjes avaros y fue recompenzada en su próxima existencia como la afortunada Dama Mallika, miestras que los cinco monjes avaros renacieron como las damas de piedra, sirvientes de Mallika.

"Cuán clara es la Ley de Causa y Efecto. ¿Cómo podemos ignorar esta Ley? El Buda Shakyamuni comparó a aquellos carentes de bondad a aquellos que conocen la causa del sufrimiento y no temen sus efectos, y amonestó a las personas wue neglijían practicar el bien, comparándolos con mancos que no podían agarrar las enseñanzas de los Tres Tesoros.

"Yo, Saicho, el más tonto de los tontos, el más loco de los locos, soy el peor de los monjes ilusos, al no haber estado en armonía con los Budas y los emperadores, y al no poder ayudar a otros a cultivarse.

"En mi mente confusa, he realizado humildemente estos votos, los cuales considero sumamente importantes y durables como diamantes: Dado a que no he alcanzado la purificación de los Seis Sentidos, no entraré en la vida secular a cultivar a otros. Dado a que no he adquirido una mente que ilumine mi intelecto, no tengo talentos. Dado a que no he recibido las Reglas Sila purificadoras, no atenderé servicios auspiciados por patrones. Dado a que no he obtenido Sabiduría, no me envolveré en asuntos seculares.

"Los méritos que he adquirido en mi vida presente no son solo míos, sino que los transferiré a otros para que alcancen la Budeidad Suprema. En vez de disfrutar del deleite de la Iluminación, la paz y la comodidad para mí mismo, deseo alcanzar la Budeidad junto con todos los seres en el mundo del Dharma, y degustar sus frutos con todos.

"Con estos votos, espero purificar mis Seis Sentidos, y alcanzar los Cinco Poderes Místicos, para no beneficiarme a mí mismo, ni mantenerme dentro del logro Hinayana, sino para extenderme sobre todo el mundo del Dharma, entrar en los Seis Mundos, purificar la tierra del Buda, cultivar a otros, y practicar el Camino eternamente".

Mientras estudiaba todo el Dharma, se dio cuenta que el Sutra del Loto era la enseñanza más importante y fundamental del Buda en el mundo. Cada vez que lo recitaba, lloraba por su ignorancia sobre el significado secreto del texto. Así que copió las enseñanzas del Gran Maestro Chih-i, incluyendo el "Endonshikan", el "Significado Profundo del Sutra del Loto", y "Palabras y Frases del Sutra del Loto", y las estudió día y noche, revelando sus enseñanzas.

El Gran Maestro Dengyo viajó a China el año 23 de Enryaku (805), fue al Monte Tientai, y aprendió las Enseñanzas Perfectas y Completas del monje Dosui. Al abad Gyoman del Templo Butsuroji le dio muchas enseñanzas y escritos y le dijo: "Hace mucho tiempo, el Gran Maestro Chih-i dijo, 'Más de 200 años tras mi muerte, renaceré en el Este y esparciré el Dharma'. Así como lo predijo, ahora te estoy conociendo nuevamente. Regresa a tu país rápidamente y propaga las enseñanzas".

El Gran Maestro Dengyo regresó a Japón en el año 24 de Enryaku. Cuando dio lecturas sobre el Sutra del Loto en el Santuario de Hachiman, un hábito púrpura apareció de detrás del salon principal y se ofreció a sí mismo a Dengyo, quien lo recibió jubilosamente. Luego dio una lectura en el Santuario de Kashuga, cuyo jardín se cunbrió con nubes púrpura.

Para salvar a los seres sintientes en el Periodo de la Semblanza de la Ley, el Gran Maestro Dengyo talló una estatua de Yakushi Nyorai (Buda de la Medicina), y la colocó en el Templo Komponchudo del Monte Hiei, donde predicó el Dharma, recitó el Sutra del Loto incesantemente día y noche, e hizo el voto de que la llama de sus lámparas jamás se extinguirían.

En sus últimos momentos, el Gran Maestro Dengyo le dijo a sus discípulos: "No me queda mucho tiempo. Tras mi muerte, no me lloren. Mis discípulos no pueden tomar alcohol cumpliendo con las prohibiciones. Si violan esta regla, no son mis amigos ni discípulos. Reciten el Sutra del Loto diariamente, estudien el Dharma Correcto, practiquen la meditación, y hagan que el Dharma viva eternamente. Esto es para repagar nuestro favor a la nación y salvar a todos los seres sintientes. Así que den su mejor esfuerzo. No dejen de practicar las Cuatro Meditaciones. Durante mi vida, estudié, practiqué y propagué el Dharma. Si entendien esto, ciertamente alcanzarán la Budeidad. Vida tras vida, continúen disciplkinando sus mentes en la luz serena del Dharma y siéntense en el trono de la Iluminación".

El Gran Maestro Dengyo continuó: "Nunca hablé abusivamente, ni administré disciplina corporal correctiva. Apreciaría si ustedes, mis discípulos, no golpeen ni abusen de sus discípulos y sirvientes. Que puedan practicar el Dharma cada vez más diligentemente".

En la hora del dragón (7-9am) del cuarto día del séptimo mes del tecimotercer año de Konin (823), el Gran Maestro Dengyo pasó de esta vida, recostado en su lado derecho, en el Templo Chudoin en el Monte Hiei, a los 56 años. Nubes inusuales se formaron alrededor de la montaña, extrañas luces iluminaron los valles, los animales vociferaron su dolor, y la grama y los árboles se marchitaron.